Los refrescos: un dulce que amarga nuestra microbiota y nuestra salud

¿Pueden los refrescos y otras bebidas azucaradas modificar nuestra microflora intestinal y, de rebote, aumentar el riesgo de padecer diabetes? Eso han demostrado unos investigadores 1 que han estudiado la microbiota intestinal de personas latino e hispanoamericanas.

La microbiota intestinal La alimentación: un factor clave Diabetes de tipo 2

Los refrescos y otras bebidas azucaradas son el peor enemigo de las políticas de salud pública. A la cabeza de los efectos nocivos que se asocian a consumirlas en exceso están la (sidenote: Diabetes Enfermedad crónica que surge cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el cuerpo no es capaz de utilizar eficazmente la insulina que produce. Con el paso del tiempo, la diabetes puede causar lesiones vasculares en el corazón, los ojos, los riñones y los nervios. )  y, más concretamente, la diabetes de tipo 2. ¿Cómo? Probablemente a causa del aumento de peso,  (sidenote: Resistencia a la insulina La resistencia a la insulina, una respuesta alterada de las células a la acción de la insulina (una hormona que ayuda al cuerpo a utilizar el azúcar para obtener energía), provoca una mala regulación de los niveles de azúcar en sangre. Bibliografia:
Inserm. La résistance à l’insuline, une histoire de communication. 2018. 
Centers for disease control and prevention. Diabetes - Resources and Publications -Glossary 
)
, la inflamación y la dislipidemia. No obstante, en unos estudios realizados con personas latino e hispanoamericanas, se ha mostrado que nuestra microbiota intestinal también podría tener parte de culpa.

422 millones El número de personas diabéticas se elevó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. Solo en el año 2012, se le podían atribuir directamente a la diabetes 1,5 millones de fallecimientos. ²

10 043 es el número de fallecimientos por diabetes que se asociaron al consumo de bebidas azucaradas en personas adultas de los EE. UU. en 2012, lo que supone el 14,8 % de los fallecimientos por diabetes relacionados con una alimentación subóptima. ¹

A más refrescos, más bacterias malas

La inclinación por las bebidas azucaradas (sobre todo si se consumen más de 2 vasos al día) tiene graves consecuencias para la microbiota intestinal. De hecho, su consumo habitual parece destruir los efectivos de distintas bacterias consideradas beneficiosas, ya que producen  (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) (AGCC), con un reconocido efecto protector.

Por ejemplo, Bacteroides pectinophilus, que se alimenta de pectina, no sabe qué hacer con el azúcar de los refrescos y se debilita al consumirlos. Pero lo que es malo para unas es bueno para otras, y las bacterias amantes de la fructosa y la glucosa, dos azúcares presentes en grandes dosis en las bebidas azucaradas, se multiplican como setas.

La OMS recomienda

La OMS recomienda que, si se ingieren «azúcares libres», aporten menos del 10 % de las necesidades energéticas totales; además, se pueden observar mejoras en la salud si se reducen a menos del 5 %. Esta proporción equivale a menos de un vaso de 250 ml de bebida azucarada al día. 2

Los metabolitos bacterianos prodiabéticos

La consecuencia directa de este lío bacteriano es que nuestra microbiota, al haber cambiado, ya no fabrica los mismos (sidenote: Metabolitos Moléculas pequeñas producidas durante el metabolismo celular o bacteriano. Por ejemplo, los ácidos grasos de cadena corta son metabolitos producidos por la microbiota intestinal durante la fermentación de azúcares complejos no digeribles (fibras…). Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25.  Lamichhane S, Sen P, Dickens AM, et al An overview of metabolomics data analysis: current tools and future perspectives. Comprehensive analytical chemistry. 2018 ; 82: 387-413 )  ni actúa de la misma manera sobre nuestra salud. Con los refrescos, nos despedimos de los AGCC buenos que cuidan nuestro organismo. Al contrario, las moléculas producidas por la microflora intestinal de los adictos a las bebidas azucaradas están implicadas en la alteración de la glucemia (la concentración de azúcar en la sangre ) y en el riesgo de padecer diabetes. Y cuantos más refrescos y bebidas azucaradas se consuman, mayor será la presencia de estas moléculas nocivas en la sangre, lo que conlleva un aumento del riesgo de padecer diabetes.

