Psoriasis, dermatitis atópica y rosácea: implicación del eje intestino-piel

El intestino y la piel, muy vascularizados, densamente inervados, ampliamente implicados en los sistemas inmunitarios y masivamente colonizados por comunidades microbianas, comparten algunas características.22 Pero eso no es todo: desde hace unos años, se acumulan pruebas de la existencia de una relación entre el intestino y la piel (eje intestino-piel) e incluso entre el intestino, el cerebro y la piel.23

 

La microbiota cutánea Dermatitis atópica: correlación entre la severidad de la enfermedad y las microbiotas nasal y cutánea Papel de la microbiota en la comunicación entre el intestino y el cerebro Exposición a los antibióticos entre el nacimiento y los 6 años de edad: perturbación de la microbiota intestinal y alteración del desarrollo del niño

Human microbiome, conceptual image. Computer illustration showing the microbiome of the human body, including the colon (large intestine, lower centre). The microbiome is the collection of microbes (micro-organisms including bacteria, archaea, protists, fungi and viruses) found on and in the human body.

La microbiota intestinal parece desempeñar un papel activo en la patogenia de diversas enfermedades cutáneas, como la psoriasis, la rosácea o la dermatitis atópica

A través de tres mecanismos: la composición de la microbiota cutánea, su efecto de barrera y su respuesta inmunitaria.

bacterias intestinales y piel

Existen numerosos ejemplos de asociaciones entre enfermedades digestivas y cutáneas: úlceras cutáneas o psoriasis en pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas del intestino; dermatitis y psoriasis en los que padecen una enfermedad celíaca; disbiosis intestinal e infección por H. pylori en las personas con rosácea, etc.22

Se han propuesto varios escenarios para explicar este eje intestino-piel aún mal conocido.

COMPOSICIÓN DE LA MICROBIOTA CUTÁNEA

La microbiota intestinal podría influir en la composición de la microbiota cutánea.23 Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC: acetato, propionato...), productos de la fermentación de las fibras por la microbiota intestinal, estarían implicados: modificarían el predominio de ciertos microorganismos o perfiles microbianos en la piel. Por ejemplo, la bacteria intestinal (véase tabla) Propionibacterium produce principalmente acetato y propionato. Ahora bien, el ácido propiónico posee un efecto antimicrobiano contra ciertos patógenos cutáneos, sobre todo Staphylococcus aureus resistente a la meticilina.23 A la inversa, las bacterias cutáneas comensales S. epidermidis y Cutibacterium acnes toleran mucho más las variaciones de los AGCC.23

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Axe intestins peau

INTEGRIDAD DE LA BARRERA CUTÁNEA

Los niños con dermatitis atópica también parecen padecer una disbiosis intestinal. Cuando la barrera intestinal está lesionada, aumenta la penetración de antígenos alimentarios, toxinas bacterianas o patógenos.14 Por ejemplo, las bacterias intestinales, sobre todo Clostridiales difficile pueden producir fenol libre y p-cresol, capaces de desequilibrar la barrera cutánea y reducir la producción de queratina.14,22,23 Por último, la vitamina D, cuya baja concentración se ha asociado con la dermatitis atópica y la psoriasis, podría ser regulada por la microbiota intestinal y participar en un mecanismo de señalización entre la microbiota y el huésped.14

En el caso del acné, los metabolitos microbianos regulan diversas funciones de la piel (proliferación celular, metabolismo de los lípidos, etc.) por otras vías metabólicas14 Por ejemplo, una carga glucémica elevada, típica de las comidas de los adolescentes de países desarrollados, influye en el metabolismo de la insulina y desencadena la hiperproliferación de las glándulas sebáceas, la lipogénesis y la hiperplasia de los queratinocitos, contribuyendo así al desarrollo del acné.14,23 Esta influencia podría ser bidireccional: la vía metabólica implicada afectaría a su vez a la composición de la microbiota intestinal a través de la barrera intestinal. De ahí un posible círculo vicioso mediante un retrocontrol positivo de la inflamación.23

RESPUESTA INMUNITARIA DE LA PIEL

Los mecanismos por los que la microbiota intestinal actúa en la microbiota cutánea también incluyen el efecto modulador de los microorganismos intestinales sobre la inmunidad sistémica.22 Algunos microbios y metabolitos intestinales facilitan las respuestas antiinflamatorias24. Por ejemplo, los AGCC ejercen efectos antiinflamatorios locales y a distancia, sobre todo en la piel.22 A la inversa, otros metabolitos participan en el bucle inflamatorio y en la aparición de enfermedades cutáneas; por ejemplo, algunas bacterias filamentosas favorecen la acumulación de células proinflamatorias Th17 y Th1.23

En el caso de la rosácea, algunos autores sugieren una relación con Helicobacter pylori: la bacteria podría ejercer efectos proinflamatorios por medio de péptidos.11,22

