Encefalopatía hepática: buena tolerabilidad del trasplante fecal por vía oral

Un ensayo clínico de fase 1 demuestra la buena tolerabilidad del trasplante de microbiota fecal administrado mediante cápsulas a pacientes con cirrosis susceptibles de desarrollar una encefalopatía hepática.

Fecha de publicación 02 Julio 2019
Fecha de actualización 29 Marzo 2022
Photo : Hepatic encephalopathy: oral fecal microbiota transplant shows good tolerability

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 02 Julio 2019
Fecha de actualización 29 Marzo 2022

 

La encefalopatía hepática (EH), una complicación de la insuficiencia hepática, se manifiesta por trastornos cognitivos más o menos graves, a veces irreversibles. Esta afección está relacionada con un desajuste del eje intestino-hígado-cerebro: de hecho, la enfermedad va acompañada de una disbiosis que participa en la inflamación sistémica. Los tratamientos actuales, que combinan un prebiótico (lactulosa) con un antibiótico (rifaximina) parecen ser ineficaces en algunos pacientes, lo que condujo a un equipo de investigación estadounidense a tratar de desarrollar nuevas estrategias alternativas.

Comparación entre la administración en forma de enema y la vía oral

En 2017, el equipo de investigación realizó ensayos de trasplante de microbiota fecal (TMF) administrada en forma de enema y concluyó que tenía efectos beneficiosos: disminución del número de episodios de EH junto con una mejora de las funciones cognitivas y de la microbiota intestinal. En un nuevo ensayo clínico de fase 1, el equipo evaluó la tolerabilidad y los efectos del TMF administrado de forma menos invasiva para los pacientes, por medio de cápsulas. Veinte pacientes con cirrosis y antecedentes de EH (al menos 2 episodios durante el año anterior) fueron aleatorizados según un diseño ciego al grupo experimental o al grupo control y recibieron 15 cápsulas de TMF (único donante) o placebo. A continuación se les realizó un seguimiento durante 5 meses.

Un tratamiento bien tolerado

¿Cuáles fueron los resultados obtenidos? Los pacientes toleraron bien las cápsulas de TMF y no presentaron efectos adversos. Ni el número de episodios de EH ni el número de infecciones que tuvieron lugar durante el estudio fueron diferentes entre ambos grupos. Por otro lado, se observó una mejora en la puntuación del rendimiento obtenido en una de las dos pruebas cognitivas realizadas en los pacientes del grupo que recibió el TMF.

Microbiota: ¿de vuelta al equilibrio?

Se observó también un aumento de la diversidad de la microbiota de la mucosa duodenal en el grupo que recibió el TMF, así como un aumento de las poblaciones de Ruminococcaceae y de Bifidobacteriaceae y una disminución de Streptococcaceae y Veillonellaceae. Estas dos últimas familias están asociadas con una progresión de la cirrosis, mientras que las dos primeras tienen más bien efectos beneficiosos. Además, esta mejora de la microbiota se vio acompañada de un aumento de la expresión de proteínas que participan en la función de barrera intestinal y de AMP (péptido antimicrobiano), así como de una disminución de dos marcadores de inflamación: la expresión de IL‑6 en el duodeno y la concentración sanguínea de LBP (proteína fijadora de lipopolisacáridos). Se trata de una esperanza terapéutica aún pendiente de confirmación.