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Incluye ahora un caso clínico que revela el profundo impacto de la terapia antibiótica en la salud intestinal
Sinopsis del curso:
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Comprende cómo la disbiosis, caracterizada por el desequilibrio microbiano, subyace a diversos trastornos gastrointestinales y sistémicos.
Actualizado con investigaciones de vanguardia, descubre nuevos conocimientos sobre la disbiosis asociada a los antibióticos y sus consecuencias de largo alcance para la salud de los pacientes. Equípate con estrategias basadas en pruebas para mitigar las complicaciones relacionadas con la disbiosis y optimizar los resultados de los pacientes. Únete a nosotros para navegar por el cambiante panorama de las interacciones fármaco-microbioma en la práctica clínica.
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¿Quién es el profesor Guarner?
El doctor Francisco Guarner es licenciado en Medicina y Cirugía y está especializado en Enfermedades Digestivas.
Desarrolla su actividad profesional en el Servicio de Patología Digestiva del Hospital Universitari Vall d'Hebró. Ha sido becario de investigación en el Liver United del Kings College Hospital de Londres y becario de investigación en el departamento de Investigación de Prostaglandinas de Welcome Research Laboratories.
Actualmente es miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de enfermedades hepáticas y digestivas como investigador principal del grupo de enfermedades inflamatorias intestinales y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos.
También es presidente de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos, miembro del Comité de Directrices y Publicaciones de la WGO-OMGE (Organización Mundial de Gastroenterología) y miembro del Comité Directivo del Consorcio Internacional del Microbioma Humano (IHMC).
Declaración de conflicto de intereses: Francisco Guarner recibe financiación para investigación de Abbvie, Takeda y AB-Biotics, y honorarios de consultoría del Instituto Danone, Sanofi, Biocodex, Actial, Menarini y Ordesa.
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Los participantes del módulo obtienen 1 crédito FMF Europeo (ECMEC) por cada hora de formación (60 minutos efectivos de e-learning, excluyendo las introducciones…). Este crédito se adquiere una vez completado el módulo y validada la evaluación correspondiente por los participantes.
Los antibióticos representan un extraordinario descubrimiento científico y salvan millones de vida, pero su uso excesivo e inadecuado ahora suscita grandes inquietudes para la salud, especialmente debido a la aparición de resistencia a los antibióticos y disbiosis. Leamos la página dedicada a esta cuestión.
¿Qué es la Semana mundial de concienciación sobre la RAM?
Desde 2015, la OMS organiza cada año la Semana mundial de concienciación sobre la RAM (WAAW), cuyo objetivo es sensibilizar al público sobre la resistencia mundial a los antimicrobianos. Esta campaña, que tendrá lugar del 18 al 24 de noviembre, alienta al público general, a los profesionales sanitarios y a los responsables a hacer un uso razonable de los antimicrobianos para evitar el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos.
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Modular la microbiota intestinal: ¿Un método eficaz para adelgazar?
Aunque el estudio de la microbiota intestinal genera nuevas pistas en el tratamiento de la obesidad, se impone la prudencia: este enfoque es «un tratamiento entre otros»
Prof. Patrice D. Cani, codirector de la Unidad de Metabolismo y Nutrición del Louvain Drug Research Institute de la Universidad Católica de Lovaina (UCLouvain, Bruselas, Bélgica)
¿Estamos condenados a conservar los kilos de más?
De manera general, creer en un remedio milagroso es una quimera; ningún tratamiento puede acabar con la obesidad sin la participación activa de las personas (alimentación, actividad física...) y sin una estrategia terapéutica integral y personalizada. La obesidad es un proceso complejo y largo que depende de múltiples factores asociados, entre los cuales figura la microbiota intestinal. Dicho esto, pretender que el (sidenote:
Disbiosis
La disbiosis no es un fenómeno homogéneo ya que varía en función del estado de salud de cada individuo. Se define generalmente como una alteración de la composición y funcionamiento de la microbiota, provocada por un conjunto de factores ambientales y relacionados con el individuo, que alteran el ecosistema microbiano.
Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232.) del ecosistema microbiano conduce inevitablemente a la obesidad (o, al contrario, que su equilibrio garantiza un peso normal) es un error. Sin embargo, intentar equilibrar la microbiota es una buena iniciativa en el marco de un tratamiento global y personalizado de los pacientes.
¿Es arriesgado actuar sobre la microbiota por cuenta propia?
Trasplante de microbiota intestinal: ¿una promesa exagerada?
