Emolientes y dermatitis atópica: beneficios comprobados
La dermatitis atópica, a veces denominada «eccema atópico», es una enfermedad inflamatoria, alérgica y crónica de la piel. Su prevalencia aumenta y es la enfermedad cutánea más frecuente. Si bien afecta del 15 al 20% de los bebés y desaparece generalmente antes de la edad de cuatro años, puede persistir hasta la adolescencia, incluso hasta la edad adulta en un caso de cada diez. Tener la piel muy seca y sensible, manchas rojas, lesiones, picores, etc. son los principales síntomas de esta enfermedad que se manifiesta por brotes. Los tratamientos disponibles tienen como objetivo principal hacerlos desaparecer para ofrecer mejores condiciones de vida a las personas afectadas. Su causa no está perfectamente identificada pero la dimensión genética es importante y abarca otras alergias como el asma y la rinitis alérgica. Al igual que en el asma y las alergias alimentarias, el exceso de higiene —y, por tanto, la menor exposición del organismo a las bacterias— contribuiría a una reacción excesiva del sistema inmunitario, afectando a la microbiota cutánea empobrecida por la enfermedad. Por lo tanto, es preciso restablecer el equilibrio de esta microbiota para optimizar los tratamientos.

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