El eje intestino-pulmón en las infecciones respiratorias virales

Por la Dra. Genelle Healey

Curiosamente, durante las infecciones respiratorias se observan alteraciones de las dos microbiotas, lo que tiende a confirmar la teoría según la cual todas las mucosas están interconectadas y el eje intestino-pulmón es bidireccional.1

Las bacterias intestinales, sus fragmentos y los AGCC pueden atravesar la barrera intestinal y recorrer el sistema linfático mesentérico hasta llegar a la circulación general para modular las células inmunes del pulmón.11 Las infecciones gripales se caracterizan por una alteración de la microbiota y de las funciones inmunes del pulmón. Además, se observa una disbiosis intestinal que podría explicar los síntomas similares a los de la gastroenteritis que a menudo acompañan a dichas infecciones (Fig 7A).10

FIGURA 7: El eje intestino-pulmón durante la infección respiratoria viral (A) y el modelo de modulación de la microbiota con probióticos (B).

Adaptado de Dumas A et al, 20182

Los probióticos pueden ser útiles para acelerar la recuperación (homeostasis de la microbiota, control de la infección, modulación de las respuestas inmunes) por sus efectos en los metabolitos de la microbiota intestinal (AGCC, etc.) o productos derivados del huésped.

Las causas de esta disbiosis intestinal son probablemente múltiples e incluyen la pérdida de apetito (que provoca una disminución en el consumo de alimentos y calorías), así como la liberación de citocinas inflamatorias. Esto puede tener distintas consecuencias locales (inflamación intestinal, ruptura de la barrera intestinal, descenso en la producción de péptidos antimicrobianos (AMP), disminución de los AGCC) que a su vez pueden desencadenar infecciones entéricas secundarias.10

La alteración de la barrera intestinal promueve la translocación bacteriana y la liberación de endotoxinas en la sangre, lo que resulta en inflamación sistémica, agravación de las lesiones pulmonares y aumento del riesgo de contraer infecciones bacterianas secundarias.10 La disminución de la producción de AGCC por parte de la microbiota intestinal también contribuye a la reducción de la inmunidad antibacteriana que se observa en los pulmones.10 Esto subraya el papel crucial de la microbiota intestinal en la defensa del pulmón contra las infecciones respiratorias.

La modulación de la microbiota intestinal mediante estrategias como la administración de probióticos puede contribuir a reducir la susceptibilidad a las infecciones respiratorias a través del eje intestino-pulmón, o ayudar a la curación después de una infección (Fig 7B). Varios estudios en ratones demostraron que la administración de determinados probióticos antes de una infección gripal resulta en la acumulación de células inmunes en los pulmones infectados. Dichos probióticos también mejoran el aclaramiento viral y el estado de salud general, además de reducir las alteraciones de la microbiota intestinal.12,13

Recomendado por nuestra comunidad

"Bueno, soy una de las personas con problemas pulmonares (infección). Entiendo esto muy importante."  -@Ahishakiyejanv2 (De Biocodex Microbiota Institute en X)

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La microbiota intestinal participa en la defensa de los pulmones contra las infecciones respiratorias intestinales

La microbiota desempeña un papel primordial en el desarrollo, la educación y el funcionamiento del sistema inmunitario tanto local como sistémico. Mientras que la microbiota de las vías respiratorias regula el funcionamiento del sistema inmunitario, la microbiota intestinal también puede influir en la inmunidad respiratoria a través del eje intestino-pulmón.1 Si bien se ha observado una alteración de las microbiotas pulmonar e intestinal en numerosas enfermedades respiratorias, aún no se ha determinado si la disbiosis local es una causa o una consecuencia de la enfermedad.2 La alteración de la composición de la microbiota intestinal debido a la alimentación, el uso de antibióticos, la edad o la enfermedad, se asocia con una alteración de las respuestas inmunes y de la homeostasis de las vías respiratorias,3 lo cual pone de manifiesto que la microbiota intestinal puede influir en el desarrollo de enfermedades en todas partes del cuerpo, incluso en el riesgo de contraer infecciones respiratorias (Fig 6).4

En comparación con la microbiota intestinal, los estudios sobre la microbiota pulmonar aún se encuentran en sus etapas iniciales.5 Se creía originalmente que el pulmón era estéril, pero los investigadores descubrieron recientemente que alberga su propia microbiota cuya composición es distinta a la de la microbiota intestinal.6

Cualquier factor capaz de inducir una disbiosis intestinal puede alterar el diálogo beneficioso entre el intestino y el pulmón, aumentando así la susceptibilidad a las infecciones respiratorias.10

Varios estudios demostraron que la microbiota intestinal participa en la protección contra las infecciones respiratorias virales (tales como la gripe o la infección por el virus sincitial respiratorio)2 a través de numerosos mecanismos. Por ejemplo, ciertos metabolitos microbianos intestinales como los AGCC (derivados de la fermentación de las fibras alimentarias por las bacterias comensales) y la desaminotirosina (un producto de degradación de los flavonoides de las plantas por las bacterias intestinales humanas7) influyen en la producción pulmonar de interferón (IFN) de tipo I, el cual brinda protección antiviral.8,9 Junto con los metabolitos microbianos, ciertos componentes microbianos (como los LPS) representan armas adicionales en la lucha de los pulmones contra las infecciones respiratorias virales (Fig 6). La microbiota intestinal también interviene en el aclaramiento viral (gripe) mediante la estimulación de la función efectora de los linfocitos T CD8+.10

FIGURA 6: Papel de la microbiota intestinal en las infecciones
respiratorias virales.