Actualmente se están realizando numerosos estudios sobre el tema. Algunos de ellos demuestran que el trasplante de microbiota no tiene ningún efecto sobre la obesidad o que favorecería una mejoría pasajera de la capacidad de estabilizar la concentración de azúcar en sangre. Aunque parezcan decepcionantes a priori, estos resultados están llenos de enseñanzas: ahora se sabe que es necesario que la microbiota del donante sea compatible con la del receptor; se sabe también que algunos individuos son más receptivos que otros al trasplante (así como al cambio de dieta), en función de la composición inicial de su microbiota. En cualquier caso, mejorar la salud modulando la microbiota intestinal es una pista de elección, siempre que se actúe de manera racional y se sigan las recomendaciones médicas y nutricionales. Personalmente, estoy convencido de ello porque mi lema es «In gut we trust».
Bibliografia
17 Microorganismos vivos (bacterias, levaduras) que, ingeridos en cantidades suficientes, tienen un efecto beneficioso sobre la salud del huésped. Se encuentra en alimentos fermentados (yogur, kéfir, chucrut, etc.), en forma de medicamentos o complementos alimenticios.
18 Azúcares que alimentan a las «buenas» bacterias. Se encuentran en alimentos como el plátano, los puerros, la cebolla, la alcachofa...
Otro método que podría muy bien ser prometedor: el trasplante de microbiota fecal (TMF) o trasplante de heces16. Por el momento, se limita a una sola indicación muy alejada de la obesidad (la infección recurrente por Clostridium difficile) y consiste en transferir los (sidenote:
Microorganismos
Organismos vivos que son demasiado pequeños para observarlos a simple vista. Incluyen bacterias, virus, hongos, arqueas, protozoos, etc. y se llaman comúnmente «microbios».
What is microbiology? Microbiology Society.) contenidos en las heces del donante que tiene un IMC normal a un receptor obeso para «corregir» su microbiota17.
En la actualidad, varios equipos de investigación están estudiando su utilidad. A este efecto, examinan en detalle sus efectos sobre el equilibrio de la microbiota intestinal, el comportamiento alimentario y el correcto uso de los recursos energéticos respecto a las calorías ingeridas17.
17 Microorganismos vivos (bacterias, levaduras) que, ingeridos en cantidades suficientes, tienen un efecto beneficioso sobre la salud del huésped. Se encuentra en alimentos fermentados (yogur, kéfir, chucrut, etc.), en forma de medicamentos o complementos alimenticios.
Lo mismo sucede con los prebióticos, que son azúcares no digeribles presentes en verduras, cereales integrales, legumbres, tubérculos, fruta, frutos secos, hierbas aromáticas, especias, etc., y que sirven para alimentar a las «buenas » bacterias y favorecer su proliferación en detrimento de las malas.
Aunque sus beneficios para detener la obesidad se han demostrado sobradamente en laboratorio, los ensayos en el ser humano dieron resultados divergentes6. Mientras que algunos prebióticos indujeron una disminución significativa del peso, el IMC y la circunferencia de cintura en adultos obesos o con sobrepeso, otros, en cambio, no produjeron ningún efecto6. Globalmente, los estudios revelan un efecto de los prebióticos sobre la saciedad7 que, por desgracia, no se traduce en una pérdida de peso6.
Aunque los prebióticos representan una pista de investigación interesante, los expertos consideran que todavía es prematuro recomendarlos para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso6.
Los probióticos son «microorganismos vivos (bacterias, levaduras) que, cuando se ingieren en cantidad suficiente, ejercen un efecto beneficioso en la salud del huésped12,13». Estos microorganismos se encuentran en los alimentos fermentados (yogur, kéfir, chucrut...), en forma de medicamentos o de complementos alimentarios. Su facultad de restablecer el equilibrio de la microbiota los convierte en candidatos prometedores para la lucha contra la obesidad3.
Estos probióticos participarían en la mejoría del perfil metabólico y la reducción del aumento de peso en el ratón6,14,15. Uno de ellos incluso tendría un efecto saciante prometedor y favorecería la sensación de saciedad14,15. Los datos son menos abundantes en el ser humano y solo algunos probióticos específicos tienen un impacto sobre el peso, el IMC, la circunferencia de cintura, la masa grasa y el perfil metabólico3,4,6.
Aunque estos resultados son esperanzadores, los estudios deben continuar y los resultados iniciales requieren confirmación en el ser humano3,6.
Quemar los kilos en exceso equilibrando la microbiota: ¿una esperanza al alcance de la mano? Quizá, con la condición de comprender mejor cómo influyen la alimentación, los probióticos y prebióticos, así como el trasplante de microbiota fecal (TMF), en el ecosistema microbiano intestinal. Ya se ha declarado la guerra contra la obesidad. Ahora falta ganarla.
El primer factor de riesgo de obesidad –la alimentación– es la principal arma de modulación de la microbiota. No es ninguna sorpresa ya que son las preferencias alimentarias las que modelan el intestino: por ejemplo, la mayor variedad de bacterias en los omnívoros que en los vegetarianos, el predominio de ciertas especies específicas en los amantes de las proteínas y grasas animales, etc.3. En teoría, el «remedio» parece sencillo...
¡Pero no es así!
