Microbiota fúngica: el efecto inesperado de un antibiótico estrella

Parece un hecho admitido que los antibióticos favorecen el crecimiento de los hongos. Sin embargo, un estudio publicado en Microbiome indica que la combinación de amoxicilina y ácido clavulánico disminuye la carga fúngica de la micobiota intestinal. Este efecto sorprendente, que se debe probablemente a un aumento de ciertas especies de Enterobacteriaceae, desvela el delicado equilibrio que existe entre las microbiotas bacteriana y fúngica del intestino.

Durante mucho tiempo, los hongos estuvieron ausentes de los estudios sobre la microbiota intestinal (MI) porque estos se interesaban preferentemente por los microorganismos mayoritarios, a saber, las bacterias. Por ello, se desconocen sus relaciones con las comunidades bacterianas de la MI y el impacto de los antibióticos sobre la micobiota intestinal. Un equipo de investigadores franceses decidió adentrarse en este tema e investigar el efecto de la combinación de amoxicilina y ácido clavulánico (AMC) sobre la MI bacteriana y fúngica de ratones y lactantes.

Reducción imprevista y dependiente de los antibióticos en la carga fúngica intestinal 

Su estudio en ratones convencionales demostró, como era de esperar, que la AMC administrada durante 10 días disminuía la cantidad de bacterias presentes en las heces y el intestino. Sin embargo, el tratamiento también redujo considerablemente la población fúngica global con respecto a los controles, lo cual era mucho más sorprendente. Un «cóctel» de antibióticos de amplio espectro (ampicilina, metronidazol, neomicina, vancomicina [VA]…) produjo el mismo efecto. En cambio, la respuesta al tratamiento de la micobiota de ratones que habían recibido un trasplante de microbiota fecal (TMF) de una persona adulta sana dependió del antibiótico administrado: la carga fúngica disminuyó con AMC, pero aumentó con VA. Paralelamente, los investigadores analizaron 19 muestras de MI de 7 lactantes de 2 a 4 meses tratados con amoxicilina (AMX) por una otitis media; este antibiótico, muy similar a la AMC, también redujo la carga bacteriana y fúngica entre el inicio y el final del tratamiento.

Antibióticos: el doctor Jekyll y el señor Hyde

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La combinación de amoxicilina y ácido clavulánico altera el equilibrio bacteriano y fúngico

Los investigadores observaron una disminución de la diversidad alfa y beta de la población fúngica en las heces de ratones convencionales tratados con AMC, pese a un aumento de Aspergillus, Cladosporium y Valsa con respecto a los ratones no tratados. Si bien la diversidad alfa bacteriana también estaba reducida, un análisis diferencial reveló una remodelación de las familias bacterianas presentes en la MI después del tratamiento, con un aumento de Enterobacteriaceae.

Con la sospecha de una relación entre el aumento de esta familia de bacterias y la reducción de la carga fúngica, los investigadores incubaron con S. cerevisiae 13 aislados bacterianos procedentes de las heces de ratones tratados con AMC: 9 inhibieron el crecimiento de la levadura, todos de la familia Enterobacteriaceae. Estas Enterobacteriaceae, en especial E. hormaechei, también redujeron el crecimiento de Candida albicans. Además, en los ratones que habían recibido un trasplante de microbiota fecal (TMF) humana, la colistina, que ataca a la familia Enterobacteriaceae, produjo un aumento de la carga fúngica intestinal. Después de otras pruebas in vitro e in vivo que les permitieron observar las interacciones entre bacterias y hongos intestinales, los investigadores concluyeron que la familia Enterobacteriaceae era, al menos en parte, responsable de la disbiosis de la micobiota intestinal generada por la AMC. Varios mecanismos podrían estar implicados, en especial una competición entre estas bacterias y los hongos por ciertos nutrientes.

¿El final de un paradigma?

Aunque se haya realizado con ratones y una pequeña cohorte de lactantes, este estudio pone en tela de juicio una idea muy arraigada: no todos los antibióticos favorecen la proliferación de hongos en la MI. La combinación de amoxicilina y ácido clavulánico, un antibiótico ampliamente prescrito, reduce la abundancia total de la población fúngica intestinal y remodela a la vez la composición de la MI entre especies de hongos y bacterias. Este estudio también muestra las estrechas relaciones que mantienen las comunidades bacterianas con los hongos de la microbiota intestinal mediante las alteraciones complejas que pueden producir los antibióticos sobre el equilibrio de sus poblaciones. La confirmación de estos resultados en cohortes más grandes podría conducir a adaptar la práctica médica, en especial en situaciones en las que la micobiota desempeñe un papel importante para la salud del paciente.

¿Qué es la Semana mundial de concienciación sobre la RAM?

Desde 2015, la OMS organiza cada año la Semana mundial de concienciación sobre la RAM (WAAW), cuyo objetivo es sensibilizar al público sobre la resistencia mundial a los antimicrobianos. 

Esta campaña, que tendrá lugar del 18 al 24 de noviembre, alienta al público general, a los profesionales sanitarios y a los responsables a hacer un uso razonable de los antimicrobianos para evitar el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos.