Se han propuesto otros mecanismos en la psoriasis, que implican una disminución de especies beneficiosas como Faecalibacterium prausnitzii13 o Akkermansia muciniphila, una especie que protege la integridad del epitelio intestinal frente a las enfermedades inflamatorias.11 En estos pacientes cuya sangre contiene ADN bacteriano, se observan niveles mucho más elevados de marcadores de respuesta inflamatoria sistémica (IL-1β, IL-6, IL-12, factor de necrosis tumoral, interferón γ).11

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Alteraciones cutáneas no patológicas asociadas a una disbiosis

También puede observarse una evolución de la microbiota cutánea en alteraciones cutáneas no patológicas. En efecto, la piel está constantemente expuesta a diversos factores endógenos, exógenos y relacionados con el estilo de vida que pueden afectar a la barrera cutánea en sus propiedades físicas, mecánicas o microbianas.19

La microbiota cutánea Dermatitis atópica: correlación entre la severidad de la enfermedad y las microbiotas nasal y cutánea Papel de la microbiota en la comunicación entre el intestino y el cerebro Exposición a los antibióticos entre el nacimiento y los 6 años de edad: perturbación de la microbiota intestinal y alteración del desarrollo del niño

Nappy rash. Close-up of perianal dermatitis in a 1 month old female patient, showing red and inflamed skins. 

MOLESTIAS, IRRITACIÓN Y DERMATITIS DEL PAÑAL

La piel sensible se describe como la que sufre «tirantez», picor y quemazón, en respuesta a estímulos que normalmente no deberían provocar estas sensaciones; se observa a la vez en personas de piel normal y en otras que presentan una alteración de la barrera cutánea.19 Podrían estar implicadas la hiperreactividad del sistema nervioso cutáneo, la barrera cutánea y la microbiota cutánea.19 La alteración de la capa córnea en las personas sensibles podría contribuir a la penetración de agentes químicos, ambientales y microbianos asociados a una mayor sensibilidad de la piel.19

La dermatitis del pañal, por su parte, afecta únicamente a la piel expuesta al roce de los pañales, una hidratación excesiva, un pH variable y un contacto constante con la orina y las heces. Los responsables podrían ser Candida albicans y Staphylococcus aureus.20

La sensibilidad de la piel podría guardar relación con una hiperactividad del sistema nervioso cutáneo, con la barrera cutánea y con la microbiota de la piel.

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CICATRIZACIÓN DE HERIDAS

En respuesta a la ruptura física del tejido cutáneo, el proceso de cicatrización de una herida se inicia por una inflamación, que resulta de una cooperación estrecha entre las células inmunitarias y las bacterias implicadas en este proceso.21 Las bacterias comensales como Staphylococcus, Streptococcus, Pseudomonas y Corynebacterium ejercen a la vez efectos beneficiosos y negativos para la cicatrización: estimulan el sistema inmunitario del huésped y reducen la invasión de otros microbios patógenos, pero esta pérdida de diversidad microbiana a menudo se asocia a una inflamación prolongada, con riesgo de retrasar la cicatrización.21 Esta relación estrecha entre el huésped y su microbiota cutánea en los procesos de cicatrización podría abrir el camino a nuevos enfoques terapéuticos, como cremas ricas en péptidos antimicrobianos, en probióticos destructores de biopelículas o en bacterias antiinflamatorias.12,21

OLORES CORPORALES

Los olores corporales humanos resultan de la metabolización, por las bacterias, de los componentes del sudor (aminoácidos, ácidos grasos y gliceroles), que conduce a la producción de moléculas malolientes: olor a azufre o «agrio» del ácido acético producido por Staphylococcus spp. en niños y adolescentes, olor «agrio» de los tioalcoholes producidos por Corynebacterium y Staphylococcus spp. en adultos, etc.7 La utilización repetida de desodorantes y antitranspirantes modifica la diversidad bacteriana axilar y favorece a los estafilococos en detrimento de Corynebacterium, lo cual sería contraproducente en los adolescentes.7

OPINIÓN DEL EXPERTO
¿Los probióticos también pueden ofrecer una tercera vía para tratar la cuestión de los olores corporales, además de las dos estrategias convencionales actuales (desodorantes con alcohol y antitranspirantes)?
"Pienso que la aplicación regular y prolongada de un producto contra los olores corporales que contenga microorganismos vivos es capaz de modificar la microbiota de la axila de manera que sea menos propensa a producir olores. Sin embargo, supongo que este efecto es muy leve y probablemente menos eficaz que el efecto antimicrobiano del alcohol. Además, los probióticos no podrán impedir la humedad de las axilas (producción de sudor) con la misma eficacia que el clorhidrato de aluminio contenido en los antitranspirantes, que bloquea los poros sudoríparos."
DR. MARKUS EGERT
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Enfermedades cutáneas asociadas a una disbiosis

La microbiota cutánea es un sistema dinámico en el que los microorganismos están en perpetua competición para sobrevivir. A veces, este equilibrio se rompe, las bacterias comensales se vuelven patógenos oportunistas1,4 y aparece una disbiosis, característica de alteraciones cutáneas patológicas (acné, psoriasis, dermatitis...) o no (irritación, herida, olor). Queda por saber si este desequilibrio es la causa o la consecuencia.2

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Acné, psoriasis, rosácea...: numerosas enfermedades cutáneas se asocian a disbiosis que podrían tener un carácter diagnóstico y predictivo, incluso abrir el camino a nuevas estrategias terapéuticas potenciales.