Las respuestas varían de un individuo a otro y, a pesar de los numerosos estudios, por el momento no se ha establecido ninguna relación definitiva entre la modulación de la microbiota y la magnitud de la pérdida de peso11. Según algunos autores, la variabilidad de las respuestas a la dieta se debería a la composición inicial de la microbiota intestinal7,11; para otros, incluso permitiría predecir su éxito7.
Hay una sola certeza en esta controversia: conviene comer de forma equilibrada, aunque no todos seamos iguales ante el aumento de peso.
Cirugía bariátrica
Entre los tratamientos propuestos a los pacientes que padecen obesidad mórbida, uno de los más eficaces es la cirugía bariátrica. Consiste en reducir el volumen del estómago o realizar una derivación total o parcial del intestino delgado11. Además de una pérdida de peso, el tratamiento tiene un impacto sobre la microbiota intestinal7,9. Los investigadores incluso piensan que la microbiota modificada después de la cirugía sería directamente responsable de la disminución de la masa grasa y de la reducción de la capacidad del huésped para utilizar los alimentos como carburante9
Los 100 billones de microorganismos (bacterias, virus y hongos) presentes en el tubo digestivo participan activamente en la adecuada asimilación de los alimentos por el cuerpo. Sin embargo, en caso de alimentación demasiado rica en azúcares y grasas, el equilibrio energético se desajusta. El ecosistema microbiano del intestino, también alterado (menos rico y menos diversificado), no consigue regular el exceso de energía absorbida y contribuye a mantener el desequilibrio.
Sea la causa o la consecuencia, la microbiota intestinal desempeña un papel en la obesidad; en caso de alteración, las repercusiones son múltiples y producen alteraciones de la digestión, el sistema de defensa y la capacidad de comunicarse con el cerebro para gestionar el hambre8. Estas alteraciones mantienen a su vez la disbiosis de la microbiota intestinal9. Por lo tanto, más que una enfermedad metabólica, la obesidad podría ser un trastorno del cerebro y el sistema inmunitario que se manifiesta por un comportamiento alimentario anormal en el que participa la microbiota intestinal3,4,8,10.
"Toda enfermedad comienza en el intestino" afirmaba Hipócrates, padre de la medicina moderna. La obesidad no parece ser la excepción. Aunque no cabe duda de que esta epidemia tiene relación con la mala alimentación y el sedentarismo, se está investigando la posible implicación de otros factores (como la microbiota intestinal). Nuestras sociedades normativas todavía estigmatizan con demasiada frecuencia a las personas afectadas, tres veces más numerosas hoy que en 19751, acusándoles de falta de voluntad. Es probable que este razonamiento simplista haya dificultado durante mucho tiempo el tratamiento de esta plaga mundial, origen de graves consecuencias socioeconómicas y primer factor de riesgo de fallecimiento prematuro debido al estilo de vida, por delante del tabaquismo1.
En un momento en que, en el mundo entero, se muere más por sobrealimentación que por malnutrición, la obesidad se define por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo1. Se caracteriza por un índice de masa corporal (o IMC) igual o superior a 30. Entre 1975 y 2014, la proporción mundial de adultos obesos aumentó un 7,6% en varones y un 8,5% en mujeres1. Estos datos ocultan importantes disparidades: en Japón, menos del 4% de los adultos son obesos, mientras que son 10 veces más en Estados Unidos1. Casi ningún país escapa a esta pandemia (algunas regiones del planeta registran aumentos especialmente marcados2), ya que solo Japón, Corea del Norte y algunos países de África subsahariana todavía se mantienen relativamente a salvo1.
13 %
de adultos obesos en el mundo (entre el 10 y el 30% en Europa)
39 %
de adultos con sobrepeso (entre el 30 y el 70% en Europa)
3,7 %
de adultos obesos en Japón, frente al
38,2 %
en Estados Unidos
Imagen
Aumento del número de casos de obesidad en adultos a lo largo de los años. Porcentaje de adultos obesos por país en 1975 (mapa a) y 2014 (mapa b). El número de adultos obesos aumentó considerablemente entre 1975 y 2014. Base de datos del Observatorio Mundial de la Salud (GHO).
Un factor de riesgo de numerosas enfermedades...
No todas las consecuencias del exceso de peso se observan a primera vista. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que las personas obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar otras afecciones3 (trastornos metabólicos como la diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares, depresión, ciertos tipos de cáncer...) y que, en varones, la sobrecarga ponderal da lugar a trastornos urinarios o de la erección, con graves repercusiones en la calidad de vida4. En suma, la esperanza de vida de los individuos afectados es 7 años menor que la de las personas de peso normal4.