Es importante señalar que el sobrepeso también podría tener un papel importante. Una parte de la relación entre las bebidas azucaradas, los metabolitos y la diabetes parece estar vinculada con los kilos de más.

Aumentar el consumo habitual de bebidas azucaradas (refrescos o zumos) en 110 ml (medio vaso) durante 4 años aumenta el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en un 16 % en los 4 años siguientes (en comparación con las personas con un consumo estable a lo largo del tiempo). 3

Reducir el consumo de refrescos

Estos resultados indican que la microbiota intestinal y los metabolitos bacterianos podrían tener algo que ver con la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el mayor riesgo de padecer diabetes. No obstante, es necesario realizar otros estudios en otras poblaciones para comprender mejor este vínculo. Mientras tanto, esta investigación debe considerarse un motivo más para reducir el consumo de refrescos. ¿Y si en su lugar nos tomamos un vaso de horchata, que potencia las bacterias beneficiosas?

La microbiota intestinal

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Efectos perversos de los jugos de frutas y verduras sobre la salud de la microbiota

Según un nuevo estudio, el consumo de zumos de frutas y verduras en el marco de un programa de desintoxicación o como complemento de una dieta demasiado pobre en alimentos de origen vegetal podría tener efectos perjudiciales sobre la salud de nuestra microbiota oral e intestinal. 

La microbiota intestinal La microbiota ORL La alimentación: un factor clave

En lo que respecta a la nutrición, los zumos de frutas y verduras aportan complementos de vitaminas, minerales y antioxidantes. Sin embargo, si nos atenemos a los resultados de un ensayo clínico publicado en la revista Nutrients, puede que las «curas de zumos detox» no sean la mejor opción para alcanzar el objetivo de «5 frutas y verduras al día». 1

Estudiantes puestos a dieta

Los autores sometieron a 14 estudiantes a tres tipos de dieta durante tres días:

  • cinco siguieron una dieta basada exclusivamente en zumos de frutas y verduras prensados en frío (entre 800 y 900 kcal/día, es decir, unos 10 vasos al día); 
  • cuatro siguieron una dieta «normal» complementada con zumos de frutas y verduras;
  • cinco siguieron una dieta hipocalórica rica en vegetales  «enteros» con fibra (entre 800 y 900 kcal).

Antes de empezar sus respectivas dietas, todos los participantes siguieron una «dieta de eliminación» de 3 días consistente en fruta ecológica, verduras, cereales integrales, huevos, sin carne roja ni productos lácteos, productos procesados, gluten, alcohol, café o azúcar, o solo muy poco, con el fin de evaluar la influencia de los distintos alimentos en la composición microbiana.

Para analizar los efectos de las distintas dietas sobre los microorganismos de la microbiota intestinal, oral y salival de los voluntarios, los investigadores recogieron muestras de heces, saliva y del interior de las mejillas antes del experimento, entre las dos dietas y después.

¿Las dietas vegetarianas y veganas son garantía de una buena salud?

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Mayor riesgo de periodontitis y caries

Los resultados muestran que los zumos de frutas y verduras, ya se consuman solos o con alimentos, modifican de manera significativa la microbiota oral al aumentar las bacterias proinflamatorias, aunque los cambios sean transitorios. 

Los investigadores observaron una reducción de Veillonellaceae, una bacteria capaz de convertir los nitratos salivales en nitritos. El problema es que una reducción de los nitritos hace que la inhibición de las bacterias responsables de la periodontitis se vuelva menos eficaz y aumenta el riesgo de caries.

En cuanto a la microbiota intestinal, el impacto de los zumos fue menos pronunciado. Sin embargo, los investigadores observaron un aumento de las bacterias asociadas a la inflamación, la permeabilidad intestinal y el deterioro cognitivo.

La microbiota intestinal

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Exceso de azúcar y falta de fibra

Según los autores, los zumos contienen más azúcar e hidratos de carbono y menos fibra que las frutas y verduras enteras, lo que repercute negativamente en la flora microbiana oral e intestinal.

Los abundantes beneficios de las frutas y verduras ¹ ²

• Al reducir los picos de azúcar en sangre y favorecer la saciedad y el mantenimiento del peso, la fruta y la verdura ayudan a combatir la diabetes y el sobrepeso.

• Sus compuestos fenólicos favorecen la sensibilidad a la insulina y la degradación de la grasa corporal.

• Their polyphenols increase the diversidad de los microorganismos intestinales.

