La dispepsia funcional

La dispepsia funcional es un trastorno digestivo tan frecuente como extraño su nombre. Dolor o ardor de estómago, sensación de estómago demasiado lleno, malestar, náuseas… son sus síntomas característicos. Aunque la dispepsia funcional no compromete el pronóstico vital, altera la calidad de vida a través de un mecanismo en el que la microbiota intestinal parece estar implicada. Para aliviar los síntomas, se puede adaptar la alimentación. Otra pista: modular la microbiota intestinal con probióticos.

La microbiota intestinal

¿Qué es la dispepsia funcional?

Síntomas y prevalencia

Este nombre no le suena familiar al público general. Sin embargo, la dispepsia funcional (DF) es un trastorno gastrointestinal muy frecuente que, a la fecha, todavía no se entiende muy bien y está infradiagnosticado. La DF genera por sí sola del 3 al 5% de las consultas al médico en América del Norte !

El término “dispepsia” procede del griego dys (malo) y pepsis (digestión).

Los síntomas de la DF son muy variados y se asocian siempre a la sensación de digerir mal 2:

  • saciedad precoz cuando falta mucho para terminar la comida, 
     
  • sensación de haber comido demasiado (estómago que parece pesado y distendido), a pesar de una comida perfectamente razonable
  • dolor o ardor en la parte alta del estómago
  • falta de apetito
  • eructos o hipo
  • náuseas e incluso vómitos

¡Advertencia!

Para que se pueda establecer el diagnóstico de DF, los síntomas deben ser duraderos: al menos 6 meses de duración con al menos 3 meses consecutivos.

Cabe distinguir 2 tipos de dispepsia funcional:

 

  • el síndrome de distrés posprandial, caracterizado por una sensación de estómago distendido (plenitud posprandial) después de la comida o de saciedad precoz incluso antes de terminar de comer
  • el síndrome de dolor epigástrico, con síntomas que carecen de relación directa con la comida (ardor de estómago, etc.)

¿Lo sabía? 

La dispepsia se llama “funcional” porque no se acompaña de ninguna anomalía estructural de los órganos y tejidos digestivos. Los síntomas experimentados no pueden explicarse por la presencia de una lesión gástrica (ausencia de úlcera), ni por ninguna otra anomalía orgánica o estructural, y todos los exámenes realizados (gastroenteroscopia, ecografía, tomografía computarizada…) producen resultados negativos.

¿A cuántas personas afecta esta enfermedad? ¿Cuáles son las personas de alto riesgo?

Según los estudios, se estima que la DF afecta a entre el 10 y el 30% de los adultos y entre el 3 y el 27% de los niños en el mundo 2. Las mujeres, los fumadores y las personas que toman antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, ketoprofeno) están expuestos a un mayor riesgo 3.

7% de los adultos están afectados por dispepsia funcional ⁴

del 3 al 27% de los niños en el mundo están afectados por dispepsia funcional ⁴

Las consecuencias para los pacientes no son ni mucho menos despreciables: dos de cada tres personas afectadas por la DF padecen síntomas persistentes e irregulares que pueden mermar su calidad de vida y su bienestar 1.

¿Cuáles son los factores asociados a la dispepsia funcional?

Estilo de vida, alimentación...

La alimentación

Se reconoce cada vez más que la alimentación desempeña un papel en el desencadenamiento de los síntomas de dispepsia funcional. ¿Los culpables? Ante todo, los alimentos grasos. Pero no son los únicos. Otros alimentos, como los que contienen glúcidos, la leche y los productos lácteos, los cítricos, los alimentos muy condimentados, el café y el alcoholtambién están implicados 5. Sin embargo, hay un problema: los resultados son poco coherentes.

¿Qué alimentos se asocian a qué síntomas?

  • Sensación de plenitud excesiva después de la comida: carne roja, plátano, pan, trigo, tartas, pasta, salchichas, alimentos fritos, alubias, mayonesa, leche, chocolate, huevos, caramelos, naranja y otros cítricos
  • Eructos: bebidas con gas, cebolla, alubias, leche y plátano
  • Ardor en la parte alta del estómago: café, queso, cebolla, pimienta, leche, chocolate, piña 5

La mente también podría intervenir en la ecuación, ya que el recuerdo de una mala experiencia puede conducir a los pacientes a anticipar síntomas y a sentirlos en exceso en caso de reexposición. La experiencia demuestra que basta con distraer a un paciente con una tarea cognitiva para que olvide los síntomas; a la inversa, mentir sobre el porcentaje de grasa de un yogur (anunciando un porcentaje superior a la realidad) aumenta las náuseas que siente el paciente.

FODMAP y dispepsia

Los FODMAP (Fermentable Oligo, Di-, Mono-mers and Polyols) son glúcidos que el ser humano no es capaz de digerir. Por lo tanto, son fermentados por las bacterias intestinales (sobre todo por las bifidobacterias) y producen gas (y, por lo tanto, hinchazón). Se han descrito otros efectos potenciales, como el aumento del volumen de agua del contenido digestivo y una producción excesiva de  (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. )  (propionato, butirato y acetato). Según ensayos clínicos recientes, los FODMAP podrían estar implicados en la patogenia de la dispepsia 6.

El estrés y la ansiedad

Los pacientes con DF a menudo están estresados y ansiosos: un estudio a gran escala demostró que la ansiedad estaba claramente relacionada con la enfermedad, en concreto con el distrés posprandial; otro estudio en el que participaron 18 000 japoneses mostró que los pacientes con síntomas de DF se sienten más estresados en la vida cotidiana, señalan con mayor frecuencia que no duermen lo suficiente y se quejan más de dificultades para conciliar el sueño 5.

La falta de actividad física

Los pacientes con DF suelen tener menos actividad física. Y es una lástima porque parece ser que el deporte puede reducir los síntomas y mejorar el tránsito y la evacuación de los gases en las personas que padecen hinchazón 5.

Microbiota y deporte: microorganismos competitivos

Learn more

El tabaco

Un estudio realizado con 2560 sujetos suecos reveló que los fumadores están más expuestos al síndrome de distrés posprandial: fumar 10 a 19 cigarrillos al día aumenta un 42% el riesgo, mientras que si se fuma más de una cajetilla al día. este riesgo aumenta a más del doble 7.

 

La obesidad

La obesidad se asocia a numerosos síntomas gastrointestinales, incluida la DF. Se han formulado varias hipótesis: por ejemplo, en las personas obesas, los receptores orales e intestinales encargados de alertar al organismo de la presencia de grasas podrían estar alterados, lo que amplificaría los efectos gastrointestinales en estos pacientes y los haría más sensibles a las grasas alimentarias 5.

Por otra parte, algunos especialistas hablan de una relación recíproca entre la DF y el (sidenote: Síndrome metabólico El síndrome metabólico, también llamado síndrome X, se caracteriza por la combinación de varios trastornos metabólicos en un mismo sujeto, entre ellos un perímetro de cintura elevado (debido a un exceso de tejido adiposo abdominal), hipertensión, glucemia en ayunas anormal o resistencia a la insulina y dislipidemia.  ) , de modo que uno favorecería al otro y viceversa, generando un círculo vicioso 1.

 

La bacteria Helicobacter pylori

Desde la década de 1980 se sabe que el estómago, a pesar de su alto grado de acidez, no es estéril sino que alberga una comunidad de microorganismos que incluye la bacteria H. pylori. La infección por H. pylori parece causar la aparición y la progresión de la DF: los pacientes que tienen antecedentes de infección por H. pylori presentan un riesgo más elevado de desarrollar DF 2.

¿Cuál es el papel de la microbiota?

Disbiosis, papel de los metabolitos microbianos...

Disbiosis generalizada a todo lo largo del aparato digestivo

El tubo digestivo alberga cerca de 100 000 millones de microorganismos, que pertenecen a más de 1000 especies: la microbiota gastrointestinal.

Proteobacterias, Firmicutes, actinobacterias y Bacteroidetes dominan ampliamente esta comunidad ya que representan más del 98% de la microbiota intestinal, con un predominio de Firmicutes, seguidos de actinobacterias y Bacteroidetes 2. Esto al menos en las personas sanas. En cambio, no existe este equilibrio en las personas que padecen ciertas enfermedades como la DF: se observa una disbiosis en todo el aparato digestivo, desde la boca hasta el ano 2.

Por ejemplo, en estudios realizados en pacientes con DF se hicieron las siguientes observaciones:

  • mayor abundancia de Firmicutes, estreptococos (asociados a síntomas en la parte alta del estómago), Bifidobacterium y Clostridium
  • menor abundancia de Prevotella (asociada a más síntomas de malestar después de comer)

¿Ha oído hablar alguna vez de “disbiosis”?

Más información!

Papel de los metabolitos microbianos

El papel de la microbiota en la DF no se limita ni mucho menos a las bacterias presentes. De hecho, cada una de estas bacterias segrega diversas moléculas activas, beneficiosas o nocivas, estrechamente relacionadas con la salud del huésped y con la aparición y progresión de numerosas enfermedades 2,3. Por ejemplo: 

Troubles-fonctionnels-intestinaux-image-1

¿Cuáles con los mecanismos implicados?

La inmunidad, el eje intestino-cerebro...

Los investigadores, que por el momento solo tienen conocimientos parciales, consideran que los mecanismos que conducen a la DF probablemente son multifactoriales y variables de un paciente a otro 8. Varios mecanismos están implicados en la DF:

 

Alteración de la barrera intestinal

Normalmente, los alimentos que transitan por el aparato digestivo permanecen aislados del organismo por una barrera: la mucosa intestinal. Esta barrera es semipermeable ya que permite la absorción de nutrientes pero impide el paso a sustancias nocivas y patógenos diversos y variados que se ingieren al mismo tiempo que la comida 2

En los pacientes con DF, la integridad de esta mucosa está alterada, de manera que no desempeña a la perfección su función de filtro.

 

Alteración de la inmunidad intestinal

En los pacientes con DF, se observa aparentemente una sobreactivación de la respuesta inmunitaria: el 40% de los pacientes presentan infiltrados de células inflamatorias en el duodeno y se observa a menudo una proliferación de bacterias (en especial bacterias orales)  9 en el intestino delgado, lo que podría activar esta​​​​​​​ respuesta inmunitaria.Por otra parte, algunos investigadores piensan que conviene centrarse en la microbiota del​​​​​​​ (sidenote: Intestino delgado Pparte del aparato digestivo situada entre el estómago y el intestino grueso (o colon), esencial para la digestión y la absorción de nutrientes. Tiene una longitud de 6,5 a 7 m, siendo la porción más larga del tubo digestivo, y comprende el duodeno, el yeyuno y, por último, el íleon. ) para comprender mejor la patogenia de la DF​​​​​​​ 9.