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... con orígenes no tan fáciles de comprender
Demasiadas calorías absorbidas – sobre todo, grasas y azúcares – con respecto al consumo energético real: este es el origen principal, ahora bien conocido, de la obesidad y el sobrepeso1,5. No obstante, a veces, adoptar comportamientos virtuosos (alimentación sana, actividad física...) no basta para revertir el exceso de peso1. ¿Cuáles son las causas ocultas?
Herencia
Primero, la genética: el ser humano, programado para afrontar desgracias (la hambruna, por ejemplo), heredó un patrimonio que favorece su capacidad de almacenar calorías1. Los estudios en el ratón y el ser humano incluso sugieren que la obesidad (incluidas sus formas severas) podría ser hereditaria en un 40 a 70% de los casos1. Pero estas formas de origen genético no pueden explicar por sí solas la epidemia que estamos sufriendo.
Entorno «obesógeno»
La genética también está relacionada con el entorno. Dado que influye profundamente en nuestros comportamientos, sin duda el entorno desempeña un papel importante en nuestra corpulencia. El aumento de la prevalencia de obesidad en los últimos 50 años coincide con los cambios en nuestro estilo de vida: exceso masivo de grasas, azúcares y sal en los platos industriales, picoteo y «comida chatarra»; modificación de las actividades profesionales y de ocio; sedentarismo; falta o mala calidad del sueño; estrés social1…
Con el paso del tiempo, estas condiciones de vida diaria quizás hayan producido modificaciones genéticas transmisibles que predisponen a las generaciones futuras a un mayor riesgo de obesidad: estos son los misterios de la «epigenética»1…
Trastorno de la comunicación entre el intestino y el cerebro
Por último, el intestino. Este «segundo cerebro» dialoga con la materia gris a través de un eje de comunicación que controla el metabolismo, es decir, el equilibrio entre ingesta y consumo energético6. Cuando «se cuelga», como en las personas obesas, se vuelve incapaz de regular el apetito, la saciedad y el almacenamiento de energía7,8. Resultados del experimento con ratones: si se los priva de microbiota intestinal y se los somete a una dieta rica en grasa, los roedores no engordan; en los animales con microbiota intestinal, en cambio, la misma dieta produce un aumento de peso7. Más sorprendente aún: si se trasplanta a un ratón delgado la microbiota de un individuo obeso, ¡también engorda7! ¿Causa o consecuencia? Por ahora, la investigación aún no tiene respuesta, como tampoco la tiene sobre los mecanismos implicados5,8.
¿Qué son exactamente los probióticos? Hubo que esperar al siglo XXI para que tuvieran su definición «oficial». Sin embargo, el consumo de estos microorganismos beneficiosos se remonta a tiempos inmemoriales.
¿Lo sabía? ¡Nuestros ancestros consumían a los ancestros de los probióticos actuales!1 Desde el Neolítico, constataron que la fermentación de ciertos alimentos tenía virtudes insospechadas. Leche, trigo o verduras resultaban más fáciles de conservar, más sabrosos, más fáciles de digerir... y mejores para la salud.1,2
En los albores de la Antigüedad, hace al menos 5000 años, los egipcios, los romanos y los hindúes ya apreciaban la leche fermentada.2Los antiguos turcos, por su parte, la consideraban como un elixir de vida. ¿Es este el secreto de su fuerza legendaria? Tres siglos antes de nuestra era, los obreros chinos que construyeron la Gran Muralla comían col fermentada para su bienestar.2 Por su parte, el famoso Hipócrates, «padre de la medicina», recomendaba el queso a los atletas olímpicos.1 ¡Incluso para los soldados del terrible Gengis Kan, la leche fermentada era fuente de fuerza y vigor para vencer en las batallas!3 Fue solo a principios del siglo XX, sobre todo a raíz de los trabajos de Louis Pasteur, que se descubrió que estas virtudes procedían de microorganismos beneficiosos.1
¿Qué es un probiótico?
Los probióticos son «microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped».4,5 ¿Esta versión original de expertos necesita subtítulos?
Microorganismos…
Como bacterias o levaduras.
vivos…
En plena forma para actuar: ¡los microorganismos muertos no son probióticos!
que, cuando se administran en cantidades adecuadas…
Ni demasiados, ni demasiado pocos para actuar eficazmente y sin peligro.
confieren un beneficio para la salud del huésped.
En este caso, tienen un efecto positivo para la salud de la persona que los toma.6
Un probiótico no es…
… un antibiótico, ¡al contrario! El término «probiótico» (para la vida) lo propusieron justamente unos investigadores en la década de 1960 como oposición a «antibiótico» (contra la vida).1
… una microbiota, que se refiere a todos los microorganismos que hay en un entorno determinado, como el intestino. El microbioma es simplemente el genoma (todos los genes) del conjunto de estos microorganismos.7
… un prebiótico, fibras alimentarias no digeribles especiales que «alimentan» específicamente a las bacterias beneficiosas de la microbiota y, de esta forma, aportan un beneficio para la salud.8 Cuando se añaden a los probióticos en productos específicos, reciben en nombre de simbióticos.9
… un alimento fermentado, que es un alimento elaborado con microorganismos vivos elegidos y gracias a ciertas transformaciones enzimáticas: yogur, queso, chucrut... Aunque tiene virtudes para la salud, un alimento fermentado no forzosamente es un probiótico.10
… un trasplante de microbiota fecal (TMF), un tratamiento que consiste en curar la microbiota de una persona enferma trasplantándole la de un donante sano. Actualmente, el TMF solo se utiliza en caso de infección intestinal recidivante por una bacteria llamada “Clostridioides difficile.”11
¿Qué son los microorganismos probióticos?