• Su fibra constituye una fuente de energía para las bacterias de la microbiota y un sustrato para la producción de ácidos grasos que son favorables para el metabolismo, la inmunidad y la salud.

De hecho, fue la dieta de eliminación la que produjo los mayores efectos positivos sobre la microbiota intestinal: al aportar más fibra, fomentó la proliferación de bacterias que producen valiosos (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. )  (AGCC) como el butirato. 

Aunque este estudio tiene un alcance limitado debido a su tamaño reducido y su corta duración, confirma que para conservar una microbiota sana, la prioridad debe ser comer frutas y verduras enteras para beneficiarse plenamente de la fibra que contienen. 

Cómo descifrar las tendencias en materia de salud intestinal en las redes sociales

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Vínculo entre la microbiota y el metabolismo en el cáncer de colon

Un estudio puntero sobre el adenocarcinoma de colon revela cómo el metabolismo de los ácidos grasos, la microbiota intratumoral y el microentorno tumoral influyen en los resultados de los pacientes, allanando el camino para innovaciones impulsadas por IA en el diagnóstico del cáncer.

El cáncer de colon se caracteriza por una dinámica intratumoral compleja en la que intervienen la microbiota, el metabolismo de (sidenote: Metabolismo de los ácidos grasos Proceso celular implicado en la descomposición y síntesis de las grasas, que influye en el crecimiento y la progresión del tumor. ) , y el  (sidenote: Microentorno tumoral Entorno que rodea a un tumor, incluidas las células inmunitarias, los vasos sanguíneos y las moléculas de transducción de señales que influyen en el desarrollo del cáncer. ) Un estudio reciente 1 se interesó por el papel de este misterioso trío en el (sidenote: Adenocarcinoma de colon (ADCO) Tipo de cáncer de colon que se origina en las células glandulares del colon. ) . Tomando como base los datos de una amplia cohorte de pacientes de The Cancer Genome Atlas (TCGA) y aplicando sofisticadas técnicas bioinformáticas y de análisis de imágenes patológicas, los investigadores se propusieron descubrir nuevas vías de diagnóstico y tratamiento para este agresivo cáncer.

Conexiones entre la microbiota y el metabolismo

Para empezar, el equipo de científicos analizó los datos completos de 420 pacientes con ADCO. Una etapa fundamental del método empleado consistió en clasificar a estos pacientes en dos subgrupos distintos : 

  • Una alta capacidad (grupo FAM_high).
  • Una baja capacidad (FAM_low) de metabolización de los ácidos grasos.

Dicha estratificación se basó en la puntuación del (sidenote: Gene Set Variation Analysis (GSVA, Análisis de las variaciones de un conjunto de genes) Método informático que se aplica para evaluar la actividad de vías génicas específicas en muestras derivadas de pacientes, lo que ayuda en la subtipificación y el diagnóstico. ) calculada para los genes del metabolismo de los ácidos grasos.

Sorprendentemente, aunque la diversidad microbiana alfa global (una medida de la diversidad intramuestra) parecía similar entre los dos grupos, un análisis más profundo de la diversidad microbiana beta (una medida de la diversidad entre muestras) reveló composiciones bacterianas notablemente distintas que presentaban una estrecha correlación con los perfiles metabólicos subyacentes.

Se descubrió que determinados tipos de bacterias intestinales están implicadas en la modulación del entorno tumoral. En particular, el estudio permitió identificar un conjunto de géneros bacterianos específicos, entre los cuales cabe mencionar Desulfovibrio, Desulfococcus, Streptococcus y Mycobacterium, que eran significativamente más abundantes en el grupo de pacientes FAM_high, lo cual demuestra que existe una clara conexión entre la  (sidenote: Microbiota intratumoral Comunidad de microorganismos presentes en el tumor, que puede afectar a su comportamiento y al pronóstico del paciente. ) y el metabolismo del huésped. Esta estratificación metabólica también demostró ser pertinente para el pronóstico.