CÁNCER CUTÁNEO

Fisiopatología:

en diversas neoplasias cutáneas, la disbiosis parece implicada en la promoción de la carcinogénesis.9,10,11,12 A la inversa, una microbiota sana podría inhibir la aparición de tumores a través de la regulación del sistema inmunitario y el control de la inflamación.

Implicación de la microbiota:

  • posible inducción de un estado de inflamación crónica, que conduce a un cáncer cutáneo, por S. aureus, Streptococcus pyogenes y Pseudomonas aeruginosa, el β-papilomavirus humano, el virus de Epstein Barr y los hongos Malassezia o Candida;16
  • relación entre la infección por S. aureus y la gravedad del linfoma cutáneo de células T.12

PSORIASIS

Fisiopatología:

enfermedad multifactorial de mediación inmunitaria en la que están implicados factores genéticos, alteraciones del sistema inmunitario y desencadenantes ambientales.13

Prevalencia:

2-3% de la población; suele aparecer hacia los 15-20 años,11 a menudo con dos picos de incidencia (a los 20-30 años y a los 50-60 años).13

Implicación de la microbiota:

  • alteración de la composición de la microbiota cutánea y pérdida de diversidad11 que afecta no solamente a las lesiones, sino también al conjunto de la microbiota cutánea;11
  • microorganismos asociados a la enfermedad todavía mal identificados,1,11 con numerosos datos contradictorios. Sin embargo, S. aureus estaría más presente y participaría en la inflamación (aumenta la respuesta de los linfocitos Th17, que liberan citocinas proinflamatorias);11
  • a menudo asociada a una disbiosis intestinal.14

ACNÉ

Fisiopatología:

enfermedad inflamatoria crónica multifactorial que produce hiperseborrea, queratinización anormal de los canales foliculares y disbiosis de la microbiota cutánea asociada a un predominio de los filotipos virulentos de C. acnes.9

Prevalencia:

octava enfermedad más común que afecta al 9,38% de la población mundial (incluidas todas las edades), con una prevalencia en algunos países que alcanza entre el 35% y el 100% del grupo de edad de los adolescentes.10

Implicación de la microbiota:

  • pérdida de equilibrio entre los diferentes filotipos de C. acnes (el filotipo IA1, más virulento, se vuelve dominante e induce una inflamación al activar el sistema inmunitario innato);9
  • pérdida del control recíproco entre C. acnes (mantiene un pH ácido; inhibe el desarrollo de S. epidermidis) y S. epidermidis (actividad antiinflamatoria; limita la proliferación de C. acnes);9
  • sospecha de un papel proinflamatorio secundario (foliculitis) de especies fúngicas oportunistas del aparato pilosebáceo (Malassezia y quizá Candida);11
  • efecto adicional de la alimentación sobre la severidad del acné (interacción con la microbiota intestinal).9

DERMATITIS ATÓPICA (ECCEMA)

Fisiopatología:

enfermedad crónica inflamatoria de la piel que combina una fuerte predisposición genética con una alteración de la barrera cutánea y del sistema inmunitario (linfocitos Th2 inflamatorios), de ahí una mayor sensibilidad a las infecciones y a los alergenos.11,15

Prevalencia:

hasta el 20% de los lactantes y el 3% de los adultos en el mundo,11 incluso el 10% de los adultos en los países desarrollados.14

Implicación de la microbiota:

  • pérdida de diversidad de la microbiota cutánea,11,12 tanto en las zonas con lesiones como en las zonas sanas;
  • aumento de la cantidad de estafilococos, proliferación de S. aureus debida a una menor producción de péptidos antimicrobianos por los queratinocitos bajo la influencia de los linfocitos Th215. En respuesta, mayor presencia de S. epidermidis en las formas menos severas;12
  • correlación entre la densidad de S. aureus, la severidad de la enfermedad y el grado de inflamación.11

DERMITIS SEBORREICA (DS) Y CASPA

Fisiopatología:

enfermedad crónica de la piel que se basa en una interacción compleja entre el hongo Malassezia, los queratinocitos y la respuesta inflamatoria inducida por una alteración de la composición lipídica de la piel.12,18

Prevalencia:

tres picos de incidencia (primera infancia, adolescencia y más de 50 años); la mitad de la población adulta se vería afectada por la DS y la caspa.11,18

Implicación de la microbiota:

