Síndrome del colon irritable: ¿cuál es la eficacia a largo plazo del trasplante de microbiota fecal?

SII

Este estudio de seguimiento1 confirma que los efectos beneficiosos del trasplante de microbiota fecal de un solo «superdonante» sobre los síntomas del síndrome del colon irritable y la mejora de la calidad de vida se mantienen un año después del tratamiento.

Fecha de publicación 23 Noviembre 2021
Fecha de actualización 20 Diciembre 2021

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 23 Noviembre 2021
Fecha de actualización 20 Diciembre 2021

Después de haber demostrado en un estudio anterior2 que el trasplante de microbiota fecal (TMF) era eficaz durante 3 meses para mejorar los síntomas abdominales, la fatiga y la calidad de vida de los pacientes que padecen el síndrome del colon irritable (SCI), los investigadores prolongaron el seguimiento de su cohorte hasta 1 año para evaluar los efectos a largo plazo. Este es el objetivo de este nuevo estudio.

Beneficios persistentes a un año

Se siguió durante un año después del TMF a 77 de los 91 pacientes con SCI que habían respondido al TMF en el estudio anterior (disminución ≥ 50 de la puntuación de severidad del SCI). De estos pacientes, 31 ya habían recibido un trasplante de heces de 30 g y otros 40 pacientes de 60 g, procedente de un único «superdonante».

«Superdonante»

Este hombre de raza blanca de 36 años se calificó de «superdonante» porque gozaba de buena salud, tenía un IMC normal y hacía regularmente ejercicio. El hombre había nacido por vía vaginal y había recibido lactancia materna. No tomaba ningún medicamento, solo había recibido tres tratamientos antibióticos durante su vida y tomaba regularmente complementos alimentarios.

Un año después del TMF, el 86,5% de los pacientes del grupo de 30 g y el 87,5% del grupo de 60 g mantenían su respuesta al TMF; los síntomas abdominales y la fatiga eran significativamente menos severos y su calidad de vida era significativamente mejor al cabo de un año que de 3 meses. Además, el 32,4% de los pacientes del grupo de 30 g y el 45% del grupo de 60 g presentaron una remisión completa al cabo de un año, frente al 21,6% y el 27,5% (respectivamente) después de 3 meses (p = 0,1 y p = 0,4 respectivamente). Todos los pacientes con recidiva (n = 10) tomaban medicamentos regularmente. No se observaron diferencias en la tasa de respuesta y la mejora sintomática entre los hombres y las mujeres, ni entre los diferentes tipos de SCI.

Mejora de la diversidad bacteriana intestinal

Mientras que el índice de disbiosis (ID) no había mejorado en el estudio anterior un mes después del TMF, sí mejoró al año, lo cual indica un aumento de la diversidad bacteriana. En los grupos de 30 g y 60 g, las cantidades de varias bacterias aumentaron significativamente un año después del TMF; la abundancia de Bacteroides stercoris y de especies de los géneros Alistipes, Bacteroides y Prevotella mostró una correlación inversa con la severidad del SCI y la fatiga de los pacientes en los dos grupos, así como las especies del género Parabacteroides en el grupo de 60 g. Ningún marcador bacteriano cambió de manera significativa en el grupo de pacientes que presentaron una recidiva clínica un año después del TMF. Además, los ácidos grasos de cadena corta fecales también se modificaron —aumento de los ácidos isobutírico e isovalérico, disminución del ácido acético— en los pacientes en remisión completa y los respondedores, lo cual sugiere que el metabolismo microbiano pasó de un esquema de fermentación sacarolítica a un esquema de fermentación proteolítica en estos pacientes un año después del TMF.

Aparte de leves dolores abdominales intermitentes, diarrea y estreñimiento los dos primeros días después del TMF, no se señaló ningún efecto indeseable durante el periodo de seguimiento. Como en el primer estudio, se confirmó el potencial del TMF. Parece muy prometedor para el tratamiento a largo plazo de los síntomas del SCI y para el restablecimiento de la microbiota intestinal.