Familiarmente llamados «microbios» o también «gérmenes», los microorganismos son seres vivos «microscópicos», es decir que es imposible verlos a simple vista.12 ¡A menudo tienen una sola célula!
Entre ellos, se encuentran las bacterias, que viven en todas partes en nuestro entorno: ¡en la tierra, en el agua e incluso sobre y dentro de nuestro cuerpo!12,13 También están los hongos microscópicos: levaduras (de la levadura de panadería Saccharomyces a la Candida responsable de micosis) o mohos (como Penicillium, que produce el «azul» del Roquefort, pero también la penicilina, el famoso antibiótico).12,14,15,16 Los virus también son microorganismos, pero son incapaces de sobrevivir sin infectar una célula y no siempre se consideran como «seres vivos».12,17 También están las amebas, las microalgas…18,19 Este pequeño mundo es gigantesco: ¡hay mil millones de bacterias en una cucharadita de tierra! Tranquilícese, más del 99% de ellas son inofensivas para nosotros.12,20
Los microorganismos más utilizados como probióticos son:
levaduras como Saccharomyces boulardii, procedente de la piel de los lichis.3,15
Todos se designan con un nombre preciso en latín:
Primero, su género, por ejemplo Lactobacillus.
Después, su especie dentro de este género, lo cual da lugar, por ejemplo, a Lactobacillus «acidophilus».
Y finalmente, su cepa dentro de esta especie, en forma de una sucesión de letras y/o cifras, como un código de barras que indica e identifica de forma precisa al microorganismo. La cepa distingue las particularidades genéticas de cada especie de microorganismo. ¡Es la que hace único a cada probiótico!21
Por ejemplo, Lactobacillus acidophilus XYZ123.
¿No se acuerda del latín?
Piense en una ensalada de frutas con ciruelas, cerezas, melocotones y nactarinas. Todos estos árboles tienen el mismo género, Prunus. La especie Prunus avium, por ejemplo, da cerezas y Prunus persica da melocotones, de los que además existen cientos de variedades: ¡amarillos, blancos, lisos o aterciopelados, redondos o planos!22
¿Cómo se eligen los probióticos?
Encontrar a los «afortunados elegidos» entre los miles de millones de microorganismos es una dura tarea para los investigadores. Quizá para reconocer sus esfuerzos, las especies probióticas a menudo llevan su nombre: Saccharomyces boulardii fue aislado por Henri Boulard23 y Lactobacillus reuterii (cuyo nuevo nombre es Limosilactobacillus reuteri24), por Gerhard Reuter.25
Tanto si proceden de la leche como de frutas o del cuerpo humano, las especies de microorganismos potencialmente beneficiosas se estudian minuciosamente para encontrar las cepas más interesantes.
En la primera etapa, se identifican, según las características de su genoma. Los microorganismos se clasifican. Se les da un nombre con un número de cepa.4,26
En la segunda etapa, se reducen poco a poco los candidatos potenciales en función de sus propiedades beneficiosas, como acciones antipatógenos, anticolesterol o también reguladores del tránsito intestinal…4,26
En la tercera etapa, se verifica su inocuidad, es decir, que no son peligrosos para la salud; los investigadores miran entonces si tienen genes de resistencia a los antibióticos, toxinas o si provocan efectos indeseables, pero también si los candidatos a probióticos son capaces de sobrevivir en ciertas condiciones extremas, como el medio intestinal (temperatura, pH, ácidos biliares…).4,26
En la cuarta etapa, y no de las menores, se valida la eficacia del probiótico en el ser humano, se habla de «ensayos clínicos», que deberán seguir las recomendaciones precisas de las autoridades sanitarias o las agencias científicas (locales/nacionales). En esta etapa es cuando el microorganismo sometido a prueba puede calificarse de probiótico.4,26
En la última etapa, se asegura que el probiótico se mantiene vivo y a una dosis eficaz durante todo el periodo de vida del producto. Las cepas de probióticos se depositan en un «banco internacional de cepas microbianas».4,27
¿Para qué sirven los probióticos?
