Para prevenir el riesgo de osteoporosis y fractura, las mujeres posmenopáusicas pueden optar por un tratamiento hormonal o un tratamiento combinado con calcio y vitamina D. Sin embargo, en los Estados Unidos (donde el tipo de hormonas y las dosis empleadas son distintos a los que se utilizan en Francia), el tratamiento hormonal de la menopausia sigue suscitando mucha controversia puesto que se sospecha que podría aumentar el riesgo de sufrir ciertos cánceres femeninos «hormonodependientes», incluido el cáncer de mama. ¿Qué otras pistas de investigación existen?
Según los resultados de un estudio chino10, los probióticos combinados con isoflavonas –sustancias naturales presentes en algunos vegetales– podrían representar una alternativa terapéutica eficaz y de bajo riesgo contra la osteoporosis.
Los probióticos son eficaces en ratones
Estudios preclínicos han demostrado que la microbiota intestinal interviene en la regulación del metabolismo óseo. El primer mecanismo de acción posible es una interacción con el sistema inmunitario y/o el sistema endocrino (o sea, las hormonas), ambos implicados en el metabolismo óseo. La segunda posibilidad es que facilita la absorción de calcio, un mineral fundamental para la formación y la solidez del hueso. Así pues, la microbiota podría favorecer la generación de hueso y, al mismo tiempo aunque en un menor grado, reducir la pérdida de masa ósea.
Todos estos hallazgos llevaron a los investigadores a evaluar la utilidad de los probióticos en la prevención de la osteoporosis y a probar su eficacia en animales. Los probióticos tienen un doble mecanismo de acción: por un lado, aumentan la diversidad de la microbiota, restauran la barrera intestinal y modulan la respuesta inmunitaria y, por otro, facilitan la absorción de calcio y la producción de sustancias similares a estrógenos. Ahora bien, falta corroborar estos resultados prometedores en mujeres.
Combinación con isoflavonas
Las isoflavonas son compuestos naturales presentes en ciertos vegetales, especialmente la soja y el trébol rojo, cuyos efectos antiosteoporóticos son potenciados con la administración simultánea de probióticos. Imitan ciertos mecanismos de acción de los estrógenos y antagonizan otros. Así pues, limitan los trastornos asociados con la menopausia y protegen contra el cáncer de mama. Esto se ha confirmado en un estudio danés11 que demostró que la combinación de isoflavonas y probióticos, aunada a suplementos de calcio y vitamina D, era más eficaz que estos suplementos solos para reducir la osteopenia (disminución de la densidad ósea).
Solos o combinados con un tratamiento contra la osteoporosis, los probióticos podrían ofrecer una alternativa a las mujeres que prefieren recurrir a tratamientos naturales para frenar la progresión de esta afección.
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