Adaptado de Sencio V et al, 202010

Cualquier factor capaz de inducir una disbiosis intestinal puede alterar el diálogo beneficioso entre el intestino y el pulmón, aumentando así la susceptibilidad a las infecciones respiratorias.10

Bibliografia

Taylor SL, Wesselingh S, Rogers GB. Host-microbiome interactions in acute and chronic respiratory infections. Cell Microbiol. 2016 May;18(5):652-62. 

Dumas A, Bernard L, Poquet Y, et al. The role of the lung microbiota and the gut-lung axis in respiratory infectious diseases. Cell Microbiol. 2018 Dec;20(12):e12966. 

Dang AT, Marsland BJ. Microbes, metabolites, and the gut-lung axis. Mucosal Immunol. 2019 Jul;12(4):843-850.

4 Thibeault C, Suttorp N, Opitz B. The microbiota in pneumonia: From protection to predisposition. Sci Transl Med. 2021 Jan 13;13(576):eaba0501.

5 Huffnagle GB, Dickson RP, Lukacs NW. The respiratory tract microbiome and lung inflammation: a two-way street. Mucosal Immunol. 2017 Mar;10(2):299-306. 

6 Man WH, de Steenhuijsen Piters WA, Bogaert D. The microbiota of the respiratory tract: gatekeeper to respiratory health. Nat Rev Microbiol. 2017 May;15(5):259-270. 

Schoefer L, Mohan R, Schwiertz A, et al. Anaerobic degradation of flavonoids by Clostridium orbiscindens. Appl Environ Microbiol. 2003 Oct;69(10):5849-54.

Antunes KH, Fachi JL, de Paula R, et al. Microbiota-derived acetate protects against respiratory syncytial virus infection through a GPR43-type 1 interferon response. Nat Commun. 2019 Jul 22;10(1):3273. 

9 Steed AL, Christophi GP, Kaiko GE, et al. The microbial metabolite desaminotyrosine protects from influenza through type I interferon. Science. 2017 Aug 4;357(6350):498-502.

10 Sencio V, Machado MG, Trottein F. The lung-gut axis during viral respiratory infections: the impact of gut dysbiosis on secondary disease outcomes. Mucosal Immunol. 2021 Mar;14(2):296-304.

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Cómo moderar la inflamación gastrointestinal mediante la alimentacion

por la Dra. Genelle Healey

Existen muchas formas de modificar la composición de la microbiota intestinal y modular la respuesta inmune (prebióticos, probióticos, etc.)31 Una de las opciones disponibles consiste en intervenciones dietéticas que pueden alterar la actividad del sistema inmunitario local, moderando así la inflamación que acompaña a estas afecciones. A este tipo de intervención se le llama inmunonutrición.32 Entre los inmunonutrientes más estudiados figuran los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI n-3), la vitamina D, la arginina, los nucleótidos y la glutamina.32

Fuentes de vitamina D::

  • pescado azul, aceite de hígado de bacalao
  • huevos, setas
  • alimentos enriquecidos: productos lácteos, cereales y sucedáneos de la leche de vaca (esto es, leche de soja)38
  • la piel produce vitamina D en respuesta a la exposición a la luz solar39

La vitamina D y sus efectos sobre las respuestas inmunes intestinales

La función mejor caracterizada de la vitamina D es el control de las concentraciones de calcio y la salud ósea. Sin embargo, se sabe que también ejerce un efecto importante sobre las respuestas inmunes gastrointestinales. La vitamina D regula varios genes que a su vez regulan el funcionamiento de la barrera intestinal, así como genes que codifican péptidos antimicrobianos, contribuyendo así a mantener el equilibrio intestinal (Fig 5).33 La vitamina D ejerce efectos inmunomoduladores como la diferenciación y migración celulares y funciones antiinflamatorias.34 Además, puede actuar directamente en las células de Paneth para estimular la secreción de defensina-2.35 Por otra parte, la vitamina D favorece la diversidad de la composición de la microbiota intestinal, provocando un aumento de la producción de butirato. El butirato puede tener efectos antiinflamatorios, reforzar el funcionamiento de la barrera intestinal y estimular la secreción de defensinas por parte de las células de Paneth (Fig 5). Cabe notar que algunas bacterias probióticas (p.ej., cepas de Lactobacillus) aumentan las concentraciones sanguíneas de vitamina D.36

FIGURA 5: Efectos de la vitamina D sobre las células intestinales, la microbiota intestinal y la barrera intestinal.

Adaptado de Chen J et al, 2021.37
Bibliografia

31 Vieira AT, Teixeira MM, Martins FS. The role of probiotics and prebiotics in inducing gut immunity. Front Immunol. 2013 Dec 12;4:445.

32 Grimble,RF. Basics in clinical nutrition: Immunonutrition – Nutrients which influence immunity: Effect and mechanism of action. e-SPEN. 2009; 4(1):e10-e13

33 Cantorna MT, McDaniel K, Bora S, et al. Vitamin D, immune regulation, the microbiota, and inflammatory bowel disease. Exp Biol Med (Maywood). 2014 Nov;239(11):1524-30. 