Nuestro organismo cuenta con varias microbiotas. La más importante se encuentra en el intestino (es la «flora intestinal»), pero existe también una microbiota de la piel, de la vagina, de la boca, de las vías respiratorias…28,29 En estas microbiotas, miles de millones de microorganismos trabajan en armonía.28,30 La mayoría son inofensivos o beneficiosos para la salud.31 Algunos son potencialmente patógenos, es decir que podrían provocar enfermedades, pero su desarrollo está frenado por los microorganismos «amigos».32 Por diferentes razones, como una alimentación no lo bastante sana, el estrés, una enfermedad o la toma de antibióticos, el equilibrio de la microbiota puede romperse: se habla de « (sidenote:
Disbiosis
La disbiosis no es un fenómeno homogéneo ya que varía en función del estado de salud de cada individuo. Se define generalmente como una alteración de la composición y funcionamiento de la microbiota, provocada por un conjunto de factores ambientales y relacionados con el individuo, que alteran el ecosistema microbiano.
Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232.)».28,30 La composición de la microbiota se altera, se empobrece, los microorganismos beneficiosos son menos abundantes y los patógenos aprovechan para colonizar el espacio y multiplicarse...33
Al acudir «en refuerzo» de la microbiota, los probióticos pueden ayudarla a mantener o recuperar el equilibrio, actuar sobre nuestro sistema de defensa inmunitaria disminuyendo la inflamación y protegernos atacando a los (sidenote:
Patógeno
Un patógeno es un microorganismo que causa, o puede causar, una enfermedad.
Pirofski LA, Casadevall A. Q and A: What is a pathogen? A question that begs the point. BMC Biol. 2012 Jan 31;10:6.) o sus toxinas.26 De esta manera, pueden prevenir o corregir los trastornos y las enfermedades relacionadas con una disbiosis.34,35,36 Sin embargo, según las cepas, los probióticos tienen modos de acción diferentes, de modo que un efecto beneficioso específico no puede extrapolarse, en la mayoría de los casos, de una cepa a otra.37
¿Por qué tomar probióticos?
¿Cuál es el beneficio? ¿Qué me aporta?
Los beneficios de los probióticos para la salud son numerosos. No obstante, según la eficacia que cada una de las cepas de probióticos demuestra en los estudios en el ser humano, se determina su interés en situaciones muy concretas:5,38
Trastornos del aparato digestivo, como la diarrea debida a los antibióticos39, la diarrea por C. difficile40, la gastroenteritis41, la diarrea del viajero (o «del turista»)42, los trastornos funcionales del intestino (o «intestino irritable»)43,44, los trastornos de la digestión de la lactosa21, las enfermedades inflamatorias del intestino (EICI )45...
Infecciones respiratorias invernales.46
Enfermedades cutáneas.47
Infecciones urinarias.48
Infecciones vaginales.49
¿Cómo los probióticos se fabrican?
La fabricación de los probióticos exige el dominio de un procedimiento técnico delicado y controles estrictos repetidos en cada etapa de la cadena de producción. En efecto, debe garantizar al consumidor un producto final que cumpla todas las normas de calidad y seguridad. Los microorganismos probióticos deben mantenerse vivos, en número suficiente y estable hasta el final del periodo de conservación del producto, dosificarse correctamente para el beneficio previsto y carecer de contaminantes.5,6,51
Esta infografía es una representación simplificada y no exhaustiva de un proceso de selección y fabricación de probióticos con ejemplos teóricos de punto de control.
Las diferentes etapas de fabricación6,52:
Este proceso por etapas es un ejemplo simplificado y no exhaustivo de fabricación de probióticos.
Cultivo
El microorganismo seleccionado se cultiva con sustancias nutritivas esterilizadas para que se multiplique.
Después de su multiplicación, los microorganismos se separan de su medio de cultivo mediante centrifugación o filtración.
Liofilización
La pasta obtenida que contiene los microorganismos se somete después a una congelación rápida y posterior deshidratación para extraer el agua; es la liofilización, que permite evaporar al menos el 96 %53 de la humedad restante. De esta forma, los microorganismos se conservan mejor y siguen vivos.
El polvo se acondiciona después en su formato definitivo (cápsulas, sobres, ampollas...). La selección y la calidad del formato utilizado deben permitir aumentar la estabilidad del producto. Por último, se envasan en su recipiente final o caja.
Distribución de los lotes
Por último, se entregan en su punto de venta, por ejemplo, en la farmacia.
En cada etapa de la producción —incluso varias veces durante una misma etapa—, deben realizarse controles de las muestras para verificar que el producto sea conforme, es decir, que la calidad y la pureza sean óptimas.6 Es necesario que los microorganismos sigan estando vivos y sin peligro para su consumo.6 Para que los consumidores puedan tener la máxima confianza en la calidad de sus productos, algunos laboratorios recurren, además de a sus propios controles, a organismos externos e independientes que verifican que el conjunto de los procesos de fabricación y de control de calidad sean conformes con la normativa y las buenas prácticas.27
Como ve, no resulta fácil elegir entre los numerosos probióticos existentes, ya que no todos los probióticos son idénticos. Y ninguno de ellos, cepa o combinación de cepas probióticas, tendrá al mismo tiempo todos los efectos beneficiosos descritos aquí.50 Pida consejo a su médico o a su farmacéutico, le recomendará los productos que necesita en función de su estado de salud.