¿La causa está en una proliferación de bacterias intestinales?

La proliferación de bacterias en el intestino delgado (o SIBO, acrónimo de small intestinal bacterial overgrowth) podría desempeñar un papel en la patogenia de la DF; esta proliferación parece más frecuente en los pacientes con DF que en los pacientes que no presentan estos síntomas 10,11. Entre los pacientes con DF, los que recibieron IBP (inhibidores de la bomba de protones, medicamentos utilizados para reducir la secreción de ácido gástrico) parecen estar expuestos a un mayor riesgo de SIBO 12. Al reducir la acidez del estómago, los IBP merman esta barrera química que supuestamente destruye, gracias al ácido clorhídrico segregado por las paredes del estómago, numerosos microorganismos patógenos. Esto podría explicar la presencia de un exceso de bacterias en el intestino delgado, situado justo después del estómago.

No obstante, las pruebas de una relación entre la DF y el SIBO siguen siendo escasas; debido a las dificultades para tomar muestras de la microbiota duodenal, los estudios se basan, en general, en la detección de gases contenidos en el aire espirado por los pacientes. Esta prueba es fácil de realizar y no es invasiva, pero adolece de una innegable falta de fiabilidad 11.

Desregulación del eje intestino-cerebro

Existen interacciones complejas entre la microbiota intestinal, el aparato digestivo y el sistema nervioso central. Este eje microbiota-intestino-cerebro explica que el estrés pueda producir dolor de barriga o que las modificaciones de la microbiota intestinal puedan alterar la motilidad intestinal e «informar» al cerebro, que a su vez puede regular el intestino. Ahora bien, la DF está estrechamente relacionada con trastornos de la motilidad gastrointestinal (puesto que esta depende del control cerebral) y con la hipersensibilidad gastrointestinal, que a su vez están vinculados con la microbiota gastrointestinal 2. De ahí a pensar que todo está relacionado no hay más que un paso…

El eje intestino-cerebro: ¿Cuál es el papel de la microbiota?

Más información!

Respuesta anormal a la ingesta de alimentos

La presencia de nutrientes en la luz del tubo digestivo genera señales que adaptan la digestión: por ejemplo, una comida rica en grasas se queda más tiempo en el estómago, provocando un retraso del vaciado gástrico. En los pacientes con DF, la ingesta de alimentos podría asociarse a señales exageradas procedentes del tracto gastrointestinal. Esto produciría una serie de síntomas sin relación con la realidad: sensación de saciedad cuando la comida acaba de empezar, hipersensibilidad a la distensión gástrica, etc. 5

¿Cuáles son los tratamientos y las perspectivas terapéuticas de la dispepsia funcional?

Alimentación, probióticos...

Alimentación

Dado que se sospecha que la alimentación participa en la DF, su adaptación podría, lógicamente, mejorar los síntomas. Sin embargo, faltan estudios que demuestren los efectos de dietas específicas. Aun así, los expertos consideran que una gran parte de los pacientes deberían beneficiarse de una dieta menos rica en grasas y de una alimentación fraccionada (comidas más pequeñas y más frecuentes). De hecho, en la práctica es lo que ya sucede: los pacientes con DF tienen un aporte de grasas alimentarias ligeramente reducido y tienden a tomar comidas más pequeñas con mayor frecuencia 5.

Otros pacientes podrían beneficiarse de eliminar de su dieta los alimentos condimentados o ácidos (tomate, cítricos, etc.) o los alimentos ricos en fibras o FODMAP, que producen hinchazón. Sin embargo, estos cambios deben introducirse con prudencia para no desequilibrar la dieta 2.

La alimentación

Más información!

Inhibidores de la bomba de protones

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son medicamentos utilizados para reducir la secreción de ácido gástrico. Los médicos los prescriben para el tratamiento del reflujo gastroesofágico y la úlcera gastroduodenal.

A corto plazo, los inhibidores de la bomba de protones (IBP) pueden mejorar los síntomas de la DF, pero su uso prolongado parece asociarse a un aumento de estreptococos y, por lo tanto, a una disbiosis perjudicial 13.

 

Antibióticos para erradicar H. pylori

Según el American College of Gastroenterology y la Asociación Canadiense de Gastroenterología, los pacientes con DF menores de 60 años deberían someterse primero a una prueba de detección de H. pylori. Si dan positivo, se les debe proponer antibiótico para erradicar la bacteria.

Sin embargo, esta estrategia tiene limitaciones; solo 1 de cada 10 pacientes experimenta una mejoría de los síntomas, mientras que estos empeoran en los demás sujetos 14.

Antibióticos: ¿qué impacto en la microbiota y en nuestra salud?

Más información!

Probióticos

Dado que la disbiosis gastrointestinal está estrechamente relacionada con la aparición y la progresión de la DF, resulta lógico considerar la regulación de la microbiota gastrointestinal como un tratamiento potencial 2. El papel de los probióticos podría ser multifactorial 15 :

  • restauración de la microbiota comensal eliminada por los patógenos
  • restauración de la permeabilidad de la barrera intestinal
  • reducción de la hipersensibilidad visceral
  • efectos antiinflamatorios locales y sistémicos
  • regulación de la motilidad intestinal

Todos estos efectos beneficiosos podrían atenuar los síntomas de DF 15.

Una gran cantidad de ensayos clínicos parecen confirmar «en la práctica» que los probióticos son capaces de mejorar los síntomas de los pacientes 2,15 .

Sin embargo, los resultados publicados en los últimos 15 años no bastan para llegar a una conclusión porque los estudios tienen defectos: la definición de la enfermedad ha cambiado; los estudios confunden a menudo DF (prolongada) e infección por H. pylori (de corta duración); los probióticos utilizados varían ampliamente de un estudio a otro; las declaraciones de los síntomas experimentados por los pacientes son poco fiables debido a la ausencia de evaluación clínica objetiva 15. Es necesario llevar a cabo estudios complementarios.

Terapias alternativas

Ciertas terapias alternativas se reconocen como tratamientos seguros y eficaces para la DF:

  • la terapia cognitiva comportamental, a menudo utilizada en caso de estrés y ansiedad, ayuda al paciente a identificar los pensamientos o comportamientos que producen o exacerban la expresión de síntomas
  • la hipnoterapia, durante la cual el paciente, en estado de hipnosis, es más receptivo a las sugerencias terapéuticas
  • También se está estudiando el potencial de la realidad virtual 14.

La microbiota intestinal

Más información!
Bibliografia

1. Volarić M, Šojat D, Majnarić LT et al. The Association between Functional Dyspepsia and Metabolic Syndrome-The State of the Art. Int J Environ Res Public Health. 2024 Feb 18;21(2):237.

2. Zhou L, Zeng Y, Zhang H et al. The Role of Gastrointestinal Microbiota in Functional Dyspepsia: A Review. Front Physiol. 2022 Jun 8;13:910568.

3. Farcas RA, Grad S, Grad C et al. Microbiota and Digestive Metabolites Alterations in Functional Dyspepsia. J Gastrointestin Liver Dis. 2024 Mar 29;33(1):102-106.

4. Black CJ, Paine PA, Agrawal A et al. British Society of Gastroenterology guidelines on the management of functional dyspepsia. Gut. 2022 Sep;71(9):1697-1723.

5. Feinle-Bisset C, Azpiroz F. Dietary and lifestyle factors in functional dyspepsia. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2013 Mar;10(3):150-7. 

6. Rettura F, Lambiase C, Grosso A et al. Role of Low-FODMAP diet in functional dyspepsia: "Why", "When", and "to Whom". Best Pract Res Clin Gastroenterol. 2023 Feb-Mar;62-63:101831.

7. Talley NJ, Powell N, Walker MM et al. Role of smoking in functional dyspepsia and irritable bowel syndrome: three random population-based studies. Aliment Pharmacol Ther. 2021 Jul;54(1):32-42.

8. Brown G, Hoedt EC, Keely S et al. Role of the duodenal microbiota in functional dyspepsia. Neurogastroenterol Motil. 2022 Nov;34(11):e14372. 

9. Zhong L, Shanahan ER, Raj A et al. Dyspepsia and the microbiome: time to focus on the small intestine. Gut. 2017 Jun;66(6):1168-1169. 

10. Tziatzios G, Gkolfakis P, Papanikolaou IS et al. High Prevalence of Small Intestinal Bacterial Overgrowth among Functional Dyspepsia Patients. Dig Dis. 2021;39(4):382-390. 

11. Gurusamy SR, Shah A, Talley NJ et al. Small Intestinal Bacterial Overgrowth in Functional Dyspepsia: A Systematic Review and Meta-Analysis. Am J Gastroenterol. 2021 May 1;116(5):935-942.

12. Costa MB, Azeredo IL Jr, Marciano RD et al. Evaluation of small intestine bacterial overgrowth in patients with functional dyspepsia through H2 breath test. Arq Gastroenterol. 2012 Dec;49(4):279-83.

13. Wauters L, Tito RY, Ceulemans M et al. Duodenal Dysbiosis and Relation to the Efficacy of Proton Pump Inhibitors in Functional Dyspepsia. Int J Mol Sci. 2021 Dec 19;22(24):13609. 

14. Lacy BE, Chase RC, Cangemi DJ. The treatment of functional dyspepsia: present and future. Expert Rev Gastroenterol Hepatol. 2023 Jan;17(1):9-20.

15. Tziatzios G, Gkolfakis P, Leite G et al. Probiotics in Functional Dyspepsia. Microorganisms. 2023 Jan 31;11(2):351. 

Summary
Off
Sidebar
Off
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Enfermedad

¿En qué se diferencian los prebióticos, los probióticos y los posbióticos?

Prebióticos, probióticos, posbióticos… La verdad es que, detrás de estos confusos términos, se esconde un emocionante universo relacionado con nuestra salud. Estos «bióticos» trabajan discretamente entre bambalinas para cuidar nuestra valiosa microbiota intestinal. Prepárese para descubrir las funciones de cada uno y sus diferencias fundamentales. En este artículo, tiraremos del hilo de esta red microscópica para que pueda domar a estos insospechados aliados del bienestar. Exploremos este fascinante ecosistema que vive en cada uno de nosotros.

La microbiota intestinal Preguntas sobre la microbiota Prebióticos: lo esencial para comprender

Introducción

Estamos a punto de sumergirnos en el fascinante mundo de los «bióticos». Puede que se esté preguntando qué diablos son. Todo comenzó en la antigua Grecia con la palabra bíos, que significaba «vida». A partir de esa raíz, se han creado términos como probióticos, prebióticos, posbióticos o simbióticos. No se trata solo de complicados nombres científicos; son como las diferentes partes que componen un animado vecindario, en el que cada una desempeña su propio papel para que todo funcione bien.

