Do L. iners : ¿aliada de la microbiota vaginal en las mujeres embarazadas?
¿Cuál es el papel de L. iners en la salud vaginal de las mujeres embarazadas? Un estudio chino 1 arroja luz sobre el papel complejo y globalmente beneficioso de esta bacteria en el mantenimiento de una microbiota vaginal sana.
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Acerca de este artículo
La microbiota vaginal es un complejo ecosistema de bacterias que viven en la vagina y desempeña un papel fundamental en la salud de las mujeres, incluidas las embarazadas. Por ejemplo, una mayor abundancia de lactobacilos parece reducir la frecuencia de abortos espontáneos.
Entre los diferentes lactobacilos de la flora vaginal, Lactobacillus iners resulta especialmente intrigante ya que está presente tanto en la microbiota sana como en la patológica lo que suscita muchas interrogantes sobre su función exacta. Un estudio realizado con 91 mujeres chinas en el tercer trimestre de embarazo aporta nuevos datos al respecto.
L. iners es más frecuente en mujeres sanas
El estudio muestra que una de cada dos mujeres sanas alberga en su vagina una flora dominada por L. iners, mientras que esta proporción es de solo un tercio en el grupo de mujeres enfermas ( (sidenote: Diabetes gestacional Diabetes gestacional, a veces denominada «diabetes del embarazo»: la diabetes gestacional puede aparecer durante el embarazo en mujeres que no son diabéticas, generalmente alrededor de la semana 24. Por lo general, se realiza una prueba de detección entre la semana 24 y la 28. La diabetes gestacional se debe a que el cuerpo no puede producir suficiente insulina, una hormona que permite que las células utilicen el azúcar (glucosa) de la sangre como fuente de energía. Como resultado, la concentración de azúcar en la sangre (glucemia) supera los niveles normales. Cada año en los Estados Unidos, la diabetes gestacional afecta entre el 5% y el 9% de los embarazos. Un tratamiento adecuado de la diabetes gestacional permite garantizar un embarazo sin problema y el nacimiento de un bebé sano. CDC ) , complicaciones, etc.). Por el contrario, una flora dominada por L. crispatus es más frecuente en las futuras madres enfermas.
Este tipo de flora alcanza incluso el 57% entre las mujeres con diabetes gestacional.
¿Podría la mayor frecuencia y abundancia de L. iners en mujeres embarazadas sanas explicar su buen estado de salud? Los investigadores lo creen muy posible. De hecho, una mayor abundancia de L. iners significa una mayor producción de moléculas microbianas beneficiosas por parte de esta bacteria, empezando por un aumento de la biosíntesis de una molécula que lleva el nombre impronunciable de «tetrahidrofolato» y que contribuye a mantener una inflamación moderada al final del embarazo.
Este tipo de funcionamiento ilustra cómo ciertas cepas de lactobacilos, aunque tradicionalmente no se consideren protectoras, pueden contribuir a la regulación del ecosistema vaginal durante el embarazo.
50% El 50% de las mujeres embarazadas sanas presentan una microbiota dominada por L. iners.
Diferentes cepas de L. iners
Sin embargo, no todas las cepas de L. iners son iguales. De las siete cepas identificadas en mujeres embarazadas, tres cepas asociadas a la (sidenote: Vaginosis bacteriana La vaginosis bacteriana (VB) es un tipo de inflamación vaginal causada por un desequilibrio de las especies de bacterias que están presentes de forma natural en la vagina. ) han mostrado una aptitud especial para formar temidas biopelículas, que son refugios en los que se multiplican los agentes patógenos. Cuatro cepas (algunas asociadas a la vaginosis, otras no) son capaces de inhibir el crecimiento de la bacteria patógena Gardnerella vaginalis. En resumen, cada cepa de L. iners tiene sus particularidades y probablemente varios ases en su manga bacteriana. Es muy posible que algunas cepas ayuden a mantener la estabilidad del ecosistema vaginal en las mujeres embarazadas.
La vagina y las bacterias: un equilibrio frágil
En la vagina viven de forma natural miles de millones de bacterias cuya función es preservar el equilibrio de la flora local. Cuando se produce una disbiosis, este equilibrio puede alterarse, favoreciendo la aparición de infecciones como la vaginosis bacteriana. Hoy en día, se considera que los probióticos representan un recurso prometedor para restablecer este equilibrio, especialmente en mujeres embarazadas en las que la microbiota vaginal puede ser más inestable.
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Conclusiones:
Lejos de tener un papel exclusivamente beneficioso o patógeno, L. iners actúa como un auténtico agente doble, cuyos efectos en la microbiota vaginal dependen tanto del contexto como de la cepa implicada y del ecosistema circundante. Este delicado equilibrio requiere una estricta vigilancia durante el embarazo.