Golpe de calor en el seno de la comunidad científica: además de las numerosas consecuencias sobre el medioambiente, el cambio climático podría afectar gravemente a nuestra salud, incluida la digestiva.
Se trata de un principio básico de la biología: la adaptación al entorno mediante la selección natural. Para ilustrar esta idea, a menudo se habla de una pequeña mariposa: la mariposa de los abedules. Esta mariposa principalmente blanca pasó desapercibida durante mucho tiempo frente a sus depredadores posada sobre el tronco inmaculado de los abedules. Pero la revolución industrial cambió la situación: los troncos se oscurecieron, por lo que las mariposas blancas destacaban mucho y las aves se dieron un festín; la población de la mariposa de los abedules se desplomó. Las únicas supervivientes: las de color negro, ahora invisibles, que se han reproducido desde entonces. De esta forma, la mariposa de los abedules ha pasado a ser mayoritariamente negra a causa de la presión medioambiental.
Este mismo mecanismo interviene con el calentamiento climático. Frente a las canículas excepcionales y sucesivas, la fauna y la flora evolucionan, y los individuos más tolerantes sobreviven. De este modo, algunos hongos, a lo largo de su linaje, serían cada vez más capaces de enfrentarse a temperaturas superiores a los 30 grados. El problema consiste en que nuestra temperatura corporal de 37 °C era una de nuestras dos armas (junto con el sistema inmunitario) para resistir frente a los ataques fúngicos.
¿Cómo van a luchar las personas, y los mamíferos en general, contra microorganismos patógenos más termorresistentes? Por desgracia, esta cuestión ya no es únicamente teórica: aparecieron Candida auris muy tolerantes al calor, de forma simultánea y sin motivo aparente, en 3 continentes en 2010.
El calentamiento climático se ha vinculado con la aparición simultánea y sin motivo aparente de diferentes clados de C. auris en 3 continentes hacia el 2010. 2
Calentamiento climático y salud: las personas nos adaptamos, pero los microorganismos patógenos también 2
La lucha será especialmente dura si se produce en paralelo, ya que los humanos, al igual que cualquier organismo vivo, también sufrimos las consecuencias del calentamiento global. Y, mientras esperamos a que nuestra descendencia sea quizás más resistente a las temperaturas extremas actuales y futuras, el cambio climático afectaría ampliamente a nuestra salud digestiva,inmunitaria e incluso mental (ecoansiedad). Todas las exposiciones a las que se somete una persona desde la concepción hasta la muerte se conocen como « (sidenote:
Exposoma
En 2005, en un artículo publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, el Dr. Christopher Wild definió por primera vez el exposoma como «la totalidad de las exposiciones a las que está sometida una persona desde la concepción hasta la muerte. Se trata de una representación compleja y dinámica de las exposiciones a las que está sujeta una persona a lo largo de toda su vida, entre las que se incluyen el entorno químico, microbiológico, físico, recreativo y farmacológico, el estilo de vida o la alimentación, así como las infecciones».
Fuente)».
Más del 50 %
de las enfermedades infecciosas conocidas por la humanidad se habrían visto agravadas por el cambio climático.
10%
Para el 2030, las enfermedades diarreicas podrían aumentar un 10 %, y afectarían principalmente a los niños pequeños.
Con respecto a las infecciones, el futuro también tiene mala pinta: más del 50 % de las enfermedades infecciosas se verían exacerbadas por el cambio climático; se espera un aumento del 10 % en las enfermedades diarreicas (contaminación de las aguas para consumo durante las inundaciones, temperaturas elevadas que favorecen a ciertos virus…) para el 2030.
En resumidas cuentas, tendremos que hacer frente a infecciones recrudecidas con una salud alterada. Y, paradójicamente, el tratamiento de estas enfermedades aumentaría nuestra huella de carbono… y puede que también nuestra ecoansiedad.
Pero terminamos con una nota positiva: la investigación avanza en la comprensión de los mecanismos de adaptación a la temperatura de ciertos microorganismos. El esclarecimiento de estos mecanismos podría permitir el desarrollo de nuevas clases de medicamentos antimicrobianos que se centren en la adaptación a la temperatura.
Un estudio pivotal revela que el trasplante de microbiota fecal (TMF) constituye una potente estrategia contra las bacterias multirresistentes (BMR) en los trasplantados renales, lo que supone un avance importante en el control de las infecciones y de la resistencia a los antimicrobianos.
La aparición de bacterias multirresistentes ( (sidenote:
Multidrug-Resistant Organisms (MDROs)
Bacteria that are resistant to multiple antimicrobial drugs.
Source: https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abo2750
)) plantea un reto formidable para la salud pública, especialmente entre los pacientes inmunodeprimidos, incluidos los trasplantados renales. Un reciente ensayo comparativo y aleatorizado arroja luz sobre el trasplante de microbiota fecal ( (sidenote:
Trasplante de microbiota fecal (TFM)
Procedimiento terapéutico para restablecer la microbiota intestinal mediante la transferencia de bacterias fecales de un donante sano a un receptor.
Profundizarhttps://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abo2750)) como una intervención prometedora para limitar la colonización por BMR en esta población vulnerable. El ensayo incluyó una evaluación meticulosa de la seguridad y eficacia del TMF, así como de la dinámica de eliminación de las cepas de BMR, con resultados contundentes.
