Prácticas que ponen en riesgo la microbiota vaginal
Noches de borrachera, múltiples parejas, antibióticos, productos de higiene íntima... ¿Cuáles son los factores de riesgo para la microbiota vaginal de las estudiantes, y qué tipos de flora vaginal son más sensibles a estos factores?
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Acerca de este artículo
A lo largo de la vida de una mujer, la microbiota vaginal se va modificando... a veces hasta el punto de cambiar de tipo (véase el recuadro), según revela 1 el seguimiento de 125 mujeres sexualmente activas de entre 18 y 25 años residentes en el sur de Francia (Montpellier).
Existen 5 tipos de comunidades vaginales 2 (o CST por Community State Type), que pueden clasificarse en tres grupos, como hacen los autores de este estudio:
- 3 tipos óptimos en términos de salud vaginal, dominados por lactobacilos: CST I dominado por Lactobacillus crispatus, CST II dominado por L. gasseri, y CST V dominado por L. jensenii
- 1 tipo subóptimo, CST III, dominado por otro lactobacilo (L. iners), mucho más vulnerable a la disbiosis
- y 1 tipo no óptimo, caracterizado por su bajo contenido de lactobacilos (CST IV).
Los lactobacilos garantizan la estabilidad
El primer resultado del estudio es que las comunidades bacterianas dominadas por lactobacilos –bacterias en forma de bastoncillos conocidas por ser las más beneficiosas para la salud íntima de la mujer– también son más estables a lo largo del tiempo. En otras palabras, resulta más difícil alterar una microbiota vaginal que muestra una gran abundancia de lactobacilos, ya sean L. crispatus, L. gasseri, L. jensenii o L. iners.
Una microbiota vaginal equilibrada, dominada por estos lactobacilos, es capaz de limitar la proliferación de agentes patógenos. Sin embargo, aún puede ocurrir si la microbiota se somete a un estrés excesivo.
Ha oído hablar de la «disbiosis
Noches de borrachera = flora vaginal alterada
Segundo resultado: la lista de factores que pueden alterar la flora vaginal.
Entre los sospechosos identificados en las 125 estudiantes incluidas en el estudio: el alcohol fue el factor con el efecto más potente y constante, ya que favorece el desarrollo de una flora subóptima y aumenta la vulnerabilidad de la vagina a las infecciones al facilitar la proliferación de bacterias patógenas.
Parejas, higiene y antibióticos
Otros factores también podrían contribuir al cambio de una comunidad bacteriana vaginal a otra:
- Un mayor número de parejas sexuales aumenta el riesgo de mantener (o adquirir) una flora no óptima, favoreciendo así la aparición de infecciones vaginales que pueden conducir a vaginosis bacteriana.
Varios estudios han demostrado que la microbiota genital puede transferirse entre parejas sexuales, lo que puede desestabilizar la comunidad microbiana residente.
- El uso de productos de higiene íntima (cremas, óvulos, cápsulas, geles y toallitas) puede tener efectos sobre la salud que varían de una mujer a otra, pudiendo provocar cambios circulares de un tipo de flora a otro.
Efectos sobre la salud que varían de una mujer a otra, pudiendo provocar cambios circulares de un tipo de flora a otro. El uso de productos de higiene íntima se asocia a efectos variables sobre las comunidades bacterianas, en función del tipo de microbiota presente.
- Por su parte, el uso de antibióticos no mostró una estrecha asociación con el cambio de tipo de flora vaginal. Esta ausencia de efecto sorprendió a los investigadores, quienes se preguntaron si se había dejado un intervalo de tiempo excesivo entre muestras sucesivas para poder «captar» el breve momento del cambio de flora posiblemente relacionado con el antibiótico.
Sea como fuere
El estudio muestra lo frágil que es la flora vaginal y cómo se encuentra en un perpetuo estado de equilibrio. Por muy resistente que parezca una microbiota vaginal dominada por lactobacilos, es importante no exponerla a un estrés excesivo, ya que los excesos propios de la vida estudiantil pueden ponerla en peligro.