Imagine que acaba de mudarse a un bloque de pisos y que un amable vecino le ofrece enseñarle en barrio, señalando a todas las personas y los lugares clave que hacen que la comunidad funcione. En ello estamos: dándonos una vuelta por el barrio de «bióticos» de nuestro cuerpo.

Probióticos: los ayudantes del organismo

En nuestra ciudad de salud, los probióticos son como unos amigos beneficiosos que nos visitan: microorganismos vivos que se mudan a nuestro cuerpo y contribuyen a nuestro bienestar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos (ISAPP, por sus siglas en inglés) definen los probióticos como «microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del anfitrión» 1

Para simplificar, se trata de microorganismos beneficiosos, como bacterias o levaduras, que sustentan nuestro bienestar general. Los probióticos contribuyen a nuestra salud de varias formas, a saber:

  • favoreciendo un microbioma equilibrado 2
  • inhibiendo la proliferación de microorganismos patógenos dentro del cuerpo humano 3
  • mejorando las funciones de barrera y metabólica de los órganos objetivo 4, 5, 6
  • proporcionando apoyo a la función inmunitaria 7
  • y modulando diversas vías de señalización y metabólicas 8

Un error muy extendido es que todos los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir o la kombucha, son inherentemente probióticos. Aunque la fermentación puede introducir bacterias beneficiosas, no todos los productos fermentados contienen cepas probióticas vivas que cumplan los criterios establecidos por las autoridades sanitarias. 10 No obstante, algunos alimentos fermentados se fermentan con microorganismos que han demostrado ser probióticos o se suplementan con una cantidad suficiente de probióticos para ofrecer beneficios para la salud.

Es indispensable leer atentamente el etiquetado y contar con fuentes fiables para asegurarnos de que consumimos productos con cultivos de probióticos validados científica y clínicamente. Además, hay quien da por hecho que los probióticos son una solución universal, pero la realidad es que distintas cepas pueden tener diferentes efectos en cada persona y su estado de salud. 1, 11 Es fundamental consultar a los profesionales sanitarios y cumplir con las guías clínicas para optimizar los beneficios de los probióticos según nuestras necesidades y circunstancias particulares.

Imagen

Si quiere obtener más información sobre los probióticos, puede consultar esta sección que les hemos dedicado

Los probióticos

Explorar este tema
Diet

Prebióticos: alimento para «los buenos» y mucho más

Los prebióticos se definen como «un sustrato que utilizan selectivamente los microorganismos del anfitrión y aportan un beneficio para la salud» 12, 13 Al contrario que los probióticos, los prebióticos no son microorganismos vivos, sino más bien un tipo de combustible para las bacterias beneficiosas que viven en nuestro microbioma. Si lo simplificamos al máximo, podemos describir los prebióticos como «alimento para los probióticos»

Aunque es cierto que los prebióticos promueven la proliferación de los probióticos, sus efectos beneficiosos provienen de la actividad de la microbiota que ya está en el intestino, , la cual metaboliza estos compuestos que, indirectamente, confieren ventajas fisiológicas al anfitrión, es decir, a nosotros. Además, no toda la fibra vegetal son prebióticos, ni todos los prebióticos son fibra. 14 Esta distinción a veces se pasa por alto, lo que lleva a equivocaciones sobre sus definiciones y funciones.

Imagine a los prebióticos como los restaurantes favoritos de sus bacterias beneficiosas. Alimentos como los plátanos, la cebolla y el ajo son ricos en sustancias como la inulina y los galactooligosacáridos (GOS), que actúan como prebióticos.  Cuando las bacterias beneficiosas se alimentan de estos, pueden aumentar la producción de moléculas, es decir, metabolitos, como los ácidos grasos de cadena corta (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) acetato, propionato y butirato que, a su vez, pueden mejorar nuestra salud. 15

Además de promover la salud del intestino, los prebióticos se han relacionado con la recuperación del equilibrio de la microbiota para defendernos mejor contra los microorganismos patógenos, 16 controlar el peso17 absorber mejor los minerales, 18 etc. Sus beneficios no se quedan solo en el intestino. 19

También les hemos dedicado una sección a los prebióticos y sus beneficios para la salud:

Prebióticos: lo esencial para comprender

Explorar este tema

Posbióticos: regalos que nos dejan los microorganismos

Una vez que los probióticos han finalizado su visita a la ciudad, se van y dejan unos regalos que conocemos como posbióticos. Son como los productos y servicios que proporcionan los negocios de una ciudad a partir de las materias primas. Entre los posbióticos se encuentran sustancias beneficiosas como vitaminas y (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) . Son las recompensas que recibe nuestro organismo del arduo trabajo de los probióticos.

Esta definición se ha revisado en múltiples ocasiones, y la comunidad científica finalmente se ha puesto de acuerdo en que «los posbióticos son una preparación de microorganismos inanimados o sus componentes que aportan un beneficio para la salud del anfitrión» . Esto significa que los posbióticos nos son solo los desechos «reutilizados» de los probióticos (o sus productos finales), sino que también son los propios probióticos «muertos» y fragmentos de estos. 20

Al igual que los probióticos, se ha demostrado que los posbióticos refuerzan la función de barrera, reducen la inflamación y presentan actividad antimicrobiana contra microorganismos patógenos, por lo que favorecen la salud general. 21 Sus propiedades beneficiosas van más allá del intestino, ya que son buenas para la salud vaginal y de la piel, y podrían servir como tratamiento para afecciones de estas partes del cuerpo. 22, 23

Puede que también haya escuchado otros nombres como parabióticos, paraprobióticos o proteobióticos, ya que algunos investigadores han intentado definir con más precisión el elemento o la parte del cuerpo del componente posbiótico, es decir, las células muertas, los componentes de las células y los metabolitos producidos por esas células microbianas.

  • Por un lado, los parabióticos y los paraprobióticos son sinónimos que se utilizan para describir las células microbianas inactivadas, ya sea intactas o rotas; algo así como los «fantasmas» de esos microorganismos beneficiosos que todavía pueden echar una mano. 24
  • Por el otro, los proteobióticos son metabolitos naturales producidos por los probióticos durante la fermentación. 25, 26

No obstante, no hay consenso sobre estas posibles definiciones, y todas se engloban en la definición de posbiótico de la ISAPP. 20

The psychobiotic diet: modulating gut microbiota to reduce stress

Simbióticos, trabajo en equipo y el caso de los psicobióticos

Los simbióticos son como proyectos comunitarios que reúnen a todo el mundo en pos de un objetivo común. 27 Combinan probióticos y prebióticos en un solo producto, y garantiza así que las bacterias buenas no solo tengan un lugar en el que vivir, sino también abundantes cantidades de su comida favorita desde el principio. Esta combinación, que se encuentra en algunos yogures y suplementos alimenticios, está diseñada para trabajar conjuntamente y proporcionar un beneficio aún mayor para la salud.

Por otro lado, los psicobióticos son una categoría totalmente nueva de probióticos y prebióticos que, de hecho, puede ser beneficiosa para nuestra salud mental cuando se consume adecuadamente. 28 Actúa en lo que se conoce como el eje intestino-cerebro. En resumen, el intestino y el cerebro están conectados físicamente y en constante comunicación. Los microorganismos que viven en nuestro intestino envían señales al cerebro que afectan al estado de ánimo, a la capacidad cognitiva e incluso al comportamiento.

Los investigadores están entusiasmados con el potencial de los psicobióticos. En estudios iniciales , se ha observado que pueden ayudar a evitar o mejorar enfermedades neurodegenerativas, como, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson. Algunas pruebas incluso indican que los psicobióticos podrían desempeñar un papel terapéutico en el tratamiento de trastornos psiquiátricos como la depresiónla ansiedad. 29

Puede encontrar más información sobre la interacción entre el intestino y el cerebro aquí:

El eje intestino-cerebro: ¿Cuál es el papel de la microbiota?

Más información!

¿Y los antibióticos?

Por último, es fundamental diferenciar los antibióticos del resto de «bióticos». Aunque los antibióticos son medicamentos indispensables para tratar infecciones bacterianas y salvar vidas, su uso indiscriminado o excesivo puede alterar gravemente el delicado equilibrio del microbioma, lo que puede tener importantes e imprevistas consecuencias. 30, 31 Estos potentes fármacos no discriminan entre bacterias dañinas y beneficiosas; esto significa que pueden diezmar las poblaciones microbianas vitales que favorecen la salud y refuerzan el sistema inmunitario.

Resistencia a los antibióticos

Además, el consumo excesivo de antibióticos contribuye al alarmante aumento de bacterias antibiorresistentes, lo que supone una grave amenaza para la salud mundial. 30 Por lo tanto, es imperativo utilizar los antibióticos con prudencia, solo cuando sea absolutamente necesario y siguiendo las indicaciones de los profesionales sanitarios.

Mantener un microbioma sano y diverso mediante probióticos, prebióticos y otros «bióticos» puede ayudar a contrarrestar parte de los daños colaterales causados por los antibióticos y a sustentar el bienestar general.

Aquí encontrará una sección específica sobre los efectos de los antibióticos en la microbiota y en su salud:

Antibióticos: ¿qué impacto en la microbiota y en nuestra salud?

Explorar este tema
¿Qué es la Semana mundial de concienciación sobre la RAM?

Cada año, desde 2015, la OMS organiza la Semana mundial de concienciación sobre la RAM (WAAW por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es fomentar la sensibilización sobre la resistencia global antimicrobiana. 

La resistencia antimicrobiana se produce cuando las bacterias, los virus, los parásitos y los hongos cambian con el tiempo y dejan de responder a los medicamentos. Debido a la resistencia a los fármacos, los antibióticos y otros medicamentos dejan de ser efectivos y las infecciones son cada vez más difíciles o incluso imposibles de tratar, lo que aumenta el riesgo de propagación de las enfermedades, de sufrir dolencias graves y de muerte.

Esta campaña, que se desarrolla del 18 al 24 de noviembre, anima al público en general, a los profesionales de la salud y a los responsables políticos a usar los antibióticos, los antivirales, los antifúngicos y los antiparasitarios con cuidado, para prevenir la aparición de nuevas resistencias antimicrobianas. 

Bibliografia

1. Hill, C., Guarner, F., Reid, G. et al. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use of the term probiotic. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 11, 506–514 (2014). 

2. Hori, T.; Matsuda, K.; Oishi, K. Probiotics: A Dietary Factor to Modulate the Gut Microbiome, Host Immune System, and Gut–Brain Interaction. Microorganisms 2020, 8, 1401.