Eficacia de la eliminación y del prendimiento del injerto
El estudio se llevó a cabo en el Hospital Universitario Emory de Atlanta, en los Estados Unidos, con una aleatorización 1:1 de once receptores de trasplante renal entre un grupo de TMF (n= 6) y un grupo de observación (n= 5). Independientemente de su asignación inicial, todos los pacientes que seguían siendo positivos para BMR después de la primera intervención (día 36) recibieron un TMF posterior con el fin de continuar evaluando la eficacia y el potencial del TMF para eliminar las cepas bacterianas resistentes
En el estudio se observó una tasa de éxito impresionante, ya que 8 de los 9 pacientes que recibieron todos los tratamientos especificados en el protocolo tuvieron resultados negativos para BMR después del TMF. Este éxito se atribuyó al injerto de taxones beneficiosos del donante, como Akkermansia muciniphila y Faecalibacteriumprausnitzii, en la microbiota intestinal de los receptores. Estos taxones se conocen por su papel beneficioso en el intestino humano, lo que sugiere una estrategia dirigida para reforzar la microbiota del receptor contra la colonización de BMR.
Profundizando en la cuestión clave del desplazamiento de las cepas de BMR, el estudio incluyó un análisis detallado que reveló que la introducción de cepas bacterianas competitivas y conespecíficas procedentes del donante desempeñaba un papel crucial. Este proceso de desplazamiento no es una mera sustitución, sino un desplazamiento estratégico que aprovecha la competencia microbiana dentro de la microbiota intestinal. Los investigadores revisaron meticulosamente las diferencias de contenido genético entre las cepas presentes inicialmente y las de sustitución en grupos de aislados conespecíficos, centrándose en los genes capaces de reforzar la competencia entre cepas o su adhesión a la superficie de las células hospedadoras.
Se hicieron observaciones significativas en el análisis del contenido génico, en particular en lo relativo a las colicinas, un subconjunto de bacteriocinas producidas por E. coli que son tóxicas para otras cepas de E. coli y cepas cercanas de la misma familia. Los datos experimentales demostraron que las cepas de E. coli productoras de colicina pueden superar a las cepas susceptibles a la colicina, que a su vez pueden ser superadas por cepas resistentes a la colicina, lo que confirma la existencia de una compleja dinámica competitiva no transitiva, comparable a la del juego de piedra, papel o tijera. Los resultados del estudio arrojaron luz sobre esta dinámica, ya que las cepas de sustitución sensibles llevaban múltiples genes de colicina e inmunidad a la colicina, los cuales estaban ausentes en las cepas resistentes a los antibióticos.
Estos resultados ilustran el carácter polifacético del impacto del TMF en la ecología microbiana intestinal y destacan que el desplazamiento de las BMR por el TMF implica un proceso complejo en el que intervienen la competencia microbiana, los determinantes genéticos de la competitividad y las presiones selectivas del entorno intestinal.
Implicaciones para la práctica clínica
Las implicaciones de este estudio van más allá de los beneficios inmediatos para los trasplantados renales. De hecho, marca un cambio de paradigma en la forma de abordar el control de las infecciones y de la resistencia a los antimicrobianos, abogando por tratamientos innovadores que aprovechen las comunidades microbianas naturales del organismo. A medida que avancemos, la integración del TMF en la práctica clínica podría revolucionar el tratamiento de la colonización por BMR, ofreciendo esperanza tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué platos idénticos pueden saber notablemente diferentes a cada uno de nosotros? Un reciente e innovador estudio revela que la clave se encuentra en la diversidad de nuestra microbiota oral. Sean cuales sean las preferencias de nuestro paladar, desde los postres hasta las verduras amargas, este estudio sugiere que la gran variedad de microbios que viven en nuestra boca desempeñan un papel crucial en el enigma de nuestras experiencias gustativas personales.
Resulta que el secreto del porqué un mismo alimento sabe diferente a distintas personas podría encontrarse en nuestra boca, no sólo en nuestras papilas gustativas, sino también en el mundo microscópico de nuestra microbiota oral. Según un estudio 1 reciente realizado por un equipo de científicos del Centro de Ciencias del Gusto y la Alimentación de Dijon (Francia) 2, la variedad de bacterias que residen en nuestra saliva y nuestra lengua (microbiota oral) podría desempeñar un papel esencial en nuestra percepción de los sabores básicos.
Mediante un análisis metagenómico basado en una técnica avanzada de secuenciación shotgun, los científicos identificaron más de 650 especies microbianas que vivían en la lengua y la saliva de 100 sujetos humanos. Aunque no se observó una correlación directa entre la biodiversidad y riqueza total de la microbiota oral y las variaciones de la sensibilidad gustativa, la abundancia relativa de ciertas especies y géneros de bacterias clave sí pareció ejercer una influencia. Dos grupos de bacterias en particular, Streptococcus y Prevotella, destacaron por tener efectos contundentes, aunque el impacto varió significativamente en función de cada especie.
¿Lo sabía?