34 Celiberto LS, Graef FA, Healey GR, et al. Inflammatory bowel disease and immunonutrition: novel therapeutic approaches through modulation of diet and the gut microbiome. Immunology. 2018 Sep;155(1):36-52. 

35 Battistini C, Ballan R, Herkenhoff ME, et al. Vitamin D Modulates Intestinal Microbiota in Inflammatory Bowel Diseases. Int J Mol Sci. 2020 Dec 31;22(1):362. 

36 Jones ML, Martoni CJ, Prakash S. Oral supplementation with probiotic L. reuteri NCIMB 30242 increases mean circulating 25-hydroxyvitamin D: a post hoc analysis of a randomized controlled trial. J Clin Endocrinol Metab. 2013 Jul;98(7):2944-51.

37 Chen J, Vitetta L. Modulation of Gut Microbiota for the Prevention and Treatment of COVID-19. J Clin Med. 2021 Jun 29;10(13):2903.

38 Roseland JM, Phillips KM, Patterson KY, et al. Vitamin D in foods: An evolution of knowledge. Pages 41-78 in Feldman D, Pike JW, et al, eds. Vitamin D, Vol 2: Health, Disease and Therapeutics, 4th Ed. Elsevier, 2018.

39 Institute of Medicine, Food and Nutrition Board. Dietary Reference Intakes for Calcium and Vitamin D. Washington, DC: National Academy Press, 2010.

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Efectos de la dieta occidental sobre la capa de moco

por la Dra. Larissa Celiberto

El consumo de fibras ayuda a regular la defecación. Además, como las enzimas humanas no son capaces de digerir las fibras, estas pueden servir de nutrientes importantes para la microbiota intestinal que produce enzimas distintas capaces de fermentar y degradar las fibras y transformarlas en metabolitos importantes como los AGCC.28

En los sujetos que siguen una dieta occidental se observan disbiosis, degradación de la capa de moco y alteración del equilibrio entre los linfocitos T proinflamatorios y antiinflamatorios en el intestino, lo que puede desencadenar inflamación intestinal y extraintestinal.26

FIGURA 4: Comparación de los efectos de la dieta occidental con los de dietas ricas en fibras y vitaminas sobre la homeostasis local y sistémica y la inmunidad.

Adaptado de Siracusa F et al, 2019.26

puede representar una fuente de energía alternativa para ciertos microbios intestinales (80 % de su masa se compone de azúcares) cuando la dieta presenta una carencia de fibras.29 Este aumento en el consumo de moco por parte de las bacterias intestinales puede resultar nocivo. De hecho, algunos estudios han demostrado que los ratones que reciben una dieta sin fibras son más propensos a contraer infección e inflamación intestinal. Esta susceptibilidad se debe a la microbiota residente que erosiona la capa de moco, de tal forma que no puede continuar protegiendo al epitelio subyacente de la invasión de patógenos.29 La dieta occidental tiende a modificar la composición de la microbiota en favor de especies bacterianas que prosperan en la capa de moco y en detrimento de aquellas que degradan las fibras (Fig 4).30 Por consiguiente, la dieta occidental puede conducir a la pérdida de microbios protectores y a la proliferación de microbios que debilitan las principales defensas y barreras intestinales, desencadenando procesos inflamatorios intestinales crónicos.

¿Qué es la dieta occidental?

La dieta occidental contiene abundantes grasas, azúcares, alimentos procesados y pesticidas ambientales, y carece de fibras. La dieta occidental se ha asociado con la obesidad y con afecciones inflamatorias y metabólicas como la diabetes de tipo 2, la resistencia a la insulina y las EII.26 Además de incluir alimentos excesivamente calóricos y de baja calidad, se caracteriza por una importante carencia de fibras debido a la falta de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Esto hace que sea extremadamente difícil alcanzar la ingesta diaria recomendada de fibras de 28–35 g27 en adultos.

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Factores que afectan el desarrollo de la microbiota y la maduracion del sistema inmunitario durante las primeras etapas de la vida

El nacimiento representa el mayor cambio de entorno de toda la vida ya que el recién nacido queda expuesto por primera vez a una innumerable variedad de microbios que colonizan todas las superficies corporales y conducen al establecimiento de la microbiota comensal en paralelo con el sistema inmunitario. Numerosos factores determinan la composición de la microbiota intestinal y la maduración del sistema inmunitario del recién nacido (Fig 3). Cualquier anomalía en el diálogo entre la microbiota y el sistema inmunitario durante cada etapa del desarrollo puede tener efectos a largo plazo sobre la susceptibilidad a las enfermedades.13

El nacimiento afecta la composición de la microbiota intestinal…

Por el Dr. Travis J. De Wolfe

El tipo de parto determina el tipo de bacterias de la madre que serán transmitidas al intestino del recién nacido.14 Los bebés nacidos por vía vaginal a menudo son portadores de numerosas bacterias que sintetizan lipopolisacáridos (LPS), un componente importante de la membrana de las bacterias gramnegativas capaz de entrenar al sistema inmunitario humano para que responda adecuadamente a las amenazas
microbianas.15 Por el contrario, los niños nacidos por cesárea están predispuestos a la colonización por patógenos nosocomiales oportunistas.14

