Definir la dinámica de la comunidad vaginal: las transiciones diarias del microbioma, la función de la menstruación, bacteriófagos y genes bacterianos
Por la Prof.ª asociada Ina Schuppe Koistinen
Departamento de Microbiología, Biología Tumoral y Celular, Karolinska Institutet, Estocolmo, Suecia
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Comentarios sobre el artículo por Hugerth et al. (Microbiome 2024) 1
Este estudio metagenómico de alta resolución investiga las transiciones diarias en el microbioma vaginal durante el ciclo menstrual en 49 mujeres jóvenes sanas. Al analizar datos taxonómicos, virales y de genes funcionales de muestras diarias, los autores implantan un sistema de clasificación dinámico llamado dinámicas de la comunidad vaginal (VCD), que categoriza a las mujeres en cuatro grupos: eubiótico constante, disbiótico constante, disbiótico menstrual y disbiótico inestable. Estos patrones reflejan cómo los microbiomas individuales responden a la menstruación, la actividad sexual y otras exposiciones, y demuestran que la salud íntima no puede abordarse correctamente solo con muestras estáticas. En particular, la abundancia de bacteriófagos y contenido genético bacteriano, como las bacteriocinas, podrían contribuir a la estabilidad o inestabilidad de las comunidades microbianas. Este trabajo destaca la complejidad e individualidad del comportamiento del microbioma vaginal y tiene consecuencias a la hora de mejorar diagnósticos y tratamientos personalizados en ginecología.
¿Qué se sabe ya sobre este tema?
La microbiota vaginal tiene un papel fundamental en la defensa contra los patógenos, el mantenimiento de la mucosa inmunitaria y la ayuda a la salud reproductiva. El predominio de especies de Lactobacillus, concretamente L. crispatus, mantiene un pH bajo e inhibe la colonización patogénica2. La disbiosis, definida como la pérdida de lactobacilos y el sobrecrecimiento de especies anaerobias como Gardnerella o Prevotella, está asociada con mayor riesgo de vaginosis bacteriana (VB), partos prematuros3, infertilidad4, infecciones de transmisión sexual, virus del papiloma humano (VPH), infecciones y cánceres ginecológicos5. Estudios anteriores demostraron que los cambios hormonales, la menstruación y las relaciones sexuales pueden influir en la composición del microbioma íntimo6. Muchos de estos estudios se basaban en muestras escasas y carecían de soluciones para valorar fluctuaciones a corto plazo o determinar los conductores de las transiciones entre la eubiosis y la disbiosis. Las contribuciones de las dinámicas virales y genes bacterianos funcionales permanecen en gran medida inexplorados.
¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio?
Este estudio introduce el concepto de dinámicas de la comunidad vaginal (VCD, por sus siglas en inglés) y proporciona así una nueva base para clasificar el comportamiento del microbioma durante el ciclo menstrual. A diferencia de los tipos de estado de la comunidad (CST), que describen composiciones de microbiomas estáticas, las VCD registran patrones temporales que reflejarían mejor la vulnerabilidad y resiliencia del microbioma. Los cuatro VCD (eubiótico constante, disbiótico constante, disbiosis relacionada con la menstruación y disbiótico inestable) representan perfiles diferentes de estabilidad microbiana. Las mujeres del grupo de eubiosis constantes mantuvieron el predominio de Lactobacillus durante el ciclo, mientras que aquellas con disbiosis constante presentaron comunidades asociadas a la VB persistente. La disbiosis relacionada con la menstruación se caracterizaría por cambios temporales, que se revertieron con frecuencia a mitad del ciclo, mientras que los grupos inestables presentaron fluctuaciones abruptas después de exposiciones como relaciones sexuales, lo que indicaba una mayor fragilidad ecológica.
Uno de los principales descubrimientos fue que la inestabilidad en el microbioma íntimo está asociado con el aumento de actividad bacteriófaga y una mayor prevalencia de L. iners. Esta especie se suele asociar a estados transicionales o menos estables, y la abundancia de bacteriófagos reflejaría ciclos líticos activos que desestabilizarían la bacteria dominante mediante la dinámica «maten al ganador». Asimismo, las mujeres con disbiosis temporal mostraron una gran abundancia de patógenos potenciales, como Sneathia spp. durante y antes de la menstruación mostrando períodos específicos de vulnerabilidad.
Los análisis a nivel de cepas revelaron diferencias en el contenido génico bacteriano, incluyendo bacteriocinas producidas por Gardnerella leopoldii que podrían inhibir los lactobacilos. Estos genes tenían mayor prevalencia en VCD inestables y disbióticos, lo que sugiere una posible función mecánica en la configuración de la estructura comunitaria. Aunque estos descubrimientos genéticos necesitan de más validación, subrayan la importancia de avanzar más allá de la clasificación por especie para entender la función microbiana y su impacto en la salud del individuo.