Una proporción abrumadora del 57% de las 6 500 personas encuestadas por el Observatorio Internacional de las Microbiotas 3 desconocía la existencia de la microbiota oral.
La lengua es particularmente sensible a los diferentes sabores
Una mayor abundancia en la lengua de Streptococcus gordonii y S. parasanguinis, dos bacterias comunes de la placa bacteriana, se asoció con una reducción considerable de la sensibilidad a los cinco sabores básicos:
dulce
salado
amargo
ácido
umami
Estas bacterias adeptas de la adherencia modifican el entorno estructural de la biopelícula de la lengua para impedir físicamente la difusión de las moléculas gustativas y su acceso a los receptores subyacentes.
A la inversa, una especie de Prevotella no clasificada tuvo el efecto contrario, al asociarse con una mayor intensidad de percepción de cuatro de los cinco sabores básicos. Curiosamente, al comparar la composición de la microbiota de la lengua con la de la saliva entera, este último ecosistema resultó ser más predictivo de la sensibilidad a diferentes sabores. Esto tiende a indicar que las bacterias orales probablemente modulan la percepción del sabor no sólo mediante efectos locales sobre las exposiciones de las papilas gustativas sino también a través de la dinámica de la comunidad microbiana y sus interacciones metabólicas.
Aunque todavía se necesitan más estudios para esclarecer los mecanismos implicados, estos contundentes hallazgos demuestran que nuestra microbiota oral endógena desempeña un papel infravalorado en la configuración activa de las experiencias gustativas, es decir, «saborea» por nosotros procesando de forma diferenciada las señales alimentarias enviadas a los receptores gustativos.
La comprensión de estos efectos moduladores de la microbiota podría ayudar a definir nuevas estrategias de lucha contra los problemas nutricionales relacionados con la pérdida y disfunción del sentido del gusto debidas a la edad, los medicamentos o las enfermedades. El siguiente paso consistirá en comprender la contribución de la microbiota oral junto con otros factores que intervienen en la percepción del gusto, como la genética de los receptores gustativos, el número de papilas gustativas o la bioquímica de la saliva.
De manera general, este estudio pone de relieve la asombrosa complejidad de la alimentación, aun básica, como proceso multisensorial que integra nuestra percepción, nuestra digestión, nuestra inmunidad y nuestros microbios.
¿Y si bastara con una pequeña bacteria para terminar con las incontrolables crisis de bulimia? Es la esperanza que nos ofrece un equipo chino que ha descifrado, en los ratones, los mecanismos en juego… y los medios para esquivarlos.
Paquetes de galletas enteros, tabletas de chocolate…: durante una crisis de bulimia, todo lo que está al alcance de la mano, especialmente los alimentos grasos y azucarados, se engulle rápidamente, a menudo a escondidas, hasta que duele la barriga. Estos atracones alimentarios incontrolables terminan con la vergüenza y la culpabilidad, y contribuyen a un aporte calórico excesivo que provoca sobrepeso o incluso obesidad en los pacientes que sufren este trastorno, conocido como (sidenote:
La hiperfagia bulímica
La hiperfagia bulímica es un trastorno alimentario cuyo diagnóstico recae en:
• criterios clínicos: atracones alimentarios, de media al menos 1 vez a la semana durante 3 meses; sentimiento de ausencia de control sobre la alimentación;
• y la presencia de 3 o más de los 5 criterios siguientes: comer mucho más rápido de lo normal; comer hasta sentir incomodidad; ingerir grandes cantidades de alimentos sin tener hambre físicamente; comer sin compañía por vergüenza; o sentir asco, sentirse deprimido o culpable por haber comido demasiado.
El comportamiento bulímico causa un gran sufrimiento.
Fuente: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition Text Revision, DSM-5-TRTM, Feeding and eating disorders.
). Esta enfermedad la causarían el estrés y las dietas recurrentes. De hecho, los ratones sometidos a estas condiciones terminan por atiborrarse de Oreo®, esas galletitas tan ricas. No obstante, el estudio 1 de estos animales ha permitido descifrar los mecanismos subyacentes y buscar pistas para encontrar una solución.
El trastorno de la hiperfagia bulímica afecta a aproximadamente el 3,5 % de las mujeres y el 2 % de los hombres de la población general a lo largo de su vida. 2
Los mecanismos descifrados
Una muy larga serie de experimentos realizados en estos roedores, así como el análisis de la flora de pacientes con hiperfagia bulímica, ha revelado que la combinación de estrés y dietas alteraría la microbiota intestinal, provocando especialmente la pérdida, tanto en los roedores como en los humanos, de una bacteria llamada Faecalibacterium prausnitzii. La consecuencia de la escasa presencia de esta bacteria es una baja producción de una pequeña molécula llamada KYNA (abreviatura del ácido quinurénico). Pequeña pero fuerte: cuando su producción está por los suelos, nada funciona.
De esta forma, una concentración muy baja de KYNA haría sonar las alarmas en el nervio vago, que enviaría mensajes de alerta a dos zonas cerebrales implicadas en los comportamientos alimentarios… ¡Y ya estarían los ratones lanzándose a por las Oreo®! Así, la pérdida de F. prausnitzii y las variaciones en la concentración de KYNA en sus tripas bastan para causar hiperfagia en los roedores al estimular el eje intestino-cerebro.