  • hidrólisis por Malassezia de los lípidos de la piel a ácidos grasos libres que provocan una reacción inflamatoria;16
  • mayor presencia de especies de Malassezia, M. restricta, M. globose y M. furfur, que se asocian más a menudo a la dermatitis seborreica. Las dos primeras especies son las más virulentas (producción de ácidos oleicos irritantes, que producen la activación de IL- 8 e IL-17);17
  • microbiota dominada por Actinetobacter, Staphylococcus y Streptococcus en la zona de las lesiones;11
  • correlación entre la severidad de la enfermedad y una disminución de la diversidad bacteriana; ausencia de correlación con la abundancia de Malassezia.12

ROSÁCEA

Fisiopatología:

enfermedad crónica inflamatoria cuya fisiopatología es incierta y que implica una reactividad neurovascular, una predisposición genética, una disfunción de la respuesta inmunitaria innata y comorbilidades gastrointestinales.17

Prevalencia:

entre el 0,9% y el 10% de la población norteamericana y europea.11

Implicación de la microbiota:

  • estimulación de la producción de péptidos inflamatorios y de factores de crecimiento celular por Demodex folliculorum, un ácaro de las glándulas sebáceas. Este último también podría ser portador de Bacillus oleronius, una bacteria proinflamatoria;11
  • implicación de una variante de S. epidermidis, más virulenta que la bacteria comensal;11
  • a menudo asociada a una disbiosis intestinal.18
Bibliografia

Ederveen THA, Smits JPH, Boekhorst J et al. Skin microbiota in health and disease: From sequencing to biology. J Dermatol. 2020 Oct;47(10):1110-1118.

Egert M, Simmering R, Riedel CU. The Association of the Skin Microbiota With Health, Immunity, and Disease. Clin Pharmacol Ther. 2017 Jul;102(1):62-69.

Dréno B, Dagnelie MA, Khammari A, et al. The Skin Microbiome: A New Actor in Inflammatory Acne. Am J Clin Dermatol. 2020 Sep;21(Suppl 1):18-24.

10 Heng, A.H.S., Chew, F.T. Systematic review of the epidemiology of acne vulgaris. Sci Rep 10, 5754 (2020). https://doi.org/10.1038/s41598-020-62715-3.

11 Ellis SR, Nguyen M, Vaughn AR, et al. The Skin and Gut Microbiome and Its Role in Common Dermatologic Conditions. Microorganisms. 2019;7(11):550.

12 Yu Y, Dunaway S, Champer J, et al. Changing our microbiome: probiotics in dermatology. Br J Dermatol. 2020;182(1):39-46.

13 Rigon RB, de Freitas ACP, Bicas JL, et al. Skin microbiota as a therapeutic target for psoriasis treatment: Trends and perspectives. J Cosmet Dermatol. 2021;20(4):1066-1072.

14 Szántó M, Dózsa A, Antal D et al. Targeting the gut-skin axis-Probiotics as new tools for skin disorder management? Exp Dermatol. 2019 Nov;28(11):1210-1218.

15 Langan SM, Irvine AD, Weidinger S. Atopic dermatitis. Lancet. 2020 Aug 1;396(10247):345-360.

16 Squarzanti DF, Zavattaro E, Pizzimenti S et al. Non-Melanoma Skin Cancer: news from microbiota research. Crit Rev Microbiol. 2020;46(4):433-449.

17 Tutka K, Żychowska M, Reich A. Diversity and Composition of the Skin, Blood and Gut Microbiome in Rosacea-A Systematic Review of the Literature. Microorganisms. 2020;8(11):1756.

18 Adalsteinsson JA, Kaushik S, Muzumdar S et al. An update on the microbiology, immunology and genetics of seborrheic dermatitis. Exp Dermatol. 2020;29(5):481-489.

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Funciones de la microbiota y sus interacciones con el huésped

Durante largo tiempo, la microbiota cutánea se consideró como una fuente potencial de infección. Ahora se acepta como un factor importante de la salud del huésped,2 aunque apenas se están empezando a dilucidar sus interacciones con el organismo.

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Staphylococcus epidermidis.

REDUCCIÓN DE LA COLONIZACIÓN POR PATÓGENOS

Si bien resulta difícil definir una microbiota cutánea «sana», generalmente se considera que corresponde a una microbiota diversificada y a la presencia de bacterias comensales.2 Esta microbiota equilibrada participa en la protección contra las infecciones al limitar con su presencia la colonización por patógenos. Por ejemplo, C. acnes, que vive en las glándulas sebáceas, libera ácidos grasos a partir del sebo y contribuye con ello a la acidez de la piel, que inhibe la proliferación de patógenos.8

Otras bacterias secretan bacteriocinas y otros factores antimicrobianos: S. epidermidis libera una proteasa que destruye las biopelículas de S. aureus; la bacteria nasal Staphylococcus lugdunensis produce un péptido antibiótico activo contra numerosos patógenos, como S. aureus, Enterococcus faecalis, Listeria monocytogenes, Streptococcus pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa.2

Por último, Corynebacterium striatum modifica el programa transcripcional de S. aureus, al reprimir los genes relacionados con la virulencia y estimular aquellos asociados al comensalismo.6,8 Así pues, la microbiota cutánea mantiene su equilibrio no solamente por exclusión competitiva, sino también mediante sutiles interacciones entre microorganismos.6

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MODULACIÓN DEL SISTEMA INMUNITARIO

La microbiota cutánea también desempeña un papel clave en el desarrollo y la regulación de los sistemas inmunitarios innato y adquirido.2 Modula la expresión de factores de la inmunidad innata (interleucina IL1a, péptidos antimicrobianos...) producidos por parte de los queratinocitos y los sebocitos,6 e incluso produce algunos de estos factores.