"Excelente" -Asana Assane (De Biocodex Microbiota Institute en X)

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Premenopausia y depresión: ¿hacia una nueva vía de tratamiento?

¿La terapia estrogénica sustitutiva propuesta a las mujeres menopáusicas depresivas sería un enfoque que trata la consecuencia (la disminución de la concentración de estradiol), pero no la verdadera causa? Porque la responsable podría ser una bacteria intestinal.

Premenopause and depression: towards a new management pathway?

No todos somos iguales ante la depresión; las mujeres se ven dos veces más afectadas que los hombres, sin duda a causa de diferencias hormonales. Se ha demostrado en el ratón que la disminución de la concentración de estradiol da lugar a un síndrome depresivo.  El estradiol se excreta por vía biliar en el aparato digestivo y se reabsorbe parcialmente. Ahora bien, trabajos anteriores han demostrado que el paso de las hormonas esteroideas en contacto con la microbiota digestiva podría afectar a su concentración sérica. Para saber más sobre los mecanismos que entran en juego, un equipo chino ha seguido a 91 mujeres en la treintena con depresión y a otras 98 sin depresión.

La microbiota responsable

Los resultados demuestran que, en las mujeres deprimidas, la concentración de estradiol es claramente inferior (54 pg/ml frente a 95 pg/ml). Y su microbiota podría ser la responsable: in vitro, en 2 horas, la microbiota de 5 mujeres deprimidas es capaz de degradar el 77,8 % de los 100 mg/l de estradiol añadidos, frente a solamente el 19,3 % para la microbiota de 5 mujeres sin depresión. Además, un trasplante de esta «microbiota depresiva» a ratones es suficiente para reducir la concentración de estradiol sérico de los roedores y su estado de ánimo.

Dos veces más Las mujeres son unas dos veces más susceptibles que los hombres a padecer depresión.

más de 100 años La idea de una relación entre el estradiol y la depresión en las mujeres se propuso hace más de 100 años.

3 al 4 % de las mujeres experimentan una disminución de la concentración de estradiol que no se debe a la menopausia, la lactancia o el embarazo.

Klebsiella aerogenes en el punto de mira

La responsable de esta degradación sería la bacteria Klebsiella aerogenes. Un experimento de cebado lo confirma: los ratones que habían consumido K. aerogenes muestran concentraciones de estradiol reducidas y síndromes depresivos; la administración de un antibiótico al que la bacteria es sensible basta para suprimir los síntomas. Por lo tanto, todo parece indicar que K. aerogenes degrada el estradiol. Por otra parte, la bacteria puede expresar el gen que codifica la enzima responsable de esta degradación. Y, en las mujeres deprimidas, esta bacteria y esta enzima son más abundantes. Pero K. aerogenes podría no ser la única bacteria intestinal capaz de producir esta enzima. Otras bacterias, como Bacteroides thetaiotaomicron y Clostridia, también podrían estar implicadas.

Centrarse en las bacterias

Estos primeros resultados podrían abrir nuevas vías de tratamiento para reducir la depresión en las mujeres: la terapia estrogénica sustitutiva. Según los autores, las bacterias que degradan el estradiol en el intestino, e incluso las enzimas expresadas por estas bacterias, podrían constituir dianas mucho mejores.

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Depresión en la mujer: ¿por culpa de una bacteria?

¿Y si la depresión de la mujer en edad de procrear y en la premenopausia se debiera a una o varias bacterias? Esta es la tesis de unos investigadores, que han identificado microorganismos de la microbiota intestinal capaces de degradar el estradiol y, con esta hormona, nuestra moral y salud.

La microbiota intestinal

La naturaleza funciona de una manera que las mujeres, sin trastornos hormonales específicos, desde la pubertad hasta la menopausia, están sometidas a un vaivén hormonal mensual. 
Con los consiguientes altibajos en el estado de ánimo. Entre las hormonas incriminadas, está el estradiol, que aumenta durante la primera mitad del ciclo y después disminuye. Esto explica una libido a tope durante la ovulación (cuando esta hormona está en lo más alto) y una moral a toda prueba durante el embarazo (concentración récord), pero también los bajones experimentados en la segunda parte del ciclo. Pero hay más. En las mujeres con depresión y en la premenopausia, la concentración sanguínea de estradiol sería prácticamente dos veces más baja que en las mujeres de la misma edad sin ideas negras. Y los minuciosos trabajos de un equipo chino parecen designar una responsable de estos trastornos: la bacteria intestinal Klebsiella aerogenes.

Cuando la microbiota inactiva nuestras hormonas

En efecto, conviene saber que, cuando se goza de buena salud, el estradiol es una hormona que se segrega en el aparato digestivo a través de la bilis y después se reabsorbe. Solo que, durante este viaje intestinal, la hormona entra en contacto con la microbiota local. Algunas bacterias, sobre todo K. aerogenes, serían capaces de producir una molécula llamada 3b-hidroxiesteroide deshidrogenasa (3b-HSD), una enzima que tiene el efecto de cortar químicamente el estradiol e inactivarlo.

