Endometriosis, síntomas digestivos y microbioma: Perspectivas de un ginecólogo y un gastroenteológo
Prof. Andrew Horne
Profesor de Ginecología y Director del Centro de Salud Reproductiva en la Universidad de Edimburgo en Reino Unido, con especialización en el tratamiento de la endometriosis.
Dr. William Fusco
Investigador clínico en gastroenterología y microbioma en el Policlínico Agostino Gemelli, Roma, Italia.
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Acerca de este artículo
¿Cuál es la prevalencia de la endometriosis?
A.H.: La endometriosis es sorprendentemente común, tanto como el asma y la diabetes. Afecta a alrededor de 1 de cada 10 mujeres.
W.F.: Según mi experiencia con el síndrome del intestino irritable (SII), es aún más común, sin duda más del 25 %.
¿Cuáles son los síntomas y qué preguntas hay que hacer para evitar un mal diagnóstico?
A.H.: Los síntomas son variables y el diagnóstico puede ser difícil. El síntoma principal es un dolor pélvico crónico, que muchas veces puede ser debilitante, y afectar a la vida cotidiana y al trabajo. Sin embargo, los pacientes también pueden experimentar dolor al tener relaciones sexuales, fatiga crónica, diarrea y/o estreñimiento y síntomas urinarios. Cualquier síntoma cíclico puede ser una señal de alerta para la endometriosis
W.F.: Un aumento de la peristalsis y heces más blandas durante la menstruación son normales, pero una diarrea cíclica y abundante no debería serlo. Se espera que haya dolor, pero no hasta el punto de quedarse postrada en cama.
A.H.: Otro síntoma que enciende las alarmas es la infertilidad. Pero para tranquilizar a las pacientes con endometriosis: dos tercios de ellas no tienen problemas para quedarse embarazadas y las que sí lo tienen, generalmente responden bien a la cirugía y a la FIV.
W.F.: Añadiría que la endometriosis es crónica, pero no quiere decir que no se pueda tratar. Es importante que los especialistas que traten a estas pacientes refuercen ese mensaje.
¿Con qué frecuencia se dan síntomas digestivos en mujeres con endometriosis?
A.H.: La prevalencia real es desconocida, pero casi todas mis pacientes tienen síntomas digestivos: hinchazón, cambios en los hábitos intestinales, acidez... Las lesiones en las paredes del intestino explican algunos síntomas, pero muchas padecen la enfermedad peritoneal superficial, lo que hace que esa relación sea más difícil de definir.
W.F.: He observado algo parecido y añadiría que el síndrome del intestino irritable (SII) es cuatro veces más común en mujeres con endometriosis comparado con la población general (4 % vs. 1 %). El SII y la endometriosis son condiciones autoinmunes, padecer una hace que aumente el riesgo de la otra.
¿Existe la necesidad de un tratamiento multidisciplinar?
A.H.: La endometriosis es un trastorno inflamatorio sistémico. Como ginecólogos, no estamos preparados para tratar síntomas digestivos. En Edimburgo, hace poco he abierto una clínica integrada de ginecología y gastroenterología.
W.F.: Cuando el dolor abdominal está estrictamente relacionado con la menstruación, a los gastroenterólogos nos puede resultar difícil añadir más. Cuando la relación está definida más vagamente, debemos investigar. Cuando se dan síntomas digestivos persistentes a pesar de haber recibido tratamiento, puede ser una señal de que coexiste con el SII. También hay que tener cuidado con las medicaciones, especialmente con los medicamentos antinflamatorios no esteroideos (AINES). El uso ocasional está bien en pacientes jóvenes, pero el uso crónico puede necesitar de un inhibidor de la bomba de protones (IBP), que puede causar disbiosis. No hay una regla universal, debemos hacer un tratamiento a medida para cada paciente.
¿Las microbiotas vaginal e intestinal están relacionadas?
A.H.: Hay un creciente interés en el papel que tienen en la endometriosis los microbiomas intestinal y vaginal. Algunos estudios sugieren que existe relación, pero son pocos e imperfectos. Necesitamos estudios con grandes segmentos de población. Creo que el microbiona tiene alguna influencia, pero no está claro qué viene primero, si los cambios en el microbioma o la endometriosis. Si la microbiota diese síntomas, podría abrir paso a nuevos tratamientos.
W.F.: Es un tema interesante. En pacientes con endometriosis, observamos disbiosis intestinal con niveles reducidos de ácidos grasos de cadena corta, como acetato, propionato y butirato que protegen la permeabilidad del intestino. Podemos ver el mismo patrón en otras condiciones gastrointestinales, como el SII y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), pero todavía no entendemos la relación. Quizá algún día, personalicemos el tratamiento restaurando las cepas exactas que faltan. Por ahora, no sabemos qué causa qué, así que se necesitan estudios mecanísticos.
¿Se deben recomendar dietas específicas a pacientes con endometriosis?
W.F.: No hay una dieta universal para la endometriosis y no podemos dar falsas esperanzas. Pueden estar involucradas alergias, intolerancia a la lactosa y celiaquía. Lo mejor es derivar a las pacientes a un nutricionista.
A.H.: No existe una «dieta para la endometriosis», pero algunas pacientes presentan mejoría en los síntomas después de realizar cambios en la dieta. En mi clínica, las pacientes trabajan con un/a dietista para ajustar minuciosamente las dietas En nuestra encuesta internacional a más de 2 500 pacientes con endometriosis, algunas sintieron alivio al dejar de consumir alcohol y cafeína, o comidas con gluten. Sin embargo, sin una guía, la restricción dietética puede ser peligrosa.