Desde hace unos años, la investigación sobre la microbiota humana y los probióticos se encuentra en plena efervescencia. Estimulada por los avances tecnológicos de la biología, nos aporta nuevos conocimientos científicos, a veces sorprendentes, sobre las interacciones delicadas y complejas que tienen lugar en los ecosistemas microbianos. Probióticos de precisión, micro-ARN, consorcios de probióticos, posbióticos… La investigación está abriendo el camino hacia propuestas inéditas y prometedoras capaces de responder, hoy y mañana, a las necesidades de salud de cada uno de nosotros.
La ciencia ya nos ha revelado algunos secretos sobre los efectos de los probióticos en la salud. En la actualidad, se sabe que el efecto beneficioso de un probiótico depende a la vez de la cepa y de ciertas características del individuo que lo consume, como la edad, la alimentación, el estado de salud, los tratamientos medicamentosos y también la microbiota. 54Por lo tanto, este efecto puede variar según las personas. 55Estos últimos años, se realizaron avances científicos importantes en la comprensión de las interacciones entre las microbiotas y el cuerpo humano. Estos avances sugieren que la modulación de los ecosistemas microbianos podría aportar soluciones nuevas a los grandes retos de la nutrición y la salud. 56
¿Cómo conseguir que los probióticos del mañana sean a la vez más eficaces, más específicos y estén mejor adaptados a la microbiota de cada uno? Numerosos equipos científicos ya se han embarcado en este amplio campo de investigación. Sus armas para despejar el camino:
La identificación de los organismos clave de la microbiota
Los conocimientos científicos aportados por estos nuevos métodos permiten a los investigadores comprender con mucho mayor detalle la organización de la microbiota: cómo funciona, cómo interactúan los microorganismos entre sí y con el individuo que los alberga 56 … El objetivo consiste en identificar los microorganismos clave para su equilibrio. De esta manera, los investigadores pueden aislar cepas específicas y determinadas según sus beneficios potenciales para la microbiota y la salud. También pueden observar el modo de acción de estos futuros probióticos en las células, sus interacciones con la microbiota y la respuesta del huésped 54,57 .
Estos nuevos enfoques científicos y tecnológicos han permitido el desarrollo de probióticos llamados (sidenote:
Probióticos «de nueva generación»
Microorganismos vivos identificados mediante análisis comparativos de la microbiota y que, cuando se administran en cantidades adecuadas, producen beneficios para la salud del huésped.
Martín R, Langella P. Emerging Health Concepts in the Probiotics Field: Streamlining the Definitions.Front Microbiol. 2019;10:1047.). Entre los probióticos identificados más recientemente, figuranRoseburia intestinalis, Faecalibacterium prausnitzii, Akkermansia muciniphila… Estas cepas, procedentes de especies importantes para la microbiota humana, no solo actúan sobre procesos fisiológicos (metabolismo, inmunidad) a los que no necesariamente llegarían los probióticos clásicos 56 , sino también sobre ciertos mecanismos patológicos concretos que intervienen, por ejemplo, en el cáncer, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, inflamatorias, autoinmunes, el dolor…56,58,59,60 Por ello, podrían entrar en la categoría de (sidenote:
Producto o agente bioterapéutico
Producto biológico que contiene organismos vivos, por ejemplo, bacterias, y cuya función es prevenir o tratar trastornos o enfermedades (las vacunas no se incluyen en esta categoría).
Rouanet A, Bolca S, Bru A, et al. Live Biotherapeutic Products, A Road Map for Safety Assessment. Front Med (Lausanne). 2020;7:237.
