Uso de bacterias como vehículo para liberar el tratamiento dentro del tumor

Llevar directamente al interior del tumor compuestos que promueven la respuesta inmunitaria y, por tanto, la regresión del tumor: esta es la función de bacterias probióticas diseñadas especialmente para alcanzar su objetivo, multiplicarse y luego liberar su contenido celular.

Fecha de publicación 29 Mayo 2020
Fecha de actualización 31 Marzo 2022
Photo : Bacteria that deliver treatment to the heart of the tumor

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 29 Mayo 2020
Fecha de actualización 31 Marzo 2022

Los inhibidores de puntos de control inmunitario (ICI) –anticuerpos monoclonales dirigidos contra los puntos de control (checkpoints) del sistema inmunitario– han revolucionado el tratamiento del cáncer. Sin embargo, solo funcionan en un reducido número de pacientes y pueden provocar una multitud de efectos adversos (cansancio, erupciones cutáneas, trastornos endocrinos, hepatotoxicidad). Además, si bien la combinación de varios inhibidores permite conseguir una mayor eficacia, también puede aumentar su toxicidad, lo que explica los abandonos del tratamiento. Por lo tanto, resulta imprescindible mejorar su modo de administración para contar con una opción terapéutica más localizada, más duradera y menos invasiva. ¿Qué tal si las bacterias, por su capacidad de colonización y su crecimiento preferente en el interior del tumor, fueran la solución de elección para la administración local de tratamientos antineoplásicos?

Una sola dosis produce un efecto prolongado

En este contexto, un equipo de investigadores diseñó bacterias probióticas capaces de liberar localmente anticuerpos bloqueadores (denominados "nanoanticuerpos"), cuyos efectos se concentran en dos receptores de la membrana celular –el receptor linfocitario CTLA-4 y el receptor tumoral PD-L1– implicados en los mecanismos de defensa que activa el tumor para impedir el ataque de los linfocitos T. Más precisamente, una sola inyección intravenosa o intratumoral de este sistema permite que las bacterias lleven los nanoanticuerpos al interior del tumor y que se multipliquen hasta alcanzar una densidad crítica antes de su lisis, liberando así de manera eficaz y continua las sustancias terapéuticas transportadas en el microentorno tumoral.

Eficaces, incluso en tumores muy agresivos

A continuación, el equipo de investigación inyectó este probiótico en modelos murinos de linfomas y cáncer colorrectal. En cuanto a los linfomas, los resultados muestran que una sola inyección intratumoral o intravenosa del tratamiento "transportado" por bacterias fue más eficaz que la inmunoterapia tradicional ya que dio lugar a la regresión completa del tumor e impidió la formación de metástasis, tanto en modelos de estadio incipiente como de estadio avanzado. ¿Pero qué sucedió en cánceres más difíciles, como el cáncer colorrectal, conocido por su mayor capacidad de resistencia a la inmunoterapia? Una sola dosis intratumoral de nanoanticuerpos combinados con un factor de crecimiento (GM-CSF, utilizado para producir una mejor respuesta antitumoral) fue suficiente para conseguir la regresión del tumor, sin causar ningún efecto secundario.

Las bacterias: ¿vehículo ideal del futuro?

Estos estudios contribuirán al progreso de la inmunoterapia al proporcionar un "vehículo" (las bacterias) que ofrece numerosas ventajas: posibilidad de combinar tratamientos, producción continua de sustancias terapéuticas, minimización de la toxicidad, distribución local de los tratamientos cerca de los puntos de control y, por supuesto, utilización en una población más amplia de pacientes con cáncer.