No obstante, hay buenas noticias. La suplementación de los ratones hiperfágicos con bacterias F. prausnitzii basta para reducir su ansia por las galletas. Y lo mismo ocurre con la administración de KYNA: cuanto más se les da, menos crisis bulímicas tienen. Existe otra opción, en principio un poco menos apetecible: el (sidenote:
Trasplante fecal
Este enfoque terapéutico consiste en introducir las heces de una persona sana en el tubo digestivo de un paciente para reconstituir su microbiota intestinal. Por el momento, solo está autorizado para el tratamiento de las infecciones recurrentes por Clostridioides difficile.
Quigley EMM, Gajula P. Recent advances in modulating the microbiome. F1000Res. 2020;9:F1000 Faculty Rev-46.) proveniente de ratones con buena salud bastó para que desapareciera la hiperfagia.
De este modo, los probióticos, el KYNA o el TMF quizás podrían utilizarse algún día para tratar a pacientes con hiperfagia bulímica, la cual afecta al 3,5 % de las mujeres y al 2 % de los hombres. Pero, antes de llegar a eso, hacen falta más estudios, especialmente para confirmar que estos resultados en los ratones se pueden reproducir en las personas.
3 trastornos alimentarios
Three eating disorders frequently diagnosed in adolescents and adults are recognized: 2
la anorexia mental, que se caracteriza por un miedo intenso de aumentar de peso o de engordar que persiste a pesar de cualquier prueba de lo contrario. Se traduce en una lucha activa contra el hambre y la evitación de todos los «alimentos que engordan», frecuentemente asociadas con otras manifestaciones que buscan perder peso (vómitos provocados, hiperactividad física, uso de medicamentos, etc.), lo que lleva a un adelgazamiento de más del 15 % del peso inicial o un IMC inferior a 17,5;
la bulimia, que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones incontrolables (crisis de bulimia) seguidos de comportamientos compensatorios inadecuados, como vómitos autoinducidos, abuso de laxantes o diuréticos, ayuno o ejercicio excesivo;
y la hiperfagia bulímica, que se caracteriza por episodios de ingesta de grandes cantidades de alimentos no compensada mediante vómitos o purgas, con una tendencia al exceso de peso o la obesidad.
La simple disminución de la población de F. prausnitzii intestinal parece bastar para activar excesivamente dos zonas del cerebro responsables de las crisis de hiperfagia. ¿Cómo? Mediante la menor producción de un metabolito y la estimulación del eje intestino-cerebro por parte del nervio vago. Se trata de un trastorno que se resolverá simplemente con la administración del probiótico o el metabolito.
Suelen observarse atracones alimentarios con alimentos grasos y azucarados en pacientes con trastornos de la alimentación. Entre quienes padecen (sidenote:
La hiperfagia bulímica
La hiperfagia bulímica es un trastorno alimentario cuyo diagnóstico recae en:
• criterios clínicos: atracones alimentarios, de media al menos 1 vez a la semana durante 3 meses; sentimiento de ausencia de control sobre la alimentación;
• y la presencia de 3 o más de los 5 criterios siguientes: comer mucho más rápido de lo normal; comer hasta sentir incomodidad; ingerir grandes cantidades de alimentos sin tener hambre físicamente; comer sin compañía por vergüenza; o sentir asco, sentirse deprimido o culpable por haber comido demasiado.
El comportamiento bulímico causa un gran sufrimiento.
Fuente: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition Text Revision, DSM-5-TRTM, Feeding and eating disorders.
), estas crisis van acompañadas de malestar y un exceso de peso, o incluso obesidad. La microbiota intestinal parece estar implicada. Pero ¿qué mecanismos entran en juego? ¿Qué efectos tiene este trastorno alimentario sobre la microbiota intestinal y esta sobre el comportamiento? Para descubrirlo, unos investigadores 1 han descifrado etapa por etapa el eje intestino-cerebro.
El trastorno de la hiperfagia bulímica afecta a aproximadamente el 3,5 % de las mujeres y el 2 % de los hombres de la población general a lo largo de su vida. 2
Hiperfagia y disbiosis intestinal
Al igual que las personas, los ratones, tras sufrir estrés y someterse a una dieta, tienden más a picotear galletitas apetecibles, a aumentar su consumo calórico y a dejarse llevar por las crisis de hiperfagia. Este comportamiento parece estar relacionado con la microbiota intestinal de los roedores, cuya diversidad y riqueza se ven alteradas, con una pérdida de Lactobacillus y Ruminococcaceae y un aumento de Bacteroides, Roseburia y Alistipes.
Los experimentos de trasplante de microbiota fecal (TMF) indican que la flora de los ratones hiperfágicos tendría menos bacterias protectoras: un TMF proveniente de ratones con buena salud hace desaparecer los atracones de los ratones hiperfágicos, lo que sugiere una recuperación de las bacterias protectoras; por otro lado, un TMF de ratones hiperfágicos a ratones sanos no produce atracones, lo que apuntaría a la ausencia de bacterias que causen este problema.