…Y la maduración de la estructura del sistema inmunitario

Estas diferencias en la colonización microbiana inicial pueden afectar la maduración posterior de las estructuras linfoides innatas locales y alterar la población de linfocitos T reguladores (Treg), provocando efectos a largo plazo sobre la fisiología intestinal humana. La maduración de los linfocitos T y la inducción de factores inmunes pueden brindar protección contra ciertas enfermedades autoinmunes (diabetes, esclerosis múltiple, etc.) que suelen surgir más tarde durante la vida, o bien, en algunos casos, pueden contribuir a la aparición de dichas enfermedades.15,16

Los antibióticos afectan las respuestas inmunes

Por el Dr. Pascal Lavoie

Si bien los antibióticos son esenciales para tratar infecciones bacterianas graves, se debe evitar la exposición innecesaria a antibióticos (esto es, en caso de infección viral) porque puede tener graves consecuencias para la salud. En adultos, el uso prolongado de antibióticos puede provocar la proliferación de un patógeno bacteriano intestinal denominado Clostridioides difficile, lo cual puede tener consecuencias potencialmente mortales, sobre todo en los ancianos.17El abuso de antibióticos también puede favorecer la resistencia a los antimicrobianos, reduciendo las opciones terapéuticas disponibles frente a futuras infecciones.18 En modelos animales, la perturbación de la microbiota intestinal causada por el tratamiento con antibióticos altera el funcionamiento del sistema inmunitario y los umbrales de respuesta inmune.19 Los datos clínicos indican que el uso innecesario de antibióticos puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud crónicos, como la diabetes de tipo 1, el asma, ciertas alergias o incluso la obesidad.20 Se sabe que el uso prolongado de antibióticos (> 1 semana) reduce la diversidad de la microbiota intestinal y que los bebés prematuros son los más vulnerables frente a perturbaciones de la microbiota intestinal. El uso prolongado de antibióticos de amplio espectro en la madre o el bebé prematuro reduce la diversidad bacteriana intestinal, aumentando el riesgo de sepsis y enterocolitis necrosante.21 De manera general, los datos clínicos respaldan la idea de que la microbiota intestinal desempeña un papel primordial en la transformación del bebé en un adulto sano. Aunque los riesgos asociados con la exposición excesiva a antibióticos son menos graves en adultos, pueden afectar el desarrollo de las respuestas inmunes. Por lo tanto, a cualquier edad se debe reservar el uso de antibióticos a los casos de absoluta necesidad.

La disbiosis no es un fenómeno universal ya que depende de cada individuo y de su estado de salud. Según una definición común, la disbiosis es una alteración de la composición y el funcionamiento de la microbiota causada por un conjunto de factores ambientales e individuales que perturban el ecosistema microbiano.9

FIGURA 3: Factores ambientales que afectan el desarrollo de la microbiota del recién nacido y del sistema inmunitario mucoso.

Adaptado de Kalbermatter C et al, 202113

A lo largo del embarazo, los metabolitos microbianos (procedentes de la microbiota y la alimentación de la madre) influyen en el desarrollo del sistema inmunitario del feto. En el momento del parto, la colonización microbiana comienza en paralelo con el desarrollo del sistema inmunitario. En esa etapa, el recién nacido aún se encuentra bajo la protección materna que le brinda la lactancia dado que la leche materna contiene antígenos bacterianos derivados de la madre que estimulan la maduración del sistema inmunitario mucoso innato. En cuanto a la colonización de la microbiota intestinal, las familias bacterianas predominantes durante las primeras semanas de vida son Enterococcacae, Clostridiaceae, Lactobacillaceae, Bifidobacteriaceae y Streptococcaceae. La introducción de alimentos sólidos en la alimentación del bebé aumenta la diversidad de la microbiota intestinal, la cual se va convirtiendo paulatinamente en una microbiota cada vez más cercana a la de adultos, con una menor abundancia de Bifidobacteriaceae y una mayor abundancia de Bacteroides, Ruminococcus y Clostridium. El tipo de parto, la leche materna, los alimentos sólidos y el tratamiento con antibióticos son factores que moldean la microbiota y el sistema inmunitario del recién nacido.

Prueba de viabilidad del concepto: la colonización de la microbiota intestinal es primordial para el desarrollo del sistema inmunitario

por el Dr. Travis J. De Wolfe

Estudios con ratones axénicos (germ-free) han demostrado el papel importante que desempeña la microbiota para evitar defectos del sistema inmunitario.22 Dado que los ratones axénicos se caracterizan por una deficiencia de producción de linfocitos T auxiliares CD4+, la colonización selectiva de estos ratones con Clostridia, un grupo de bacterias comensales, puede inducir la producción de dichos linfocitos, que luego estimulan las defensas antimicrobianas intestinales y protegen de las infecciones.23 Los ratones axénicos carecen de anticuerpos de tipo IgA, que constituyen otro componente crítico del sistema inmunitario. Estos anticuerpos se unen a las bacterias comensales e impiden que escapen del tubo digestivo. La colonización selectiva de ratones axénicos con una cepa de Escherichia coli o con distintas cepas de Bacteroides acelera la restauración o normalización de la IgA.24,25

Bibliografia

13 Kalbermatter C, Fernandez Trigo N, Christensen S, et al. Maternal Microbiota, Early Life Colonization and Breast Milk Drive Immune Development in the Newborn. Front Immunol. 2021 May 13;12:683022. 