De hecho, los investigadores observaron que los pacientes con baja capacidad de metabolización de los ácidos grasos (grupo FAM_low) presentaban una supervivencia global (SG) significativamente mejor que sus homólogos del grupo FAM_high. La identificación de cuatro genes específicos (ADIPOR2, HAO2, ALAD, HPGD) cuyos niveles de expresión mostraban una correlación significativa con la supervivencia de los pacientes, confirmó el papel crítico del metabolismo de los ácidos grasos en el pronóstico del ADCO

Perfiles metabólicos como herramientas predictivas

Más allá del diagnóstico y el pronóstico, el exhaustivo análisis de sensibilidad a fármacos que se llevó a cabo en el marco del estudio puso de manifiesto diferencias considerables que podrían aprovecharse en la práctica clínica en cuanto a la respuesta de los dos subtipos definidos por el metabolismo de los ácidos grasos a un amplio espectro de agentes terapéuticos.

Al calcular los valores de CI50 (concentración de fármaco necesaria para inhibir el 50% de las células) de un vasto conjunto de 195 fármacos candidatos, los investigadores descubrieron que los grupos FAM_high y FAM_low mostraban sensibilidades significativamente diferentes a 120 de estos compuestos, esto es, una proporción notable. Por ejemplo, el grupo FAM_high mostró una sensibilidad reducida a fármacos como el JQ1, lo que sugiere que estos agentes podrían ser menos eficaces en este contexto metabólico. Esta información podría ayudar a diseñar estrategias terapéuticas más personalizadas para el cáncer.

La imagenología como herramienta de diagnóstico

El resultado más destacable del estudio quizás fue que las imágenes anatomopatológicas comunes son capaces de reflejar los subtipos subyacentes de metabolismo de los ácidos grasos. Ciertas características de textura mostraron una correlación con las puntuaciones de metabolismo de los ácidos grasos y con los perfiles microbianos, y se observaron diferencias significativas entre los grupos FAM_high y FAM_low. Podemos anticipar que muy pronto los modelos de IA serán capaces de analizar la histología para detectar firmas bacterianas y determinar el tipo de metabolismo tumoral en tiempo real. Esto sugiere la interesante posibilidad de desarrollar herramientas potenciadas por IA para predecir subtipos metabólicos a partir de análisis patológicos de rutina, ofreciendo un enfoque económico y accesible para el diagnóstico.

Esta investigación proporciona información valiosa sobre la intrincada relación entre el intestino y el entorno tumoral en la progresión del ADCO. La posibilidad de efectuar una subtipificación metabólica no invasiva mediante el análisis de imágenes controlado por IA resulta especialmente prometedora para aplicaciones clínicas muy variadas. Para conseguir nuevos avances terapéuticos en el futuro, será necesario comprender mejor cómo las bacterias intestinales interactúan con las células tumorales. 

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¿La microbiota juega un papel en el buen funcionamiento de mi sistema inmunitario ?

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Entonces sí, la microbiota juega un papel crucial en el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

Permite la maduración y la estimulación del sistema inmunitario en el intestino, pero también en todo el organismo.

Una alteración de la microbiota intestinal, especialmente en los primeros años de vida, podría desempeñar un papel en una mala educación del sistema inmunitario y esto podría contribuir a un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades relacionadas con la inmunidad más adelante en la vida, como por ejemplo la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.

En la edad adulta también, las perturbaciones de la microbiota pueden tener efectos en el funcionamiento del sistema inmunitario.

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Tengo "gases", ¿mi microbiota juega un papel?

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Primero, es completamente normal que el tracto digestivo produzca gases. En general, una persona sana produce entre 0,5 y 1,5 litros de gas por día.

Y sí, la microbiota intestinal juega un papel importante en esta producción de gases. La microbiota, al fermentar los residuos alimentarios que llegan al colon, producirá diferentes gases, como hidrógeno, dióxido de carbono e incluso a veces metano.

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¿Cómo mantener una buena microbiota?

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Para tener una buena microbiota, primero hay que evitar agredirla y en segundo lugar hay que aportarle "cosas buenas".

Los antibióticos son factores bien conocidos que alteran la microbiota. Sin embargo, hay que recordar que estos medicamentos son los que salvan más vidas alrededor del mundo. No se trata de no tomar antibióticos, sino de tomarlos solo cuando sea necesario.

En nuestra alimentación, el consumo de una gran cantidad de carne roja, de embutidos y de productos industriales, lo que llamamos productos "ultraprocesados", favorece la proliferación de bacterias "malas" que tienen efectos proinflamatorios, es decir, que van a introducir una activación inapropiada del sistema inmunitario.

