Predecir la alergia gracias al meconio

En el transcurso de la vida in utero podría producirse una menor maduración de la microbiota intestinal capaz de afectar al desarrollo inmunitario. Esto podría facilitar la identificación precoz de los lactantes con riesgo alérgico. ¿Y quizá también prevenir el desarrollo de una predisposición a las alergias?

Fecha de publicación 29 Noviembre 2021
Fecha de actualización 30 Noviembre 2021

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 29 Noviembre 2021
Fecha de actualización 30 Noviembre 2021

La maduración de la microbiota intestinal comienza inmediatamente después del nacimiento. Esta maduración continúa durante los primeros años, en paralelo con la del sistema inmunitario. Ahora bien, el establecimiento de la microbiota intestinal y el desarrollo inmunitario están implicados en las alergias y se sospecha que ciertos factores prenatales influyen en cada uno de ellos. El meconio, primeras heces del lactante, contiene los metabolitos producidos in utero. Es un reflejo de las influencias perinatales puesto que se forma a partir de las 16 semanas de gestación y representa también el sustrato a partir del cual se forma la microbiota inicial del niño. De ahí este estudio, que pretende relacionar los marcadores metabólicos del meconio con la maduración de la microbiota y el desarrollo del sistema inmunitario.

Menos maduración, más atopia

Después de analizar (ARNr 16 S) las heces obtenidas a los 3 meses y 1 año en 950 niños de la cohorte canadiense (sidenote: cohorte del estudio canadiense CHILD Estudio prospectivo Canadian Healthy Infant Longitudinal Development que incluyó a niños reclutados antes del nacimiento entre 2008 y 2012 ) , los investigadores realizaron un primer análisis: la microbiota intestinal de los futuros alérgicos era menos madura, incluso antes de la aparición de la atopia. Los 212 lactantes que desarrollaron atopia un año después presentaban, a los 3 meses, una microbiota menos madura que los lactantes que no se volvieron atópicos. En los lactantes atópicos se observó una menor abundancia relativa de 13 de los 15 taxones más implicados en la maduración de la microbiota.

Influencia de la exposición prenatal

Para comprender el origen de esta diferencia de maduración, los investigadores se remontaron en el tiempo y analizaron muestras de meconio en un subgrupo de 100 niños. Observaron una menor diversidad bacteriana en los futuros atópicos. La diversidad metabólica también estaba reducida, con menos moléculas asociadas al metabolismo de aminoácidos, vitaminas y hormonas. Esto sugiere que podrían existir, desde el nacimiento, diferencias capaces de influir en el desarrollo de la microbiota y, a fin de cuentas, en el desarrollo inmunitario. La atopia a 1 año se asocia a la vez a un meconio metabólicamente menos rico al nacer y a una reducción de la diversidad y maduración de la microbiota al principio de la vida. Esto sugiere un posible modo de acción: las bacterias metabolizan y fermentan los metabolitos del meconio, reflejo de la exposición prenatal. Así pues, la vida in utero ejerce una influencia en la microbiota intestinal al principio de la vida y, con ello, en el desarrollo inmunitario.

El meconio no es estéril:

Prevenir… ¿y predecir?

Si se comprendiera mejor los factores prenatales que determinan la composición del meconio, así como los efectos directos e indirectos de sus metabolitos sobre el desarrollo inmunitario y la colonización bacteriana en los recién nacidos, se podría prevenir el desarrollo de predisposición a las alergias. Se podría incluso predecir el riesgo gracias a marcadores metabólicos, aunque los primeros ensayos de los investigadores (que combinan datos del meconio y datos clínicos de la madre y el niño) produjeron resultados esperanzadores pero todavía demasiado imprecisos.