Por ejemplo, S. epidermidis puede, según los casos, estimular o reducir la inflamación: inhibe la liberación de citocinas inflamatorias por los queratinocitos y las respuestas inmunitarias de las células lesionadas de la piel; refuerza los mecanismos de defensa de la piel contra la infección a través del aumento de la expresión de los genes que codifican péptidos antimicrobianos; modula la expresión de los linfocitos T de la piel.2 S. epidermidis favorece la tolerancia hacia la microbiota comensal, a la vez que ajusta las respuestas inmunitarias frente a los patógenos o durante la cicatrización.8 Roseomonas mucosa, Malassezia spp. o Corynebacterium accolens también pueden modular las respuestas inmunitarias de los queratinocitos y del huésped.8

Por último, también interviene el perfil genético de las bacterias: las cepas de Cutibacterium acnes procedentes de la piel acneica poseen genes que codifican factores de virulencia que podrían explicar una actividad proinflamatoria más elevada. A la inversa, las cepas procedentes de la piel sana, que carece de estos factores, favorecen la producción de citocinas antiinflamatorias.8

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La microbiota cutánea está bajo influencia

La microbiota cutánea de los individuos sanos parece relativamente estable, como mínimo durante un periodo de unos meses o años.3,4 Sin embargo, la composición de la microbiota de la piel humana se encuentra bajo la influencia del huésped y del entorno.

La microbiota cutánea Dermatitis atópica: correlación entre la severidad de la enfermedad y las microbiotas nasal y cutánea Papel de la microbiota en la comunicación entre el intestino y el cerebro Exposición a los antibióticos entre el nacimiento y los 6 años de edad: perturbación de la microbiota intestinal y alteración del desarrollo del niño

Staphylococcus epidermidis

EFECTOS DEBIDOS AL HUÉSPED

La composición de la microbiota cutánea depende estrechamente del huésped y específicamente de la edad, el sexo, la genética, el estado inmunitario, las enfermedades presentes (dermatológicas o no), la zona cutánea, las interacciones entre microorganismos, la alimentación y el estrés.2

La colonización inicial de la piel del recién nacido depende del tipo de parto4,7: los niños nacidos por vía vaginal adquieren bacterias vaginales (Lactobacillus, C. albicans); los nacidos por cesárea, microorganismos cutáneos (Staphylococcus, Streptococcus). Unas horas después del nacimiento, la secreción de sebo aumenta intensamente durante unos días, antes de decrecer.2 El sistema inmunitario, inmaduro, permite una colonización fácil, en ausencia de respuesta inflamatoria.4

En la pubertad, la microbiota cutánea se reestructura profundamente, bajo la influencia de variaciones hormonales que estimulan las secreciones sebáceas: se vuelve más rica en microorganismos lipófilos (Cutibacterium, Malassezia), cuando estaba dominada hasta el momento por Firmicutes, Bacteroidetes y Proteobacteria, y presentaba una comunidad fúngica variada.4

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EFECTOS DEL ENTORNO

También son múltiples los factores extrínsecos que influyen sobre la composición de la microbiota cutánea2: estilo de vida, higiene doméstica y personal, cohabitación, lugar geográfico de vida, irradiación solar, profesión (y la indumentaria que impone), etc. Por ejemplo, los contactos con los demás seres humanos, pero también los animales domésticos y los objetos (teléfono, teclado, aula escolar, etc.), modifican la microbiota cutánea y explican las similitudes observadas entre los microorganismos de los miembros de un mismo hogar o grupo.3

Además, las diferentes zonas de la piel no están sometidas a las mismas condiciones de un entorno determinado: algunas entran más a menudo en contacto (mano), otras se ven menos expuestas a los ultravioletas, etc.3,4 No obstante, la microbiota cutánea se mantiene relativamente estable en la edad adulta, lo cual explica por qué existen interacciones beneficiosas recíprocas entre los microorganismos y el huésped.6

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A cada uno sus microbiotas cutáneas

La piel, el cuarto elemento más poblado del cuerpo humano,2 alberga una comunidad compleja de microorganismos.2 Bacterias, hongos, parásitos y virus viven en ella en un equilibrio único propio de cada individuo, hasta el punto de que algunos autores lanzan la idea de una huella microbiana individual.5

La microbiota cutánea Dermatitis atópica: correlación entre la severidad de la enfermedad y las microbiotas nasal y cutánea Papel de la microbiota en la comunicación entre el intestino y el cerebro Exposición a los antibióticos entre el nacimiento y los 6 años de edad: perturbación de la microbiota intestinal y alteración del desarrollo del niño

