Do L. iners : ¿aliada de la microbiota vaginal en las mujeres embarazadas?

¿Cuál es el papel de L. iners en la salud vaginal de las mujeres embarazadas? Un estudio chino 1 arroja luz sobre el papel complejo y globalmente beneficioso de esta bacteria en el mantenimiento de una microbiota vaginal sana.

La microbiota vaginal Anatomía femenina, microbiota e higiene íntima

La microbiota vaginal es un complejo ecosistema de bacterias que viven en la vagina y desempeña un papel fundamental en la salud de las mujeres, incluidas las embarazadas. Por ejemplo, una mayor abundancia de lactobacilos parece reducir la frecuencia de abortos espontáneos.

Entre los diferentes lactobacilos de la flora vaginal, Lactobacillus iners resulta especialmente intrigante ya que está presente tanto en la microbiota sana como en la patológica lo que suscita muchas interrogantes sobre su función exacta. Un estudio realizado con 91 mujeres chinas en el tercer trimestre de embarazo aporta nuevos datos al respecto.

L. iners es más frecuente en mujeres sanas

El estudio muestra que una de cada dos mujeres sanas alberga en su vagina una flora dominada por L. iners, mientras que esta proporción es de solo un tercio en el grupo de mujeres enfermas ( (sidenote: Diabetes gestacional Diabetes gestacional, a veces denominada «diabetes del embarazo»: la diabetes gestacional puede aparecer durante el embarazo en mujeres que no son diabéticas, generalmente alrededor de la semana 24. Por lo general, se realiza una prueba de detección entre la semana 24 y la 28. La diabetes gestacional se debe a que el cuerpo no puede producir suficiente insulina, una hormona que permite que las células utilicen el azúcar (glucosa) de la sangre como fuente de energía. Como resultado, la concentración de azúcar en la sangre (glucemia) supera los niveles normales. Cada año en los Estados Unidos, la diabetes gestacional afecta entre el 5% y el 9% de los embarazos. Un tratamiento adecuado de la diabetes gestacional permite garantizar un embarazo sin problema y el nacimiento de un bebé sano.  CDC ) , complicaciones, etc.). Por el contrario, una flora dominada por L. crispatus es más frecuente en las futuras madres enfermas.

Este tipo de flora alcanza incluso el 57% entre las mujeres con diabetes gestacional.

¿Podría la mayor frecuencia y abundancia de L. iners en mujeres embarazadas sanas explicar su buen estado de salud? Los investigadores lo creen muy posible. De hecho, una mayor abundancia de L. iners significa una mayor producción de moléculas microbianas beneficiosas por parte de esta bacteria, empezando por un aumento de la biosíntesis de una molécula que lleva el nombre impronunciable de «tetrahidrofolato» y que contribuye a mantener una inflamación moderada al final del embarazo.

Este tipo de funcionamiento ilustra cómo ciertas cepas de lactobacilos, aunque tradicionalmente no se consideren protectoras, pueden contribuir a la regulación del ecosistema vaginal durante el embarazo.

50% El 50% de las mujeres embarazadas sanas presentan una microbiota dominada por L. iners.

Diferentes cepas de L. iners

Sin embargo, no todas las cepas de L. iners son iguales. De las siete cepas identificadas en mujeres embarazadas, tres cepas asociadas a la (sidenote: Vaginosis bacteriana La vaginosis bacteriana (VB) es un tipo de inflamación vaginal causada por un desequilibrio de las especies de bacterias que están presentes de forma natural en la vagina. ) han mostrado una aptitud especial para formar temidas biopelículas, que son refugios en los que se multiplican los agentes patógenos. Cuatro cepas (algunas asociadas a la vaginosis, otras no) son capaces de inhibir el crecimiento de la bacteria patógena Gardnerella vaginalis. En resumen, cada cepa de L. iners tiene sus particularidades y probablemente varios ases en su manga bacteriana. Es muy posible que algunas cepas ayuden a mantener la estabilidad del ecosistema vaginal en las mujeres embarazadas.

La vagina y las bacterias: un equilibrio frágil

En la vagina viven de forma natural miles de millones de bacterias cuya función es preservar el equilibrio de la flora local. Cuando se produce una disbiosis, este equilibrio puede alterarse, favoreciendo la aparición de infecciones como la vaginosis bacteriana. Hoy en día, se considera que los probióticos representan un recurso prometedor para restablecer este equilibrio, especialmente en mujeres embarazadas en las que la microbiota vaginal puede ser más inestable.

Conclusiones:

Lejos de tener un papel exclusivamente beneficioso o patógeno, L. iners actúa como un auténtico agente doble, cuyos efectos en la microbiota vaginal dependen tanto del contexto como de la cepa implicada y del ecosistema circundante. Este delicado equilibrio requiere una estricta vigilancia durante el embarazo.

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias

¿Cuál es el papel de L. iners en la salud vaginal de las mujeres embarazadas?

La bacteria Lactobacillus iners está presente tanto en la microbiota sana como en la patológica, y desempeña un papel ambiguo sobre el cual un estudio realizado en mujeres embarazadas arroja nueva luz. 

Los diferentes perfiles de la microbiota vaginal

La microbiota vaginal se ha clasificado en cinco «tipos», denominados CST (community state types): tres CST favorables (dominados respectivamente por Lactobacillus crispatus, Lactobacillus gasseri y Lactobacillus jensenii), uno desfavorable y uno (CST III) dominado por L. iners, cuyo papel en la salud vaginal sigue siendo objeto de debate. De hecho, esta bacteria desempeña aparentemente un papel ambivalente: aunque parece formar parte integrante de una microbiota vaginal sana, paradójicamente también es abundante en condiciones patológicas y disbióticas, e incluso se ha relacionado con la colonización por estreptococos del grupo B durante el embarazo.

Más L. iners en las futuras madres sanas

Para comprender mejor la relación entre la flora microbiana y la salud vaginal, un equipo de investigadores chinos estudió el caso particular de mujeres embarazadas (tercer trimestre), sanas (34 mujeres) o no (61 mujeres con diabetes gestacional, complicaciones, infecciones, etc.).
Sus resultados ponen de relieve la persistencia del predominio de los lactobacilos y el mantenimiento de la diversidad alfa en todas las futuras madres.