3 trastornos de la conducta alimentaria (TCA)
Existen 3 trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que se diagnostican frecuentemente a adolescentes y adultos y que actualmente están reconocidos en la 5.ª versión del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, o DSM-5) 2, obra de referencia mundial con respecto a los trastornos mentales publicada por la American Psychiatric Association:
la anorexia mental, que se caracteriza por un miedo intenso de aumentar de peso o de engordar que persiste a pesar de cualquier prueba de lo contrario; se traduce en una lucha activa contra el hambre y la evitación de todos los «alimentos que engordan», frecuentemente asociadas con otras manifestaciones que buscan perder peso (vómitos provocados, hiperactividad física, uso de medicamentos, etc.), lo que causa un adelgazamiento de más del 15 % del peso inicial o un IMC inferior a 17,5;
la bulimia, que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones incontrolables (crisis de bulimia) seguidos de comportamientos compensatorios inadecuados, como vómitos autoinducidos, abuso de laxantes o diuréticos, ayuno o ejercicio excesivo;
— la hiperfagia bulímica, que se caracteriza por episodios de ingesta de grandes cantidades de alimentos no compensada mediante vómitos o purgas, con una tendencia al exceso de peso o la obesidad.
Descifrado de los mecanismos
Se ha demostrado en experimentos complementarios que los atracones de los ratones tendrían su origen en una desinhibición del nervio vago, lo que causa la activación excesiva del eje intestino-cerebro, pasando por el núcleo paraventricular del hipotálamo (asociado con la recompensa, la motivación y la homeostasis energética) y el núcleo del tracto solitario. El desencadenante podría ser la baja producción de un metabolito microbiano intestinal, el ácido quinurénico (KYNA), en los ratones hiperfágicos. La suplementación con KYNA de los ratones basta para devolver a los roedores al camino del equilibrio alimentario.
Para confirmar los resultados del modelo murino, los investigadores analizaron las muestras fecales de 11 pacientes que padecían hiperfagia bulímica y de 9 controles sanos. La microbiota de los pacientes presenta una pérdida de Faecalibacterium prausnitzii (familia de las Ruminococcaceae) y un descenso de la concentración de KYNA. Todo lleva a pensar que una reducción de F. prausnitzii podría ir acompañada de la disminución del KYNA luminal y de los trastornos alimentarios asociados a esta mediante el eje intestino-cerebro. Esta hipótesis parece confirmarse en los animales: la inoculación de F. prausnitzii a ratones hiperfágicos hace que aumente la concentración de KYNA y reduce tanto su atracción por las galletitas como su hiperfagia.
Por ello, la suplementación de KYNA, el trasplante fecal o los probióticos podrían utilizarse en el tratamiento clínico de ciertos trastornos alimentarios… siempre que se lleven a cabo tareas complementarias, especialmente en las personas. Mientras tanto, este estudio aporta una nueva clave para descifrar el eje intestino-cerebro
Como pioneros en la investigación de las microbiotas, Biocodex lanzó en 2017 el Biocodex Microbiota Institute, una plataforma de conocimiento sin fines promocionales dedicado a las microbiotas. En la página web del Instituto, se prohíbe el uso de nombres comerciales de medicamentos, productos farmacéuticos y cepas microbianas. Experiencia, integridad científica, utilidad y compromiso son los pilares de nuestra actividad cotidiana.
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Síndrome del intestino irritable, endometriosis, sobrepeso, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, trastornos ansiosos y cáncer, resistencia a los antibióticos… Numerosos problemas de salud e inquietudes relacionadas con las microbiotas trascienden las fronteras nacionales y exigen la colaboración entre investigadores, asociaciones de enfermos y sociedades médicas del mundo entero. Por eso, el Instituto goza del aval de sociedades médicas y asociaciones de enfermos de todo el mundo, como:
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WGO
SoMeMi
Fondation Recherche Endométriose
NSOIM
Canadian Digestive Health Foundation
SOS Préma
Petits frères des pauvres
Le French Gut
L’Académie du Microbiote Urogénital
Veamos algunos ejemplos de nuestro compromiso:
Semana Mundial de Concienciación sobre la Resistencia a los Antimicrobianos
• La Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM organizada por la OMS del 18 al 24 de noviembre desde 2015, tiene el objetivo de desarrollar los conocimientos sobre este fenómeno mundial y animar al público general, los profesionales sanitarios y los responsables de las políticas sanitarias a utilizar los antibióticos con precaución con el fin de frenar la aparición de resistencias a los antimicrobianos.
• Cada año, el Biocodex Microbiota Institute desempeña un papel activo en esta iniciativa, produciendo y compartiendo a lo largo del mes de noviembre unos contenidos exclusivos sobre el impacto de los antimicrobianos en la microbiota intestinal.
Mes de sensibilización sobre el SII
• Con motivo del mes de sensibilización sobre el síndrome del intestino irritable, el Biocodex Microbiota Institute lanzó «Patient Stories», una serie de testimonios en vídeo pacientes que sufren enfermedades crónicas. Los primeros episodios se produjeron con el apoyo de la Asociación francesa de pacientes con el síndrome del intestino irritable (APSSII).