Por otra parte, las 91 mujeres en la treintena deprimidas en la premenopausia que aceptaron participar en el experimento poseen en la microbiota intestinal una cantidad más importante de esta bacteria y de esta enzima, en comparación con las 98 mujeres de la misma edad pero sin depresión. Si se mezcla  (sidenote: In vitro Se dice de un experimento realizado en una probeta de laboratorio, fuera de un organismo vivo. ) su microbiota intestinal con estradiol, este degrada las ¾ partes en solo dos horas…, mientras que una microbiota de mujeres no deprimidas destruye cuatro veces menos. Por último, un trasplante de la microbiota de mujeres deprimidas en la premenopausia, o simplemente de la bacteria K. aerogenes, a ratones basta para producir una depresión a los roedores.

Dos veces más Las mujeres son unas dos veces más susceptibles que los hombres a padecer depresión.

más de 100 años La idea de una relación entre el estradiol y la depresión en las mujeres se propuso hace más de 100 años.

3 al 4 % de las mujeres experimentan una disminución de la concentración de estradiol que no se debe a la menopausia, la lactancia o el embarazo.

Tratar el mal de raíz

Estos trabajos, que desvelan la implicación de la microbiota en la depresión de la mujer en la premenopausia y los mecanismos que entran en juego, podría poner en duda el control de las mujeres deprimidas y su salud. En el momento actual, se les propone un tratamiento hormonal «sustitutivo», que representa una suplementación de estrógenos. Pero la causa de estos trastornos de salud, es decir, las bacterias presentes en la microbiota intestinal y responsables de la degradación de esta hormona, no se modifican. De ahí el riesgo de recaída al suspender el tratamiento. Para los autores, hay que tratar el mal de raíz: centrarse directamente en las bacterias que degradan el estradiol en el intestino e incluso en las enzimas producidas por estas bacterias.

La microbiota intestinal

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Cuanto más prolongada la actividad física, mejor para la microbiota

No sirve de nada hacer ejercicio físico intenso para tener una microbiota sana. Lo que cuenta es moverse al menos 2 horas y media a la semana… ¡y evitar los michelines! Es lo que acaba de demostrar un nuevo estudio.1

La microbiota intestinal Obesidad Diabetes de tipo 2

Ya se sabía que los grandes deportistas tienen una microbiota diferente de los sedentarios y que la actividad física intensa modifica considerablemente la microbiota intestinal. 

Pero ¿cuál es el efecto sobre la salud de una actividad física moderada? ¿Y este efecto es el mismo tanto en las personas delgadas como en las que tienen sobrepeso?

Varios cientos de voluntarios reclutados

Para responder a estas preguntas, un equipo de investigadores canadienses y de institutos europeos reclutaron a 350 hombres y mujeres de 38 a 65 años, que distribuyeron en dos grupos: el primero formado por voluntarios de peso normal ( (sidenote: Indice de Masa Corporal (IMC) El Indice de Masa Corporal (IMC) evalúa la constitución de una persona al estimar la masa grasa corporal calculada por una relación entre el peso (kg) y la altura (m). https://www.nhlbi.nih.gov/health/educational/lose_wt/BMI/bmicalc.htm https://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/nutrition/a-healthy-lifestyle/body-mass-index-bmi ) entre 18,5 y 25) y el segundo solo por personas con sobrepeso (IMC entre 25 y 30, por lo tanto, no obesos).

Los científicos les preguntaron qué tipo de actividad física practicaban habitualmente: más bien ligera (caminar, fregar los platos o cocinar…), moderada (marcha rápida, mantenimiento del jardín, ciclismo, bádminton…) o intensa (trabajos pesados, carrera, culturismo, baloncesto, fútbol…).

También anotaron el número de horas que cada participante dedicaba a estas actividades (menos de 2 horas y media, entre 2 horas y media y 8 horas, o más de 8 horas).

Por último, los investigadores recogieron las heces de todos los participantes para analizar su microbiota intestinal.

Actividad física: ¿cuáles son las recomendaciones de la OMS?

Ya no hace falta demostrarlo: la actividad física es imprescindible tanto para la salud física como mental, y el sedentarismo es una causa importante de enfermedad crónica y obesidad. 
Según la Organización Mundial de la Salud, la actividad física se define como «cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere un consumo de energía», tanto si este movimiento se efectúa en el marco del trabajo como del ocio o de un viaje.
Pero ¿cuánto tiempo debe dedicarle un adulto para obtener beneficios? Según la OMS, al menos 2 horas y media a 5 horas a la semana para una actividad «de intensidad moderada» o 1 hora y cuarto a 2 horas y media para una actividad «de intensidad elevada». Es posible combinar los dos tipos de actividad.Otra recomendación: limitar el tiempo pasado inmóvil o, si es imposible, ir más allá de las recomendaciones… ¡para compensar los efectos negativos del sedentarismo! 2

Beneficios para la salud en todos los participantes, pero más completos en las personas delgadas

Los resultados demuestran primero que la mejora de la diversidad y riqueza de la microbiota depende más del número de horas dedicadas a la actividad física que de su intensidad. Tanto si se tienen unos kilos que perder como si no, basta con practicar al menos 2 horas y media de actividad física a la semana para obtener un beneficio intestinal.