50% El 50% de las mujeres embarazadas sanas presentan una microbiota vaginal dominada por L. iners.

57% El 57% de las mujeres embarazadas que padecen diabetes gestacional presentan una microbiota vaginal dominada por L. crispatus.

Sin embargo, los investigadores observaron que el tipo dominado por L. iners era menos frecuente en el grupo de mujeres enfermas (31,15%) que en el grupo de mujeres sanas (50%). Además, L. iners mostraba una mayor abundancia relativa (en porcentaje de especies presentes) en las mujeres sanas. 

Por el contrario, el tipo dominado por la bacteria protectora L. crispatus era, paradójicamente, más frecuente en las mujeres que padecían diabetes gestacional o complicaciones maternas. Esta observación relativiza nuestra comprensión de la disbiosis vaginal, a menudo simplificada erróneamente como un mero desequilibrio entre bacterias «buenas» y «malas».

Modificaciones de las vías metabólicas

La mayor abundancia de L. iners en mujeres embarazadas sanas va acompañada de una sobreexpresión de vías metabólicas favorables para un embarazo saludable: por ejemplo, la biosíntesis de (sidenote: Tetrahidrofolato coenzima derivada del ácido fólico que, entre otras funciones, interviene en la síntesis de bases nucleicas, purinas y pirimidinas, que constituyen los ácidos nucleicos (ADN y ARN) del material genético. El THF también ) podría tener diferentes funciones (síntesis microbiana de folatos, estado ligeramente proinflamatorio).

Sin embargo, la mayor abundancia de esta bacteria en mujeres sanas también va acompañada de vías de síntesis de (sidenote: Glycosyltransferase enzima de membrana que cataliza la unión de un carbohidrato a una proteína para formar una glucoproteína. En las bacterias patógenas, estas glucoproteínas están implicadas en diferentes etapas del proceso infeccioso.

Fuente: Tomás JM, Fulton KM, Twine SM et al. Generation of Null Mutants to Elucidate the Role of Bacterial Glycosyltransferases in Bacterial Motility. J Vis Exp. 2022 Mar 11;(181).
)
y resistencia a los antibióticos, en comparación con las mujeres enfermas. Estos mecanismos podrían reflejar la adaptación dinámica de la flora a un entorno inmunitario y hormonal característico del tercer trimestre de embarazo.

Utilice materiales visuales claros para explicar el papel de la microbiota vaginal, en particular la infografía «Women's microbiota: the missing piece in intimate health» (La microbiota femenina: la pieza que faltaba en el rompecabezas de la salud íntima)

Infografías para compartir con sus pacientes

7 cepas muy diferentes de L. iners

Un análisis más detallado revela que no todas las cepas de L. iners son iguales: entre las 7 cepas identificadas por los autores, 3 cepas asociadas a la vaginosis bacteriana (frente a 4 cepas asociadas a la buena salud) mostraron una mayor capacidad de formación de biopelículas, gracias a genes que codifican las proteínas implicadas. El equipo de investigadores también demostró que 5 de las 7 cepas identificadas (asociadas o no a la vaginosis bacteriana) inhiben el crecimiento de la bacteria patógena G. vaginalis, implicada en la prematuridad.

Estos resultados indican que L. iners podría ejercer un efecto protector, según las condiciones ambientales y las cepas implicadas. Así pues, una flora dominada por ciertas cepas de L. iners podría contribuir a la prevención de complicaciones relacionadas con la disbiosis persistente.

Según los autores, esta heterogeneidad, especialmente en lo que respecta a G. vaginalis, justifica investigaciones más profundas, sobre todo porque L. iners, probablemente por su flexibilidad metabólica, parece contribuir a la estabilidad del ecosistema vaginal en la población estudiada.

Explore los últimos avances sobre las condiciones que favorecen el equilibrio de la microbiota vaginal: 

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias Ginecología

Sentirse bien en su propia piel... y con su propia microbiota cutánea

¿Y si el secreto de nuestro bienestar se ocultara en nuestra piel? Un estudio británico pionero sugiere que existe un vínculo entre la microbiota cutánea y el equilibrio emocional. Aparentemente, las personas con una mayor abundancia de Cutibacterium sienten menos estrés y son más felices.

La microbiota cutánea La depresión Eccema Psoriasis y microbiota Acné y microbiota

De ahora en adelante, ¿tendremos que decir «me siento bien con mi propia microbiota cutánea ”?

en lugar de «me siento bien en mi propia piel»? Esto es lo que parece indicar un estudio de 53 británicos con una edad media de 63 años, que establece un vínculo entre el bienestar psicológico y los microorganismos que habitan nuestra piel, más concretamente la piel de la cara, el cuero cabelludo, los antebrazos y las axilas, Esta investigación arroja luz sobre un sistema de interacciones entre la piel y el cerebro, que es comparable al conocido eje intestino-cerebro.

¿Más Cutibacterium significa más felicidad?

El estudio muestra por primera vez una mayor abundancia de determinados géneros bacterianos en los participantes que se sienten más cómodos con su propio cuerpo, tanto en términos de bienestar general como de la zona de piel en cuestión. La bacteria cutánea más frecuente entre los británicos que se sienten mejor consigo mismos es (sidenote: Cutibacterium Género bacteriano cuya clasificación ha cambiado considerablemente en los últimos años (hasta 2016, se denominaba Propionibacterium). Este género comprende varias especies, entre las cuales figura la famosa C. acnes (un patógeno oportunista implicado en el acné y las infecciones de prótesis mamarias, prótesis de hombro, etc.), sin olvidar C. avidum, C. granulosum, C. namnetense y C. humerusii. Ahle CM, Feidenhansl C, Brüggemann H. Cutibacterium acnes. Trends Microbiol. 2023 Apr;31(4):419-420. ; CTCB ) . Si tiene más Cutibacterium en la cara, es probable que no esté muy estresado. Si sus axilas están repletas de Cutibacterium, lo más probable es que esté de buen humor con un bajo nivel de estrés. Por el contrario, una menor abundancia de esta bacteria podría contribuir a trastornos como el estrés, la ansiedad o la depresión.

