Uso de la microbiota de personas obesas para luchar contra la caquexia asociada al cáncer

La caquexia es un síndrome muy temido en pacientes con cáncer, que sigue siendo muy difícil de combatir a pesar del soporte nutricional. ¿Y si la microbiota intestinal de donantes obesos o con sobrepeso fuera capaz de revertir esta tendencia?

Fecha de publicación 29 Septiembre 2021
Fecha de actualización 10 Noviembre 2021

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 29 Septiembre 2021
Fecha de actualización 10 Noviembre 2021

La caquexia es un síndrome multifuncional caracterizado por la pérdida continua de masa muscular que el soporte nutricional no permite corregir. Conduce paulatinamente a deficiencia funcional, disminución de la tolerancia a los tratamientos antineoplásicos y reducción de la supervivencia. Entre los pacientes más expuestos figuran aquellos con cáncer gastroesofágico (CGE), cuyos problemas mecánicos y digestivos provocan anorexia y saciedad prematura. Ahora bien, la microbiota intestinal parece desempeñar una función crucial en la regulación de ciertos aspectos de la caquexia neoplásica tales como la saciedad, el apetito, el metabolismo del huésped, la inflamación sistémica o la modulación de la respuesta a ciertos fármacos antineoplásicos. Al alterar la barrera intestinal, el cáncer y la mayoría de los tratamientos antineoplásicos podrían afectar dicha función. De ahí la idea de investigar los efectos de un trasplante de microbiota fecal (TMF) sobre la caquexia en pacientes con CGE.

Parámetros evaluados: saciedad, supervivencia y microbiota intestinal

Este ensayo comparativo y aleatorizado se llevó a cabo con doble enmascaramiento en 24 pacientes caquécticos con CGE metastásico inoperable que eran candidatos a quimioterapia paliativa. Los pacientes recibieron previamente un TMF alogénico (grupo de tratamiento; donante sano obeso o con sobrepeso) o autólogo (grupo control; donante = el propio paciente). El objetivo principal de los investigadores era evaluar el efecto del TMF sobre la saciedad. También analizaron otras características de la caquexia, la eficacia de la quimioterapia y la supervivencia. Por último, realizaron análisis exploratorios para evaluar los efectos del TMF sobre la composición de la microbiota intestinal.

No se observó ningún efecto sobre la saciedad pero sí un efecto favorable en la evolución de la enfermedad

Al contrario de las expectativas, el TMF alogénico de un donante obeso sano no mejoró la saciedad ni la caquexia del receptor antes de la quimioterapia. No obstante, tuvo aparentemente un efecto favorable en la evolución de la enfermedad ya que en comparación con el grupo control, los 12 pacientes del grupo de tratamiento alcanzaron una mayor tasa de control de la enfermedad (según los criterios RECIST) después de 12 semanas y una prolongación de la supervivencia, tanto general (365 frente a 227 días) como sin progresión del cáncer (204 frente a 93 días). Por cierto, 3 pacientes del grupo control fallecieron de cáncer antes de la conclusión del estudio, pero ninguno en el grupo de tratamiento. Por último, se observó un cambio en la microbiota fecal de los pacientes después del TMF alogénico, lo cual confirma que el trasplante de microbiota del donante funcionó correctamente pese a la quimioterapia. Los investigadores no lograron identificar especies bacterianas intestinales específicas que mostraran una correlación con los resultados de la quimioterapia en el grupo de tratamiento. Para ello, será necesario realizar ensayos clínicos a mayor escala sobre el TMF, con la esperanza de desarrollar in fine tratamientos personalizados basados en la administración de prebióticos y probióticos adaptados específicamente a la microbiota del paciente y capaces de mejorar la eficacia de los antineoplásicos.