Es una buena noticia para las personas con sobrepeso, porque la diversidad y la riqueza se asocian a un menor riesgo de enfermedades crónicas (diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares…), así como a una mejor resiliencia de la microbiota.

Por el contrario, solo en los voluntarios de peso normal (IMC < 25) se observaron cambios en la composición bacteriana. De hecho, en estos sujetos, cuanto mayor era el tiempo dedicado a la actividad física, más rica era la microbiota en:

  • Actinobacteria, un grupo de bacterias conocidas por sus múltiples beneficios para la salud cardiometabólica tales como la disminución del colesterol, la producción de acetato —  (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. )   –, la digestión de hidratos de carbono complejos como el almidón resistente, etc.;
  • Collinsella, bacterias del grupo Actinobacteria que protegen de la permeabilidad intestinal y producen butirato, otro AGCC con propiedades antiinflamatorias.

El efecto depende también del sexo biológico

Otra observación: no solo en las personas delgadas, sino también en las mujeres con sobrepeso, cuanto mayor era la fuerza de prensión (fuerza en la mano), más Faecalibacterium prausnitzii, contenía su microbiota, una bacteria conocida por sus propiedades antiinflamatorias y su efecto contra la (sidenote: Disbiosis La disbiosis no es un fenómeno homogéneo ya que varía en función del estado de salud de cada individuo. Se define generalmente como una alteración de la composición y funcionamiento de la microbiota, provocada por un conjunto de factores ambientales y relacionados con el individuo, que alteran el ecosistema microbiano. Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232. ) .

Por lo tanto, el IMC y el sexo biológico desempeñan un papel en los efectos de la actividad física sobre la microbiota. ¡Un nuevo e importante paso adelante en la comprensión del funcionamiento del eje músculo-intestino!

La microbiota intestinal

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"Es fascinante. En efecto, la actividad física puede tener un efecto positivo en la microbiota intestinal. Se trata de alimentar un ecosistema microbiano diverso en el intestino, que puede contribuir a mejorar la digestión y la salud en general. Recuerda que lo más importante es encontrar una actividad que te guste, ya que la constancia es la clave para cosechar los frutos." -Aware Health Rewards App (De My health, my microbiota)

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Anorexia mental: el desequilibrio intestinal fomenta los trastornos

Según un estudio danés, la microbiota intestinal de las mujeres que padecen anorexia mental está profundamente desequilibrada. Este desequilibrio podría repercutir en el eje intestino-cerebro y el metabolismo, y participar en el desarrollo y el mantenimiento de los trastornos asociados con la enfermedad, como la pérdida de apetito y de peso.

La microbiota intestinal

La anorexia mental es un trastorno del comportamiento alimentario que afecta al 1% de la población, y el 95% son mujeres. Se caracteriza por distorsiones de la imagen corporal y obsesiones referentes a la pérdida de peso que conducen a una restricción voluntaria drástica de los aportes alimenticios.

Resultado: adelgazamiento y complicaciones de salud que, a veces, pueden conducir al fallecimiento. No se comprenden bien las causas de la anorexia mental y su tratamiento es complicado ya que solo conduce a la remisión en menos de la mitad de los casos. Varios estudios anteriores a pequeña escala revelaron un desequilibrio de la microbiota intestinal (disbiosis) asociado al trastorno. ¿Esta disbiosis podría favorecer el desarrollo de la enfermedad?

Profunda alteración de la microbiota intestinal en las mujeres anoréxicas

Un equipo de investigadores analizó muestras de heces y de sangre de 77 mujeres con anorexia mental y 70 mujeres sanas de la misma edad. De esta manera, pudieron comparar la composición de la microbiota intestinal, así como los (sidenote: Metabolitos Moléculas pequeñas producidas durante el metabolismo celular o bacteriano. Por ejemplo, los ácidos grasos de cadena corta son metabolitos producidos por la microbiota intestinal durante la fermentación de azúcares complejos no digeribles (fibras…). Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25.  Lamichhane S, Sen P, Dickens AM, et al An overview of metabolomics data analysis: current tools and future perspectives. Comprehensive analytical chemistry. 2018 ; 82: 387-413 ) en la sangre, y de hecho observaron diferencias. Por ejemplo, la microbiota intestinal de las mujeres con anorexia mental contenía menos bacterias Roseburia, consideradas beneficiosas para la salud. Además, cuanto más abundante era la especie bacteriana Clostridium, más intensos eran los síntomas de anorexia mental, lo cual indica que estas especies están implicadas en la regulación del comportamiento alimentario.

1% La anorexia mental es un trastorno del comportamiento alimentario que afecta al 1% de la población

95% y el 95% son mujeres

La microbiota intestinal contribuye a los trastornos del comportamiento alimentario

Después, los investigadores trasplantaron muestras fecales de mujeres con anorexia mental a ratones (sidenote: Ratones axénicos Ratones sin gérmenes, criados en medio estéril. )  (germ-free). Al cabo de 3 semanas de reducción del 30% de los aportes alimenticios (para simular el comportamiento alimentario de pacientes anoréxicas), los ratones que habían recibido las muestras fecales de las mujeres con anorexia perdieron más peso y necesitaron más tiempo para recuperar un peso normal que los ratones de comparación. Un análisis funcional de las bacterias presentes en las heces de los ratones confirmó el papel de la microbiota intestinal en el control del comportamiento alimentario.