¿Qué consecuencias tiene para la práctica clínica?
Este estudio enfatiza la necesidad de reconsiderar cómo se evalúa y supervisa la salud íntima en la práctica clínica. Reconocer que la microbiota vaginal es dinámica (y que los patrones de estabilidad difieren notablemente entre mujeres) tiene implicaciones para diagnósticos, evaluaciones de riesgo y estrategias terapéuticas. Tomar muestras en un único momento, especialmente durante la menstruación, no conseguiría captar fluctuaciones importantes o podría distorsionar el estado microbiano base de la mujer. El personal clínico debería considerar recoger muestras en diferentes momentos del ciclo para poder evaluar mejor el comportamiento del microbioma, en especial en pacientes con síntomas o problemas de fertilidad.
Las limitaciones de la clasificación basada en CST se hacen evidentes en este estudio. Dos mujeres con el mismo CST pueden presentar VCD completamente diferentes, una con eubiosis estable y la otra con disbiosis frecuente. Incluir la evaluación por VCD permitiría proporcionar intervenciones más personalizadas, como la recomendación de apoyo preventivo al microbioma en mujeres con patrones más inestables o centrar la detección de infecciones en los períodos de alto riesgo (por ejemplo, postmenstruales).
Poder identificar la inestabilidad causada por bacteriófagos y las características bacterianas a nivel de cepa abre camino para la medicina de precisión. Las terapias futuras tendrían que abordar la función microbiana, como la formación de biopelículas o la producción de bacteriocinas, en vez de solamente centrarse en la composición. Entender la dinámica de los bacteriófagos vaginales también podría fundamentar estrategias innovadoras para la estabilización del microbioma.
Figura 1. Las series de muestras vaginales durante un período de tiempo se pueden clasificar en cuatro categorías (dinámica de la comunidad vaginal) según las proporciones de muestras eubióticas

a. Un árbol de decisiones puede separar series temporales de muestras en grupos dinámicos, basados en los tipos de estado de la comunidad (CST). La contribución de los usuarios determina qué CST se consideran eubióticos (I, II y V) y que días no tienen influencia de la menstruación (desde el día 9 del ciclo hasta el 25). Las series temporales con muestras eubióticas de ≥80 % se consideran eubióticas constantes; mientras que aquellas con muestras disbióticas >80 % se consideran disbióticas contantes. Para las muestras entre el 20 y el 80 %, se realiza un nuevo análisis en los días con ausencia de menstruación: si son eubióticas >80 %, la serie temporal se considera disbiótica menstrual, de lo contrario se considera inestable (cambia de eubiosis a disbiosis sin un patrón temporal claro). b. Un mapa de colores con un individuo por fila y un día por columna. El color de cada intersección muestra el CST. Las barras de color del lado izquierdo muestran la dinámica de la comunidad vaginal de cada mujer. c. Las barras de colores adicionales muestran las dinámicas de la comunidad vaginal deducibles de cada participante cuando hay menos muestras para hacer la clasificación. Copiado de Hugerth LW, et al. Microbiome 2024, 12, 1531 (doi:10.1186/s40168-024-01870-5) bajo licencia CC-BY 4.0 (creativecommons.org/licenses/by/4.0). No se han hecho cambios a la figura.
PUNTOS CLAVE
- El microbioma vaginal muestra patrones dinámicos e individuales durante el ciclo menstrual que podrían afectar a los resultados reproductivos.
- La disbiosis transitoria o inestable se asocia a un mayor conteo de bacteriófagos, predominio de Lactobacillus iners y fases de mayor riesgo.
- Las características funcionales a nivel de cepa, como la producción de bacteriocinas, ayudaría a explicar las transiciones y la persistencia de la disbiosis.
CONCLUSIÓN
Este estudio presenta un avance significativo en el conocimiento del comportamiento del microbioma vaginal, cambiando el foco de CST estáticos a patrones dinámicos de comunidad. Con la clasificación de las mujeres en cuatro categorías de VCD, el estudio ofrece una nueva visión para evaluar la salud del microbioma y sus consecuencias clínicas. Estas perspectivas requieren enfoques más personalizados y urgentes para el muestreo, el diagnóstico y la intervención. Incorporar datos del viroma y características bacterianas funcionales podría mejorar las estrategias de predicción de riesgo y tratamiento. En definitiva, un conocimiento ecológico más profundo del microbioma vaginal podría ayudar a reducir complicaciones como la vaginosis bacteriana, parto prematuro e infertilidad y apoyar un estándar más individualizado en el tratamiento de la salud reproductiva femenina.