Correlación entre ciertas especies microbianas y las amiloidosis y taupatías en la enfermedad de Alzheimer
Ya habíamos establecido la relación entre la salud intestinal y la enfermedad de Alzheimer, pero un nuevo estudio ha provocado un cambio de paradigma: lo que importa no es la diversidad global, sino la identidad concreta de los microorganismos. Algunas especies, conocidas como biomarcadores beneficiosos, protegen el cerebro, mientras que otras, incluso pertenecientes al mismo género, pueden acelerar el deterioro cognitivo.
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Acerca de este artículo
Durante años, la comunidad científica ha estado recopilando pruebas de que el intestino y el cerebro están en comunicación constante, un concepto conocido como el «eje intestino-cerebro».1, 2 Sabemos que la composición de la microbiota intestinal difiere en pacientes con enfermedad de Alzheimer3, y que esta disbiosis podría contribuir a la neuroinflamación que alimenta la enfermedad4, 5.
Pero los datos concretos no estaban claros. Hemos estado mirando al bosque, pero un innovador estudio reciente6 se enfoca en cada uno de los árboles, y lo que revela podría cambiar radicalmente nuestro enfoque frente a la devastadora y neurodegenerativa enfermedad de Alzheimer.
Más allá del cerebro: no se trata de la diversidad global, sino de la identidad microbiana concreta
¿Y si los primeros indicios de la enfermedad de Alzheimer no fueran cognitivos, sino que estuvieran en la composición microbiana? En un estudio de referencia publicado por la revista Alzheimer’s Research & Therapy, se muestran pruebas convincentes de que la clave para comprender, y quizás algún día diagnosticar, el deterioro cognitivo en la vida de pacientes con enfermedad de Alzheimer podría encontrarse en las especies concretas de bacterias que viven en el intestino.
Mediante el uso de (sidenote: Secuenciación metagenómica indiscriminada Se trata de un método de secuenciación de alta resolución en el que se analiza todo el material genético de cada microorganismo presente en una muestra. Al contrario que otras técnicas anteriores en las que solo se identificaban las familias de las bacterias, permite una identificación precisa hasta el nivel taxonómico de las especies y revela los genes funcionales de esas bacterias. ) de alta resolución en pacientes con (sidenote: Deterioro cognitivo leve (DCL) El DCL es una etapa clínica entre el deterioro cognitivo esperado acorde al envejecimiento y el deterioro más grave de la demencia. Las personas con DCL tienen problemas de memoria o razonamiento perceptibles, pero siguen pudiendo llevar a cabo la mayoría de las actividades de la vida diaria, por lo que esta etapa representa una ventana temporal clave para la intervención y el estudio. ) , una fase crucial intermedia, los investigadores descubrieron que no existía una diferencia significativa en la diversidad global de la microbiota intestinal en comparación con las personas de referencia sanas. En su lugar, la diferencia fundamental residía en la identidad de los microorganismos. En el estudio se señalaron 59 especies microbianas concretas cuya presencia o ausencia estaba directamente correlacionada con el DCL, las placas amiloides y la concentración de (sidenote: Proteína tau La proteína tau (también proteína τ) normalmente estabiliza el sistema de transporte interno, o microtúbulos, dentro de las neuronas. En la enfermedad de Alzheimer, se fosforila de un modo anómalo y forma ovillos neurofibrilares dentro de las neuronas, lo que causa la disfunción y muerte celular. ) , los rasgos patológicos principales característicos de la enfermedad de Alzheimer. Esto nos indica que lo importante no es el tamaño del ejército microbiano, sino qué soldados concretos están en el frente.
El sorprendente papel de dos Bacteroides: por qué la diferenciación detallada de la especie lo cambia todo
Aquí es donde los hallazgos sobre los biomarcadores intestinales suponen un auténtico cambio de paradigma. En el estudio se reveló que distintas especies del mismo género pueden tener efectos contrarios en la salud cerebral. Por ejemplo, la presencia de la especie Bacteroides eggerthii se asoció a un menor riesgo de DCL. Sin embargo, otra especie, Bacteroides thetaiotaomicron, estaba vinculada con un mayor riesgo.
Se trata de un descubrimiento decisivo, ya que demuestra que en los estudios previos con secuenciación de menor resolución, en los que solo se podía identificar hasta el nivel taxonómico del género de las bacterias, puede haberse pasado por alto el aspecto más importante de la cuestión. Es como saber que un ser vivo es un mamífero, pero no saber si se trata de un ratón o de un león. Esta actividad concreta de las especies es una idea fundamental que obligará al ámbito científico a adoptar métodos más precisos.
Hacia los marcadores funcionales: el papel protector de Akkermansi
El estudio va más allá de la mera correlación, ya que en él se identifican bacterias que no solo están presentes, sino que están vinculadas desde el punto de vista funcional con la salud cerebral. Una de las especies beneficiosas que se identificó, Akkermansia muciniphila, se correlacionó negativamente con la carga amiloide. Esto es significativo porque se sabe que Akkermansia produce metabolitos que fortalecen la barrera intestinal y tiene efectos antiinflamatorios.7 Esta investigación permite suponer que desempeña un papel incluso más directo, posiblemente al influir en el metabolismo energético del cerebro y proteger frente a la acumulación de proteínas tóxicas, como la proteína tau.
La identificación de especies pro- y antiinflamatorias concretas ligadas directamente a la concentración de proteínas amiloides y proteínas tau abre la puerta al desarrollo de biomarcadores metabólicos muy sensibles8, 9, 10, lo que podría adelantar el diagnóstico a la etapa de DCL, mucho antes de que se produzcan daños irreversibles para el sistema nervioso central.
Estos hallazgos refuerzan aún más el creciente reconocimiento del papel de la microbiota intestinal en la enfermedad de Alzheimer. Para estudiar este tema más en profundidad, puede leer nuestros artículos dedicados a la microbiota intestinal y su posible papel como factor fundamental o incluso como indicador temprano de la enfermedad:
1. https://www.biocodexmicrobiotainstitute.com/fr/comment-notre-intestin-dialogue-en-permanence-avec-notre-cerveau
2. https://www.biocodexmicrobiotainstitute.com/fr/pro/role-du-microbiote-dans-la-communication-intestin-cerveau
3. Vogt, N.M., Kerby, R.L., Dill-McFarland, K.A. et al. Gut microbiome alterations in Alzheimer’s disease. Sci Rep 7, 13537
4. https://www.biocodexmicrobiotainstitute.com/fr/alzheimer-comment-notre-intestin-nous-fait-perdre-la-tete
5. https://www.biocodexmicrobiotainstitute.com/fr/pro/alzheimer-comment-la-dysbiose-intestinale-influencerait-la-pathologie-amyloide
6. Fan, KC., Lin, CC., Chiu, YL. et al. Compositional and functional gut microbiota alterations in mild cognitive impairment: links to Alzheimer’s disease pathology. Alz Res Therapy 17, 122 (2025).
9. https://www.santelog.com/actualites/alzheimer-parkinson-ces-biomarqueurs-caches-dans-le-microbiote
10. Liang Y, Liu C, Cheng M, et al. The link between gut microbiome and Alzheimer's disease: From the perspective of new revised criteria for diagnosis and staging of Alzheimer's disease. Alzheimer's Dement. 2024; 20: 5771–578