Este descubrimiento no deja de ser algo sorprendente: lo primero que viene a la mente acerca de Cutibacterium es la imagen de C. acnes y las pesadillas de la pubertad. más que la serenidad de los ancianos británicos. Esta bacteria también podría contribuir a la salud de la piel utilizando su capacidad para transformar el sebo en ácidos grasos libres para repeler los agentes patógenos y regular la acidez cutánea.

Efectos de Cutibacterium en función de la zona del cuerpo

  • Cara: las personas con más Cutibacterium en la cara sienten menos estrés.
    Axilas: una mayor abundancia de esta bacteria está relacionada con un mejor estado de ánimo y una reducción del estrés.
    Antebrazos: una mayor abundancia de Cutibacterium en esta zona se asocia a una mayor satisfacción con su propia piel.

¿Causa o consecuencia?

Sin embargo, la pregunta central sigue sin respuesta: ¿es la presencia de Cutibacterium una causa o una consecuencia del bienestar? En otras palabras, ¿es la presencia de Cutibacterium lo que nos hace felices, o es nuestro bienestar lo que atrae la bacteria a nuestra piel? ¿O son ambos el resultado de un tercer factor común (por ejemplo, estilo de vida, deporte, dieta)?

Es imposible sacar conclusiones por el momento. Sabemos que la piel y la microbiota cutánea proporcionan a nuestro organismo una barrera protectora que repele los agentes patógenos y nos ofrece seguridad y tranquilidad. Por el contrario, se ha demostrado que el estrés, la ansiedad o la depresión pueden repercutir en nuestra piel, provocando la aparición de trastornos cutáneos como eccema (o dermatitis atópica), psoriasis, acné, o mal olor axilar.

17% Solo el 17% de las personas encuestadas declaran que saben de forma precisa lo que es la microbiota cutánea. ²

Todos hemos oído hablar del eje intestino-cerebro, pero ahora surge el eje bidireccional piel-cerebro, en el que la primera influye en el segundo y viceversa. Por primera vez, se ha establecido una relación entre la microbiota cutánea y el bienestar psicológico. Razón de más para que la investigación (sidenote: Psicodermatología La psicodermatología es un campo relativamente nuevo de la medicina que se centra en las interacciones entre la mente y la piel. El tratamiento de los trastornos psicodermatológicos se centra en mejorar la función, reducir el sufrimiento físico, diagnosticar y tratar la depresión y la ansiedad asociadas a las enfermedades cutáneas, luchar contra el aislamiento social y mejorar la autoestima del paciente. Para tratar trastornos psicocutáneos se recurre a intervenciones farmacológicas y psicológicas. Profundizar Jafferany M, Franca K. Psychodermatology: Basics Concepts. Acta Derm Venereol. … ) profundice en las bacterias implicadas y sus posibles efectos en nuestra salud cutánea y general.

Seca, húmeda o grasa: cada zona de piel tiene su propia microbiota

La piel suele ser demasiado seca en las manos –a tal punto que la tenemos que hidratar a lo largo de todo el invierno– mientras que es húmeda en las axilas, los pliegues (codos, parte posterior de la rodilla) o la zona inguinal. Además, hay una tercera variante: la piel grasa, característica de ciertas zonas de la cara, el pecho o la espalda.

Existen pues tres entornos (seco, húmedo, graso), en los que viven tres microbiotas distintas, adaptadas a las características específicas de cada uno de ellos.

Cabe notar que la microbiota cutánea también varía en función de la profundidad, desde la epidermis (capa superficial) hasta la hipodermis (capa más profunda situada debajo de la dermis): cuanto más profundo, menos bacterias hay y más se parecen de una persona a otra.

Descubrir las microbiotas

Explorar este tema
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias

Microbiota fecal: un biomarcador del cáncer colorrectal y su progresión

Utilizar la microbiota para optimizar la detección no invasiva del cáncer colorrectal: ese era el objetivo del análisis de 3741 metagenomas fecales procedentes de 18 cohortes para identificar mejores combinaciones de biomarcadores microbianos.

Photo: Fecal microbiota: a biomarker for colorectal cancer and its progression

El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer tipo de tumor más frecuente y el segundo en cuanto a mortalidad. La microbiota intestinal parece desempeñar un papel fundamental en la carcinogénesis. Sin embargo, quedan demasiadas lagunas en los conocimientos para poder utilizar la microbiota como herramienta de detección clínica, aunque se sabe que la detección precoz del cáncer aumenta la probabilidad de supervivencia.

De ahí el interés del estudio publicado en 2025 en la revista Nature Medicine, basado en el análisis de 18 conjuntos de datos: 12 procedentes de bases de datos preexistentes que incluían a 2116 personas (930 pacientes con CCR, 210 con adenomas y 976 controles sanos) y 6 procedentes de nuevas cohortes (1625 sujetos) que incluían información sobre el estadio del cáncer y la localización anatómica de los tumores. Esto representaba un total de 3741 sujetos, generando la esperanza de obtener una elevada potencia estadística y resultados de gran precisión.

3 El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer tipo de tumor más frecuente en el mundo.

2 El CCR es el segundo cáncer en cuanto a mortalidad en el mundo.

Especies implicadas, especialmente especies orales

Los autores detectaron 3866 especies bacterianas, 15 eucariotas y 23 arqueas. La microbiota de los controles difiere considerablemente de la de los pacientes con CCR, lo que confirma los resultados de estudios anteriores: 125 especies son más abundantes en los pacientes (106 conocidas y 19 desconocidas) y 83 en los controles (53 conocidas y 30 desconocidas). 

Entre las especies más abundantes en los pacientes figuran 5 subespecies de F. nucleatum, a saber, F. nucleatum subsp. animalis, vincentii (2 subespecies diferentes), nucleatum, polymorphum. A estas se suman otras bacterias que se han asociado al CCR, como P. micra y B. fragilis.

 La acción de la microbiota intestinal podría consistir en regular la cantidad de amoníaco en el microentorno tumoral del CCR. 