Los resultados de este estudio indican que la disbiosis intestinal, así como el desequilibrio de los metabolitos sanguíneos en las mujeres que padecen anorexia mental, podrían contribuir al desarrollo de la enfermedad. Estos compuestos actúan a través de la circulación sanguínea mediante la red de neuronas del eje intestino-cerebro y afectan a la regulación del apetito, las emociones y el comportamiento.

La microbiota intestinal

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Recomendado por nuestra comunidad

"¡Nunca había oído hablar de la microbiota intestinal, esto es interesante!" Rose Liv (De My health, my microbiota)

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Microgravedad, microbiota y densidad ósea

La pérdida de densidad ósea constituye un efecto secundario bien conocido de la microgravedad en los astronautas. La microbiota podría contrarrestar este efecto, según un reciente estudio realizado en ratones y publicado en la revista Cell reports.

Unos ratones astronautas, aunque menos mediáticos que la perra Laika, participan en un amplio programa de investigación de la NASA cuyo objetivo es evaluar el efecto de la microgravedad sobre la homeostasis ósea.

En la línea de mira, la búsqueda de medios para atenuar las consecuencias de los viajes espaciales prolongados. De hecho, los vuelos espaciales provocan una alteración de la formación ósea y un aumento de la reabsorción ósea.

Recientemente, varios estudios demostraron que existe una relación entre ciertos cambios en la microbiota intestinal y enfermedades óseas como la osteoporosis, a través de efectos mediados por los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) sobre el sistema inmunitario, la regulación endocrina, las carencias de vitaminas y nutrientes, y el metabolismo energético. Para tratar de comprender mejor los mecanismos implicados en la salud ósea, la misión Rodent Research 5 evaluó la influencia de la microgravedad sobre la microbiota intestinal y oral de 20 ratones hembra que estuvieron 4,5 semanas (10 roedores) o 9 semanas (10 roedores) en la Estación Espacial Internacional (IIS), lo que equivale a una estancia de varios años para Pedro Duque, dado que la esperanza de vida del ser humano es de 30 a 40 veces más larga que la de estos pequeños roedores.

En el mundo, la osteoporosis es la causa de más de 8,9 millones de fracturas al año, es decir, una fractura osteoporótica cada 3 segundos.

Efecto de un viaje espacial prolongado

Después de 4,5 semanas en el espacio, la microbiota de los roedores se mantuvo globalmente comparable, en términos de diversidad, a la de los 20 roedores de comparación que se quedaron en la Tierra en las mismas condiciones (aparte de la microgravedad). En cambio, tras una estancia prolongada en la IIS (9 semanas), la diversidad de la microbiota intestinal aumentó, se incrementó la cantidad relativa de Firmicutes y disminuyó la de Bacteroidetes. Concretamente, una estancia prolongada en el espacio condujo a un aumento de la abundancia de Lactobacillus murinus (del filo Firmicutes) y Dorea sp., en comparación con una estancia de 4,5 semanas. 
Además, en los roedores que pasaron 9 semanas en el espacio (en comparación con los que se quedaron en la Tierra). Además, se observó una estimulación de ciertas vías metabólicas asociadas a la producción no solo de ácido láctico, ácido málico y ácido butírico, sino también de glutatión y aminoácidos como la leucina y la isoleucina.

1 de cada3 mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica

1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica

Relaciones con la densidad ósea

Estos metabolitos están relacionados con la densidad mineral ósea de los roedores. Por ejemplo, el glutatión favorece la supervivencia de precursores de los osteoblastos y, por lo tanto, la regeneración ósea, mientras que durante la condrogénesis se observa la importación activa de leucina e isoleucina –dos aminoácidos de cadena ramificada– en los osteoblastos. 
De ahí a deducir que, en una situación de microgravedad, la microbiota y el organismo de los ratones intentan compensar la pérdida ósea no hay más que un paso, que los investigadores no quieren dar todavía, en espera de los resultados de estudios sobre el mecanismo de acción que confirmen realmente estas hipótesis. Las repercusiones podrían ser importantes, en particular, la identificación de potenciales tratamientos como bacterias probióticas que participen en el mantenimiento de la salud ósea y que ayuden no solo a los astronautas a mantenerse más sanos en el espacio sino también a simples terrícolas que padecen osteopenia u osteoporosis.

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Noticias Gastroenterología Medicina general

Anorexia mental: ¿la disbiosis intestinal contribuye a los trastornos alimenticios?

Un estudio publicado en la revista Nature Microbiology revela que la microbiota intestinal y el metaboloma sérico de las mujeres que padecen anorexia mental presentan alteraciones que podrían contribuir a la enfermedad. Este estudio incluye trabajos realizados con modelos murinos que explican algunos mecanismos de las interrelaciones entre la restricción alimentaria y la disbiosis intestinal.