Staphylococcus epidermidis

Un individuo determinado no se caracteriza por una, sino por varias microbiotas cutáneas. De hecho, esta varía «horizontalmente» según las zonas de la piel (cara, axilas...), pero también «verticalmente» a lo largo de los estratos que constituyen el epite

BACTERIAS, HONGOS, VIRUS Y PARÁSITOS

Aunque es de fácil acceso, la microbiota cutánea todavía se conoce mal. Su densidad podría ser baja en comparación con el intestino grueso y comparable a la del intestino delgado, es decir, del orden de 1011 bacterias.1 La microbiota cutánea es el cuarto elemento por el número de microorganismos, justo después del tracto digestivo, la cavidad bucal y la vagina.2

Alberga varios filos bacterianos (Actinobacteria, Firmicutes, Proteobacteria y Bacteroidetes), arqueas y especies de hongos, en su mayoría pertenecientes al género Malassezia.2,3 Entre las especies bacterianas identificadas, figuran en especial Cutibacterium acnes y Staphylococcus epidermidis, aunque con cepas diferentes según los individuos, el estado de la piel (patológica o no) y la zona cutánea de toma de la muestra.3,6

Por último, aunque han sido objeto de escasas descripciones,2 se han identificado diversos virus (papilomavirus, adenovirus...) en la piel de individuos sanos, así como fagos dirigidos contra C. acnes y S. epidermidis, lo cual sugiere la existencia de un viroma complejo. Los parásitos (ácaros como Demodex...), poco abundantes, se describen con una frecuencia aún menor.3

VARIACIÓN «HORIZONTAL», SEGÚN LAS ZONAS DE LA PIEL

La piel no constituye un hábitat homogéneo: su superficie es ácida, salada y aerobia, mientras que las invaginaciones de los folículos pilosos ofrecen un entorno anaerobio y rico en lípidos.6

En general, cabe distinguir tres grandes zonas respecto a propiedades como el pH, la temperatura, la humedad, el grado de transpiración y el contenido en lípidos:1,3,4

  • las zonas sebáceas (cara, pecho, espalda), que segregan un sebo rico en lípidos;
  • las zonas secas (antebrazo, palma de la mano);
  • las zonas húmedas (axilas, pliegue del codo, nariz, parte posterior de la rodilla e ingle), donde las numerosas glándulas sudoríparas participan en la termorregulación (sudor), acidifican la piel y secretan péptidos antibacterianos.

Otros autores distinguen una cuarta zona, en el pie (espacio interdigital, uñas y talón)4 (véase tabla).

Estas zonas representan nichos ecológicos que favorecen el crecimiento de una comunidad única de microorganismos: las zonas más expuestas y secas, como las manos, son las más diversas; la microbiota cutánea de la axila, húmeda y rica en sudor, está dominada por las especies Corynebacterium y Staphylococcus, mientras que las zonas de la piel ricas en lípidos, como la cara, tienen una microbiota mucho menos diversificada (bacterias Cutibacterium, hongos del género Malassezia y el ácaro Demodex folliculorum).3

Las microbiotas también son más o menos densas de una zona a otra: de 102 bacterias por cm2 en la punta de los dedos o en la espalda a 106 bacterias por cm2 en la frente o las axilas.2

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VARIACIÓN «VERTICAL», SEGÚN LOS ESTRATOS DE LA PIEL

Se creyó durante largo tiempo que la vida microbiana cutánea se limitaba a la epidermis, los folículos pilosos, las glándulas sebáceas y sudoríparas. Sin embargo, también podría haber microorganismos en las capas más profundas de la piel, es decir, en la dermis y el tejido adiposo subyacente.2

En la superficie, cuanto más grueso sea el estrato córneo, menos microorganismos están presentes.1

Después, desde la superficie hacia las regiones subcutáneas, la microbiota evoluciona y pierde progresivamente sus especificidades individuales.4,5

En la dermis y el tejido adiposo subcutáneo, el filo Proteobacteria es más abundante, mientras que Actinobacteria y Firmicutes están menos representados que en la epidermis.2

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La microbiota oral, ¿factor de riesgo en el cáncer pulmonar?

Un primer estudio prospectivo realizado en sujetos que nunca habían fumado demostró una relación entre la diversidad de la microbiota oral y el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón. Un nuevo enfoque que necesita confirmación.

La microbiota ORL La microbiota pulmonar: ¿un indicador fiable para prever el rechazo después de un trasplante de pulmón? La microbiota pulmonar: ¿un marcador pronóstico de EPOC? La microbiota intestinal implicada en el cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es la primera causa de fallecimiento por cáncer en el mundo. Si bien el tabaquismo activo constituye el principal factor de riesgo, el 25% de los casos se declaran en no fumadores. Un porcentaje elevado que no puede explicarse totalmente por los principales riesgos identificados: tabaquismo pasivo, contaminación, antecedentes familiares... Además del papel de la microbiota intestinal en la aparición de ciertos tipos de cáncer gastrointestinal, otros ecosistemas microbianos se han asociado también a un riesgo de cáncer. En este estudio, los autores se interesaron por la microbiota oral, cuya composición y capacidad de colonizar las vías respiratorias podrían participar en la aparición de un carcinoma bronquial.