Lo que estimula las "buenas" bacterias de nuestro intestino son sobre todo las fibras vegetales. Así, hay que consumir frutas y verduras en abundancia y de manera diversificada para alimentar diferentes bacterias y favorecer la diversidad de la microbiota. El consumo de alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir, el chucrut o el kimchi, también podría ser beneficioso para nuestra salud y nuestra microbiota.

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¿Para qué sirve la microbiota?

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Generalmente se piensa que las bacterias son siempre dañinas y fuentes de infecciones y otras enfermedades.

Pero la mayoría de las veces, y particularmente en el caso de la microbiota intestinal, no es así. Las bacterias han colonizado el tracto digestivo de los animales desde tiempos inmemoriales, estableciendo una relación beneficiosa tanto para las bacterias como para los animales. Hablamos de "simbiosis". 

En nuestro tracto digestivo, ¡las bacterias se benefician de alojamiento y comida gratis! Y a cambio, nos ayudan a mantenernos saludables.

Así, la  microbiota cumple muchos roles clave, siendo los principales:

  • La digestión de fibras: las fibras vegetales (como la inulina, por ejemplo, que se encuentra principalmente en las cebollas y los puerros). Nuestras células humanas son incapaces de digerir las fibras presentes en las frutas y verduras. Después de la ingestión, llegan al colon donde las bacterias las "digerirán" por nosotros. Las bacterias obtendrán lo que necesitan y producirán a cambio moléculas muy importantes para el buen funcionamiento del tracto digestivo.
  • La microbiota también producirá vitaminas, como la vitamina K, que es indispensable para la buena coagulación de la sangre.
  • La microbiota jugará un papel clave en la educación de nuestro sistema inmunológico. Ayudará especialmente a madurar y desarrollar el sistema inmunológico, particularmente en los niños pequeños. Las bacterias intestinales ayudan a formar y regular las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas.
  • La microbiota jugará un papel en la lucha contra los microorganismos patógenos, es decir, dañinos, que pueden causar infecciones intestinales.
  • La microbiota también reforzará lo que llamamos la "barrera intestinal", es decir, la buena "hermeticidad" del intestino. Esto permite no dejar entrar cualquier cosa en el cuerpo a través del intestino. 

Hay muchas otras funciones de la microbiota que son objeto de importantes investigaciones actualmente.

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¿Qué es la microbiota?

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Aunque no los veamos a simple vista, los microorganismos, como las bacterias, están por todas partes a nuestro alrededor. También están por todo nuestro cuerpo.

La microbiota intestinal es el conjunto de (sidenote: Microorganismos Organismos vivos que son demasiado pequeños para verlos a simple vista. Incluyen las bacterias, los virus, los hongos, las arqueas, los protozoos, etc. y se llaman comúnmente «microbios». Fuente: What is microbiology? Microbiology Society.  ) , bacterias, hongos y virus, que colonizan nuestro tubo digestivo desde nuestro nacimiento.

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Sensibilidad al aditivo E466: el papel de la microbiota

No todos somos iguales ante los aditivos. Y esta sensibilidad variable según los individuos parece depender en gran medida en la microbiota intestinal. Con la posibilidad futura de predecir quién es sensible o no, a partir de un simple análisis de las heces.

Los (sidenote: Aditivos alimentarios Aditivos alimentarios: sustancias principalmente añadidas a los alimentos transformados o a otros alimentos producidos a escala industrial, con fines técnicos, por ejemplo, para mejorar la seguridad, aumentar la duración de conservación o modificar las propiedades sensoriales de los alimentos. Fuente: World Health Organization ) , aunque mejoran la textura o la duración de conservación de numerosos alimentos, también despiertan interrogantes en cuanto a la salud. En efecto, algunos se sospecha que favorecen enfermedades inflamatorias crónicas al actuar directamente sobre la microbiota intestinal.

Sin embargo, los efectos serían muy variables de un individuo a otro, según un precedente ensayo aleatorizado en el ser humano (estudio FRESH, acrónimo de Functional Research on Emulsifiers in Humans). El aditivo utilizado fue la (sidenote: carboximetilcelulosa sódica La carboximetilcelulosa sódica (o goma celulósica, E466) es un aditivo alimentario con propiedades funcionales múltiples: endurecedor, agente de recubrimiento, agente de carga, emulsionante, espesante, gelificante, humectante, estabilizante… Su uso está autorizado en numerosos productos, de los productos lácteos (nata, queso fresco o fundido, postres lácteos…) al pescado cocinado, de los helados a las verduras secas o en conserva, de los dulces a los cereales del desayuno, de ciertas carnes o pescados a la mostaza y la sopa, de los aperitivos a la cerveza o ciertos licores… Fuente: Food and Agriculture Organization of the United Nations   ) (o E466).