• La mayoría de los pacientes con SII tienen en común un recorrido por los servicios sanitarios sembrado de obstáculos: falta de diagnóstico, falta de información fiable, fracasos terapéuticos, cambios de dieta inadecuados e incluso nocivos. Por eso, tres gastroenterólogos de fama internacional, con el apoyo del Biocodex Microbiota Institute, prepararon una guía para mejorar el diagnóstico del SII. Esta herramienta práctica, innovadora y fácil de utilizar permite establecer el diagnóstico diferencial (criterios de diagnóstico, subcategorías de SII, lista de signos de alerta, etc.) y mejorar la comunicación con los pacientes.
Mes de sensibilización sobre la endometriosis
• Cada año, en Francia, el Biocodex Microbiota Institute y la Fondation pour la Recheche sur l’Endométriose (Fundación para la Investigación sobre la Endometriosis) llevan a cabo una campaña de sensibilización dirigida al público general y los profesionales sanitarios sobre las posibles relaciones entre la microbiota y la endometriosis.
• Con motivo del mes de sensibilización sobre la endometriosis, el Biocodex Microbiota Institute da la palabra a tres expertos en esta enfermedad. ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se establece el diagnóstico? ¿Qué tratamientos existen? ¿Tiene relación con la microbiota? Encontrará las respuestas a todas sus preguntas en este artículo.
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Biografía de los miembros del equipo del Biocodex Microbiota Institute
Olivier Valcke
Corporate Scientific Communication Director
Olivier es experiodista, tiene 15 años de experiencia en la comunicación en el sector de la salud. Su trabajo consiste en supervisar la línea editorial y las relaciones públicas de Biocodex Microbiota Institute.
Es fan del rugby y de la literatura francesa (¡pues sí, no son incompatibles!), un cuentacuentos nato que consigue expresar en palabras sencillas conceptos científicos complejos.
¿Su misión? Conseguir que la ciencia de la microbiota sea accesible a todos y convertir el Instituto en un «reflejo mediático» en el ámbito de las microbiotas.
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Naouel Ait Meddour
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La especialidad de Naouel es aportar soluciones. Siempre optimista y nunca escasa de ideas, su lema es: «Los fracasos no existen, solo son lecciones por aprender».
Trabajó en diferentes ámbitos profesionales, pasó con entusiasmo del mundo de las finanzas al inmobiliario, antes de encontrar por fin su camino en el campo de la salud. Es la coordinadora del Instituto, hace todo lo posible para que cada proyecto llegue a buen término en el plazo otorgado y trabaja en la estrategia de comunicación en las redes sociales para crear una comunidad sólida en torno a la microbiota.
Para ella, la microbiota es un elemento esencial de una mejor salud.
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Émilie Fargier
Scientific and Medical Communication Manager
Además de una profunda pasión por la ciencia y una experiencia de más de 17 años, Émilie posee un doctorado en microbiología. Su carrera la llevó a pasar de la investigación académica a la investigación industrial en el sector farmacéutico. Aparte de sus actividades científicas, Émilie practica yoga y es una ferviente lectora de ciencia ficción y literatura fantástica.
Cumple la función de exploradora de la ciencia de las microbiotas en el equipo y se responsabiliza de la veracidad científica del contenido publicado por el Biocodex Microbiota Institute. Se la conoce por su curiosidad y su facultad de desmitificar los conceptos científicos más complejos, y su lema, «Descubrir el misterio de los microbios para el bienestar del planeta», refleja su voluntad de mejorar la salud gracias al poder de la microbiota.
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Élodie Mintet
Scientific and Medical Communication Manager
Élodie es la guardiana de la ciencia en el Instituto. Su lema es: «La ciencia debe ser accesible a todos». En sus 10 años de experiencia en investigación académica en el sector de la salud y en valorización científica en la industria, Élodie desarrolló una actitud muy orientada hacia el consumidor. Es entusiasta y curiosa, y transforma la investigación sobre la microbiota en contenidos a la vez atractivos e instructivos para el gran público.
Para ella, la microbiota es una solución global para la salud capaz de cambiar las tornas en materia de tratamientos personalizados.
Clémence Enou
Coordinator of the Global Microbiota Scientific Communication Team
Actualidad por todas partes: si cada semana aporta su lote de nuevas informaciones solo para usted y en todos los idiomas, se debe en parte a Clémence. Su calma inspira confianza y ayuda a gestionar el estrés durante los periodos ajetreados.
Su lema es: «¡Elija un oficio que le guste y no tendrá que trabajar ni un solo día de su vida!». Eso es lo que hizo al encontrar el equilibrio entre sus actividades en el Biocodex Microbiota Institute y su consulta de naturopatía.
Para ella, la microbiota es la clave de todas las respuestas que la ciencia espera. Pero todavía se necesita un poco de paciencia antes de que nos entregue todos sus secretos. ¡Mientras tanto, cuidarla es esencial!
Amina Khribech
Digital Marketing Apprentice
Tras una carrera inicial en ciencias, Amina, ahora estudiante en prácticas de comercio, gestión y marketing, ha vuelto a su primera vocación: el marketing digital.
En el Instituto ha encontrado el equilibrio perfecto entre sus intereses científicos y sus competencias en comunicación digital. En concreto, es responsable de la implementación de contenidos en la página web del Instituto, de la gestión de las actualizaciones de la página y de la gestión del boletín mensual dirigido a los profesionales de la salud y al público en general. Y cuando le queda algo de tiempo, ayuda a crear vídeos para el Instituto.