14 Shao Y, Forster SC, Tsaliki E, et al. Stunted microbiota and opportunistic pathogen colonization in caesarean-section birth. Nature. 2019 Oct;574(7776):117-121.

15 Wampach L, Heintz-Buschart A, Fritz JV, et al. Birth mode is associated with earliest strain-conferred gut microbiome functions and immunostimulatory potential. Nat Commun. 2018 Nov 30;9(1):5091. 

16 Vatanen T, Kostic AD, d'Hennezel E, et al. Variation in Microbiome LPS Immunogenicity Contributes to Autoimmunity in Humans. Cell. 2016 May 5;165(4):842-53. 

17 Guh AY, Kutty PK. Clostridioides difficile Infection. Ann Intern Med. 2018 Oct 2;169(7):ITC49-ITC64.

18 Costelloe C, Metcalfe C, Lovering A, et al. Effect of antibiotic prescribing in primary care on antimicrobial resistance in individual patients: systematic review and meta-analysis. BMJ. 2010 May 18;340:c2096.

19 Konstantinidis T, Tsigalou C, Karvelas A, et al. Effects of Antibiotics upon the Gut Microbiome: A Review of the Literature. Biomedicines. 2020 Nov 16;8(11):502.

20 Sarkar A, Yoo JY, Valeria Ozorio Dutra S, et al. The Association between Early-Life Gut Microbiota and Long-Term Health and Diseases. J Clin Med. 2021 Jan 25;10(3):459.

21 Walker WA. The importance of appropriate initial bacterial colonization of the intestine in newborn, child, and adult health. Pediatr Res. 2017 Sep;82(3):387-395. 

22 Sommer F, Bäckhed F. The gut microbiota--masters of host development and physiology. Nat Rev Microbiol. 2013 Apr;11(4):227-38. 

23 Ivanov II, Atarashi K, Manel N, et al. Induction of intestinal Th17 cells by segmented filamentous bacteria. Cell. 2009 Oct 30;139(3):485-98.

24 Hapfelmeier S, Lawson MA, Slack E, et al. Reversible microbial colonization of germ-free mice reveals the dynamics of IgA immune responses. Science. 2010 Jun 25;328(5986):1705-9. 

25 Yang C, Mogno I, Contijoch EJ, et al. Fecal IgA Levels Are Determined by Strain-Level Differences in Bacteroides ovatus and Are Modifiable by Gut Microbiota Manipulation. Cell Host Microbe. 2020 Mar 11;27(3):467-475.e6

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El intestino del bebé en el centro de la inmunidad

Por el Dr. Travis J. De Wolfe

Desarrollo de barreras inmunes innatas

El desarrollo del sistema inmunitario intestinal comienza antes del nacimiento y continúa hasta el destete. In utero se generan distintas estructuras linfoides inmaduras como las placas de Payer y los ganglios linfáticos mesentéricos (Fig 1A).
Para compensar el hecho de que estas estructuras no son perfectamente funcionales hasta una etapa más avanzada del desarrollo, el epitelio intestinal produce péptidos antimicrobianos (AMP) que cumplen una función de barrera defensiva frente a los primeros colonizadores bacterianos (Fig 1B).1 El moco producido por las células caliciformes y secretado en la superficie apical del tubo digestivo constituye otra barrera importante. Conjuntamente, estas barreras inmunes innatas desempeñan una función crítica al limitar el contacto directo entre la microbiota intestinal y las células epiteliales del huésped, sobre todo durante el proceso de establecimiento de la microbiota intestinal del bebé.

80% At least 80% of the body Ig-producing cells are located in the gut.

El sistema inmunitario adaptativo del recien nacido tambien es critico durante el desarrollo

El sistema inmunitario adaptativo produce inmunoglobulina A (IgA) que tiene distintas afinidades por los componentes de la microbiota y los antígenos específicos contenidos en los alimentos que ingiere el recién nacido. La IgA secretada se une a estas dianas en la luz intestinal y limita su capacidad de penetración y adherencia al epitelio intestinal (Fig 1B).Después del destete, la microbiota intestinal se vuelve cada vez más diversificada y concentrada en respuesta al cambio de alimentación y al desarrollo de la arquitectura cripta-vellosidades. La protección adicional de la barrera epitelial que requiere este proceso se consigue gracias a la maduración de las estructuras linfoides locales. Las células de Paneth activadas empiezan a producir proteínas de defensa del huésped (defensinas) en la base de las pequeñas criptas intestinales, permitiendo la transición de otras células epiteliales, que dejan de producir péptidos antimicrobianos. Por último, la proliferación de células epiteliales aumenta en paralelo con el aumento de la secreción de moco (Fig 1C).

FIGURA 1: Desarrollo de la microbiota intestinal y del sistema inmunitario intestinal antes del nacimiento (A), antes del destete (B) y después del destete (C).

