Microbiota y exposoma: un diálogo crítico para nuestra salud
Todo lo que comemos, respiramos o aplicamos en el cuerpo entra en contacto con nuestra microbiota y tiene un impacto significativo en nuestra salud.
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Índice
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El problema es que muchos factores del exposoma externo (dieta pobre en fibra o rica en grasas, emulsionantes, metales pesados, ftalatos, microplásticos, partículas finas transportadas por el aire, pesticidas, contaminantes atmosféricos, estrés, etc.) pueden alterar el equilibrio de nuestra microbiota y provocar disbiosis.
Sabemos que existe una asociación entre la disbiosis y muchas enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes de tipo 2, el asma, las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, las enfermedades autoinmunes, la depresión, los trastornos del desarrollo cerebral, etc.
Colapso de la biodiversidad = microbiota y salud en peligro
El grupo internacional de expertos IPBESS confirma que se trata de una auténtica bomba de tiempo: a escala mundial, la biodiversidad «está disminuyendo con mayor rapidez que en ningún otro momento de la historia de la humanidad» 13. Este colapso es consecuencia no solo del calentamiento global, sino también de la sobreexplotación de las tierras y la contaminación.
Esto plantea un grave problema para nuestras microbiotas porque la pérdida de especies animales y vegetales conduce a una menor diversidad microbiana en los ecosistemas y, por tanto, a una mayor alteración de los circuitos inmunomoduladores mediados por la microbiota y más alergias y enfermedades autoinmunes 14.
Microbiota: una red bien conectada que influye en la salud
Según la Organización Mundial de Alergia (WAO), «la pérdida de biodiversidad conduce a una reducción de la interacción entre las microbiotas ambientales y las microbiotas humanas, lo que puede provocar disfunciones inmunitarias y alteraciones de los mecanismos de tolerancia» 15.
Desde 2005 sabemos que, por el contrario, existe una correlación entre los entornos ricos en microbios (vida en una granja, contacto con la naturaleza, etc.) y la protección contra las enfermedades inmunitarias.
Efectos beneficiosos del exposoma
A menudo asociamos «factores ambientales» con «efectos nocivos sobre la salud». Sin embargo, cabe recordar que parte del exposoma trae beneficios para nuestro cuerpo. Según un equipo de investigadores estadounidenses y alemanes, se ha demostrado que la exposición a la luz natural, las zonas verdes, la biodiversidad, la actividad física, el apoyo social y emocional y la dieta mediterránea son factores de resistencia al estrés, equilibrio inmunitario y adecuada sincronía circadiana (reloj interno) 16.
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El exposoma fúngico, regulador de la respuesta inmunitaria
La microbiota, ya sea intestinal, vaginal, pulmonar o cutánea, está compuesta no solo por bacterias, sino también por virus, arqueas... Y hongos. Estos últimos constituyen la «micobiota», que es esencial para el equilibrio y la estabilidad de la microbiota humana. De hecho, varios estudios realizados en lactantes han demostrado que existe una correlación entre la composición fúngica de la microbiota y el riesgo de desarrollar enfermedades alérgicas.
Explosión de las alergias a los cacahuetes: ¿será culpa del clima?
En los Estados Unidos, la incidencia de alergia a los cacahuetes aumentó un 21% en los niños entre 2010 y 2017 17.
¿Será culpa del cambio climático? Es muy posible que sí, según varios estudios que han revelado una correlación entre el aumento del CO2 y la temperatura y cambios fisiológicos en las plantas de cacahuete. Estas plantas podrían producir semillas con un perfil antigénico diferente, que aumenta la propensión a las alergias 18.
Ahora sabemos que la micobiota depende en gran medida del exposoma fúngico, ya que el análisis de taxones muestra que los hongos más comunes en los intestinos, la boca, los pulmones y la piel son los mismos que los que se encuentran en el medio ambiente, sea interior (paredes, muebles, aire interior, etc.) o exterior (alimentos, agua, suelo, etc.) 19.
Por tanto, la presencia ubicua de hongos en el entorno podría explicar el contacto sostenido con el cuerpo que modula la respuesta inmunitaria en los seres humanos.
Rinitis y asma: ¿y si los hongos nasales tuvieran algo que ver?
Los medicamentos, el exposoma y la microbiota: un delicado equilibrio
Los medicamentos, que forman parte de nuestro exposoma, ejercen interacciones complejas con la microbiota intestinal, influyendo tanto en su composición como en sus funciones.
Tomemos el ejemplo de ciertos tratamientos comunes, como los inhibidores de la bomba de protones (IBP), utilizados para tratar el reflujo gástrico. Los IBP modifican el entorno ácido del estómago, permitiendo que las bacterias orales lleguen al intestino. Esto puede afectar al ecosistema microbiano y favorecer la proliferación de determinadas cepas. Estos cambios, que se asocian a un mayor riesgo de infecciones, por ejemplo infecciones por Clostridium difficile, pueden controlarse gracias a la supervisión médica y al uso adecuado de los IBP (evitando en lo posible tratamientos prolongados) 20.
La microbiota no es un órgano pasivo puesto que desempeña un papel activo en la transformación de los medicamentos.
Por ejemplo, las bacterias intestinales pueden mejorar la eficacia de la metformina, un antidiabético, estimulando la producción de (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) (AGCC) que son beneficiosos para la salud.
A la inversa, en algunos casos excepcionales, la microbiota puede transformar moléculas activas en compuestos tóxicos, como sucede con la brivudina, un antiviral contra el herpes zóster ahora prohibido, que ciertos microorganismos intestinales pueden convertir en bromoviniluracilo, tóxico para el hígado.

Estas interacciones ponen de relieve la importancia de comprender mejor las relaciones entre los fármacos, la microbiota y el exposoma. Si se tienen en cuenta estos mecanismos, será posible optimizar los tratamientos y desarrollar estrategias terapéuticas que respeten y favorezcan el delicado equilibrio de nuestro ecosistema intestinal.
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La microbiota bajo presión: cómo el exposoma favorece el desarrollo de enfermedades crónicas
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1. Lionel Cavicchioli. Un organe sensible aux pollutions, Le Figaro Santé, avril-mai-juin 2024.
2. Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services (IPBES)