Su incorporación al Biocodex Microbiota Institute le brinda la oportunidad de contribuir a la promoción de este órgano esencial para la salud.
La microbiota intestinal de las mujeres embarazadas produce vesículas extracelulares capaces de migrar al líquido amniótico. Podrían preparar el intestino del feto para la colonización por los microorganismos de la futura microbiota.
Un equipo de investigadores finlandeses acaba de poner en evidencia por primera vez la presencia, en el líquido amniótico, de vesículas extracelulares procedentes de bacterias de la microbiota intestinal, en mujeres embarazadas sanas. 1
Estas vesículas están constituidas por diversas moléculas bacterianas (proteínas, lípidos, ácidos nucleicos…) que podrían desempeñar un papel fundamental en la maduración del intestino fetal y la inmunidad del niño por nacer.
Este descubrimiento quizás sea la pieza que faltaba para explicar la presencia, observada en varios estudios recientes, de ADN bacteriano en la placenta, el líquido amniótico y el meconio.
Para obtener este resultado, los científicos de la Universidad de Oulu buscaron vesículas extracelulares en el líquido amniótico y las heces de 25 mujeres finlandesas embarazadas que habían dado a luz por cesárea.
Los resultados confirman la presencia de una gran cantidad de vesículas extracelulares de tamaños relativamente variados en todas las muestras fecales y amniótica.
La microbiota materna modula también la expresión de los genes fetales
Los autores de un estudio publicado en 2023 compararon fetos murinos nacidos de ratonas sin microbiota con los procedentes de ratonas normales con microbiota, en especial midiendo las diferencias de expresión de ciertos genes. 2 Resultados: en el feto de ratón axénico (germ-free), los genes implicados en la inmunidad eran menos activos en el intestino, al igual que los implicados en el desarrollo y el funcionamiento del sistema nervioso, en el funcionamiento de la placenta o en el metabolismo energético. Estos efectos sobre la expresión de los genes mostraron una estrecha correlación con la concentración de metabolitos bacterianos en los tejidos fetales y eran más pronunciados en los fetos machos.
El análisis de su contenido (proteínas y ARNr 16S) revela que las vesículas fecales y amnióticas contienen en común un subgrupo de proteínas que tienen las mismas características funcionales y proceden del mismo filo bacteriano (Bacteroidetes, Firmicutes, Proteobacteria y Actinobacteria). Estas similitudes de composición y de origen bacteriano sugieren que las vesículas extracelulares se forman en la microbiota y, por lo tanto, que esta se comunica con el feto a través de ellas.
Inyectando vesículas extracelulares maternas de origen fecal humano en la sangre de ratonas gestantes, los investigadores observaron su presencia en el líquido amniótico, lo cual demuestra que las vesículas son capaces de acumularse en el feto y, por lo tanto, de atravesar la barrera placentaria.
Preparar el intestino fetal para acoger su futura microbiota
Hipótesis de los autores: el feto ingiere las vesículas extracelulares presentes en el líquido amniótico; después estas guían al sistema inmunitario fetal hacia la tolerancia inmunitaria necesaria para una colonización precoz del intestino en el momento del nacimiento. Así pues, las vesículas extracelulares formarían parte del entorno natural del feto, incluso durante un embarazo normal.
Aunque el estudio tiene ciertas limitaciones, abre el camino para nuevas investigaciones, sobre todo el estudio de la contribución de otras fuentes de vesículas extracelulares (como las que proceden de la microbiota oral o vaginal) en la maduración inmunitaria del feto. También deberían permitir estudiar cómo puede afectar esta comunicación a la futura salud del niño.
Se sospechaba que la microbiota intestinal está implicada en la apnea del sueño. Un estudio 1 de aleatorización mendeliana confirma su papel causal y señala a unas bacterias y metabolitos bacterianos.
La apnea obstructiva del sueño, que puede aparecer tanto en la primera infancia como en el paciente de edad avanzada, tiene una etiología compleja (hipertrofia de las amígdalas en el niño, reducción del volumen pulmonar, obesidad…).
Varios estudios también señalan a la microbiota intestinal y sugieren la existencia de disbiosis, pero su papel causal estaba por demostrar. Es justamente lo que pretendía hacer un equipo chino mediante una aleatorización mendeliana, que permite eliminar numerosos factores de confusión y sesgos, y demostrar que la microbiota y sus metabolitos son la causa, y no la consecuencia, de la apnea.
El efecto protector de la familia Ruminococcaceae
En la práctica, los investigadores han realizado el estudio a partir de bases de datos preexistentes; en lo referente a la apnea, los datos genéticos del proyecto finlandés FinnGen 2, que cuenta con 33 423 pacientes con apnea y 307 648 controles; en lo referente a la microbiota, los datos del consorcio MiBioGen 3, que ha reunido y analizado los genotipos y los datos de la microbiota fecal 16S de 18 340 personas.