Adaptado de Brandtzaeg P, 20173 and Ximenez C et al, 20176

Importancia de la homeostasis intestinal

Dado que al menos el 80 % de las células productoras de Ig del cuerpo se sitúan en el intestino,3 este es el principal órgano efector de la inmunidad humoral. Las células M (células epiteliales especializadas en la captación de antígenos) cumplen una función de filtración y facilitan el transporte de antígenos –procedentes de bacterias comensales, de la alimentación o de patógenos– desde la luz intestinal a las células linfoides subyacentes. Las células dendríticas (CD) digieren estos antígenos y los presentan al sistema inmunitario adaptativo.

Juntos, los diferentes componentes de la inmunidad intestinal promueven la homeostasis mediante dos estrategias antiinflamatorias (Fig 1C):

1) La exclusión inmune de anticuerpos extraños limita o impide la penetración o colonización de la mucosa intestinal por parte de la microbiota intestinal. La sIgA es la que cumple esta función.3

2) La tolerancia oral limita las respuestas inmunes locales y periféricas a los antígenos inocuos que entran en contacto con la barrera epitelial.4 Esta estrategia reposa en los linfocitos T reguladores (Treg) (Fig 2).3

Cuando estas estrategias funcionan correctamente, la regulación del sistema inmunitario y los efectos de la microbiota comensal en el desarrollo y el entrenamiento de este sistema conducen al establecimiento de una relación duradera y homeostática entre el huésped y la microbiota comensal que tiene implicaciones a largo plazo para la salud humana.5

Más allá de las células inmunes: la importancia de la barrera formada por el moco intestinal

Por la Dra. Larissa Celiberto

El intestino está tapizado por una única capa de células llamada “epitelio intestinal” sobre la cual reposa una densa capa de moco (Fig 1). Conjuntamente, estas barreras impiden que los microbios escapen de la luz intestinal y que la microbiota active inútilmente el sistema inmunitario subyacente.3 El moco intestinal produce y libera mucina 2 (MUC2), una glucoproteína que da estructura al moco. Estudios recientes demostraron que la maduración y el funcionamiento de la capa de moco dependen estrechamente de la microbiota intestinal, mientras que los tipos de azúcares presentes en la MUC2 también pueden determinar qué bacterias son capaces de unirse a ella o de utilizar la MUC2 y sus cadenas de azúcares como nutrientes.7 En particular, una ruptura o disfunción de la barrera de moco puede provocar un aumento de la penetración de bacterias potencialmente dañinas o su salida de la luz intestinal (p.ej., intestino permeable), desencadenando inflamación e infección sistémicas.8 Además, se han observado defectos en la capa de moco y una consiguiente disbiosis intestinal 9 en varias enfermedades (como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII),10,11 la diabetes, etc.12), lo cual subraya la importancia de esta barrera protectora para la salud humana.

FIGURA 2: Las células de los sistemas inmunitarios innato y adaptativo y sus respectivas

Bibliografia

Kai-Larsen Y, Bergsson G, Gudmundsson GH, et al. Antimicrobial components of the neonatal gut affected upon colonization. Pediatr Res. 2007 May;61(5 Pt 1):530-6.

Corthésy B. Multi-faceted functions of secretory IgA at mucosal surfaces. Front Immunol. 2013 Jul 12;4:185.

3 Brandtzaeg P. (2017) Role of the Intestinal Immune System in Health. In: Baumgart D. (eds) Crohn's Disease and Ulcerative Colitis. Springer, Cham. 

Commins SP. Mechanisms of Oral Tolerance. Pediatr Clin North Am. 2015 Dec;62(6):1523-9.

Belkaid Y, Hand TW. Role of the microbiota in immunity and inflammation. Cell. 2014 Mar 27;157(1):121-41. 

Ximenez C, Torres J. Development of Microbiota in Infants and its Role in Maturation of Gut Mucosa and Immune System. Arch Med Res. 2017 Nov;48(8):666-680.

Schroeder BO. Fight them or feed them: how the intestinal mucus layer manages the gut microbiota. Gastroenterol Rep (Oxf). 2019 Feb;7(1):3-12.

Miner-Williams WM, Moughan PJ. Intestinal barrier dysfunction: implications for chronic inflammatory conditions of the bowel. Nutr Res Rev. 2016 Jun;29(1):40-59.

Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232.

10 Swidsinski A, Loening-Baucke V, Theissig F, et al. Comparative study of the intestinal mucus barrier in normal and inflamed colon. Gut. 2007 Mar;56(3):343-50.

11 Johansson ME, Gustafsson JK, Holmén-Larsson J, et al. Bacteria penetrate the normally impenetrable inner colon mucus layer in both murine colitis models and patients with ulcerative colitis. Gut. 2014 Feb;63(2):281-91.

12 Chassaing B, Raja SM, Lewis JD, et al. Colonic Microbiota Encroachment Correlates With Dysglycemia in Humans. Cell Mol Gastroenterol Hepatol. 2017 Apr 13;4(2):205-221.

 

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Los conocimientos sobre las complejas interacciones entre la microbiota y la inmunidad aún son incipientes

Por el Dr. Bruce Vallance

Goblet cells. Coloured transmission electron micrograph (TEM) of a section through goblet cells in the lining of the small intestine,part of the digestive tract.

Nuestro cuerpo alberga millones de millones de bacterias que, junto con virus, hongos y otros microorganismos, conforman la microbiota humana.