Cuánto más pobre la microbiota, mayor el riesgo

Su estudio prospectivo se basó en el seguimiento prolongado de más de 136 000 habitantes de Shanghái que nunca habían fumado (61 500 hombres y 75 000 mujeres), con visitas de control cada 2 a 3 años. Se analizó una muestra de saliva, obtenida en el momento de la admisión en el estudio, en todos los pacientes que declaraban un cáncer de pulmón y en un número idéntico de controles que reunían las mismas características de sexo, edad, fecha y hora de toma de la muestra, tratamiento antibiótico previo... Al final, la comparación realizada después de la secuenciación metagenómica se efectuó en 114 pacientes y otros tantos controles. Dicha comparación reveló un riesgo tanto más importante de desarrollar un cáncer de pulmón cuanto que la microbiota oral carecía de diversidad bacteriana.

Cuando la abundancia (de Firmicutes) arruina…

La composición intrínseca de la microbiota oral también parece desempeñar un papel preponderante. En esta población de no fumadores, un aumento de la cantidad relativa de Spirochaetes y/o Bacteroidetes tiende a indicar un riesgo menor. En cambio, la abundancia de bacterias pertenecientes al filo Firmicutes y, en particular, de Lactobacillales, se asocia a una mayor probabilidad de desarrollar un cáncer pulmonar. Los autores precisan que estos resultados coinciden con los de anteriores estudios, que demostraron una relación entre Firmicutes y enfermedades respiratorias (enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], carcinoma escamoso de cabeza y cuello, cáncer pulmonar…).

Investigaciones complementarias para precisar el ámbito de acción de la microbiota ORL

Esta caracterización a gran escala de la microbiota oral ofrece un nuevo enfoque sobre la etiología del cáncer de pulmón en los no fumadores. La homogeneidad geográfica del estudio refuerza la pertinencia de los hallazgos, pero limita su alcance. Se requieren trabajos complementarios, realizados en otras poblaciones y en otros lugares, para precisar el papel de la microbiota ORL en el desarrollo del carcinoma bronquial y otras enfermedades respiratorias.

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Noticias Neumología Otorrinolaringología

¿Predecir mejor la respuesta al tratamiento de las EII crónicas gracias a la microbiota intestinal?

Comprender, predecir la respuesta al tratamiento y adaptar la terapia. Un nuevo estudio indica que la microbiota intestinal de los pacientes que padecen una enfermedad inflamatoria crónica del intestino (EII) podría utilizarse para predecir la eficacia del tratamiento inmunosupresor. Un avance significativo para enfermedades especialmente incapacitantes.

La microbiota intestinal Enfermedades Inflamatorias del Intestino (EII)
EII

Se llaman enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, pertenecen a la familia de las EII crónicas y comparten una característica: la inflamación descontrolada de la pared de una parte del tubo digestivo que causa diferentes síntomas durante los brotes inflamatorios. Aunque por el momento estas enfermedades no tienen cura, existen tratamientos para reducir la inflamación, como el (sidenote: Infliximab Una bioterapia anti-TNF-α (proteína responsable de la inflamación de los tejidos). ) (IFX). El problema es que un tercio de los pacientes no responden a este tratamiento y no se conoce ningún (sidenote: Biomarcador Característica biológica medida de forma objetiva que permite evaluar la respuesta a un tratamiento. Esta respuesta puede ser completa o parcial. )  capaz de predecir la respuesta al tratamiento. Los investigadores de este estudio quizá encontraron la solución en la microbiota intestinal.

Una microbiota intestinal diferente antes del tratamiento…

Varios estudios demostraron una asociación entre la composición de la microbiota intestinal (bacterias y, más recientemente, hongos) y las EII crónicas. Con objeto de identificar marcadores de respuesta favorable al tratamiento con IFX, los investigadores evaluaron el impacto del tratamiento sobre la composición de la microbiota intestinal (sidenote: 25 pacientes con la enfermedad de Crohn (EC) y 47 con colitis ulcerosa (CU). )  con una EII crónica y tratados con IFX. El análisis de la microbiota intestinal (diversidad de las bacterias y hongos) se realizó en muestras de heces recogidas antes del tratamiento y hasta 1 año después del inicio de este. Los pacientes se clasificaron en tres grupos según la respuesta al tratamiento. El estudio muestra que, antes del inicio del tratamiento, la composición bacteriana y fúngica de la microbiota de los pacientes con una EII crónicas era significativamente diferente entre los tres grupos de pacientes, que respondían de forma distinta al tratamiento.