), es decir, medicamentos que contienen organismos vivos. Los probióticos de nueva generación son, en primer lugar, cepas nunca utilizadas antes. Sin embargo, también puede tratarse de probióticos conocidos, pero que se modificaron genéticamente para producir moléculas específicas de interés, como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), para mejorar su supervivencia en el aparato digestivo o para mejorar su metabolismo, sus propiedades inmunomoduladoras, su capacidad de combatir a ciertos patógenos, etc. 60
Probióticos de precisión para una medicina personalizada
La era de los «probióticos de precisión» ya está en marcha. Y a pesar la variabilidad de la respuesta del huésped se anuncia también la era de los probióticos personalizados. De hecho, el concepto de medicina personalizada consiste en tener en cuenta las especificidades de cada paciente para vencer la enfermedad. Los probióticos de «nueva generación» pueden integrarse de forma natural en esta estrategia gracias a su capacidad de modular la microbiota del huésped en función de sus características. 54
Los investigadores imaginan hoy medios de analizar la microbiota intestinal de cualquier persona que pueda beneficiarse de un probiótico, con el fin de determinar previamente el más adecuado. Ya se vislumbra la fabricación de dispositivos miniaturizados ingeribles capaces de recoger muestras de la microbiota para caracterizarla. Los científicos estiman también que, gracias a la democratización médica de la secuenciación de alto rendimiento, cada uno de nosotros pronto podrá disponer del genoma de su propia microbiota y, de esta manera, obtener recomendaciones «personalizadas» para mantener la salud gracias a la nutrición, los probióticos o los prebióticos. 54
Aplicaciones nuevas de salud pública
En la actualidad, se exploran los probióticos para responder a problemas de salud pública, en especial situaciones en las que las opciones terapéuticas clásicas resultan insuficientes. Por ejemplo, frente al aumento inquietante de la resistencia a los antibióticos en el mundo, se estudian probióticos con actividad antimicrobiana o inmunomoduladora como alternativa a los antibióticos. También se estudia el potencial terapéutico de los probióticos en otros problemas de salud importantes, como la obesidad, las enfermedades hepáticas, los problemas de fertilidad, el exceso de colesterol o los trastornos del humor 56 . Por último, los probióticos podrían contribuir a mejorar el tratamiento del cáncer; por ejemplo, ciertas cepas parecen optimizar o reducir la toxicidad de los tratamientos del cáncer de colon, pulmón, riñón…60,62
Detalles sobre un actor revelado por la transcriptómica: el micro-ARN
Los micro-ARN, descubiertos en la década de 1990, suscitan mucho interés entre los investigadores; estos reguladores finos de la expresión de genes participan en numerosos procesos celulares. Su disfunción produce diferentes enfermedades, incluido el cáncer 63 , y actualmente se exploran como dianas terapéuticas. 64Los micro-ARN también regulan las interacciones entre las células del organismo y los microorganismos de la microbiota.
Ahora bien, los probióticos se muestran capaces de modificar su expresión, por ejemplo, cuando esta se asocia a una inflamación intestinal. La posibilidad de actuar sobre los micro-ARN con probióticos para equilibrar la microbiota y tratar ciertas enfermedades, sobre todo digestivas, es muy prometedora. 65
Los consorcios poseen un poder probiótico multiplicado
Los probióticos cambian también de cara: los científicos los experimentan en grupo… ¡o a trozos! En efecto, el equilibrio de la microbiota depende de las interacciones entre los microorganismos, y varias especies pueden estar anormalmente infrarrepresentadas en caso de disbiosis. Inspirados en el éxito del (sidenote:
Trasplante fecal
Este enfoque terapéutico consiste en introducir las heces de una persona sana en el tubo digestivo de un paciente para reconstituir su microbiota intestinal. Por el momento, solo está autorizado para el tratamiento de las infecciones recurrentes por Clostridioides difficile.
Quigley EMM, Gajula P. Recent advances in modulating the microbiome. F1000Res. 2020;9:F1000 Faculty Rev-46.), que integra todo un ecosistema bacteriano, varios investigadores están probando actualmente consorcios de probióticos, esto es, formulaciones de varias cepas que actúan en «red» y de manera sinérgica 56para conseguir un efecto terapéutico definido. 66
¿Ya ha oído hablar de los posbióticos?
Posbio… ¿qué? ¡Posbióticos! 67No son microorganismos enteros vivos como tienen que ser los probióticos, sino fragmentos microbianos, cepas inactivadas (la célula está muerta y ya no se multiplica) o metabolitos bacterianos (proteínas, enzimas…) capaces de producir beneficios para el huésped. Tienen ventajas por su facilidad de producción y de conservación, y tendrían algunos efectos similares, incluso superiores, a sus homólogos probióticos 56,58. Es necesario realizar más estudios para confirmar estos primeros resultados esperanzadores.
Bacteriófagos: virus asesinos de bacterias…
Pero esto no es todo: tras varios decenios de letargo vuelven las investigaciones sobre los tratamientos con fagos, virus que atacan específicamente a ciertas bacterias patógenas de la microbiota. Varios estudios recientes indican que los fagos podrían entrar en el arsenal terapéutico de las infecciones multirresistentes. También podrían contribuir a la corrección de disbiosis asociadas a ciertas enfermedades o incluso servir de «medio de transporte» para medicamentos dirigidos. También en este caso, es necesario realizar más trabajos científicos y ensayos clínicos antes de que la fagoterapia pueda convertirse en una nueva opción eficaz y segura para la medicina del mañana 69 .
11 Zallot, Camille : Transplantation de microbiote fécal et pathologies digestives, La Lettre de l'Hépato-gastroentérologue, Vol. XXI -n° 1, janvier-février 2018.