¿Utilizar bacterias para investigar agresiones sexuales?
El uso de la microbiota en medicina forense podría dar lugar a un método revolucionario para identificar a sospechosos de agresiones sexuales gracias a las «huellas» bacterianas únicas que dejan durante el coito. Estas huellas microbianas pueden persistir durante varios días, lo que permite detectarlas incluso cuando las evidencias de ADN son escasas. Por tanto, este nuevo método de identificación podría ayudar a muchas víctimas, sobre todo cuando las evidencias de ADN están ausentes o degradadas.
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Desde hace años, las investigaciones de los casos de agresión sexual se basan en gran medida en el análisis del ADN humano masculino, a menudo procedente del semen encontrado en la víctima. Pero, por desgracia, no siempre es tan sencillo. Puede ser difícil obtener una cantidad suficiente de espermatozoides viables, sobre todo si la muestra se toma más de 48 horas después de la agresión. Aquí es donde la microbiota –la vasta comunidad de microbios que viven dentro de nuestro cuerpo y sobre nuestra piel– entra en juego en el contexto forense, ofreciendo una nueva vía de detección e identificación de los agresores sexuales.
Este nuevo estudio 1 se basa en trabajos anteriores que han demostrado que las comunidades microbianas difieren de una parte del cuerpo a otra y de un individuo a otro. Dado que estos perfiles microbianos únicos se transfieren durante las relaciones sexuales, ¿dejarán un rastro que los métodos tradicionales de análisis del ADN podrían pasar por alto? Esta es precisamente la pregunta central a la que trata de dar respuesta este estudio, que analiza específicamente el " (sidenote: Sexoma Conjunto de perfiles microbianos intercambiados específicamente durante el coito. ) " es decir, el intercambio de microbios que tiene lugar durante el acto sexual.
La ciencia ofrece nuevas posibilidades para los casos de violencia de género más difíciles o que no se han resuelto con otras técnicas. Las víctimas de crímenes sexuales podrían beneficiarse de estos adelantos científicos.
El acto sexual y una firma bacteriana única
El investigador reclutó a 12 parejas hombre/mujer que dieron su consentimiento para participar en este estudio científico. Los participantes tomaron muestras de sus zonas genitales antes y después de mantener relaciones sexuales con penetración. Las muestras «antes» se tomaron tras un periodo de abstinencia de al menos 2 o 4 días, mientras que las muestras «después» se tomaron entre 3 y 12 horas después de la relación sexual, reproduciendo así el escenario de muestreo habitual en el contexto forense. A continuación, cada muestra se analizó mediante el método de secuenciación completa del (sidenote: Secuenciación del ARNr 16S Método de lectura de un gen bacteriano similar a un «código de barras» que permite identificar y diferenciar especies. ) El gen 16S es una especie de código de barras bacteriano de alta resolución (a nivel de especie), absolutamente esencial en el ámbito forense.
Como era de esperarse, las muestras de piel del pene masculino fueron en general más diversas que las muestras vaginales femeninas. En función de sus perfiles de referencia, las parejas mostraron diferentes niveles de similitud microbiana después de mantener relaciones sexuales. Estar en pareja tiene, por tanto, un impacto significativo en la composición global de la flora bacteriana encontrada...
Los investigadores también observaron una alteración de las comunidades microbianas en las muestras tomadas tanto a hombres como a mujeres después de mantener relaciones sexuales, lo que demuestra que se produjo una transferencia de bacterias.
Las bacterias típicas de la piel masculina (como Corynebacterium, Staphylococcus, Finegoldia) aumentaron en las muestras femeninas, mientras que las principales bacterias vaginales (especies de Lactobacillus) fueron más abundantes de lo habitual en las muestras masculinas.
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Resultados sorprendentes con un impacto importante en la medicina forense
Lo sorprendente es que la transferencia de bacterias se mantiene a pesar del uso del preservativo, principalmente de la mujer al hombre, dejando evidencias microbianas. Se observó la persistencia de bacterias exclusivamente femeninas en el hombre durante cinco días a pesar del aseo. De este modo, la detección forense ya no tendrá que limitarse al análisis del ADN del semen. Además, después de mantener relaciones sexuales pueden aparecer en los genitales nuevos microorganismos procedentes del intestino o de la piel, lo que podría aportar nuevas evidencias del contacto sexual. Todo ello podría añadir una nueva dimensión a los casos de agresión sexual.
Un gran avance en la ciencia forense: una nueva herramienta en manos de la justicia
La lección es clara: durante las relaciones sexuales se transfieren perfiles bacterianos específicos. El uso de técnicas de secuenciación de alta resolución ofrece a los científicos forenses la posibilidad de identificar tipos únicos de bacterias.
El estudio demuestra de forma contundente que el análisis de la microbiota es una valiosa herramienta adicional para las investigaciones de agresiones sexuales, especialmente cuando el ADN masculino es escaso o inexistente. También demuestra que el intercambio microscópico de bacterias durante el contacto sexual deja una huella detectable de alta resolución –el " (sidenote: Sexoma Conjunto de perfiles microbianos intercambiados específicamente durante el coito. ) " que abre posibilidades muy prometedoras para los investigadores criminales en la búsqueda de justicia.