¿Cómo explicar e incluso predecir esta sensibilidad? El equipo 1 ha continuado sus anteriores trabajos apostando por la microbiota. Su demostración, realizada in vitro, se basa en un minirreactor de laboratorio capaz de imitar la microbiota intestinal humana.

2500 El Comité de Expertos FAO/OMS en Aditivos Alimentarios (JECFA) ha evaluado más de 2500 aditivos alimentarios, así como una cuarentena de contaminantes y tóxicos naturales y los residuos de unos 90 medicamentos veterinarios. ²

El reactor predice la sensibilidad o la resistencia

Cuando los investigadores exponen, en el biorreactor, la microbiota extraída de los voluntarios del estudio FRESH a la carboximetilcelulosa, encuentran la misma diferencia de sensibilidad que la observada in vivo en el ensayo FRESH: la microbiota de los mismos 2 individuos, de los 7 voluntarios expuestos al E466, se altera cuando se expone al emulsionante.

En otras palabras, el microrreactor reproduce fielmente las variaciones interindividuales observadas en el ensayo FRESH y, por lo tanto, permite predecir si una microbiota determinada es sensible al E466, sin que sea necesario realizar estudios in vivo.

Un trasplante de flora transmite la sensibilidad a ratones

Para confirmar que esta flora intestinal era responsable de la inflamación intestinal observada en ciertos pacientes del ensayo FRESH expuestos al E466, se trasplantó la microbiota de 2 individuos «sensibles» al E466 y de 2 individuos no sensibles a ratones desprovistos de flora.

Solo los ratones que habían recibido la flora «sensible» y expuestos al aditivo desarrollaban una inflamación intestinal y una colitis grave:

  • acortamiento del colon
  • daños en la mucosa
  • infiltración de macrófagos

Ciertas bacterias, como Adlercreutzia equolifaciens y Frisingicoccus caecimuris, se asociaban a esta inflamación.

¿Una firma?

Había que saber si una firma (sidenote: Metagenómica Método de estudio del contenido genético de muestras procedentes de entornos complejos (intestino, océano, suelos, aire, etc.) obtenidos en la naturaleza (por oposición a las muestras cultivadas en el laboratorio). Este enfoque permite describir los genes contenidos en la muestra, pero también tener una idea aproximada del potencial funcional de un entorno. Fuente: Riesenfeld CS, Schloss PD, Handelsman J. Metagenomics: genomic analysis of microbial communities. Annu Rev Genet. 2004;38:525-52. )  de las heces habría permitido prever el resultado. El entrenamiento de un algoritmo (con las heces de 7 voluntarios FRESH que consumieron E466) identifica 78 marcadores funcionales de la sensibilidad.

Es cierto que esta firma permite predecir qué individuos entre los controles del mismo estudio (no expuestos al E466) son sensibles al E466. Sin embargo, su aplicación a otras cohortes no ha sido concluyente.

En espera de una eventual firma, este estudio señala nuevas relaciones entre microbiota intestinal y alimentación sana. Y la necesidad de reducir los productos ultratransformados, que, como ciertos edulcorantes, parecen dañar la salud de la microbiota intestinal.

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¿Sensibles al E466? Su microbiota tiene algo que decir

No todos somos iguales ante los aditivos. Los trabajos de los investigadores del Instituto Pasteur sobre el aditivo E466, un emulsionante que se añade con mucha frecuencia a ciertos alimentos, muestran que esta sensibilidad variable según los individuos dependería de la microbiota intestinal.