Estos microbios desempeñan un papel importante en nuestra salud y en el control de la susceptibilidad a las enfermedades por su influencia en distintos aspectos de la vida diaria. Por ejemplo, la actividad metabólica de nuestra microbiota intestinal determina si ciertos medicamentos como el paracetamol son tóxicos para el hígado.1 Algunos componentes específicos de la microbiota también pueden transformarse y evolucionar en respuesta a nuevas fuentes alimentarias de hidratos de carbono, lo cual nos permite digerir alimentos como el sushi2 o producir importantes sustancias químicas protectoras como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC).3 Otros microbios moldean de manera selectiva nuestros sistemas inmunitarios para hacerlos más reactivos o tolerantes a microorganismos invasores, controlando así el riesgo de contraer infecciones gastrointestinales (GI) graves.4

 

Durante los 1000 primeros días de vida, esto es, el periodo crítico para el crecimiento y el desarrollo del bebé que va desde la concepción hasta los 2 años de edad, cualquier interferencia con el establecimiento de la microbiota intestinal neonatal puede tener consecuencias negativas para la salud.5

1000 primeros días de vida el periodo crítico para el crecimiento y el desarrollo del bebé

Si bien los científicos han demostrado la importancia de la microbiota para la salud humana, nuestros conocimientos sobre las complejas interacciones entre la microbiota y la inmunidad aún son incipientes.

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Detalle del dosier Gastroenterología Pediatría

Relaciones por explorar entre el VIH, las afecciones de la boca y la microbioa oral

Estomatitis, gingivitis, caries, enfermedades periodontales... A pesar del tratamiento antirretroviral, las personas que viven con el VIH tienen mayor riesgo de padecer afecciones de la cavidad bucal. Aunque no se han dilucidado todas las alteraciones inmunitarias que conducen a esta vulnerabilidad, parecen estar implicados un desequilibrio de la microbiota oral y una inflamación persistente.

La microbiota ORL
VIH

Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el 1 de diciembre, recordemos que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca a una determinada categoría de glóbulos blancos llamados linfocitos T CD4. El debilitamiento del sistema inmunitario favorece la aparición de infecciones oportunistas, cáncer y otras enfermedades orgánicas. En la actualidad, el tratamiento antirretroviral permite restablecer la cantidad de linfocitos T CD4 y reducir la carga viral hasta niveles indetectables. Por desgracia, no por ello desaparecen todos los efectos perjudiciales de la infección. La inflamación de la cavidad oral es especialmente frecuente en las personas que viven con el VIH y a menudo se asocia a un desequilibrio de la microbiota oral.

Un desequilibrio intestinal implicado en la respuesta inmunitaria a la infección

Durante la infección por el VIH, los linfocitos T CD4 se activan para luchar contra el virus; el virus pero acaban agotándose; al final, el virus destruye los linfocitos o impide que funcionen correctamente. Además, la microbiota intestinal se desequilibra y se produce lo que llamamos una disbiosis: ciertas bacterias beneficiosas (como los (sidenote: Lactobacilos Bacterias en forma de bastoncillo, cuya característica principal es que producen ácido láctico. Por eso se habla de «bacterias lácticas».
Estas bacterias no solo están presentes en las microbiotas oral, vaginal e intestinal del ser humano, sino también en las plantas o los animales. Se pueden consumir en productos fermentados, por ejemplo, productos lácteos como algunos quesos y yogures, así como en otros tipos de alimentos fermentados como los pepinillos, el chucrut...
Los lactobacilos también se consumen en los probióticos, y algunas especies son conocidas por sus propiedades beneficiosas.   W. H. Holzapfel et B. J. Wood, The Genera of Lactic Acid Bacteria, 2, Springer-Verlag, 1st ed. 1995 (2012), 411 p. « The genus Lactobacillus par W. P. Hammes, R. F. Vogel Tannock GW. A special fondness for lactobacilli. Appl Environ Microbiol. 2004 Jun;70(6):3189-94. Smith TJ, Rigassio-Radler D, Denmark R, et al. Effect of Lactobacillus rhamnosus LGG® and Bifidobacterium animalis ssp. lactis BB-12® on health-related quality of life in college students affected by upper respiratory infections. Br J Nutr. 2013 Jun;109(11):1999-2007.
)
) disminuyen en provecho de otras especies, entre ellas ciertos  (sidenote: Patógeno Un patógeno es un microorganismo que causa, o puede causar, una enfermedad. Pirofski LA, Casadevall A. Q and A: What is a pathogen? A question that begs the point. BMC Biol. 2012 Jan 31;10:6. ) . La infección también ataca a la mucosa intestinal, que pierde su impermeabilidad y libera su contenido, lo cual da lugar a una inflamación que se extiende a todo el organismo y daña los órganos. Se establece un círculo vicioso,puesto que la inflamación favorece la multiplicación del virus. El tratamiento antirretroviral temprano protege la integridad de la mucosa intestinal y el equilibrio de la microbiota intestinal, pero, por desgracia no impide que persista la inflamación, lo cual muy probablemente aumenta el riesgo de affeciones orales.