3. Maftei N-M, Raileanu CR, Balta AA, et al. The Potential Impact of Probiotics on Human Health: An Update on Their Health-Promoting Properties. Microorganisms. 2024; 12(2):234.

4. Latif A, Shehzad A, Niazi S, et al. Probiotics: mechanism of action, health benefits and their application in food industries. Front Microbiol. 2023;14:1216674.

5. Bermudez-Brito M, Plaza-Díaz J, Muñoz-Quezada S, et al. Probiotic mechanisms of action. Ann Nutr Metab. 2012;61(2):160-174.

6. Maftei N-M, Raileanu CR, Balta AA, et al. The Potential Impact of Probiotics on Human Health: An Update on Their Health-Promoting Properties. Microorganisms. 2024; 12(2):234.

7. Liu Y, Wang J, Wu C. Modulation of Gut Microbiota and Immune System by Probiotics, Pre-biotics, and Post-biotics. Front Nutr. 2022;8:634897.

8. Plaza-Diaz J, Ruiz-Ojeda FJ, Gil-Campos M, Gil A. Mechanisms of Action of Probiotics. Adv Nutr. 2019;10(suppl_1):S49-S66.

9. Marco ML, Sanders ME, Gänzle M, et al. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on fermented foods. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2021;18(3):196-208

10. https://isappscience.org/do-fermented-foods-contain-probiotics/

11. McFarland LV, Evans CT, Goldstein EJC. “Strain-Specificity and Disease-Specificity of Probiotic Efficacy: A Systematic Review and Meta-Analysis”. Front Med (Lausanne). 2018;5:124.

12. Gibson GR, Hutkins R, Sanders ME, et al. Expert consensus document: The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on the definition and scope of prebiotics. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2017;14(8):491-502.

13. Bedu-Ferrari C, Biscarrat P, Langella P, Cherbuy C. Prebiotics and the Human Gut Microbiota: From Breakdown Mechanisms to the Impact on Metabolic Health. Nutrients. 2022;14(10):2096.  

14. https://isappscience.org/wp-content/uploads/2019/04/Prebiotics_Infographic_rev1029.pdf

15. Nissen L, Valerii MC, Spisni E, Casciano F, Gianotti A. Multiunit In Vitro Colon Model for the Evaluation of Prebiotic Potential of a Fiber Plus D-Limonene Food Supplement. Foods. 2021;10(10):2371.

16. Jenkins G, Mason P (2022) The Role of Prebiotics and Probiotics in Human Health: A Systematic Review with a Focus on Gut and Immune Health. Food Nutr J 7: 245.

17. Bertuccioli A, Cardinali M, Biagi M, et al. Nutraceuticals and Herbal Food Supplements for Weight Loss: Is There a Prebiotic Role in the Mechanism of Action?. Microorganisms. 2021;9(12):2427.  

18. Bryk G, Coronel MZ, Pellegrini G, et al. Effect of a combination GOS/FOS® prebiotic mixture and interaction with calcium intake on mineral absorption and bone parameters in growing rats. Eur J Nutr. 2015;54(6):913-923.  

19. Markowiak P, Śliżewska K. Effects of Probiotics, Prebiotics, and Synbiotics on Human Health. Nutrients. 2017;9(9):1021. 

20. Salminen S, Collado MC, Endo A, et al. The International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on the definition and scope of postbiotics Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2021;18(9):649-667. 

21. Scott E, De Paepe K, Van de Wiele T. Postbiotics and Their Health Modulatory Biomolecules. Biomolecules. 2022;12(11):1640.  

22. Heo YM, Lee DG, Mun S, et al. Skin benefits of postbiotics derived from Micrococcus luteus derived from human skin: an untapped potential for dermatological health. Genes Genomics. 2024;46(1):13-25.  

23. Shen X, Xu L, Zhang Z, et al. Postbiotic gel relieves clinical symptoms of bacterial vaginitis by regulating the vaginal microbiota. Front Cell Infect Microbiol. 2023;13:1114364. 

24. Hosseini SH, Farhangfar A, Moradi M, et al. Beyond probiotics: Exploring the potential of postbiotics and parabiotics in veterinary medicine. Res Vet Sci. 2024;167:105133.

25. Nataraj BH, Ali SA, Behare PV, et al. Postbiotics-parabiotics: the new horizons in microbial biotherapy and functional foods. Microb Cell Fact. 2020;19(1):168.  

26. Cuevas-González PF, Liceaga AM, Aguilar-Toalá JE. Postbiotics and paraprobiotics: From concepts to applications. Food Res Int. 2020;136:109502.

27. Swanson, K.S., Gibson, G.R., Hutkins, R. et al. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on the definition and scope of synbiotics. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 17, 687–701 (2020). 

28. Dinan TG, Stanton C, Cryan JF. Psychobiotics: a novel class of psychotropic. Biol Psychiatry. 2013;74(10):720-726.

29. Long-Smith C, O'Riordan KJ, Clarke G, et al. Microbiota-Gut-Brain Axis: New Therapeutic Opportunities. Annu Rev Pharmacol Toxicol. 2020;60:477-502. 

30. WHO Antimicrobial Resistance; Oct 2020; https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/antimicrobial-resistance 

31. Ramirez J, Guarner F, Bustos Fernandez L, et al. Antibiotics as Major Disruptors of Gut Microbiota. Front Cell Infect Microbiol. 2020 Nov 2

Summary
Off
Sidebar
Off
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias

Principales enseñanzas sobre la diarrea

Elevada morbilidad de las diarreas infecciosas
  • La diarrea mata a cerca de 1,5 millones de personas cada año.55 Es la tercera causa de mortalidad en niños menores de 5 años.1

  • La mayoría de los casos de diarrea aguda se deben a patógenos infecciosos, es decir, virus, bacterias y parásitos. El rotavirus y Escherichia coli son los dos agentes etiológicos más frecuentes de la diarrea moderada a severa en los países de bajos ingresos.1

Compleja interacción entre los agentes infecciosos y la microbiota
  • Sea cual sea el agente etiológico de la diarrea infecciosa, el resultado depende de complejas interacciones entre el patógeno y la microbiota intestinal.

  • La composición de la microbiota intestinal puede determinar el resultado de una infección causada por un patógeno diarreico y ser un factor protector o facilitador. A su vez, la diarrea infecciosa puede afectar gravemente a la diversidad y composición de la microbiota intestinal, y la restauración de una «microbiota sana» puede necesitar varias semanas tras la resolución de la diarrea.14

Proporción importante de casos evitables
  • Una proporción significativa de las enfermedades diarreicas podría evitarse gracias al acceso al agua potable y a medidas de higiene adecuadas.1

  • La vacunación contra el rotavirus constituye otra estrategia profiláctica importante que, según las recomendaciones de la OMS, debe considerarse prioritaria e incluirse en todos los programas nacionales de inmunización.56

Seguimiento y tratamiento de los pacientes
  • La mayoría de las diarreas infecciosas son autolimitadas en sujetos inmunocompetentes. No obstante, algunos pacientes (con deshidratación severa, enfermedad grave, fiebre persistente, heces sanguinolentas, inmunodepresión...) requieren exámenes diagnósticos específicos.11

  • La complicación más importante de la diarrea infecciosa es la deshidratación, que puede requerir rehidratación oral o intravenosa, en función del grado de deshidratación.1

Las estrategias dirigidas a la microbiota intestinal son esenciales para la prevención y el tratamiento de la diarrea

Tanto la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (ESPGHAN) como la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) consideran que los profesionales sanitarios pueden recomendar algunas cepas probióticas:

  • para la prevención de la diarrea asociada a antibióticos;
  • para el tratamiento de la diarrea aguda (viral) en niños, ya que pueden reducir la duración de la diarrea.
Vías de investigación prometedoras basadas en la microbiota
  • Las investigaciones futuras deberán ampliar los conocimientos sobre la microbiota en el contexto de la diarrea infecciosa con el fin de mejorar su prevención y tratamiento.
  • La optimización del perfil de la microbiota para determinar los resultados de las infecciones5 y mejorar la eficacia de la vacuna contra el rotavirus29 constituye una vía de investigación prometedora.
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Detalle del dosier

La diarrea parasitaria: ¿Puede la microbiota determinar los resultados clínicos?

No todas las personas responden de la misma manera a las infecciones intestinales parasitarias: mientras que algunas no desarrollan ningún síntoma, otras experimentan diarreas más o menos severas, que incluso pueden llegar a ser mortales. Se reconoce cada vez más que la microbiota intestinal constituye un factor clave para explicar esta variabilidad.

Los parásitos intestinales pueden clasificarse a grandes rasgos en protozoarios (organismos unicelulares) y helmintos (organismos multicelulares, también conocidos como gusanos).39 Se calcula que en todo el mundo hay 895 millones de personas infectadas por helmintos transmitidos por el suelo. Los protozoarios intestinales (PI) tienen una tasa de prevalencia total más baja, pero aun así, se cree que más de 350 millones de personas están infectadas por al menos uno de los tres parásitos protozoarios más frecuentes40. Las infecciones protozoarias son frecuentes en los países de ingresos bajos y medianos. La globalización de la cadena alimentaria, los viajes internacionales y las migraciones provocan un aumento de las infecciones protozoarias en los países de ingresos altos, donde son más frecuentes que las infecciones por helmintos intestinales.39.

La giardiasis –la diarrea parasitaria más frecuente en el mundo– afecta a 280 millones de personas cada año.41

LAS DIARREAS CAUSADAS POR PARÁSITOS PROTOZOARIOS

Los parásitos protozoarios intestinales más frecuentes son Giardia intestinalis (Giardia duodenalis o Giardia lamblia), Entamoeba histolytica, Cyclospora cayetanensis y Cryptosporidium spp. Las enfermedades diarreicas causadas por estos patógenos se conocen respectivamente como giardiasis, amebiasis, ciclosporiasis y criptosporidiosis.41

Giardia intestinalis

Giardia intestinalis infecta la parte superior del intestino delgado alterando su función de barrera y su permeabilidad. Entre 6 y 15 días después de la infección, puede causar diarrea acuosa aguda acompañada de cólicos abdominales, distensión abdominal, náuseas y vómitos. La giardiasis –la diarrea parasitaria más frecuente en el mundo– afecta a 280 millones de personas cada año.41

Entamoeba histolytica

Las infecciones por Entamoeba histolytica suelen ser asintomáticas, pero pueden producir una enfermedad invasiva del intestino grueso (especialmente en pacientes inmunodeprimidos) que conduce al desarrollo de disentería amebiana. La fase aguda dura 3 semanas y se caracteriza por dolor abdominal y diarrea con sangre y moco. La amebiasis es responsable de más de 26 000 fallecimientos al año2 y constituye la tercera causa de mortalidad por infecciones parasitarias en el mundo; afecta especialmente a la población de los países de ingresos bajos y medianos.41

Cyclospora cayetanensis

Cyclospora cayetanensis es la única especie del género Cyclospora capaz de infectar al ser humano. Tras un periodo de incubación que puede variar de 2 a 12 días, se manifiesta típicamente con diarrea aguda acuosa y abundante, cólicos abdominales, náuseas, fiebre de baja intensidad, fatiga y pérdida de peso.41

Cryptosporidium spp.