La anorexia mental (AM) afecta al 1% de la población, y el 95% son mujeres. El tratamiento de este trastorno grave, que se asocia con una morbimortalidad elevada, solo permite conseguir la remisión en menos de la mitad de los casos. Las causas de la AM son desconocidas, pero implican factores genéticos y ambientales. La microbiota intestinal y sus metabolitos, al influir en la regulación del apetito, el comportamiento y las emociones a través del «eje intestino-cerebro», podrían desempeñar un papel en la enfermedad. Varios estudios a pequeña escala ya han permitido observar una disbiosis intestinal en las pacientes afectadas.

Profunda alteración de la microbiota intestinal en las mujeres que padecen anorexia

Un equipo de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) comparó la secuenciación genómica de las muestras fecales (shotgun) y el perfil del metaboloma sérico de 77 mujeres con AM, con los de 70 mujeres sanas de la misma edad. Los investigadores observaron que la composición de la microbiota intestinal de las mujeres con AM difería de la de las mujeres sanas: en especial, detectaron una disminución de las especies Roseburia intestinalis y R. inulinivorans, dos bacterias implicadas en la digestión de los polisacáridos vegetales y beneficiosas para la salud.

Además, observaron una correlación positiva entre las especies de Clostridium y los trastornos del comportamiento alimentario y la salud mental, lo cual tiende a indicar que estas bacterias están implicadas en la regulación del comportamiento alimentario y los síntomas neuropsiquiátricos. Por último, la microbiota intestinal de estas pacientes mostraba una mayor diversificación viral y una mayor riqueza, sobre todo en fagos de Lactococcus
El metaboloma sérico de las pacientes con AM también presentaba diferencias significativas respecto al de las mujeres sanas. Los investigadores observaron un aumento de varios ácidos biliares, como el ácido indol-3-propiónico, un metabolito asociado a la secreción del péptido 1 similar al glucagón, que estimula la saciedad y retrasa el vaciado gástrico. Los análisis de inferencia causal realizados por el equipo sugieren que los metabolitos bacterianos actúan como mediadores de ciertos efectos de la disbiosis intestinal sobre los trastornos alimentarios.

Reducción del aumento de peso y alteración del metabolismo energético en ratones

En una segunda etapa, los investigadores trasplantaron a ratones  (sidenote: Ratones axénicos Ratones sin gérmenes, criados en medio estéril. ) emice que seguían una dieta hipocalórica, muestras fecales, o bien de mujeres con AM, o bien de mujeres sanas (controles). Después de 3 semanas de reducción del 30% de los aportes alimentarios (para simular el comportamiento alimentario de pacientes anoréxicas), los ratones que habían recibido las muestras fecales de mujeres anoréxicas sufrieron una pérdida de peso inicial más importante y una recuperación del peso más lenta que los controles. Por otra parte, se observó una sobreexpresión de los genes que suprimen el apetito en el hipotálamo y una sobreexpresión de los genes relacionados con la termogénesis en el tejido adiposo de los ratones a los que se habían trasplantado las heces de pacientes anoréxicas.

Los resultados de este estudio sugieren que la disbiosis intestinal y la alteración de los metabolitos séricos de las mujeres con AM podrían contribuir al desarrollo y el mantenimiento de la enfermedad. Estos compuestos podrían actuar a través de la circulación sanguínea o la señalización neuronal del eje intestino-cerebro que afecta a la regulación del apetito, las emociones y el comportamiento.

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Noticias Medicina general Psiquiatría

Osteoporosis: ¿reducir las fracturas con bacterias?

Después de un viaje espacial de 9 semanas, la microbiota intestinal de los ratones se adapta para atenuar la osteoporosis precoz causada por la microgravedad –un fenómeno de pérdida ósea observado en los astronautas–, según un estudio publicado en la revista Cell Report 1.

La microbiota intestinal

Radiaciones cósmicas, alteración del sueño, pérdida de densidad ósea: un viaje al espacio no es un día de campo. Si en el futuro queremos despertarnos frescos como una rosa cuando lleguemos a Marte, tenemos que comprender los efectos del espacio sobre el organismo para conseguir atenuarlos. Esta es precisamente la misión del programa Rodent Research 5 de la NASA, que estudia la evolución de la estructura ósea de roedores enviados unas semanas a la Estación Espacial Internacional (ISS). Y los primeros resultados son sorprendentes: la microbiota digestiva parece adaptarse a la microgravedad, con modificaciones capaces de limitar la pérdida ósea.

El hueso, un tejido en constante renovación

¿Creía que el hueso, una vez alcanzado su tamaño máximo, ya no sufría más modificaciones? ¡Pues no es así! El hueso se remodela constantemente, incluso en la edad adulta. En este fenómeno intervienen dos tipos de células: los osteoclastos, que eliminan el hueso viejo, y los osteoblastos, que forman el hueso nuevo. Cuando se tiene una buena salud, sus actividades respectivas están equilibradas y el hueso se regenera constantemente. Sin embargo, con la menopausia, la falta de estrógenos favorece la acción de los osteoclastos y frena la de los osteoblastos: el hueso se reabsorbe más y su arquitectura se debilita. Es la osteoporosis 2.

El espacio influye en la microbiota

Los ratones que pasaron 9 semanas de su corta vida en la ISS (es decir, un periodo equivalente a varios años para un astronauta) regresaron a la Tierra con una microbiota más diversificada y cambios en su composición. Ciertas especies bacterianas se volvieron más abundantes, sobre todo Lactobacillus murinus y Dorea sp., y parecen capaces de fabricar moléculas conocidas por favorecer la regeneración ósea.

