Los refrescos: un dulce que amarga nuestra microbiota y nuestra salud
¿Pueden los refrescos y otras bebidas azucaradas modificar nuestra microflora intestinal y, de rebote, aumentar el riesgo de padecer diabetes? Eso han demostrado unos investigadores 1 que han estudiado la microbiota intestinal de personas latino e hispanoamericanas.
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Acerca de este artículo
Los refrescos y otras bebidas azucaradas son el peor enemigo de las políticas de salud pública. A la cabeza de los efectos nocivos que se asocian a consumirlas en exceso están la
(sidenote:
Diabetes
Enfermedad crónica que surge cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no es capaz de utilizar eficazmente la insulina que produce. Con el paso del tiempo, la diabetes puede causar lesiones vasculares en el corazón, los ojos, los riñones y los nervios.
)
y, más concretamente, la diabetes de tipo 2. ¿Cómo? Probablemente a causa del aumento de peso,
(sidenote:
Resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina, una respuesta alterada de las células a la acción de la insulina (una hormona que ayuda al cuerpo a utilizar el azúcar para obtener energía), provoca una mala regulación de los niveles de azúcar en sangre.
Bibliografia:
Inserm. La résistance à l’insuline, une histoire de communication. 2018.
Centers for disease control and prevention. Diabetes - Resources and Publications -Glossary
)
, la inflamación y la dislipidemia. No obstante, en unos estudios realizados con personas latino e hispanoamericanas, se ha mostrado que nuestra microbiota intestinal también podría tener parte de culpa.
422 millones El número de personas diabéticas se elevó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. Solo en el año 2012, se le podían atribuir directamente a la diabetes 1,5 millones de fallecimientos. ²
10 043 es el número de fallecimientos por diabetes que se asociaron al consumo de bebidas azucaradas en personas adultas de los EE. UU. en 2012, lo que supone el 14,8 % de los fallecimientos por diabetes relacionados con una alimentación subóptima. ¹
A más refrescos, más bacterias malas
La inclinación por las bebidas azucaradas (sobre todo si se consumen más de 2 vasos al día) tiene graves consecuencias para la microbiota intestinal. De hecho, su consumo habitual parece destruir los efectivos de distintas bacterias consideradas beneficiosas, ya que producen (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) (AGCC), con un reconocido efecto protector.
Por ejemplo, Bacteroides pectinophilus, que se alimenta de pectina, no sabe qué hacer con el azúcar de los refrescos y se debilita al consumirlos. Pero lo que es malo para unas es bueno para otras, y las bacterias amantes de la fructosa y la glucosa, dos azúcares presentes en grandes dosis en las bebidas azucaradas, se multiplican como setas.
La OMS recomienda
La OMS recomienda que, si se ingieren «azúcares libres», aporten menos del 10 % de las necesidades energéticas totales; además, se pueden observar mejoras en la salud si se reducen a menos del 5 %. Esta proporción equivale a menos de un vaso de 250 ml de bebida azucarada al día. 2
Los metabolitos bacterianos prodiabéticos
La consecuencia directa de este lío bacteriano es que nuestra microbiota, al haber cambiado, ya no fabrica los mismos (sidenote: Metabolitos Moléculas pequeñas producidas durante el metabolismo celular o bacteriano. Por ejemplo, los ácidos grasos de cadena corta son metabolitos producidos por la microbiota intestinal durante la fermentación de azúcares complejos no digeribles (fibras…). Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. Lamichhane S, Sen P, Dickens AM, et al An overview of metabolomics data analysis: current tools and future perspectives. Comprehensive analytical chemistry. 2018 ; 82: 387-413 ) ni actúa de la misma manera sobre nuestra salud. Con los refrescos, nos despedimos de los AGCC buenos que cuidan nuestro organismo. Al contrario, las moléculas producidas por la microflora intestinal de los adictos a las bebidas azucaradas están implicadas en la alteración de la glucemia (la concentración de azúcar en la sangre ) y en el riesgo de padecer diabetes. Y cuantos más refrescos y bebidas azucaradas se consuman, mayor será la presencia de estas moléculas nocivas en la sangre, lo que conlleva un aumento del riesgo de padecer diabetes.
Es importante señalar que el sobrepeso también podría tener un papel importante. Una parte de la relación entre las bebidas azucaradas, los metabolitos y la diabetes parece estar vinculada con los kilos de más.
Aumentar el consumo habitual de bebidas azucaradas (refrescos o zumos) en 110 ml (medio vaso) durante 4 años aumenta el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en un 16 % en los 4 años siguientes (en comparación con las personas con un consumo estable a lo largo del tiempo). 3
Reducir el consumo de refrescos
Estos resultados indican que la microbiota intestinal y los metabolitos bacterianos podrían tener algo que ver con la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el mayor riesgo de padecer diabetes. No obstante, es necesario realizar otros estudios en otras poblaciones para comprender mejor este vínculo. Mientras tanto, esta investigación debe considerarse un motivo más para reducir el consumo de refrescos. ¿Y si en su lugar nos tomamos un vaso de horchata, que potencia las bacterias beneficiosas?