Una parte importante de las bacterias intestinales específicas del CCR resultan ser especies típicamente orales. Es el caso de 21 de las 125 especies más abundantes en los pacientes (16,8%), 11 de las cuales son típicas de la placa dental.

30 % La incidencia del CCR es un 30% más alta en los hombres.

60-65% Entre el 60 y el 65% de los casos se dan en sujetos sin antecedentes familiares.

Predecir el CCR

Además, este amplio conjunto de datos permitió mejorar la precisión de la predicción del CCR a partir de una simple muestra fecal. El área bajo la curva (AUC), criterio de valoración de la calidad de este tipo de modelo, alcanza ahora 0,85, lo que supone una mejora con respecto a estudios anteriores (0,81 como máximo). Gran parte de esta predicción se basa en bacterias típicamente orales.

Los autores también demostraron:

  • que existe una relación entre los biomarcadores microbianos y la presencia del tumor,
  • que los biomarcadores varían en función del estadio del CCR: la abundancia de P. micra y F. nucleatum comienza a aumentar a partir del estadio I, mientras que la de Akkermansia muciniphila y Parabacteroides distasonis aumenta en los estadios avanzados, lo que indica que los cambios en la microbiota se producen de forma continua y se van acentuando con la progresión del cáncer (secuencia adenoma-carcinoma),
  • y que también difieren según la localización del tumor: por ejemplo, tres especies típicamente orales aumentaron de manera significativa en el cáncer colorrectal proximal. 

 

40% Solo el 40% de los casos de CCR se diagnostican antes de la aparición de metástasis, aunque se obtienen mejores tasas de supervivencia cuando el tumor se detecta en una fase temprana.

5 años Las tasas de supervivencia a 5 años para el cáncer de colon y el cáncer de recto de estadio IV son respectivamente del 11% y 15%.

Estudios anteriores establecieron una relación entre la cantidad de amoníaco en el entorno tumoral y el agotamiento de los linfocitos T y la progresión del cáncer.

Aunque este estudio de asociación no logró establecer una relación causal entre la microbiota y el cáncer colorrectal, datos independientes sugieren que la microbiota contribuye al desarrollo del CCR.

El presente estudio confirmó el valor de la microbiota fecal como biomarcador de detección y permitió identificar perfiles microbianos relacionados con la progresión del tumor. Sin embargo, es necesario realizar estudios sobre el mecanismo de acción para profundizar en este tema.

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias Gastroenterología Oncología

Prácticas que ponen en riesgo la microbiota vaginal

Noches de borrachera, múltiples parejas, antibióticos, productos de higiene íntima... ¿Cuáles son los factores de riesgo para la microbiota vaginal de las estudiantes, y qué tipos de flora vaginal son más sensibles a estos factores?

La microbiota vaginal

A lo largo de la vida de una mujer, la microbiota vaginal se va modificando... a veces hasta el punto de cambiar de tipo (véase el recuadro), según revela 1 el seguimiento de 125 mujeres sexualmente activas de entre 18 y 25 años residentes en el sur de Francia (Montpellier).

Existen 5 tipos de comunidades vaginales 2 (o CST por Community State Type), que pueden clasificarse en tres grupos, como hacen los autores de este estudio:

  • 3 tipos óptimos en términos de salud vaginal, dominados por lactobacilos: CST I dominado por Lactobacillus crispatus, CST II dominado por L. gasseri, y CST V dominado por L. jensenii
  • 1 tipo subóptimo, CST III, dominado por otro lactobacilo (L. iners), mucho más vulnerable a la disbiosis
  • y 1 tipo no óptimo, caracterizado por su bajo contenido de lactobacilos (CST IV).

Los lactobacilos garantizan la estabilidad

El primer resultado del estudio es que las comunidades bacterianas dominadas por lactobacilos –bacterias en forma de bastoncillos conocidas por ser las más beneficiosas para la salud íntima de la mujer– también son más estables a lo largo del tiempo. En otras palabras, resulta más difícil alterar una microbiota vaginal que muestra una gran abundancia de lactobacilos, ya sean L. crispatus, L. gasseri, L. jensenii o L. iners.

Una microbiota vaginal equilibrada, dominada por estos lactobacilos, es capaz de limitar la proliferación de agentes patógenos. Sin embargo, aún puede ocurrir si la microbiota se somete a un estrés excesivo.

Ha oído hablar de la «disbiosis

Explorar este tema

Noches de borrachera = flora vaginal alterada

Segundo resultado: la lista de factores que pueden alterar la flora vaginal.

Entre los sospechosos identificados en las 125 estudiantes incluidas en el estudio: el alcohol fue el factor con el efecto más potente y constante, ya que favorece el desarrollo de una flora subóptima y aumenta la vulnerabilidad de la vagina a las infecciones al facilitar la proliferación de bacterias patógenas.

Parejas, higiene y antibióticos

Otros factores también podrían contribuir al cambio de una comunidad bacteriana vaginal a otra:

  • Un mayor número de parejas sexuales aumenta el riesgo de mantener (o adquirir) una flora no óptima, favoreciendo así la aparición de infecciones vaginales que pueden conducir a vaginosis bacteriana

Varios estudios han demostrado que la microbiota genital puede transferirse entre parejas sexuales, lo que puede desestabilizar la comunidad microbiana residente.

  • El uso de productos de higiene íntima (cremas, óvulos, cápsulas, geles y toallitas) puede tener efectos sobre la salud que varían de una mujer a otra, pudiendo provocar cambios circulares de un tipo de flora a otro.

Efectos sobre la salud que varían de una mujer a otra, pudiendo provocar cambios circulares de un tipo de flora a otro. El uso de productos de higiene íntima se asocia a efectos variables sobre las comunidades bacterianas, en función del tipo de microbiota presente.

  • Por su parte, el uso de antibióticos no mostró una estrecha asociación con el cambio de tipo de flora vaginal. Esta ausencia de efecto sorprendió a los investigadores, quienes se preguntaron si se había dejado un intervalo de tiempo excesivo entre muestras sucesivas para poder «captar» el breve momento del cambio de flora posiblemente relacionado con el antibiótico.