1 de cada 3 mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica

1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica

De hecho, los huesos no son un tejido «muerto» una vez finalizado el crecimiento y alcanzada la edad adulta. Muy al contrario, el tejido óseo se remodela de forma permanente a través de un proceso equilibrado y continuo de destrucción y reconstrucción. Sin embargo, este equilibrio puede romperse en caso de enfermedad (osteoporosis, por ejemplo) o de viaje al espacio, ya que la gravedad cero altera dicho proceso. Ahora bien, las bacterias Lactobacillus murinus y Dorea sp. parecen activarse cuando su huésped (el ratón) está en situación de gravedad cero en el espacio y producen moléculas que favorecen la regeneración ósea. Por otra parte, se encuentra mayor cantidad de estos compuestos en la sangre de los roedores.

Implicaciones para los astronautas… y la osteoporosis

En otras palabras, es como si la microbiota intestinal ayudara al organismo de los ratones a compensar la pérdida ósea debida a la microgravedad del espacio. No obstante, por atractiva que sea, esta hipótesis requiere confirmación antes de que se pueda conclusiones sobre la microbiota y la salud ósea. Hay que tener en cuenta que las repercusiones sobre el tratamiento podrían ser importantes ya que la identificación de potenciales bacterias probióticas implicadas en el mantenimiento de la densidad ósea no solo permitiría ayudar a los astronautas a cuidar de su salud en el espacio, sino también a numerosos pacientes terrícolas que sufren enfermedades óseas como la (sidenote: Osteoporosis Osteoporosis is a "skeletal disorder characterized by compromised bone strength predisposing a person to an increased risk of fracture". NIH Consensus Development Panel on Osteoporosis Prevention, Diagnosis, and Therapy, March 7-29, 2000: highlights of the conference. South Med J. 2001 Jun;94(6):569-73. ) .

En el mundo, la osteoporosis es la causa de más de 8,9 millones de fracturas al año, es decir, una fractura osteoporótica cada 3 segundos 3.

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Noticias

La microbiota intestinal de los centenarios es rica en enseñanzas

Pérdida de diversidad, menor presencia de bacterias beneficiosas, aumento de los patógenos potenciales… Con el paso del tiempo, la microbiota intestinal se va deteriorando, excepto la de los centenarios, según un estudio en el que participaron más de 1500 chinos. 1

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Menos diversidad, menos microorganismos beneficiosos y más patógenos oportunistas: se sabe que la microbiota intestinal evoluciona con el paso de los años. Entonces, ¿cómo consiguen los centenarios tener una vida más larga y escapar a todo tipo de enfermedades crónicas e infecciones? Para estudiar la relación entre la microbiota intestinal y la longevidad, un equipo de científicos de un instituto de investigación chino comparó la microbiota intestinal de 1575 personas de 20 a 117 años que vivían en la misma provincia de Guangxi, en China: 314 adultos jóvenes (20-44 años), 277 adultos (45-65 años), 386 adultos mayores (66-85 años), 301 nonagenarios (90-99 años) y 297 centenarios (100 a 117 años). Los resultados de este nuevo estudio sobre el envejecimiento de la microbiota se publicaron en la revista Nature Aging.

Una microbiota de 20 años a los 100 años

Según los resultados del estudio, la diversidad de las especies de la microbiota intestinal disminuye con el paso de los años hasta alcanzar un mínimo en los ancianos de 66 a 85 años. Pero de manera sorprendente, vuelve a aumentar en los nonagenarios y los centenarios; de hecho, estos últimos son los que tienen las microbiotas más ricas, junto con los individuos más jóvenes. Sin embargo, los investigadores consideran que la longevidad podría guardar relación no tanto con la diversidad de las especies sino más bien con la homogeneidad de las abundancias relativas de las diferentes especies.
Los centenarios muestran, además, otros signos de juventud y buena salud de la microbiota: por una parte, una mayor presencia de Bacteroidetes potencialmente beneficiosos en comparación con los adultos mayores y los nonagenarios y, por otra parte, una presencia reducida de bacterias potencialmente patógenas, sobre todo inflamatorias.

Prevalencia

El mundo contaba con 593 000 centenarios en 2021 :

  • de ellos 132 000 en Japón (0,11% de su población),
  • 90 000 en Estados Unidos (0,03%),
  • 29 000 en Tailandia (0,04%),
  • 27 000 en Francia (0,04%),
  • 20 000 en Alemania (0,02%),
  • 18 000 en Italia (0,03%)
  • y 14 000 en España (0,03%).

