Una microbiota intestinal reestructurada y unos kilos de menos: los superpoderes del almidón resistente
Un estudio acaba de demostrar que el almidón resistente produce modificaciones en la estructura de la microbiota intestinal propicias para la pérdida de peso y beneficiosas para la salud. Una complementación con 40 g/d permitió a los voluntarios perder 3 kilos en 2 meses, ¡sin hacer dieta!
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Acerca de este artículo
Este podría ser el enésimo número «Especial primavera» de una de esas revistas femeninas que alaban los méritos de la última dieta de moda… Pero, en este caso, se trata de resultados procedentes de un estudio especialmente riguroso publicado en la revista Nature Metabolism, 1 que suscita interés y presenta los potenciales beneficios del almidón resistente para el peso. Al modular la estructura de la microbiota intestinal, esta fibra alimentaria presente en las legumbres, los cereales o el plátano verde podría ayudarnos a eliminar los kilos de más y a mejorar la salud. Analizamos los resultados en detalle.
Sin dieta y con varios kilos menos
Los investigadores reclutaron a 22 hombres y 15 mujeres con sobrepeso ( (sidenote: Indice de Masa Corporal (IMC) El Indice de Masa Corporal (IMC) evalúa la constitución de una persona al estimar la masa grasa corporal calculada por una relación entre el peso (kg) y la altura (m). https://www.nhlbi.nih.gov/health/educational/lose_wt/BMI/bmicalc.htm https://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/nutrition/a-healthy-lifestyle/body-mass-index-bmi ) > 24) y con una alimentación equilibrada normal (no hipocalórica), que recibieron suplementos, o bien de almidón resistente, o bien de almidón «normal» placebo (véase el cuadro). Evaluaron la evolución de su IMC, de su microbiota intestinal y de diversos parámetros metabólicos.
Los resultados indican de entrada que la toma diaria de 40 g de almidón durante 2 meses se asocia a una pérdida de peso de 2,8 kg de media, en especial con:
- una disminución de la grasa visceral, la peor en términos de riesgo cardiovascular;
- una mejora de la sensibilidad a la insulina y de la tolerancia a la glucosa, factores protectores contra la diabetes.
Ninguno de estos efectos se observó con el almidón placebo.
El más potente de los estudios científicos
Este estudio es un «ensayo con grupos cruzados aleatorizado doble ciego contra placebo», un método científico entre los más rigurosos de la investigación médica. Los participantes se distribuyeron al azar en dos grupos:
- El primero, en el que los voluntarios consumieron durante 8 semanas 40 g/d de almidón resistente (antes de las comidas), hicieron una pausa de 4 semanas y después consumieron una cantidad equivalente de almidón placebo durante 8 semanas.
- El segundo actuó a la inversa: 8 semanas de almidón placebo, 4 semanas de pausa y 8 semanas de almidón resistente.
Con el fin de eliminar cualquier factor humano capaz de influir en los resultados, ni los investigadores ni los participantes conocían la naturaleza de los almidones.
Todo pasa por la microbiota intestinal
Los análisis indican que el almidón resistente produjo una auténtica remodelación de la estructura de la microbiota intestinal de los voluntarios, con un aumento de varias cepas bacterianas, sobre todo de Bifidobacterium adolescentis. Los cálculos de los investigadores demuestran que la cantidad de esta última está estrechamente relacionada con la disminución del IMC y de la grasa visceral.
Al transferir a ratones la microbiota fecal de voluntarios que habían consumido almidón resistente (sidenote: Trasplante de microbiota fecal (TFM) Procedimiento terapéutico para restablecer la microbiota intestinal mediante la transferencia de bacterias fecales de un donante sano a un receptor. Profundizar https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abo2750 ) , los investigadores observaron el mismo tipo de efectos sobre el peso y la sensibilidad a la insulina. Además, se obtuvieron los mismos efectos complementando a los ratones con la bacteria beneficiosa identificada, B. adolescentis.
Esto refuerza la hipótesis según la cual los cambios producidos por el almidón resistente en la microbiota intestinal son responsables de sus efectos beneficiosos.
¿Qué es el almidón resistente?
El almidón es la forma en la que las plantas (arroz, patatas, trigo, maíz…) almacenan los glúcidos. El almidón resistente, por su parte, es una fracción del almidón que nuestras enzimas digestivas no degradan y, por lo tanto, llega intacto al colon. Es fermentado por las bacterias de la microbiota que, a cambio, liberan diferentes sustancias beneficiosas, sobre todo ácidos grasos de cadena corta
(sidenote:
Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC)
Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro.
Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25.
)
. 2 La avena, el arroz, el sorgo, la cebada, las judías y las legumbres, así como los plátanos verdes, proporcionan grandes cantidades de fibra y de almidón resistente. 3
La cocción disminuye el contenido de almidón resistente de los alimentos, pero el enfriamiento (arroz o patatas en ensalada, por ejemplo) contribuye a restablecerlo. 2
Varias vías metabólicas en juego
Las modificaciones de la microbiota intestinal permitieron, en especial:
- influir sobre el metabolismo de los ácidos biliares, lo que aumentó la producción de ciertos ácidos grasos llamados «secundarios», capaces de actuar sobre receptores celulares implicados en la regulación de la glucosa y los lípidos;
- reducir la inflamación, gracias al restablecimiento de la barrera intestinal (se sabe que la inflamación de bajo grado está implicada en la obesidad y la resistencia a la insulina);
- inhibir la absorción de los lípidos alimentarios.
Estos resultados deben confirmarse mediante un estudio de mayor amplitud. No obstante, sugieren que aumentar el contenido de almidón resistente de la alimentación es una estrategia a la vez simple y poderosa para perder peso… o para evitar recuperarlo después de una dieta.