Los síntomas de la infección por Cryptosporidium spp. aparecen tras una o dos semanas de incubación: los síntomas clínicos más frecuentes son: diarrea acuosa aguda, cólicos abdominales, malabsorción, náuseas, vómitos y fiebre, que duran aproximadamente de 5 a 10 días.41 Según las estimaciones, cada año se registran 64 millones de casos de criptosporidiosis.40

Los helmintos parásitos y la microbiota coexisten dentro de sus huéspedes desde hace millones de años.50

LA DIARREA DEL VIAJERO: LA INFECCIÓN PARASITARIA SE ASOCIA FRECUENTEMENTE CON EL SII-PI

Si bien la mayoría de los casos de diarrea del viajero son agudos y se resuelven espontáneamente, un subgrupo de personas experimenta síntomas gastrointestinales persistentes que pueden prolongarse durante semanas, meses o incluso años después de que la causa inicial haya sido tratada eficazmente.52 Un artículo reciente sugiere que cerca del 10% de los pacientes que experimentan diarrea del viajero desarrollan síntomas persistentes compatibles con el síndrome del intestino irritable postinfeccioso (SII-PI). La infección parasitaria, en particular la giardiasis, se asocia frecuentemente con el SII-PI.53

LAS DIARREAS CAUSADAS POR HELMINTOS TRANSMITIDOS POR EL SUELO 

A nivel mundial, los principales helmintos transmitidos por el suelo son la ascáride (Ascaris lumbricoides), el tricocéfalo (Trichuris trichiura) y los anquilostomas (Necator americanus y Ancylostoma duodenale). Los síntomas de la infección por helmintos dependen del número de gusanos albergados: las personas con infecciones de intensidad leve (pocos gusanos) no suelen experimentar molestias, mientras que las infecciones más graves pueden causar una serie de síntomas, entre ellos síntomas intestinales (diarrea y dolor abdominal), malnutrición, malestar general y debilidad, así como alteraciones del crecimiento y el desarrollo físico. Los helmintos transmitidos por el suelo contribuyen a la morbilidad al deteriorar de diversas maneras el estado nutricional de las personas a las que infectan: se alimentan de los tejidos del huésped, provocan pérdidas de sangre intestinal y dificultan la absorción de nutrientes42.

  • Ascaris lumbricoides es el nematodo intestinal más frecuente capaz de infectar al hombre, con una estimación de 807 a 1 221 millones de personas infectadas cada año.43 La infección suele ser asintomática. La forma sintomática se caracteriza por una fase pulmonar inicial seguida de una fase intestinal que cursa con diarrea, dolor abdominal leve, anorexia, náuseas y vómitos.41
  • Se calcula que entre 604 y 795 millones de personas en el mundo están infectadas por Trichuris trichiura. Las personas con infecciones graves pueden experimentar deposiciones frecuentes y dolorosas que contienen una mezcla de moco, agua y sangre.44
  • Se calcula que entre 576 y 740 millones de personas en el mundo están infectadas por anquilostomas, generalmente de forma asintomática. Pocas personas, especialmente las infectadas por primera vez, experimentan síntomas gastrointestinales. Los efectos más frecuentes y graves de la infección por anquilostomas son la pérdida de sangre intestinal que puede provocar anemia, además de la pérdida de proteínas.45

 

¿DESEMPEÑA LA MICROBIOTA UN PAPEL EN LA MARCADA VARIABILIDAD CLÍNICA DE LA DIARREA PARASITARIA?

Las infecciones parasitarias protozoarias se caracterizan por una marcada variabilidad del cuadro clínico: pueden ser asintomáticas o causar diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso, etc. Estudios recientes han puesto de relieve la posible contribución de la microbiota intestinal a esta variabilidad clínica: por ejemplo, la abundancia de Prevotella copri en la microbiota intestinal permitió predecir la diarrea en el contexto de la infección por Entamoeba histolytica46; la baja abundancia de Megasphaera antes y en el momento de la detección de Cryptosporidium mostró una correlación con la diarrea parasitaria en lactantes de Bangladesh, lo que indica que la microbiota intestinal podría ser un factor determinante de la severidad de la criptosporiosis47. A su vez, la infección por parásitos protozoarios altera la microbiota intestinal.48,49

En cuanto a los helmintos, actualmente se están estudiando las complejas interacciones entre los gusanos y la microbiota («dos viejos amigos del ser humano»50) (Figura 7). Los autores coinciden en que existe una interacción compleja y dinámica entre el parásito o los parásitos, la microbiota del huésped y su inmunidad, capaz de determinar los resultados clínicos de las infecciones parasitarias.46,48

Imagen

CASO CLÍNICO por el Profesor Stephen Allen

  • • Durante sus vacaciones en Asia, una ejecutiva de 36 años presenta diarrea no sanguinolenta, viscosa y maloliente, con cólicos abdominales y distensión abdominal.

    • En la segunda semana de la enfermedad, el examen microscópico de heces revela la presencia de una giardiasis y la paciente toma un tratamiento de 10 días con metronidazol.

    • A lo largo del año siguiente, en el Reino Unido, sufre frecuentes episodios de síntomas similares, que duran varios días cada uno y la obligan a ausentarse del trabajo.

    • Después de descartar otras enfermedades mediante nuevos análisis y una exploración clínica, se le diagnostica el síndrome del intestino irritable postinfeccioso con predominio de diarrea (SII-D), una afección que se desarrolla en el 10% de los pacientes tras un episodio agudo de gastroenteritis.54

    • La paciente considera que los cambios en la dieta y los tratamientos para el SII-D son ineficaces y quiere saber si le conviene enviar una muestra de heces al extranjero para un análisis de la microbiota y si un trasplante fecal podría ser útil.

    • No se conoce bien el papel de la disbiosis persistente en el SII postinfeccioso debido a una infección parasitaria o a los fármacos utilizados para el tratamiento. Se necesita más investigación antes de poder dar una respuesta fiable a esta mujer.

OPINIÓN DEL EXPERTO 

La infección por parásitos intestinales es una causa frecuente de enfermedad en el mundo, sobre todo diarrea causada por protozoarios como Giardia, Entamoeba histolytica y Cryptosporidium, y anemia causada por helmintos. Asimismo, los parásitos intestinales son comensales y pueden incluso aportar beneficios para la salud, como mejorar la resistencia a otros enteropatógenos y prevenir enfermedades alérgicas y autoinmunes. El reto consiste en comprender mejor las complejas interrelaciones entre los distintos parásitos, la mucosa intestinal, las células inmunitarias del intestino y la microbiota intestinal para poder aprovechar los efectos beneficiosos de la infección parasitaria intestinal y, al mismo tiempo, paliar sus efectos adversos.

PROFESOR STEPHEN ALLEN Profesor de Pediatría, Facultad de Medicina Tropical de Liverpool (Reino Unido)
Summary
Off
Sidebar
Off
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Detalle del dosier Gastroenterología

La diarrea viral: ¿Serán capaces las vacunas de cambiar las reglas del juego?

Las diarreas virales suelen presentarse en forma de diarrea acuosa y se deben a cinco tipos principales de virus. Entre ellos, el rotavirus sigue siendo la principal causa de mortalidad por diarrea en niños menores de 5 años, a pesar de la disponibilidad de vacunas desde 2006. La composición de la microbiota intestinal, que está implicada en la evolución de la infección viral, y la eficacia de la vacuna contra el rotavirus podrían desempeñar un papel clave en las estrategias destinadas a reducir la morbilidad de la diarrea viral.

Rotavirus, norovirus, sapovirus, astrovirus y adenovirus: actualmente se reconocen cinco tipos de virus como las principales causas de diarrea viral.21

De los más de 2 000 millones de episodios de enfermedad diarreica que se producen en todo el mundo cada año, según las estimaciones del estudio Global Burden of Disease (GBD) de 2016,2 cerca de 900 millones de episodios moderados a severos se atribuyeron a solo tres de estos virus: rotavirus, norovirus y adenovirus.22

 

EL ROTAVIRUS, PRIMERA CAUSA DE MORTALIDAD INFANTIL POR DIARREA

A pesar del desarrollo y la disponibilidad de vacunas contra el rotavirus desde 2006,22 este virus, que provoca síntomas más severos que la mayoría de los demás patógenos entéricos,22 aún era responsable de más de 228 000 fallecimientos en el mundo en 2016, de los cuales más de 128 000 se produjeron en niños menores de 5 años2, lo que convierte al rotavirus en la primera causa de mortalidad relacionada con la diarrea en este segmento de la población (Figura 4).

 

LA DIARREA ACUOSA 

Sea cual sea el virus que desencadena un episodio de diarrea, el proceso de infección es, a grandes rasgos, el mismo: el virus infecta las células epiteliales del intestino delgado y provoca lesiones que dificultan la absorción de líquidos.21 La diarrea viral suele manifestarse en forma de diarrea acuosa (sin sangre). Puede ir acompañada de otros síntomas, como náuseas, cólicos abdominales, vómitos y fiebre,22 dando lugar a un síndrome que se conoce como gastroenteritis viral.