Sea como fuere

El estudio muestra lo frágil que es la flora vaginal y cómo se encuentra en un perpetuo estado de equilibrio. Por muy resistente que parezca una microbiota vaginal dominada por lactobacilos, es importante no exponerla a un estrés excesivo, ya que los excesos propios de la vida estudiantil pueden ponerla en peligro.

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias

Prevención de la diabetes: un hongo no tan cándido como su nombre indica

Es posible que exista una ventana temporal de unos pocos meses durante la infancia en la que el enriquecimiento de la microbiota con ciertos microorganismos, en particular con una determinada especie de Candida, sea necesario para el desarrollo de las células β pancreáticas y, por tanto, para la prevención de la diabetes de tipo 1 o tipo 2 y de ciertas enfermedades metabólicas.

En el pez cebra (Danio rerio), una proteína bacteriana fomenta la proliferación de células β en los islotes pancreáticos. ¿Pero qué sucede en los mamíferos? Tras el nacimiento, estas células, necesarias para la producción suficiente de insulina, proliferan rápidamente, al mismo tiempo que se va diversificando la microbiota intestinal.

¿Se trata de una mera coincidencia o de una auténtica correlación, como sucede en el pez cebra? Un equipo británico 1 logró responder a esta pregunta demostrando que ciertas especies bacterianas y fúngicas estimulan el desarrollo posnatal de las células β en ratones durante breves ventanas temporales de colonización, un periodo que también es crítico para la salud metabólica.

830 millones El número de personas con diabetes aumentó de 200 millones en 1990 a 830 millones en 2022. ²

14% En 2022, el 14% de los adultos padecían diabetes a nivel mundial, frente al 7% en 1990. ²

En ratones y humanos

Mediante la eliminación y restauración de la microbiota en distintos periodos prenatales y posnatales en ratones, el equipo identificó un periodo crítico (del día 10 al día 20 posnatal) durante el cual la flora digestiva desempeña un papel esencial en el establecimiento de una masa normal de células β. Los resultados de experimentos con antibióticos y antifúngicos confirmaron estas observaciones, poniendo de relieve la implicación de bacterias y hongos en el mantenimiento del equilibrio glucémico.

Estas alteraciones tempranas de la microbiota tienen repercusiones duraderas en el metabolismo, como la reducción de la secreción de insulina, el aumento de la glucemia y la reducción de la tolerancia a los hidratos de carbono. Todos estos desequilibrios pueden incrementar el riesgo de diabetes.

¿Qué sucede en el ser humano? Se observó que muestras fecales de bebés humanos de entre 7 y 12 meses (pero no de otros grupos de edad) producen una fuerte estimulación de la masa de células β en ratones. Así pues, es muy posible que exista también en el ser humano una ventana de oportunidad para la colonización por microorganismos que favorecen el desarrollo de células β.

Un argumento más a favor de la famosa ventana de oportunidad de 1000 días para la salud futura y la prevención de enfermedades metabólicas como la obesidad.

59% Más de la mitad (59%) de los diabéticos de 30 años o más no recibían ningún tratamiento en 2022. El tratamiento de la diabetes está menos desarrollado en los países de ingresos bajos e intermedios. ²

2 million En 2021, la diabetes y la nefropatía diabética causaron más de dos millones de muertes. Además, alrededor del 11% de las muertes cardiovasculares se debieron a la hiperglucemia. ²

Bacterias y hongos responsables

Gracias a una comparación de las comunidades microbianas capaces de inducir (o no) el desarrollo de células β, se identificaron taxones bacterianos y fúngicos implicados en los ratones, a saber, Escherichia coli, Enterococcus gallinarum y Candida dubliniensis. Candida dubliniensis resultó ser el más eficaz, a través de un mecanismo en el que participan macrófagos y células β y que permite reconocer señales específicas procedentes de la pared celular de levaduras comensales.

Por último, C. dubliniensis no solo reduce la prevalencia y gravedad de la diabetes en modelos murinos, sino que también ayuda a restaurar la población de células β después de su eliminación o subdesarrollo causados por un tratamiento con antibióticos. Al perturbar la microbiota intestinal durante la infancia, estos tratamientos pueden alterar la regulación de la glucemia y complicar el mantenimiento de un peso corporal estable. Quizás se pueda utilizar C. dubliniensis de forma profiláctica para compensar las pérdidas inducidas por el tratamiento con antibióticos, especialmente en sujetos predispuestos a la diabetes de tipo 1 o 2 o a la obesidad.

Desde el año 2000

Desde el año 2000, las tasas de mortalidad por diabetes han aumentado, mientras que la probabilidad de fallecer por uno de los 4 tipos principales de enfermedades no transmisibles (enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas o diabetes) entre los 30 y los 70 años disminuyó un 20% a nivel mundial entre 2000 y 2019. ²

Abril de 2021

La OMS publicó el Pacto Mundial contra la Diabetes, una iniciativa global cuyo objetivo es conseguir mejoras sostenibles en la prevención y el tratamiento, con especial atención al apoyo a los países de ingresos bajos e intermedios. ²

¿Prevenir o incluso revertir la pérdida de células β?

Este estudio demuestra que existe una ventana temporal crítica en los bebés, entre los 7 y los 12 meses, durante la cual ciertas bacterias y hongos son necesarios para el desarrollo de las células β pancreáticas. Si no se aprovecha esta ventana de oportunidad, el desarrollo de las células β se ve comprometido, lo que provoca una disfunción y un mayor riesgo de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes.

Sin embargo, los mecanismos que identificaron los autores quizá permitan prevenir o incluso revertir la pérdida de células β, siempre que se administre un tratamiento temprano que tenga en cuenta el papel clave de la microbiota intestinal.

Xpeer: Establecimiento temprano de la microbiota intestinal

Explorar este tema
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias Gastroenterología Medicina general

Menos recidivas de pólipos endometriales si la microbiota vaginal está equilibrada antes de la cirugía

Según un nuevo estudio, un desequilibrio en la microbiota vaginal podría favorecer las recidivas en mujeres a las que se extirpan pólipos endometriales. Este descubrimiento allana el camino hacia el desarrollo de tratamientos preventivos.