La aleatorización mendeliana consta de 196 taxones microbianos intestinales, 83 tipos de metabolitos microbianos y el riesgo de apnea. Pone en evidencia que ciertas bacterias aumentarían el riesgo (el género Ruminococcaceae UCG009 y el género Subdoligranulum), mientras que otras (familia Ruminococcaceae, género Coprococcus 2, género Eggerthella y género Eubacterium) lo reducirían.
El efecto protector de la familia bacteriana Ruminococcaceae podría pasar por la capacidad de estas bacterias de producir (sidenote:
Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC)
Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro.
Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25.), que reducen la inflamación, refuerzan la barrera intestinal y limitan la proliferación de bacterias patógenas, pero también por su implicación en el metabolismo de los ácidos biliares, conocidos por su papel en el sueño y la regulación de sus ciclos.
Los metabolitos microbianos incriminados
El estudio señala también el papel de otros metabolitos microbianos: la leucina y la 3-dehidrocarnitina se asocian a un mayor riesgo de apnea, mientras que la gamma-glutamilvalina y la betaína muestran efectos protectores. Ahora bien, estudios precedentes ya han incriminado a algunas de estas moléculas: se han observado concentraciones elevadas de leucina en niños que padecen apnea del sueño; a la inversa, en los pacientes a los que se había prescrito una mascarilla para tratar la apnea, la concentración de leucina estaba en caída libre.
Así pues, los trastornos de la microbiota intestinal y las alteraciones de los metabolitos producidos por las bacterias del tubo digestivo parecen tener, según su perfil, consecuencias beneficiosas o perjudiciales sobre la apnea del sueño. Esta relación causal podría pasar por una respuesta sistémica proinflamatoria.
Estos resultados abren la vía a otros trabajos: estudios en poblaciones no finlandesas; descubrimiento de las interacciones entre microbiota e inmunidad, microbiota e inflamación, y eje intestino-cerebro; estudio de intervención para medir el efecto de la alimentación, de los probióticos o de un trasplante fecal sobre los síntomas de los enfermos
Se sospechaba que la microbiota intestinal está implicada en la apnea del sueño. Un estudio de aleatorización mendeliana destaca su papel potencialmente causal y señala a unas bacterias sospechosas de aumentar las pausas respiratorias y a otras capaces de protegernos de ello.
Detrás del término de apnea del sueño, se oculta una enfermedad caracterizada por pausas respiratorias anormalmente frecuentes durante el sueño. Aunque esta enfermedad es frecuente en el niño y el adulto, no deja de tener un riesgo, a corto plazo (fatiga...) y a largo plazo (trastornos cognitivos, enfermedades cardiovasculares…).
Sus causas son múltiples: hipertrofia de las amígdalas en el niño, obesidad en el adulto… La microbiota intestinal también se menciona, pero su papel causal está por demostrar. Sin embargo, un estudio publicado en 2023 da un paso más en la demostración de este papel causal. ¿Cómo? Mediante una técnica llamada aleatorización mendeliana, que permite eliminar numerosos factores de confusión y sesgos.
El estudio ha detectado sospechosos (bacterias que aumentan el riesgo de apnea), pero también superhéroes que nos protegerían de estas pausas respiratorias nocturnas: por ejemplo, la familia bacteriana Ruminococcaceae favorecería unas noches sin trastornos de la ventilación.
1 billion
people in the world are affected by obstructive sleep apnea?
¿Cómo se explica este poder sobre nuestra salud? Sin duda por la capacidad de estas bacterias de producir unas moléculas beneficiosas, llamadas (sidenote:
Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC)
Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro.
Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25.), beneficiosas para la salud porque reducen la inflamación, refuerzan la barrera intestinal y limitan la proliferación de bacterias patógenas; pero también porque estas bacterias están implicadas en el metabolismo de los ácidos biliares, conocidos por su papel en el sueño y la regulación de sus ciclos.
La apnea del sueño, ¿un trastorno masculino?
La apnea obstructiva del sueño (AOS) y el síndrome de la apnea/hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS) se han considerado durante largo tiempo como afecciones principalmente masculinas. En efecto, la apnea obstructiva del sueño es hasta 4 veces más frecuente en el hombre y 7 veces más frecuente en los sujetos obesos (cuyo índice de masa corporal [IMC] es ≥ 30). 2
Moléculas fabricadas por las bacterias implicadas
El estudio también ha analizado otras moléculas fabricadas por las bacterias del tubo digestivo para identificar las que desempeñan un papel en las pausas respiratorias nocturnas. Bingo: algunas, como la leucina (u otras de nombre complicado, como el sulfato de epiandrosterona) aumentarían efectivamente el riesgo de apnea del sueño. Ahora bien, estas moléculas a menudo se conocen por sus efectos desfavorables; por ejemplo, se observan concentraciones elevadas de leucina en niños que padecen apnea del sueño; a la inversa, en los pacientes a los que se había prescrito una mascarilla para reducir la apnea, la concentración de leucina estaba en caída libre.
Así pues, los trastornos de la microbiota intestinal y las alteraciones de los metabolitos producidos por las bacterias del tubo digestivo parecen tener, según su perfil, consecuencias beneficiosas o perjudiciales sobre la apnea del sueño. Continúa la investigación para que un día sea posible que todos caigamos en los brazos de Morfeo y durmamos como lirones.