La salud cognitiva en nuestro plato… ¡y nuestra microbiota!
¿Pensaba que la dieta mediterránea solo era buena para el corazón (y las papilas gustativas)? Buena noticia: también podría mimar el cerebro, por una vía como mínimo inesperada, ¡la microbiota bucal e intestinal!
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Acerca de este artículo
Verduras, frutas, frutos secos, aceite de oliva, pescado…, la dieta mediterránea, famosa por sus múltiples virtudes, podría tener un as suplementario en la manga: ralentizar nuestro deterioro cognitivo. Es lo que sugiere un estudio 1 realizado con 54 adultos mayores chinos, afectados o no por un
(sidenote:
Deterioro cognitivo leve (DCL)
El DCL es una etapa clínica entre el deterioro cognitivo esperado acorde al envejecimiento y el deterioro más grave de la demencia. Las personas con DCL tienen problemas de memoria o razonamiento perceptibles, pero siguen pudiendo llevar a cabo la mayoría de las actividades de la vida diaria, por lo que esta etapa representa una ventana temporal clave para la intervención y el estudio.
)
, que se ha centrado en el efecto de las
(sidenote:
Dieta antiinflamatoria
Dieta alimentaria caracterizada por un consumo elevado de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado graso, frutos secos, aceite de oliva y compuestos fitoquímicos, con limitación del aporte de alimentos con propiedades potencialmente proinflamatorias, como la carne roja, los glúcidos refinados y el alcohol. El fundamento de las dietas antiinflamatorias (incluida la dieta mediterránea, pero sin limitarse a ella) reside en su capacidad de reducir la inflamación.
Fuente: Yu X, Pu H, Voss M. Overview of anti-inflammatory diets and their promising effects on non-communicable diseases. Br J Nutr. 2024 Oct 14;132(7):898-918. doi: 10.1017/S0007114524001405.
)
, como la emblemática dieta mediterránea.
15,54 % La prevalencia del trastorno cognitivo leve (TCL) en las personas chinas mayores de 60 años es de alrededor del 15,54 %.
10x En los pacientes chinos que padecen un trastorno cognitivo leve (TCL), el porcentaje anual de evolución hacia una demencia varía del 6 al 15 %, es decir, 10 veces más elevado que el porcentaje de conversión en los adultos mayores cognitivamente normales.
Cuando el plato calma la inflamación y potencia la cognición
Los investigadores han observado que las personas que tienen una alimentación antiinflamatoria poseen bacterias bucales más diversificadas y, entre ellas, mayor cantidad de ciertas «bacterias buenas», como Corynebacterium o Eubacterium_yurii.
Ahora bien, a cambio del alojamiento y la protección que les ofrecemos, estas bacterias nos son muy útiles; por ejemplo, producen butirato, un compuesto que calma la inflamación, protege el cerebro y favorece la memoria. Lo mismo ocurre en el intestino: la microbiota de los adeptos a las dietas antiinflamatorias alberga bacterias específicas.
El resultado de esta interconexión boca-intestino-cerebro: ¡índices cognitivos mejores en los test de memoria, atención y lenguaje para los adeptos a las dietas antiinflamatorias!
El eje intestino-cerebro: ¿Cuál es el papel de la microbiota?
Cuando el plato se inflama, el cerebro paga el pato
A la inversa, los fans de las dietas ricas en grasas saturadas y pobres en fruta y verdura (en suma, las dietas proinflamatorias) tenían una diversidad bucal disminuida.
1,5
Los seres humanos tragan entre 1 y 1,5 litros de saliva cada día, que sirve de medio de transporte a miles de millones de bacterias bucales. 2
Predominaban bacterias no tan simpáticas, como Lacticaseibacillus. El problema es que algunas de ellas se conocen por producir ácidos responsables de caries, pero también inflamación sistémica, un factor relacionado con el deterioro cognitivo. Lo mismo ocurre con la microbiota intestinal: la dieta inflamatoria estimula unas bacterias relacionadas con un menor rendimiento cognitivo y perjudica a unos microorganismos que habrían podido estimular nuestro rendimiento.
¡El resultado son unos índices cognitivos poco brillantes para los incondicionales de la junk food!
¿Y si su microbiota predijera su futuro cerebral?
Los investigadores incluso han llegado más lejos: han utilizado modelos de inteligencia artificial para ver si la microbiota puede predecir el riesgo de trastornos cognitivos. ¡Y bingo!
Solo con los datos de la microbiota intestinal, han podido predecir los casos de trastorno cognitivo leve con un 87 % de precisión. ¡No está nada mal para un test basado solo en la flora intestinal!