Em 1950, havia no mundo 14.000 centenários :

  • em 1960, 20.000 ;
  • em 1970, 27.000 ;
  • em 1980, 49.000 ;
  • em 1990, 102.000 ;
  • em 2000, 169.000 ;
  • e em 2010, 308.000 2

Singularidad reforzada después de los 100 años

Estos primeros resultados sugieren que un perfil específico podría caracterizar la microbiota intestinal de las personas mayores de 100 años. Por lo tanto, los investigadores también llevaron a cabo un estudio longitudinal de las alteraciones microbianas intestinales en 45 de los 297 centenarios, en los que se recogió una segunda muestra de heces 1,5 años más tarde, en promedio. Entre los resultados de este estudio cabe destacar que la microbiota intestinal de los centenarios presenta un aumento en la uniformidad de las abundancias relativas de las especies presentes, además de una disminución de la variación interindividual y una estabilización de la población de Bacteroidetes. Por otra parte, la uniformidad de las abundancias al inicio del estudio muestra una correlación con la estabilidad de la microbiota intestinal de los centenarios durante este periodo de 1,5 años, lo cual indica que este equilibrio entre especies podría proteger la microbiota intestinal de las alteraciones y del envejecimiento.

Según los investigadores, los centenarios se distinguen por perfiles de microbiotas específicos, caracterizados por un equilibrio entre especies que no solo es elevado para su edad, sino que está en constante aumento, y por una abundancia estable de Bacteroidetes. A pesar del paso de los años, su microbiota intestinal conserva una gran similitud con la de los adultos jóvenes.

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Noticias Gastroenterología

¡Cien años y una microbiota de jovencito!

Una microbiota intestinal sin una arruga cuyo equilibrio resiste al paso del tiempo: ¿y si este fuera el secreto de la longevidad de los centenarios y explicara su capacidad para desafiar los años y las enfermedades? 1

La microbiota intestinal
Photo: 100 ans et un microbiote de jeune premier !

Envejecer está en la cabeza, dicen algunos. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores chinos parece indicar que el secreto para una vida larga y sana se oculta más bien en los intestinos de los centenarios. Concretamente, en su microbiota intestinal, esos miles de millones de microorganismos (bacterias, virus y hongos, incluidas las levaduras y los parásitos) que viven bien calentitos en nuestro aparato digestivo.

Nada que envidiar a la microbiota de las personas de 20 a 44 años

Hay que resignarse: la diversidad de la microbiota se deteriora con el tiempo a lo largo de la edad adulta. Cuanto más pasan los años, menos rica es nuestra microbiota…, excepto en las personas centenarias, cuya microbiota intestinal luce una insolente riqueza para su edad, incluso mayor que la de los adultos de 44 a 65 años o la de los ancianos de 66 a 85 años. Así pues, aunque los (sidenote: Centenaire Se llama centenario(a) a una persona que ha alcanzado la edad de 100 años o más. ) (sidenote: Supercentenaire Se llama supercentenario(a) a una persona que ha alcanzado la edad de 110 años o más. )  tienen el contador en más de 100 primaveras, ¡conservan una microbiota de adulto joven!

Otra particularidad de la microbiota de los centenarios es una fuerte presencia de ciertas bacterias llamadas (sidenote: Bacteroïdetes Bacteroidetes es uno de los cuatro grandes grupos bacterianos (filos) de la microbiota intestinal, junto con Actinobacteria, Firmicutes y Proteobacteria. En el grupo Bacteroidetes, cabe mencionar el género Bacteroides, uno de los más representados en la microbiota intestinal. Zafar H, Saier MH Jr. Gut Bacteroides species in health and disease. Gut Microbes. 2021 Jan-Dec;13(1):1-20. ) , en comparación con los ancianos de 66 a 85 años y los nonagenarios. No obstante, estas bacterias beneficiosas en general son características de los menores de 40 años y después tienden a disminuir en provecho de otras bacterias, no siempre muy buenas para la salud. En cambio, las microbiotas de los centenarios son relativamente pobres en bacterias potencialmente patógenas y responsables de infecciones. Más bacterias beneficiosas y menos bacterias dañinas: ¿la poción mágica de los centenarios para mantenerse alejados de las enfermedades? Quizá. En cualquier caso, se trata de características específicas que parecen estar relacionadas con su extraordinaria longevidad y su envejecimiento con buena salud.

Prevalencia

El mundo contaba con 593 000 centenarios en 2021 :

  • de ellos 132 000 en Japón (0,11% de su población),
  • 90 000 en Estados Unidos (0,03%),
  • 29 000 en Tailandia (0,04%),
  • 27 000 en Francia (0,04%),
  • 20 000 en Alemania (0,02%),
  • 18 000 en Italia (0,03%)
  •  y 14 000 en España (0,03%).

Mientras que, en 2000, había alrededor de 170 000 personas de 100 años o más, este número debería superar los 20 millones en 2100. 2,3

La longevidad, ¡una cuestión de equilibrio!

La última singularidad identificada por los investigadores es que, en los centenarios, la microbiota intestinal está muy bien equilibrada en términos de distribución de las especies, de modo que no predomina ninguna especie en detrimento de las demás. En lugar de disminuir con el tiempo, esta relativa uniformidad de las abundancias de las diferentes bacterias presentes, ya de por sí increíble en personas que han soplado más de 100 velas, parece reforzarse con el paso del tiempo. Incluso podría garantizar la estabilidad de la microbiota intestinal de los centenarios y el mantenimiento de su riqueza en Bacteroidetes. ¿Hay que ver en ello la clave de una vida larga y sana?

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