 

REHIDRATACIÓN... Y PROBIÓTICOS 

Al igual que para la diarrea infecciosa de origen bacteriano o parasitario, el tratamiento de la diarrea viral se basa en la rehidratación oral o intravenosa, en función del grado de deshidratación21. Además, según las últimas conclusiones del comité de la ESPGHAN (2023)20, los profesionales sanitarios pueden recomendar determinadas cepas probióticas (L. rhamnosus, S. boulardii y L. reuteri) para el tratamiento de la gastroenteritis aguda en niños, ya que existen pruebas de una reducción de la duración de la diarrea o de la hospitalización, o de una reducción de la producción de heces (certeza de la evidencia: baja; grado de recomendación: débil)

Entre todos los patógenos diarreicos, y a pesar de la disponibilidad de vacunas, el rotavirus sigue siendo la primera causa de mortalidad en niños menores de cinco años.2

MEJORAR LA EFICACIA DE LA VACUNA CONTRA EL ROTAVIRUS: UN RETO QUE QUEDA POR SUPERAR 

En cuanto a la prevención, se aplican las medidas profilácticas habituales (garantizar el acceso al agua potable, tener una higiene adecuada y lavarse las manos con frecuencia, limitar el contacto con personas infectadas, etc.). Dada la considerable morbilidad de la enfermedad diarreica causada por el rotavirus, las vacunas anti-rotavirus constituyen otra medida preventiva importante.22,23

EL SARS-COV-2: BIENVENIDO AL CLUB DE LOS VIRUS DIARREICOS

Junto a los virus reconocidos desde hace tiempo como causas importantes de diarrea viral, la infección por el SARS-CoV-2, responsable de la mayor pandemia de los últimos tiempos –la COVID-19– también puede causar diarrea. En los estudios clínicos, la tasa de incidencia de diarrea oscila entre el 2% y el 50% de los casos.27 Al igual que las del aparato respiratorio, las células intestinales producen muchos receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), que representan un importante sitio de entrada en el intestino para el virus. Los posibles mecanismos que conducen al desarrollo de la diarrea implican principalmente desregulaciones de la enzima convertidora de angiotensina 2 tras la penetración del virus en el enterocito, lo que puede desencadenar una respuesta inflamatoria, un desequilibrio iónico y un aumento de la permeabilidad. Además, la proteína spike del SARS-CoV-2 actúa como una enterotoxina a través de un mecanismo similar al de la enterotoxina NSP4 del rotavirus.28 También se cree que están implicadas la alteración de la microbiota intestinal y los efectos indeseables de los medicamentos (antivirales y antibióticos).29

Imagen

La microbiota desempeña un papel clave en la eficacia de la vacunación contra el rotavirus

Desde su introducción en 2006, las vacunas orales contra el rotavirus han provocado a nivel mundial un descenso significativo del número de hospitalizaciones y muertes debidas a la diarrea por rotavirus.30 Sin embargo, la eficacia de las vacunas es muy variable y los países de bajos ingresos han obtenido peores resultados en comparación con la eficacia extraordinariamente alta (>90%) observada en los países de ingresos más altos.31 Se cree que los motivos de esta disparidad son multifactoriales (inmunidad del huésped, parámetros perinatales, genética, estado nutricional, estrés, consumo de tabaco y alcohol, vida en el campo o en la ciudad, tamaño de la familia, etc.). Como sucede con otras vacunas, se considera que la composición y función de la microbiota intestinal son factores clave que regulan la respuesta inmunitaria a la vacunación30,32,33 (Figura 5).

Imagen

Se calcula que estas vacunas han permitido evitar 139 000 fallecimientos por rotavirus entre menores de cinco años durante el periodo de 2006 a 2019, y que han permitido evitar el 15% de los fallecimientos por rotavirus entre menores de cinco años en 2019.24 Sin embargo, la eficacia de la vacuna es inherente a cada región y se observa una escasa tasa de seroconversión en los países de ingresos bajos y medianos. Los datos de ensayos clínicos indican una posible relación entre la microbiota intestinal y la respuesta del sistema inmunitario entérico a la vacuna contra el rotavirus25 (Figura 5).

Se calcula que cada gramo de contenido intestinal humano contiene al menos 108‑109 partículas pseudovirales, la gran mayoría de las cuales son fagos.14

LA MICROBIOTA: ¿ALIADA O ENEMIGA EN LA APARICIÓN DE LA DIARREA VIRAL?

En los casos de diarrea viral, al igual que en la diarrea infecciosa en general, el resultado del enfrentamiento entre el patógeno y el huésped depende de complejos equilibrios en los que interviene en gran medida la microbiota.

La microbiota intestinal presenta interacciones bidireccionales con las infecciones por rotavirus y norovirus:14 puede proteger de la infección o predisponer al huésped a la infección; a su vez, una infección puede alterar la microbiota intestinal. Algunas bacterias parecen capaces de inhibir la infección viral. Por ejemplo, un estudio muestra que las bacterias filamentosas segmentadas son capaces de prevenir y curar la infección por rotavirus en colonias de ratones35 (Figura 6). Por otra parte, varios estudios in vitro e in vivo indican que la microbiota intestinal está implicada como facilitadora de la infección viral: ciertos microbios intestinales (por ejemplo, Enterobacter cloacae) estimulan la capacidad del norovirus humano para infectar los linfocitos B humanos in vitro; la eliminación de la microbiota con antibióticos retrasa la infección y reduce la infectividad o el título de norovirus y rotavirus en ratones.8,36

Por lo tanto, los patógenos invasivos podrían ejercer efectos diferentes en función del estado de la microbiota intestinal.3 Queda por caracterizar el perfil óptimo de la microbiota y las mejores estrategias dirigidas a la microbiota capaces de reducir el riesgo de infección y la diarrea viral posterior.37

En cuanto al efecto de la infección viral sobre la composición de la microbiota intestinal, numerosos estudios han documentado patrones específicos de disbiosis en pacientes que padecen diarrea viral en comparación con controles sanos25,38. Se ha notificado a menudo una reducción de la diversidad (alfa) de la microbiota, aunque los aumentos o disminuciones de taxones específicos tienden a variar mucho según los estudios.14 Y queda una pregunta sin respuesta: ¿la disbiosis observada durante la diarrea viral refleja una disposición previa que podría haber facilitado la infección, es un estado causado por el virus o se debe a una combinación de ambos factores?

Imagen

CASO CLÍNICO por el Doctor Marco Poeta

  • Una niña de 4 años acudió a urgencias pediátricas con fiebre, diarrea, vómitos y deshidratación severa.

  • Como la niña necesitaba rehidratación intravenosa, fue ingresada en el hospital.

  • El frotis rinofaríngeo dio positivo para infección por SARS-CoV-2, a pesar de la ausencia de síntomas respiratorios.

  • Las muestras fecales dieron negativo para rotavirus, norovirus, adenovirus, bacterias y parásitos, pero positivo para SARS-CoV-2.

  • Tras la administración de probióticos, se normalizaron la frecuencia y la consistencia de las heces.

  • La hidratación intravenosa se suspendió al cabo de cuatro días y la niña fue dada de alta.

  • La diarrea puede ser la única manifestación clínica de la infección por el SARS-CoV-2. Por lo tanto, el SARS-CoV-2 debería añadirse a la lista de patógenos entéricos.

  • La eficacia de los probióticos contra la gastroenteritis asociada al Covid que se observó en este caso clínico ya se ha demostrado en estudios in vitro.

OPINIÓN DEL EXPERTO 

Los probióticos se recomiendan como medio activo de tratamiento de la diarrea viral en niños, por su efecto antidiarreico que restaura la composición de la microbiota alterada. En ensayos clínicos, ciertas cepas probióticas reducen la diarrea secretora en muy poco tiempo y su efecto puede medirse a las pocas horas de iniciada la administración del probiótico. Dado que normalmente se necesitan varios días para establecer cambios en la composición de la microbiota, la rápida eficacia de los probióticos sugiere que ejercen efectos positivos adicionales. Las moléculas secretadas por las bacterias que actúan directamente sobre las células intestinales pueden inhibir la diarrea secretora gracias a un mecanismo antioxidante que se define como «el efecto postbiótico». Los metabolitos producidos por los probióticos ejercen un efecto similar a la acción farmacológica y podrían representar tratamientos innovadores para la diarrea viral.

DR. MARCO POETA Departamento de Enfermedades Infecciosas Pediátricas, Universidad de Nápoles Federico II (Italia)
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Detalle del dosier Gastroenterología

La diarrea asociada a antibióticos (DAA)

Si bien los antibióticos representan una poderosa herramienta en la lucha contra las infecciones bacterianas, también alteran la microbiota intestinal protectora, lo que puede tener consecuencias adversas, como la diarrea asociada a antibióticos (DAA) que puede afectar hasta al 35% de los pacientes17,18,19. La incidencia de la DAA depende de varios factores:17,18,19 la edad (entre los niños este porcentaje puede alcanzar el 80%)15, el contexto, el tipo de antibiótico, etc..Generalmente, la DAA se debe a una disbiosis inducida por antibióticos, es de intensidad leve y autolimitada, con una duración de 1 a 5 días.

Aunque las causas de la DAA son diversas, aproximadamente una tercera parte de los casos de DAA se atribuyen a C. difficile. En determinadas condiciones, C. difficile desencadena una respuesta inflamatoria que da lugar a diversos cuadros clínicos, desde la diarrea leve hasta la colitis pseudomembranosa, el megacolon tóxico o incluso la muerte.17

RECOMENDACIONES DE LA ESPGHAN 2023

En 2023, el Grupo de Interés Especial sobre la Microbiota Intestinal y sus Modificaciones de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (ESPGHAN) emitió recomendaciones actualizadas para el uso de probióticos en el tratamiento de ciertos trastornos gastrointestinales pediátricos: 20

«Si se contempla la posibilidad de usar probióticos para prevenir la diarrea asociada a antibióticos (DAA) debido a la presencia de factores de riesgo como la clase de antibiótico(s), la duración del tratamiento, la edad, la necesidad de hospitalización, la presencia de comorbilidades o episodios previos de DAA, los profesionales sanitarios pueden recomendar dosis altas (≥ 5 mil millones de UFC/día) de S. boulardii o L. rhamnosus GG, iniciando el tratamiento al mismo tiempo que el antibiótico para la prevención de la DAA en pacientes ambulatorios y niños hospitalizados (certeza de la evidencia: moderada; grado de recomendación: fuerte).»

CASO CLÍNICO por el Profesor Aldo Maruy

  • Un niño de 10 años acudió a la clínica con antecedentes de siete días de diarrea. Desde el principio, el niño producía cada día dos o tres deposiciones líquidas con moco, pero sin sangre. La madre dijo que no había tenido fiebre ni vómitos. En la exploración clínica, el niño parecía encontrarse bien y estar adecuadamente hidratado.

  • El médico solicitó un coprocultivo y una prueba de huevos y parásitos, que resultaron negativos.

  • Inicialmente se pasó por alto un antecedente: seis semanas antes, el niño había tenido una infección respiratoria tratada con antibióticos.

  • Entonces se sospechó una diarrea asociada a antibióticos (DAA) de aparición tardía. El paciente recibió probióticos y su estad mejoró en una semana.

  • La DAA puede tardar entre 2 horas y 8-10 semanas en desarrollarse tras el uso de antibióticos.

