Hepatitis alcohólica: E. faecalis responsable

La bacteria intestinal E. faecalis, que migra hacia el hígado en presencia de alcohol, podría producir una toxina que empeoraría la hepatitis alcohólica. Un bacteriófago dirigido específicamente contra esta bacteria elimina la inflamación y las lesiones hepáticas.

Fecha de publicación 04 Febrero 2020
Fecha de actualización 31 Marzo 2022

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 04 Febrero 2020
Fecha de actualización 31 Marzo 2022

 

La hepatitis alcohólica es la más grave de las enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol: la mortalidad es del 20 al 40% entre 1 y 6 meses. Aunque se sabía que la microbiota intestinal puede favorecer las enfermedades hepáticas inducidas por el etanol en el ratón, aún eran imprecisos los factores microbianos responsables de este proceso. De ahí el interés de estos resultados, publicados en la revista Nature, sobre el papel de la microbiota en la transmisión y la progresión de la enfermedad.

E. faecalis, secretor de citolisina

Los trabajos muestran que los pacientes con hepatitis alcohólica presentan una composición microbiana fecal específica, en especial con 2700 veces más Enterococcus faecalis, una bacteria presente en las heces del 80% de los pacientes afectados. Ahora bien, algunas de estas bacterias, llamadas «citolíticas», producen una exotoxina –la citolisina– que no solamente actúa contra las bacterias grampositivas sino también contra las células eucariotas. Por ello, la presencia de E. faecalis citolítico parece estar correlacionada con la severidad de la enfermedad hepática y la mortalidad de los pacientes.

De la citolisina a las lesiones hepáticas

La alimentación forzada de ratones con una dieta rica en etanol (o a una dieta isocalórica de control sin etanol), ya sea con cepas citolíticas de E. faecalis o con cepas no citolíticas, confirma que E. faecalis citolítico induce más lesiones hepáticas, esteatosis e inflamación y conduce a una muerte más rápida. Por otra parte, esta bacteria se encuentra en el hígado de todos los ratones sometidos a una dieta con alcohol, pero no en el hígado de los controles, lo cual indica que el etanol es necesario para la translocación de E. faecalis del intestino hacia el hígado.

Un bacteriófago protector

A continuación, los investigadores estudiaron los efectos terapéuticos de un bacteriófago dirigido contra E. faecalis citolítico en ratones alimentados con cepas de E. faecalis responsables de esteatosis hepática: los bacteriófagos disminuyen la concentración de citolisina en el hígado de los roedores y eliminan las lesiones hepáticas inducidas por el etanol. Por último, los investigadores estudiaron ratones esta vez colonizados por las bacterias de las heces de pacientes con hepatitis alcohólica. La administración de bacteriófagos impide la aparición de lesiones hepáticas y esteatosis e induce una reducción de la cantidad de Enterococcus.

¿Un futuro tratamiento?

Estos resultados no solamente establecen una relación entre la bacteria E. faecalis citolítica y la severidad y mortalidad de la hepatitis alcohólica, sino que demuestran que un bacteriófago puede dirigirse específicamente contra la bacteria y ofrecer una alternativa a los antibióticos. No obstante, son necesarios estudios clínicos para validar el uso de la citolisina como biomarcador en el ser humano y para comprobar que los bacteriófagos representan un enfoque terapéutico seguro y eficaz.