La microbiota vaginal Los probióticos Prebióticos: lo esencial para comprender

¿Será necesario algún día asegurarse de que la microbiota vaginal está bien equilibrada antes de extirpar pólipos uterinos? A juzgar por un estudio publicado en la revista European Journal of Obstetrics and Gynecology, es una posibilidad nada descabellada. Los autores del estudio, un equipo de investigadores de la Universidad de Nanning (China), demostraron que la presencia de disbiosis vaginal es un importante factor de riesgo de recidiva tras la extirpación de pólipos. 1

Hasta el 40% de las mujeres Tienen pólipos endometriales. Estos son más frecuentes durante la edad fértil, aunque también pueden aparecer después de la menopausia. ²

En 1/3 de las mujeres Los pólipos endometriales se reabsorben espontáneamente. ²

La relación entre disbiosis y recidiva podría explicarse por las repercusiones del desequilibrio microbiano en la vagina y el útero, dos regiones anatómicas que presentan estrechos vínculos inmunológicos y microecológicos.

Cerca de 700 mujeres incluidas en el estudio

Para demostrarlo, los investigadores tomaron muestras de secreciones vaginales de 679 mujeres de entre 25 y 50 años en las que se había programado una «resección histeroscópica» de pólipos endometriales.

¿Qué son los pólipos endometriales?

Los pólipos endometriales (o pólipos uterinos) son tumores cuyo tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros, y que están adheridos a la mucosa que recubre la pared uterina y el cuello uterino. Suelen ser asintomáticos, pero pueden causar hemorragias anormales, dolor o infertilidad. En las mujeres con problemas de infertilidad, suele ser aconsejable extirparlos quirúrgicamente mediante «resección histeroscópica» para aumentar las probabilidades de embarazo.

Bajo anestesia local o general, se introduce un pequeño dispositivo provisto de una cámara, llamado histeroscopio, para visualizar el interior del útero y, a continuación, proceder a la resección del o de los pólipos con bisturí eléctrico o con láser.

Tras la intervención quirúrgica, las mujeres fueron sometidas a seguimiento durante dos años y los investigadores detectaron una recidiva de pólipos en 105 de ellas.

El análisis de las secreciones reveló que las mujeres que presentaban disbiosis vaginal antes de la cirugía tenían un riesgo 3,3 veces mayor de sufrir una recidiva. Lo mismo sucedía en las mujeres con endometriosis.

El análisis de la microbiota vaginal mostró que, en las mujeres con recidivas, la densidad y diversidad de las bacterias, así como la abundancia de lactobacilos, eran significativamente menores que en aquellas en las que no se detectó ninguna recidiva. También tenían más microorganismos patógenos, como la bacteria Gardnerella vaginalis implicada en la vaginosis, o el hongo Candida, responsable de micosis.

Los investigadores también observaron un aumento de la actividad de ciertas enzimas, como la leucocito esterasa, lo cual constituye un signo de inflamación persistente en la vagina que podría favorecer el ascenso de una infección y su propagación al útero.

La disminución de la abundancia de Lactobacillus es un factor clave de recidiva

¿Cómo intervienen estas anomalías de la microbiota vaginal en la recurrencia de pólipos? Los investigadores creen que la respuesta se encuentra en los lactobacilos.

Normalmente, estas bacterias producen bacteriocinas, esto es, sustancias capaces de destruir los agentes patógenos, así como ácido láctico, que acidifica el entorno vaginal y estabiliza la microbiota. También sintetizan unas moléculas llamadas glicerofosfolípidos, que ayudan al organismo a secretar prostaglandinas que desempeñan una función de mensajeros antinflamatorios. Por último, aumentan la síntesis de proteínas que están implicadas en la integridad de la pared vaginal.

De este modo, los lactobacilos reducen el riesgo de infección e inflamación después de la cirugía y ejercen un efecto protector contra la recidiva de pólipos.

Este efecto beneficioso es aún más importante en las mujeres con antecedentes de desequilibrio microbiano crónico o endometriosis, dado que estas mujeres están expuestas a un riesgo de recidiva significativamente más elevado.

Entre el 10-15% y el 58,1% Este es el porcentaje de recidiva de pólipos endometriales tras la resección, según los estudios. ¹

El 95 % De los pólipos uterinos son benignos. ¹

Hacia el desarrollo de tratamientos preventivos

Los investigadores subrayan la importancia de mantener el equilibrio de la microbiota vaginal, en particular el predominio a largo plazo del género Lactobacillus, en las mujeres con pólipos endometriales. Para ello, sugieren varios tratamientos profilácticos posibles:

  • La combinación probióticos /antimicrobianos, que podría corregir los desequilibrios patógenos inmediatos y favorecer al mismo tiempo una salud microbiana duradera;
  • geles u óvulos a base de ácido láctico;
  • bacteriófagos, esto es, virus capaces de destruir selectivamente las bacterias patógenas sin alterar la microbiota;
  • prebióticos y omega-3, que ayudan a equilibrar la microbiota.

Estas estrategias de modulación también podrían mejorar la salud vaginal en general al reducir el riesgo de infección persistente.

Aún falta realizar más estudios para evaluar la eficacia de estas intervenciones, pero todas estas opciones profilácticas son prometedoras. ¡Manténgase informado!

Anatomía femenina, microbiota e higiene íntima

Explorar este tema
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias

Todo lo que debe saber sobre el sueño y la microbiota

Todos sabemos que una mala noche de sueño puede arruinar el día siguiente, pero ¿y si tu intestino tuviera algo que ver? Cada vez son más los estudios que analizan el papel de la microbiota intestinal en problemas del sueño como el insomnio, el estrés o incluso la apnea del sueño. Cuando el intestino está desequilibrado, puede interferir en el modo en que el cerebro regula nuestro ciclo de sueño y vigilia. ¿Podría cuidar tu microbioma ayudarte a dormir mejor? Echemos un vistazo a lo que nos dice la ciencia.