La microbiota intestinal Enfermedades metabólicas La alimentación
Photo LP: Sensibles à l’E466 ? Votre microbiote a son mot à dire

Emulsionantes, texturizantes, conservantes, colorantes…: los  (sidenote: Aditivos alimentarios Aditivos alimentarios: sustancias principalmente añadidas a los alimentos transformados o a otros alimentos producidos a escala industrial, con fines técnicos, por ejemplo, para mejorar la seguridad, aumentar la duración de conservación o modificar las propiedades sensoriales de los alimentos. Fuente: World Health Organization ) , muy corrientes en los productos ultratransformados, han invadido nuestras cocinas. Entre ellos, el E466, o  (sidenote: carboximetilcelulosa sódica La carboximetilcelulosa sódica (o goma celulósica, E466) es un aditivo alimentario con propiedades funcionales múltiples: endurecedor, agente de recubrimiento, agente de carga, emulsionante, espesante, gelificante, humectante, estabilizante… Su uso está autorizado en numerosos productos, de los productos lácteos (nata, queso fresco o fundido, postres lácteos…) al pescado cocinado, de los helados a las verduras secas o en conserva, de los dulces a los cereales del desayuno, de ciertas carnes o pescados a la mostaza y la sopa, de los aperitivos a la cerveza o ciertos licores… Fuente: Food and Agriculture Organization of the United Nations   ) , sobre todo utilizado en los helados y la bollería industrial. El problema es que varios trabajos han alertado sobre su potencial efecto dañino para la salud intestinal y metabólica.

Un estudio reciente 1 señala también que la composición de la microbiota podría modificarse por el consumo repetido de este tipo de emulsionantes. En un ensayo clínico anteriormente efectuado en voluntarios sanos (7 consumidores de E466 y 9 controles que no lo consumían, para comparar), unos investigadores habían demostrado que no todos somos iguales ante este aditivo: algunas personas son sensibles y su microbiota intestinal se desbarata, mientras que otras resisten y su flora se mantiene inalterada.

¿Cómo se explica esta diferencia? Por la composición microbiana del intestino, responden los últimos trabajos de los mismos investigadores. En otras palabras, su flora predice si es uno de los afortunados que digieren sin problemas la bollería industrial esponjosa… o si forma parte de las personas que reaccionan mal al E466.

Posible influencia de los aditivos alimentarios en el comportamiento

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La microbiota intestinal predice… ¡y transmite!

Para comprender estas diferencias, los investigadores han utilizado un minirreactor de laboratorio capaz de imitar la microbiota humana y probar in vitro el efecto del E466 en diferentes microbiotas…, en este caso las heces de 7 voluntarios del estudio anterior. ¡Y funciona! Solo las heces de los pacientes sensibles hiperreaccionan al emulsionante alimentario E466, lo cual permite identificar a los pacientes sensibles. Este nuevo enfoque podría permitir en el futuro anticipar la respuesta de la microbiota a ciertos emulsionantes.

Más importante todavía: la sensibilidad a los efectos del E466 se transmisible a ratones, a través de los trasplantes de microbiota fecal. La flora procedente de voluntarios sensibles al E466 provoca una colitis en los animales que consumen el emulsionante, lo cual ilustra las posibles consecuencias directas sobre la salud. Estos resultados muestran también hasta qué punto las bacterias de la microbiota pueden desempeñar un papel activo en la respuesta inflamatoria a ciertos aditivos.

Una firma por refinar

Había que saber si bastaba el análisis del ADN del cóctel de bacterias de las heces para predecir la sensibilidad al E466. Los investigadores entrenaron un algoritmo para que identificara diferencias entre el ADN de las heces de los voluntarios sensibles y no sensibles. Resultado: 78 marcadores identificados. Estos marcadores bacterianos, presentes en la microbiota de ciertos individuos, podrían predecir la sensibilidad a los emulsionantes. Pero esta firma todavía no es perfecta: funciona en la cohorte del ensayo clínico, pero su aplicación a pacientes procedentes de otros estudios no ha dado los resultados esperados. Son necesarios nuevos estudios para validar esta firma en poblaciones más amplias.

En espera de una firma universal que pueda facilitar la detección y, por lo tanto, evitar trastornos intestinales en las personas sensibles, quizá ha llegado el momento de los productos hechos en casa…, sobre todo porque los aditivos también se han incriminado en algunos trastornos del comportamiento. Por no hablar de los microplásticos de las bandejas de los platos preparados. Nunca se dirá lo suficiente: la alimentación es nuestra primera medicina. Y un consumo más racional, con productos naturales, limitaría también la exposición a los emulsionantes.

Por lo tanto, las bacterias de la microbiota son mucho más que un simple reflejo de nuestra alimentación: también son sus principales actrices. Este estudio abre el camino hacia una nutrición personalizada, en función de la composición de la microbiota, y podría contribuir a prevenir mejor ciertos trastornos relacionados con el consumo repetido de alimentos ultratransformados que contienen emulsionantes.

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