Binge drinking : la disbiosis intestinal provocada por el alcohol favorece la adicción
Según un estudio publicado en la revista The Lancet eBioMedicine, la microbiota intestinal de los jóvenes aficionados al binge drinking (atracones de alcohol o borracheras exprés) sufre alteraciones que aceleran la transición al alcoholismo en el futuro. Dado que ahora se entiende mejor el papel de la microbiota en el desarrollo de trastornos por consumo de alcohol, quizás sea posible modularla para reducir el riesgo de dependencia.
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Acerca de este artículo
Las alteraciones del eje intestino-cerebro abonan el terreno para el alcoholismo
GYa se han observado disbiosis intestinales y un aumento de los marcadores de inflamación en alcohólicos crónicos, especialmente en sujetos con TCA severos y necesidades compulsivas de beber. Esto provoca neuroinflamación que, a su vez, puede causar trastornos cognitivos y de conducta, sobre todo problemas sociales.
Ahora bien, se han comunicado casos de déficit de cognición social en jóvenes aficionados a los atracones de alcohol. Dichas disbiosis y alteraciones del eje intestino-cerebro podrían estar implicadas en la transición al alcoholismo.
El « binge drinking »
Los «atracones de alcohol» o «borracheras exprés» (binge drinking en inglés) son un modo de consumo de alcohol que adoptan frecuentemente los adolescentes y que se define como la intoxicación repetida con grandes cantidades de alcohol durante un breve período, llevando a una tasa de alcoholemia igual o superior a 0,8 gramos por litro. Este comportamiento, que afecta a uno de cada tres jóvenes en los países occidentales, se ha asociado con alteraciones cerebrales tanto anatómicas como cognitivas y con un mayor riesgo de sufrir enfermedades mentales y trastornos por consumo de alcohol (TCA) más adelante en la vida.
Un equipo de investigadores irlandeses realizó un estudio con 71 jóvenes de 18 a 25 años no dependientes del alcohol (37 mujeres y 34 hombres) con el objetivo de identificar signos tempranos de TCA en aquellos que practicaban el binge drinking. Los investigadores exploraron las relaciones entre la disbiosis intestinal, la inflamación, la necesidad de beber, los déficits de sociabilidad y la impulsividad, un rasgo cognitivo que acelera la transición al alcoholismo. Para ello, llevaron a cabo una valoración neuropsicológica de los participantes, midieron los marcadores de inflamación en muestras biológicas (sangre, saliva, etc.) y, por último, realizaron una secuenciación metagenómica de muestras fecales. Durante el período de seguimiento de 3 meses, los participantes debían registrar su consumo de alcohol y sus necesidades compulsivas de alcohol (cravings).
Relaciones entre la disbiosis, los atracones de alcohol y los trastornos cognitivos
Los investigadores observaron que los aficionados al binge drinking presentaban desequilibrios taxonómicos y funcionales de la microbiota intestinal que, a su vez, estaban relacionados con trastornos de la gestión emocional. Los análisis estadísticos revelaron una relación entre la alteración del reconocimiento de las emociones y una disminución en las especies de Clostridium, Flavonifractor plautii y Eggerthella lenta y un aumento en las de Coprococcus. Por su parte, la impulsividad mostró una relación con una disminución en Collinsella y un aumento en Roseburia y Parabacteroides. Se observó asimismo una correlación entre las necesidades compulsivas de alcohol y una reducción de Ruthenibacterium lactiformans acompañada por una mayor liberación de interleucinas, reflejo de la hiperestimulación inmunitaria. Por último, se observó una asociación entre un mayor número de atracones de alcohol y un descenso en la producción de isovalerato (un ácido graso de cadena corta) y un aumento en la impulsividad.
Modular la microbiota intestinal durante el período vulnerable de la adolescencia
Este estudio no solo subraya el papel de la microbiota intestinal en la regulación de la cognición social y la impulsividad, sino que demuestra la relación entre los atracones de alcohol y alteraciones de la microbiota intestinal que se manifiestan incluso antes de la aparición de la dependencia alcohólica. Este estudio podría abrirle camino al desarrollo de nuevas intervenciones dietéticas o con prebióticos/probióticos para mejorar la disbiosis asociada con el consumo de alcohol durante este período crítico del desarrollo que es la adolescencia.