Etiquetas
La microbiota intestinal
Summary
Off
Sidebar
Off
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias

Cáncer: la microbiota está implicada en el efecto abscópico

¿Cómo explicar los efectos abscópicos de la radioterapia en el contexto de la inmunoterapia? Se cree que la irradiación intestinal a dosis baja, ya sea intencionada o accidental, actúa de forma sinérgica con la inmunoterapia y que la microbiota intestinal desempeña un papel importante en este proceso.

Los efectos (sidenote: Efecto abscópico Del latín ab- «distante» y del griego skopos «objetivo», literalmente «lejos del objetivo» - Regresión de lesiones tumorales situadas fuera del campo de radiación, porque la irradiación de una lesión puede provocar la activación de respuestas inmunitarias antitumorales, o potenciar su eficacia, provocando así la destrucción de lesiones no irradiadas por efectores inmunitarios antitumorales. Profundizar https://doi.org/10.1016/j.mednuc.2024.11.007 ) de la radioterapia, que se observan en algunos pacientes pero no en otros, constituyen uno de los enigmas de la investigación oncológica. Sin embargo, se ha conseguido un gran avance en 2025: un equipo internacional logró demostrar en 8 cohortes retrospectivas de pacientes y en un modelo murino preclínico que la irradiación intestinal a dosis bajas (ILDR, Intestinal Low Dose Radiotherapy) potencia los beneficios clínicos de la quimioterapia o de la inmunoterapia dirigida a los (sidenote: ICI (immune checkpoint inhibitors), inmunoterapia basada en anticuerpos monoclonales dirigidos contra los puntos de control (checkpoints) del sistema inmunitario ) . Esta investigación pone de relieve el papel esencial del entorno intestinal en la respuesta al tratamiento.

Una cuestión de dosis...

Los investigadores tomaron como punto de partida a pacientes con tumores metastásicos incluidos en un ensayo multicéntrico de fase 2, que recibieron (sidenote: SABR (radioterapia ablativa estereotáctica) también conocida como SBRT (radioterapia estereotáctica corporal) Radioterapia basada en la emisión de numerosos haces de radiación con diferentes ángulos que convergen en el tumor. El tumor recibe así una dosis alta de radiación, mientras que cada haz individual que atraviesa el tejido vecino lleva una dosis baja, lo que reduce los efectos de la radiación en el tejido sano que rodea al tumor. La SBRT requiere menos sesiones de administración que la radioterapia externa convencional. La SBRT puede utilizarse para tratar tumores de páncreas, pulmón, hígado o columna vertebral. Profundizar https://cancer.ca/fr/treatments/treatment-types/radiation-therapy/external-radi… )  en combinación con un anticuerpo anti-PD-L1. Trece de estos pacientes (41%) expuestos a ILDR accidental con una mediana de la dosis de 3,3 Gy en el duodeno, 1,0 Gy en el yeyuno/íleon y 1,3 Gy en el colon, mostraron una tasa de supervivencia mucho más elevada a los 24 meses: 38% (5/13) frente al 5% (1/19). Este resultado demuestra la mayor eficacia del tratamiento combinado.

Los investigadores, animados por este resultado inesperado, volvieron a analizar los resultados de 7 cohortes independientes de pacientes con cáncer, que sumaban un total de 388 pacientes, y llegaron a la misma conclusión: la ILDR accidental a dosis de 0,25 a 3 Gy mejora la supervivencia de pacientes con cáncer avanzado.

Los investigadores también confirmaron su descubrimiento in vivo en modelos murinos tumorales: la ILDR sola a dosis de 1 Gy no mejora la supervivencia, y el anticuerpo anti-PD-L1 por sí solo produce efectos transitorios (recaída); en cambio, la combinación de ILDR a dosis de 1 Gy + anticuerpo anti-PD-L1 cura al 30% de los ratones, a diferencia de las dosis inferiores (0,25 Gy) o superiores (4 Gy), que no logran curar a ninguno. Esto demuestra que la eficacia del tratamiento depende de una sinergia precisa entre la dosis de radiación, la inmunoterapia y las células inmunitarias.

Microbiota, cáncer e inmunoterapia

La microbiota intestinal desempeña un papel clave en la respuesta a la inmunoterapia contra el cáncer. Algunas bacterias intestinales 
como las Clostridiales refuerzan la inmunidad antitumoral. A la inversa, los antibióticos pueden comprometer la eficacia de los tratamientos inmunitarios. Por ello, el trasplante de microbiota fecal (FMT) parece ser una estrategia terapéutica prometedora.

... y de bacterias

La respuesta inmunitaria antitumoral y la supervivencia también parecen estar relacionadas con las diferencias en la flora intestinal entre sujetos: en comparación con adultos sanos, los pacientes refractarios al tratamiento combinado con ILDR y anticuerpos anti-PD-L1 albergaban, antes del tratamiento, menos especies de bacterias típicas de los respondedores (Christensenella minuta y Ruminococcus bromii) y más especies de bacterias características de una respuesta deficiente al tratamiento (Enterocloster aldensis y Parabacteroides distasonis).

Parece que las interacciones metabólicas e inmunitarias entre el huésped y la microbiota intestinal favorecen la activación de los linfocitos T CD8⁺. Varias cepas de Christensenella minuta parecen potenciar selectivamente la eficacia de la ILDR y de los anticuerpos anti PD-L1, al promover la migración de células dendríticas intestinales que expresan PD-L1 hacia los ganglios linfáticos que drenan el tumor.

Según los autores, el análisis de la microbiota intestinal antes de iniciar el tratamiento podría ayudar a seleccionar a los pacientes que tienen más probabilidades de beneficiarse de este tratamiento combinado y a los pacientes disbióticos que podrían beneficiarse de un trasplante previo de microbiota fecal.

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias Gastroenterología Medicina general Oncología

Cómo los metabolitos del microbioma oral impulsan la enfermedad y la inflamación de las encías

¿Y si la enfermedad de las encías no tuviera que ver únicamente con las bacterias orales, sino con lo que estas segregan? Un nuevo estudio revela metabolitos específicos del microbioma oral que no solo coexisten, sino que inflaman, dañan e impulsan la enfermedad periodontal. La boca puede hablar, pero los metabolitos gritan.

