La microbiota intestinal podría bloquear los efectos de algunos antidepresivos

La disbiosis intestinal asociada al estrés podría estar implicada en la patogenia de los trastornos depresivos. Además, al alterar la vía serotoninérgica, podría limitar la eficacia de una familia de antidepresivos.

Fecha de publicación 24 Agosto 2020
Fecha de actualización 29 Marzo 2022

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 24 Agosto 2020
Fecha de actualización 29 Marzo 2022

Frente a trastornos depresivos mayores, los tratamientos disponibles actualmente como la fluoxetina –un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina– siguen mostrando una eficacia solamente parcial. Mientras que la microbiota intestinal, por su sensibilidad al estrés crónico, constituye una diana terapéutica en la depresión, hasta ahora ningún estudio había evaluado si podía afectar la eficacia de los antidepresivos. Un estudio realizado por un equipo francés ha permitido colmar esta laguna. Su objetivo era investigar si la disbiosis intestinal inducida por el estrés repetido podía ser responsable de cambios metabólicos capaces de alterar el comportamiento emocional y la respuesta a los medicamentos serotoninérgicos.

Transferir la depresión mediante un trasplante fecal

Para determinar si la depresión era transmisible, los investigadores trasplantaron la microbiota intestinal procedente de un modelo murino de estrés crónico moderado a ratones receptores sanos tratados previamente con antibióticos, un método que permite transferir la mayor parte de los elementos de la disbiosis. En los ratones receptores se observó un comportamiento similar a la depresión, así como una reducción de la neurogénesis en el hipocampo y de las concentraciones de serotonina (limitación de su síntesis y recaptación, estimulación de su degradación). Al parecer, está implicado el triptófano, un aminoácido alimentario precursor de la serotonina cuyo metabolismo podría verse alterado por la disbiosis, porque sus concentraciones séricas fueron más bajas en los ratones receptores. Además, el trasplante exacerbó las alteraciones descritas puesto que los ratones receptores se vieron más afectadas que los ratones donantes; esta diferencia podría explicarse por la disminución de un clúster bacteriano, correlacionada con las concentraciones de triptófano.

Resistencia a los antidepresivos

Otro efecto importante del trasplante fecal es la alteración de los efectos antidepresivos y neurógenos de la fluoxetina en los ratones trasplantados (pero no en los ratones donantes). El antidepresivo no elevó las concentraciones de serotonina en el hipocampo y tampoco logró restaurar niveles normales de síntesis, recaptación y degradación del neurotransmisor. En cambio, el tratamiento con un precursor inmediato de la serotonina (5-HTP1, derivado hidroxilado del triptófano) restableció las concentraciones de serotonina en el hipocampo, mejoró la neurogénesis y alivió la depresión.

Un mecanismo, una terapia y un biomarcador

Así pues, al alterar la vía serotoninérgica del metabolismo del triptófano, una disbiosis intestinal podría explicar la patogenia de algunas formas de depresión y la ineficacia de la fluoxetina. Según los autores, la modulación de los microorganismos implicados en el catabolismo del triptófano podría representar una posible estrategia terapéutica. Además, las concentraciones plasmáticas de triptófano podrían usase como biomarcador para ayudar en la toma de decisiones terapéuticas. Sin embargo, aún falta confirmar los resultados de este estudio en el ser humano.

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