VIH y afecciones orales: primeras hipótesis y soluciones

¿Por qué la infección por el VIH, incluso controlada por el tratamiento, fragiliza las mucosas orales y aumenta el riesgo de afecciones bucales? Quizá porque altera la producción en la saliva de inmunoglobulinas A secretoras, esto es, anticuerpos considerados como la principal línea de defensa contra los patógenos bucales. Quizá también porque la pérdida de linfocitos T CD4, al igual que en la microbiota intestinal, produce inflamación y disbiosis oral. Sin embargo, pocos estudios se han dedicado al análisis de la composición de la microbiota oral de las personas infectadas por el VIH, y sus resultados no siempre concuerdan. Además, en la actualidad resulta difícil distinguir los efectos del virus en sí de aquellos del tratamiento sobre las comunidades bacterianas orales.

(sidenote: Una revisión científica publicada en septiembre de 2021 ofrece una actualización. ) (sidenote: Una revisión científica publicada en septiembre de 2021 ofrece una actualización. ) puesto que de ello depende la posibilidad de desarrollar tratamientos para aliviar los molestos síntomas orales de las personas que viven con el VIH. Ya se ha propuesto la solución "probióticos" para prevenir las afecciones orales, y los equipos trabajan, sobre todo, en hacer menos patógena una especie bacteriana que produce caries. Los científicos ahora deben probar la eficacia de cepas probióticas y agentes antimicrobianos sobre las funciones inmunitarias orales mediante estudios clínicos rigurosos.

Bibliografia

Coker, Modupe O et al. “HIV-Associated Interactions Between Oral Microbiota and Mucosal Immune Cells: Knowledge Gaps and Future Directions.” Frontiers in immunology vol. 12 676669. 20 Sep. 2021.

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La microbiota: ¡una red bien conectada en favor de la salud!

Las últimas investigaciones científicas indican que nuestra microbiota forma una red interconectada entre intestino, pulmón, piel, boca, vías urinarias y genitales. Al comunicarse, estos ecosistemas ejercen una gran influencia sobre nuestra salud y la aparición de enfermedades.

Aunque es la más conocida, la microbiota intestinal no es la única microbiota que tenemos. Otros muchos ecosistemas microbianos se ocultan en nuestros órganos y estas microbiotas ocupan muy a menudo un lugar destacado en las publicaciones científicas y los medios de comunicación. Con cada nuevo estudio publicado, su acción sobre nuestra salud parece más decisiva. ¡Sumerjámonos en esta amplia «red»!

La microbiota humana: una comunidad de microorganismos…

La microbiota humana es el conjunto de los microorganismos —principalmente bacterias, pero también virus y hongos— que viven en nuestro cuerpo. La inmensa mayoría de ellos (70%) se encuentra en el aparato digestivo, que contiene 1,5 kilogramos de bacterias. Pero otros cinco órganos también (sidenote: Albergan Nuestro organismo proporciona alojamiento y protección a los gérmenes que lo colonizan. )  una microbiota: la piel, la boca, los pulmones, las vías urinarias y las vías genitales. Los microorganismos de la microbiota son (sidenote: Simbióticos En biología, es la asociación estrecha y mutuamente beneficiosa de dos o más organismos. ) ; les proporcionamos las condiciones necesarias para su supervivencia y, a cambio, participan en el buen funcionamiento de nuestro cuerpo (digestión de los alimentos, protección contra las infecciones, síntesis de vitaminas). ¡Las dos partes salen ganando! Una microbiota equilibrada nos asegura una buena salud. En cambio, una microbiota desequilibrada constituye un terreno propicio para la aparición de diferentes enfermedades. Se habla entonces de disbiosis.

… en una red de ecosistemas interconectados

En apariencia, los ecosistemas de la microbiota están compartimentados en cada uno de los seis órganos que los albergan. Solo en apariencia… Numerosos estudios han revelado que el desequilibrio de un órgano puede repercutir en los demás. Por ejemplo, una microbiota intestinal alterada se asocia a ciertas enfermedades de la piel (dermatitis, psoriasis) y los pulmones (asma, bronquitis crónica, cáncer), y una mala higiene bucal podría aumentar el riesgo de desarrollar infecciones pulmonares. Las ultimas investigaciones científicas sugieren que existe una interconexión entre estos diferentes ecosistemas, que forman una red en cuyo centro se encuentra una pieza clave: el intestino. Ejes intestino-cerebro, intestino-piel, intestino-pulmón, intestino-boca e intestino-hígado... El intestino podría canalizar la información y actuar como mediador entre los ecosistemas periféricos.

¿El intestino es la única torre de control? 

Los estudios sugieren que tienen lugar otros intercambios entre diferentes regiones del cuerpo sin que el intestino esté implicado, como el eje pulmón-boca u otros relacionados con la proximidad anatómica, como la microbiota urinaria, que podría ejercer una influencia en la microbiota de las vías genitales. Así pues, el conjunto de la microbiota distribuido en los seis órganos forma una red en comunicación constante que ejerce una gran influencia en nuestra salud.

Perspectivas prometedoras para la investigación y la medicina

Nos encontramos en los albores de la investigación sobre la microbiota. Para confirmar la hipótesis de una red interconectada en torno al aparato digestivo y entre los órganos, se necesitan otras investigaciones que estudien la microbiota en su conjunto. Sin embargo, las aplicaciones médicas parecen prometedoras: restableciendo el equilibrio de un ecosistema, se podría modificar el de otro órgano enfermo, lo cual abre el camino a estrategias terapéuticas innovadoras.

Recomendado por nuestra comunidad

"Interesante" - Comentario traducido de Brian Gorman (De My health, my microbiota)

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