OPINIÓN DEL EXPERTO 

La diarrea asociada a antibióticos (DAA) es un efecto secundario frecuente de los antibióticos. Como factores de riesgo se han identificado la edad, el espectro de actividad del antibiótico utilizado, la enfermedad subyacente y una intervención quirúrgica reciente. Datos recientes revelaron un nuevo factor de riesgo: la composición de la microbiota. En pacientes tratados con β-lactámicos, una mayor abundancia relativa de Bacteroides mostró una correlación inversa con la DAA, mientras que una mayor abundancia inicial de especies de Bifidobacterium y Lachnospiraceae y de vías de biosíntesis de aminoácidos mostró una correlación positiva con la DAA. La abundancia relativa de taxones potencialmente protectores y los niveles de vías de biosíntesis de aminoácidos permiten distinguir a los niños que han padecido DAA de los que no la han padecido. Se necesitan más estudios para investigar si se observan tendencias similares con distintos tipos de antibióticos. Los taxones potencialmente protectores identificados pueden ayudar a desarrollar estrategias profilácticas para la DAA.

PROFESOR ALDO MARUY Gastroenterólogo pediátrico, Hospital Cayetano Heredia, Lima (Perú)
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Detalle del dosier Gastroenterología

La diarrea bacteriana: ¿La microbiota intestinal, víctima potencial o muralla protectora?

Las bacterias patógenas como Shigella, Vibrio cholerae, Salmonella, E. coli, etc. provocan diarreas bacterianas a través de mecanismos que dependen de la bacteria implicada. Las diarreas bacterianas se acompañan de disbiosis intestinal. A la inversa, la microbiota intestinal ejerce ciertos efectos sobre la infección bacteriana. Dado que una microbiota intestinal «sana» es más resistente a la infección, los probióticos podrían reducir la severidad de muchas infecciones bacterianas.

Las siguientes 8 bacterias fueron responsables de más de una tercera parte de los más de 1 650 000 fallecimientos por diarrea infecciosa registrados en el mundo en 2016, lo que pone de relieve el poder letal de la diarrea bacteriana.2

Estas 8 bacterias

  • Shigella: 212 438 fallecimientos.
  • Vibrio cholerae: 107 290 fallecimientos.
  • Salmonelas no tifoideas: 84 799 fallecimientos.
  • Campylobacter spp: 75 135 fallecimientos.
  • E. coli enterotoxigénico: 51 186 fallecimientos.
  • Clostridioides difficile: 22 417 fallecimientos.
  • Aeromonas: 16 881 fallecimientos.
  • Escherichia coli enteropatógeno: 12 337 fallecimientos.

DE LA INFECCIÓN A LA DIARREA 

Los mecanismos que conducen a la diarrea bacteriana dependen de la bacteria implicada. Shigella, transmitida a través de alimentos o agua contaminados, o por contacto de persona a persona, infesta el aparato gastrointestinal, produce una enterotoxina y la toxina Shiga 1, y destruye el epitelio intestinal provocando una diarrea severa con sangre y moco.3,5

Las variantes patógenas de Vibrio cholerae producen la toxina del cólera que activa la secreción de aniones, inhibe la absorción de NaCl electroneutro y destruye la función de barrera del intestino, provocando así la secreción masiva de líquido en la luz del intestino delgado y la pérdida de grandes cantidades de agua, sodio, cloruro, bicarbonato y potasio.3,5,13

Diferentes cepas patógenas de E. coli, clasificadas en distintos patotipos (Tabla 1), causan diarrea leve a severa, generalmente acompañada de fiebre. E. coli se adhiere a las células epiteliales intestinales gracias a fimbrias de adhesión, produce toxinas y ejerce sus efectos patógenos.3,5

Imagen

EFECTO DE LOS PATÓGENOS Y LA DIARREA SOBRE LA MICROBIOTA 

Las diarreas bacterianas van acompañadas de disbiosis, generalmente con una mayor abundancia de anaerobios facultativos (Escherichia, Streptococcus, Enterococcus, etc.) en la diarrea disentérica, y una disminución de bacterias conocidas por sus efectos inmunomoduladores (Lactobacillus ruminis, Bifidobacterium pseudocatenulatum)7 (Figura 3).

Imagen

Por ejemplo, en el cólera, la microbiota intestinal sufre cambios importantes durante y después de la infección como consecuencia de la eliminación de la capa de moco junto con la comunidad microbiana intestinal residente y la emisión de toxinas por parte de V. cholerae.13 Durante el proceso de recuperación, la microbiota intestinal de los pacientes con cólera se reconstituye lentamente conforme a un modelo de acumulación similar al de la maduración de la microbiota intestinal que se observa en los niños.3

Del mismo modo, los niños infectados por E. coli diarreogénico (DEC) muestran una composición microbiana intestinal singular, con una elevada fracción de Bacteroidetes y Proteobacterias y una menor abundancia de Firmicutes.13 El aumento de Proteobacterias puede explicarse en parte por una mayor abundancia de especies de Escherichia y Shigella (causantes de la diarrea) y otros miembros de la familia de las Enterobacterias como Citrobacter y Enterobacter (relacionados con la producción de histamina inducida por entornos proinflamatorios y asociada a la adherencia de E. coli).14 El uso frecuente de antimicrobianos también puede explicar en parte la disbiosis observada.7

 

LA MICROBIOTA INTESTINAL OFRECE PROTECCIÓN CONTRA LAS INFECCIONES

A la inversa, se ha demostrado que la microbiota intestinal ejerce efectos sobre la infección bacteriana. En animales axénicos, la ausencia de microbiota intestinal y competencia ecológica da lugar a un sistema inmunitario inmaduro que los hace muy vulnerables a los patógenos diarreicos: Bastan 10 unidades formadoras de colonias (UFC) de Salmonella para causar una infección mortal, mientras que para matar al 50% de los ratones con una microbiota intestinal intacta se necesitan entre 103 y 109 UFC.8

En el hombre, se ha demostrado que Prevotella, Bifidobacterium y Blautia reducen la colonización por V. cholerae. Por el contrario, se cree que Paracoccus favorece el crecimiento de este patógeno.13 Este es el motivo por el cual se considera que la promoción de una microbiota intestinal «sana» constituye una valiosa estrategia para el tratamiento y la prevención del cólera.13

«El aparato gastrointestinal contiene de ~1 a 10 veces más células bacterianas que la cantidad total de células del cuerpo humano».16

BACTERIAS Y LEVADURAS PROBIÓTICAS, PREBIÓTICOS Y TMF

Los probióticos podrían reducir la severidad de distintas infecciones bacterianas: por ejemplo, el probiótico E. coli inhibe la formación de biopelículas de otras cepas de E. coli, así como de los patógenos Staphylococcus aureus y S. epidermidis.3 En cuanto a la disentería, una combinación de cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium y una cepa de Streptococcus reduce tanto la duración de la diarrea hemorrágica como el tiempo de hospitalización.3 Numerosos mecanismos podrían explicar por qué los probióticos alivian la diarrea:3 producción de sustancias antimicrobianas, exclusión competitiva, competencia con los sitios de unión celular, producción de ácidos y metabolitos que reducen el pH circundante, refuerzo de la barrera de la mucosa intestinal, modulación de la inmunidad de la mucosa intestinal y diversidad de la microbiota intestinal. Por ejemplo, la levadura probiótica Saccharomyces boulardii puede facilitar la restauración de la microbiota intestinal en niños con diarrea aguda.15

 

Los prebióticos también pueden tener un impacto positivo en la diarrea al aumentar la producción bacteriana de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato, que contribuyen a la integridad de la barrera intestinal y al oponerse a la adherencia de patógenos a las células epiteliales, inhibiendo así la colonización y promoviendo la eliminación de patógenos intestinales.3

 

El trasplante de microbiota fecal (TMF), cuyo objetivo es restablecer una microbiota intestinal sana, ha demostrado su eficacia, pero está indicado exclusivamente para el tratamiento de la infección recurrente por C. difficile en adultos y en niños.14

CASO CLÍNICO por el Profesor Aldo Maruy

  • Un niño de 2 años se presentó con fiebre, dolor abdominal y diarrea con moco y sangre. Había sufrido dos episodios similares en los últimos seis meses, tratados únicamente con antibióticos.
  • Para evitar una recaída, se decidió tratarlo con antibióticos y probióticos. La diarrea remitió en 48 horas, el antibiótico se suspendió al 5º día mientras que el probiótico se siguió administrando durante dos semanas; se prescribió una dieta rica en alimentos complementarios y prebióticos.
  • Además de tratar la infección con antibióticos, para prevenir un nuevo episodio diarreico se recomienda restaurar la composición de la microbiota intestinal gracias a la dieta y la administración de prebióticos y probióticos.

OPINIÓN DEL EXPERTO 

A lo largo de la vida, una microbiota sana desempeña un papel importante en la prevención y el tratamiento de la diarrea bacteriana. Se ha demostrado que algunas especies específicas ejercen efectos protectores contra la diarrea: los taxones de lactobacilos protegen de la diarrea inducida por Shigella spp.; la presencia de Sutterella sp., Prevotella copri y Bacteroides vulgatus permite predecir la resistencia a E. coli enterotoxigénico (ETEC). Por otro lado, la intervención microbiana mediante la modificación de la dieta y el uso de prebióticos, probióticos y TMF, permite regular la composición de la microbiota intestinal para prevenir y tratar la diarrea. Las investigaciones futuras deberían ampliar nuestros conocimientos sobre la microbiota y su relación con la diarrea infecciosa, ayudando así a diseñar mejores intervenciones profilácticas y terapéuticas.

PROFESOR ALDO MARUY Gastroenterólogo pediátrico, Hospital Cayetano Heredia, Lima (Perú)

CONSECUENCIAS DE LA DIARREA DEL VIAJERO

Cuando visitan destinos de riesgo medio y alto, entre el 10% y el 70% de los viajeros procedentes de países con bajo riesgo de enfermedades infecciosas contraen diarrea. La diarrea del viajero se debe predominantemente a bacterias (≥80%-90% de los casos), mientras que los virus intestinales representan como mínimo entre el 5% y el 15% de los casos.52 Las infecciones por patógenos protozoarios podrían representar aproximadamente el 10% de los diagnósticos, sobre todo en las personas que viajan durante periodos prolongados.

La microbiota de los viajeros que han padecido diarrea muestra una mayor variación a lo largo de su estancia que la de los viajeros sanos, junto con una menor diversidad inicial, lo cual se ha relacionado con una mayor susceptibilidad a la infección.51

Además, la diarrea reduce la capacidad de restauración de la microbiota (fuerte aumento de la divergencia respecto a la situación inicial) y conduce a la adquisición de microorganismos multirresistentes.51 Según un estudio que incluyó a 267 sujetos estadounidenses que viajaban fuera de su país, una tercera parte regresó con diarrea, el 61% con disbiosis intestinal y el 38% con bacterias resistentes a los antibióticos (E. coli en la mayoría de los casos), contribuyendo a la propagación mundial de la resistencia a los antimicrobianos.58

Más abundantes en caso de diarrea:

E. coli, Dorea fomigenerans, Bacteroïdes vulgarus, B. caocae, Odoribacter splanchnicus...

 

Menos abundantes en caso de diarrea:

Ruminococcus bromii, coprococcus, Clostridioides bartletti...