Las enfermedades periodontales (enfermedades de las encías) representan una preocupación sanitaria importante a nivel mundial. Un factor significativo que contribuye a su desarrollo y progresión es la (sidenote: Disbiosis La disbiosis no es un fenómeno homogéneo ya que varía en función del estado de salud de cada individuo. Se define generalmente como una alteración de la composición y funcionamiento de la microbiota, provocada por un conjunto de factores ambientales y relacionados con el individuo, que alteran el ecosistema microbiano. Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232. )  de la microbiota oral. Históricamente, nos hemos centrado en gran medida en identificar especies patógenas de bacterias, pero este nuevo estudio 1 pone el foco sobre otro aspecto crítico: los metabolitos que estos microbios producen y cómo influyen directamente sobre la salud de los tejidos de las encías

El estudio muestra que el desequilibrio en la microbiota oral afecta directamente a la cantidad y al equilibrio en la composición de los metabolitos. Algunos metabolitos correlacionados con bacterias prevalentes en la periodontitis pueden mostrar efectos de inducción de la inflamación en las  (sidenote: Células epiteliales gingivales Estas son las células superficiales que conforman el revestimiento de las encías y que actúan como primera barrera contra la invasión microbiana en la cavidad bucal. )  humanas. Esto demuestra un claro vínculo entre el ecosistema microbiano oral alterado, su producción metabólica y la respuesta inflamatoria en los tejidos huéspedes.

Conexión entre el microbioma y los metabolitos

Los autores, de la Facultad de Odontología de la Universidad de Kyushu, Japón, examinaron el agua del enjuague bucal de personas con enfermedad periodontal (n = 24) y de personas de referencia sanas (n = 22). El agua del enjuague bucal se considera una muestra apropiada, ya que refleja la información presente en la saliva. No solo identificaron las bacterias más prevalentes en condiciones de enfermedad, al confirmar la presencia de los sospechosos habituales, como Porphyromonas gingivalis and Fusobacterium nucleatum, sino que, lo que es más significativo, correlacionaron estas especies bacterianas específicas con los metabolitos encontrados en las mismas muestras. Mediante este enfoque específico se identificaron 20 metabolitos fuertemente asociados con el microbioma de la periodontitis. Estos no eran simplemente compuestos aleatorios; incluían elementos como derivados de aminoácidos, (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) , y poliaminas.

Este enfoque pone de relieve la profunda interacción del microbioma oral con el entorno huésped a través de sus subproductos metabólicos. Además de las perfectamente conocidas especies bacterianas, en el estudio se demuestra que sus perfiles metabólicos —especialmente en condiciones de enfermedad— pueden alterar de forma significativa la homeostasis de la placa, lo que indica que dichos desequilibrios no son simplemente correlativos, sino posiblemente causales.

Metabolitos con efectos patógenos

El siguiente paso crucial era ver si estos metabolitos identificados podían realmente hacer algo a las células gingivales humanas. Se realizaron pruebas de 20 metabolitos correlacionados sobre células epiteliales gingivales humanas. Los resultados mostraron que varios compuestos presentaban claros signos de patogenia. Específicamente, el propionato, el succinato, la  (sidenote: Homoserina Un derivado de los aminoácidos que no se encuentra habitualmente en el metabolismo humano, sino que es producido por ciertas bacterias; puede tener efectos proinflamatorios o citotóxicos en los tejidos huéspedes, como puede ser el epitelio de las encías. ) , y la citrulina inhibían de forma significativa la proliferación de estas células epiteliales gingivales. Además, el tratamiento de las células con homoserina, propionato y succinato aumentó de modo importante la expresión de (sidenote: Interleucina 8 (IL-8) Una proteína de señalización (citocina) liberada por las células para atraer células inmunitarias como los neutrófilos al lugar de infección o inflamación; una IL-8 elevada a menudo indica una inflamación continua de los tejidos. ) , una citocina inflamatoria clave, lo que indicaba que estos metabolitos pueden desencadenar la inflamación local y contribuir a daños tisulares inducidos por la placa. 

El estudio permite suponer asimismo que la periodontitis crónica podría exacerbarse por un desequilibrio sostenido en el metabolismo microbiano, convirtiendo a los metabolitos microbianos en biomarcadores potenciales tanto de la aparición temprana de la enfermedad como de la alteración de la placa.

Por último, aunque era sabido que la homoserina la producían otras bacterias, este estudio presentó un nuevo hallazgo al detectar su producción por parte de varias especies de bacterias periodontales clave, que incluían Prevotella melaninogenica, Prevotella intermedia Porphyromonas gingivalis. Esto indica que estos microbios asociados con la periodontitis contribuyen directamente a los niveles locales de homoserina observados en condiciones de enfermedad, lo que confirma su potencial de afectar al huésped

¿Soluciones para las enfermedades gingivales?

Los nuevos tratamientos dentales basados en el microbioma ofrecen alternativas prometedoras para tratar la enfermedad de las encías restableciendo un sano equilibrio de las comunidades microbianas en la boca. Los Probiotics, bacterias beneficiosas que se encuentran en los suplementos, han demostrado reducir la inflamación y los microbios nocivos cuando se utilizan en combinación con el cuidado dental tradicional.

Se están explorando otros enfoques innovadores y emergentes, como pueden ser los trasplantes de microbioma oral 2 y los péptidos antimicrobianos dirigidos, en entornos de investigación, con el objetivo de proporcionar tratamientos menos agresivos y más eficaces que hagan frente a la causa raíz de la enfermedad gingival en lugar de simplemente eliminar todas las bacterias.

Esencialmente, en este estudio se proporcionan pruebas convincentes de que metabolitos específicos, más allá de las propias bacterias, participan activamente en la progresión de la enfermedad periodontal. Estos subproductos microbianos ofrecen nuevos objetivos terapéuticos y también pueden servir como novedosos indicadores de diagnóstico de la periodontitis, abriendo futuras perspectivas en el cuidado predictivo, el diagnóstico oral y los tratamientos centrados en la microbiota.

Xpeer: Los fundamentos de por qué y cómo elegir un probiótico

Explorar este tema
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias Medicina general