Impulse su salud intestinal: las almendras, clave para quienes no comen bien
Incorporar almendras a tu rutina diaria es una forma sorprendentemente sencilla de mejorar tus hábitos de vida. Según un nuevo estudio, estas oleaginosas, consumidas a modo de tentempié, ejercen una influencia muy positiva en la flora intestinal y la salud general, especialmente en aquellas personas que llevan una dieta desequilibrada.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end

Acerca de este artículo
¿Le preocupa su salud, pero le cuesta adoptar una dieta saludable? ¿Necesita perder peso y es propenso a los antojos? Pruebe a sustituir las barritas de cereales, galletas y otros snacks repletos de grasas, azúcares y sal por almendras. Su microbiota intestinal se lo agradecerá, y su salud en general también, según un estudio realizado por un equipo de investigadores estadounidenses de la Universidad Estatal de Florida. 1
Compensar los efectos de la comida chatarra
Es un hecho que las dietas de estilo occidental a menudo provocan disbiosis y el sobrepeso o la obesidad agravan estos desequilibrios intestinales. Para averiguar si las almendras podían ayudar a corregir esta situación, los científicos reclutaron a 15 adultos con sobrepeso u obesidad y los dividieron en dos grupos:
- El primero siguió una dieta «típica» estadounidense (rica en grasas, carbohidratos, carne, productos procesados, etc.);
- El segundo siguió la misma dieta, pero complementada con 42,5 g de almendras al día (dos puñados pequeños, es decir, unas treinta almendras).
Al cabo de 4 semanas, todos los participantes volvieron a una dieta normal durante un periodo de 15 días. A continuación, se implementó un cruce de dietas, de manera que cada grupo siguió la pauta del otro durante las cuatro semanas siguientes.
Los investigadores tomaron muestras de heces y sangre para analizar la evolución de la composición de la microbiota intestinal y los metabolitos bacterianos, así como diversos marcadores de salud.
Una microbiota más beneficiosa para la salud
Los resultados muestran que comer almendras enriquece la microbiota intestinal con bacterias beneficiosas y elimina microorganismos patógenos. Además, estos cambios se asocian con mejoras claras en ciertos marcadores de salud.
Por ejemplo, al favorecer la proliferación de Faecalibacterium prausnitzii, una conocida bacteria beneficiosa que produce butirato (un ácido graso de cadena corta o (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) ), las almendras podrían reforzar la barrera intestinal, reducir la inflamación y favorecer la salud cardiovascular.
A la inversa, al reducir la abundancia de bacterias patógenas como Ruminococcus torques, estos frutos secos podrían provocar una reorganización del nicho ecológico de la microbiota que resulta altamente beneficiosa para la salud.
Las almendras frenan el envejecimiento celular.
Dos puñados grandes (60 g) de almendras al día protegen las células del daño oxidativo y refuerzan las defensas antioxidantes del organismo. Esto es lo que afirma un equipo de científicos que recopiló los resultados de ocho ensayos clínicos sobre los efectos antioxidantes de las almendras. 2 Sin embargo, para beneficiarse plenamente de estos efectos, hay que cumplir una condición: comerlas «al natural», es decir, con la piel, sin tostar y sin sal añadida.
Efecto probable sobre el peso y la saciedad
El consumo de almendras también podría provocar una disminución de ciertos compuestos biliares tóxicos asociados a enfermedades intestinales, en particular al cáncer de colon, así como un aumento de los niveles de «cuerpos cetónicos».
Los cuerpos cetónicos son moléculas que se derivan de la digestión de grasas corporales. Su aumento durante el experimento podría estar relacionado con el efecto saciante de las almendras, que incitaría el organismo a consumir parte de sus reservas de grasa como fuente de energía.
Por último, el consumo de almendras se asoció con un aumento en las concentraciones de dos hormonas, GLP-1 y YY, implicadas en el control del hambre, la sensibilidad a la insulina y el control de la glucemia después de comer.
Según los investigadores, «el consumo diario de almendras como tentempié no solo contribuye a mantener la homeostasis intestinal, sino que también puede modificar el estado metabólico y mejorar la salud metabólica».
¡Téngalo en cuenta la próxima vez que vaya a hacer la compra!