…que permite predecir la respuesta al tratamiento

Después del inicio del tratamiento, también se observaron diferencias significativas entre los tres grupos de pacientes: los pacientes que no respondían presentaban cantidades reducidas de bacterias con propiedades antiinflamatorias y una mayor abundancia de hongos (Candida) y bacterias proinflamatorias. Por lo tanto, estos resultados sugieren que la microbiota intestinal desempeña un papel importante en la respuesta al tratamiento.

Sobre la base de este descubrimiento, los investigadores identificaron algunas bacterias y hongos presentes antes del inicio del tratamiento en el intestino de los pacientes, que podrían servir de indicadores para evaluar la respuesta al tratamiento con IFX. La identificación temprana de los pacientes que no responden permitiría modificar rápidamente el tratamiento, con la consecuencia de limitar los efectos secundarios y reducir los costos generados. ¡Una estrategia 100% ganadora!

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Bibliografia:

Ventin-Holmberg R, Eberl A, Saqib S, et al. Bacterial and fungal profiles as markers of infliximab drug response in inflammatory bowel disease. J Crohns Colitis. 2020 Dec 10:jjaa252.

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En caso de alteración de la función renal, ¿el chocolate negro hace de barrera?

¿Unas onzas de chocolate negro al día pueden ayudar a luchar contra las complicaciones de las enfermedades renales crónicas (ERC)? Esto bien podría ser cierto habida cuenta de los efectos beneficiosos del cacao sobre la salud cardiovascular, la microbiota o el cerebro.

La microbiota intestinal La alimentación

¿Lo sabía? Theobroma cacao, el nombre botánico que designa el árbol del cacao, se compone de cacao y theobroma, que significa en griego “alimento de los dioses”. El chocolate, un alimento antaño reservado para los reyes y sacerdotes, afortunadamente para nosotros se ha democratizado y hoy se consume y se valora en el mundo entero por su delicioso sabor y sus beneficios para el organismo. Con un contenido de cacao superior al 80%, el chocolate negro es, sin ninguna duda, el más beneficioso para la salud. ¿Sus virtudes? Compuestos específicos que podrían atenuar las complicaciones en los pacientes que padecen enfermedades renales crónicas (ERC).

Chocolate negro y microbiota intestinal: ¿una combinación ganadora?

Los pacientes con ERC muestran una reducción de la capacidad funcional de los riñones, que ya no filtran correctamente la sangre del organismo. Esta insuficiencia produce una acumulación de moléculas en la sangre, como las (sidenote: En total, más de 80 moléculas se consideran toxinas urémicas: hormonas, péptidos o incluso compuestos orgánicos. ) . Los pacientes afectados presentan una microbiota intestinal desequilibrada (disbiosis) que puede contribuir a la producción de estas toxinas. Comer cacao puede modular la microbiota intestinal, favoreciendo la colonización del intestino por bacterias conocidas por sus efectos beneficiosos (Lactobacillus y Bifidobacterium). Una serie de estudios indica también que la ingesta de chocolate, a través de la modulación de la microbiota intestinal, mejora la integridad de la barrera intestinal, disminuye la inflamación y reduce las toxinas urémicas.

El chocolate negro, aliado del sistema cardiovascular

Los pacientes con ERC están expuestos a un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular y mortalidad prematura. Varios estudios demostraron que el consumo regular de chocolate negro ejerce un efecto cardioprotector en sujetos sanos. ¿Cómo? Mejorando la circulación sanguínea (mejora de la función de los vasos sanguíneos y reducción de la presión arterial). Esta mejoría conduciría también a una reducción del riesgo de accidente vascular cerebral (AVC).

El chocolate, la solución «antidepresión»

No hay que olvidar que una enfermedad crónica a menudo tiene un impacto psicológico en el paciente. Más allá del simple placer gustativo, el consumo regular de chocolate negro puede aportar un consuelo psicológico al estimular la producción de serotonina (neurotransmisor implicado en la regulación del comportamiento) que genera efectos antidepresivos. Aunque el consumo de chocolate negro (con un 80% o más de cacao) parece una alternativa terapéutica interesante para los pacientes con ERC, todavía no se han analizado los efectos potenciales de su consumo regular sobre la inflamación, el riesgo cardiovascular y la microbiota intestinal en el marco de un estudio clínico prospectivo sobre las ERC. ¡Pero que eso no le impida derretirse por una barra de chocolate!

Recomendado por nuestra comunidad

"Gracias por compartir esta información" - Comentario traducido de Suzanne Kohler

"Es muy bueno saberlo. ¡Gracias por esta información!" - Comentario traducido de Melissa Beyer

"Gracias por compartir esta información conmigo" - Comentario traducido de Donna Tatum

(De My health, my microbiota)

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Bibliografia:

Fanton S, Cardozo LFMF, Combet E, Shiels PG, Stenvinkel P, Vieira IO, Narciso HR, Schmitz J, Mafra D. The sweet side of dark chocolate for chronic kidney disease patients. Clin Nutr. 2021 Jan;40(1):15-26. 

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