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Detalle del dosier Gastroenterología

La microbiota y la diarrea infecciosa: ¿Un círculo virtuoso o vicioso?

LA DIARREA INFECCIOSA, UNA DE LAS PRINCIPALES CAUSAS DE MORTALIDAD INFANTIL EN EL MUNDO

La OMS define la diarrea como tres o más evacuaciones intestinales blandas o líquidas en 24 horas.1 Ambos criterios (frecuencia y consistencia) son necesarios: la evacuación frecuente de heces formadas no es diarrea, como tampoco lo es la evacuación de heces blandas por bebés amamantados (Figura 1). En 2016 se atribuyeron 1,6 millones de fallecimientos a la diarrea.2 Los niños están especialmente en riesgo puesto que la enfermedad diarreica constituye la tercera causa de mortalidad en niños menores de 5 años. Una gran parte de la mortalidad solía atribuirse en el pasado a la deshidratación severa causada por la pérdida de líquidos, pero en la actualidad, las infecciones bacterianas sépticas representan una proporción cada vez mayor de la mortalidad total asociada a la diarrea.1 Los niños desnutridos o inmunodeficientes son los que corren mayor riesgo de padecer diarrea potencialmente mortal, así como las personas infectadas por el VIH.1

CLASIFICACIÓN DE LA DIARREA

Cabe distinguir 3 tipos clínicos de diarrea en función de la sintomatología y la duración de la afección:1

  • la diarrea acuosa aguda, que dura varias horas o días (hasta 14 días) e incluye el cólera;
  • la diarrea aguda sanguinolenta (disentería);
  • la diarrea persistente, de duración igual o superior a 14 días.

La mayoría de los casos de diarrea aguda se deben a infecciones:1,3,4 si bien cualquier virus, bacteria o parásito puede ser el responsable, el rotavirus y Escherichia coli son los dos agentes etiológicos más frecuentes de la diarrea moderada a severa en los países de bajos ingresos.1 Dado que el rotavirus y Shigella son responsables del mayor número de muertes relacionadas con la diarrea infecciosa,2 se aplican estrategias de vacunación preventiva (que aún se encuentran en desarrollo en el caso de Shigella). Aunque se ha confirmado que existe una asociación entre ciertas comunidades fúngicas y la diarrea, el papel de los hongos sigue siendo controvertido.5 Es posible que intervengan en contextos clínicos específicos, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos propensos a infecciones fúngicas invasivas (candidiasis).6

SÍNDROMES FISIOPATOLÓGICOS 

Desde el punto de vista clínico, los patógenos diarreicos pueden causar dos síndromes fisiopatológicos:4

  • La diarrea no inflamatoria (DNI): los pacientes presentan náuseas, vómitos, heces acuosas y abundantes, y cólicos abdominales causados por la secreción intestinal (la mucosa intestinal permanece intacta). Si bien este cuadro benigno suele ser viral (Rotavirus, Norovirus...), también puede ser de origen bacteriano (Escherichia coli enterotoxigénico, Clostridium perfringens...) o parasitario (Giardia, ...).
  • La diarrea inflamatoria (DI): los pacientes presentan fiebre, dolor abdominal, tenesmo y heces sanguinolentas menos abundantes que en la DNI. Este cuadro severo suele ser causado por cepas bacterianas invasivas o productoras de toxinas (Shigella, especies de Salmonella...) que provocan la alteración de la barrera mucosa y la destrucción de los tejidos.

«El rotavirus y Escherichia coli son los dos agentes etiológicos más frecuentes de la diarrea moderada a severa en los países de bajos ingresos.»

Imagen

LA DIARREA ENTRE BASTIDORES: LA MICROBIOTA 

UN CÍRCULO VICIOSO: CUANDO LA DIARREA PROVOCA UNA DISBIOSIS INTESTINAL 

La diarrea infecciosa se interpreta como un episodio de disbiosis grave que resulta de:

  • el aumento de las deposiciones y la alteración de la integridad de la mucosa,3
  • el aumento de la proporción de agua en la materia fecal y la disminución del tiempo de tránsito, lo que contribuye a la escasez taxonómica,3
  • y la posible rehidratación oral y administración de suplementos de zinc, probióticos e incluso antimicrobianos (en caso de disentería o infecciones bacterianas) que también contribuyen a desequilibrar la microbiota intestinal.7

Según el tipo de infección, las diarreas infecciosas suelen ir acompañadas de estados disbióticos:7 la diarrea bacteriana suele estar relacionada con un aumento de Escherichia, Streptococcus y bacterias orales; las infecciones virales provocan una reducción menos pronunciada de los comensales anaerobios del intestino (mayor abundancia de Bifidobacterium); la diarrea causada por Giardia se asocia con una disminución de las Gammaproteobacterias y una mayor abundancia de Prevotella.

«La comunidad de microbios que habita el intestino es tan numerosa como el conjunto total de células humanas, y la gran mayoría de las bacterias residen en el colon».8

«DISBIOSIS»

Alteración de una microbiota anteriormente estable y funcionalmente completa.9

«MICROBIOTA INTESTINAL»

Comunidad de microorganismos –bacterias, virus, hongos (incluidas las levaduras) y parásitos– que viven en el intestino.10

UN CÍRCULO VIRTUOSO: CUANDO LA MICROBIOTA INTESTINAL OFRECE PROTECCIÓN 

Los mecanismos por los que la microbiota intestinal ofrece resistencia a la colonización pueden ser tanto directos como indirectos. La microbiota inhibe directamente a los patógenos diarreicos no solo a través de la competencia por los nutrientes, sino también limitando de diversas formas el crecimiento de los patógenos diarreicos: secreción de bacteriocinas (péptidos antimicrobianos), estructuras inhibidoras dependientes del contacto celular (sistema de secreción de tipo VI), producción de moléculas que reducen la virulencia de los patógenos, etc.

La microbiota también inhibe indirectamente a los patógenos diarreicos gracias a sus efectos sobre el huésped: promoción del mantenimiento de la barrera intestinal y estimulación del sistema inmunitario innato y adaptativo.8

TRATAMIENTO DE LA DIARREA INFECCIOSA 

La mayoría de las infecciones intestinales son procesos autolimitados en las personas inmunocompetentes. No obstante, algunos pacientes (con deshidratación severa, enfermedad grave, fiebre persistente, heces sanguinolentas, inmunodepresión...) requieren exámenes diagnósticos específicos, que pueden incluir un hemograma completo, una valoración de la creatinina y los electrolitos, la verificación de la presencia de leucocitos y lactoferrina en las heces, un coprocultivo, junto con pruebas de detección de C. difficile, una PCR, una prueba de huevos y parásitos, una endoscopia y un estudio de imagen abdominal11. El American College of Gastroenterology (ACG)12 emite recomendaciones para el diagnóstico y el tratamiento de pacientes adultos con diarrea aguda de etiología presuntamente infecciosa (Figura 2). La investigación clínica en niños se basa en los mismos principios.23 En 2023, la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) incluyó en sus recomendaciones el uso de probióticos para la prevención y el tratamiento de algunas diarreas infecciosas57.

Imagen

Directrices internacionales de la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), 2023

Tratamiento de la diarrea aguda: «la administración oral [de determinadas cepas probióticas] reduce aproximadamente 1 día la duración de la enfermedad diarreica aguda en niños».

Prevención de:

  • la diarrea aguda: «los probióticos probablemente tienen poco o ningún efecto sobre la diarrea de duración igual o superior a 48 horas».
  • la diarrea asociada a antibióticos: «los probióticos pueden ejercer un efecto moderado de prevención de la diarrea asociada a antibióticos en niños, adultos y ancianos».
  • la diarrea por Clostridioides difficile: «los probióticos son eficaces para prevenir la diarrea asociada a C. difficile en pacientes tratados con antibióticos».
Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Detalle del dosier Gastroenterología

De la boca al colon: en pos de la ruta de la Fusobacterium

Un nuevo y sorprendente estudio revela que Fusobacterium nucleatum, una bacteria típicamente oral, migra al colon y predomina en los tumores de cáncer colorrectal. Los investigadores descubrieron que un subtipo diferenciado, Fna C2, no solo prospera en estos tumores, sino que estimula el desarrollo del cáncer.

En un nuevo estudio, se ha identificado un subtipo específico de la bacteria (sidenote: Fusobacterium nucleatum Bacteria anaerobia gramnegativa que suele encontrarse en la cavidad bucal humana. Desempeña un papel en las enfermedades periodontales y se ha asociado a diversas infecciones y afecciones inflamatorias. Fusobacterium nucleatum destaca por su capacidad para adherirse a los tejidos del huésped e invadirlos, lo que facilita las interacciones con otros microorganismos y células del huésped. ) (Fn) que predomina en el nicho tumoral del (sidenote: Cáncer colorrectal Tipo de cáncer que empieza en el colon (intestino grueso) o en el recto. Suele comenzar como pequeños grupos de células benignos, denominados pólipos, que se forman en la mucosa del colon o del recto. Con el tiempo, algunos de estos pólipos pueden volverse cancerosos. ) (CCR), lo que revela datos significativos sobre el papel de la bacteria en la progresión del cáncer. 1 En este innovador estudio, dirigido por investigadores del Fred Hutchinson Cancer Center, se revelan distinciones genéticas y funcionales de las cepas de Fn asociadas al CCR, por lo que surgen posibles objetivos para intervenciones terapéuticas.

Identificar al culpable

El equipo de investigación recogió y secuenció genomas de 135 cepas de Fn, a saber, 80 de cavidades bucales sanas y 55 de tumores de CCR. Mediante técnicas genómicas avanzadas, realizaron un análisis pangenómico en el que se identificaron 483 factores genéticos enriquecidos en cepas asociadas al CCR. Los hallazgos revelaron que la subespecie animalis de Fn (Fna), antes considerada una única subespecie, se compone en realidad de dos subtipos distintos: Fna C1 y Fna C2. De estos, se halló que solo Fna C2 predominaba en el nicho tumoral del CCR, lo que apunta a un papel exclusivo en el desarrollo del cáncer.

Se detectó Fusobacterium nucleatum en el 29,2 % de las muestras de heces de pacientes con CCR y en el 4,8 % de las muestras de heces de personas sanas.

Conocimientos genéticos y funcionales

Otros análisis demostraron que Fna C2 posee 195 factores genéticos asociados a un mayor potencial metabólico y a una mayor colonización gastrointestinal, lo que distingue este subtipo del Fna C1. Este repertorio genético específico del subtipo incluye genes que mejoran la capacidad de la bacteria para invadir los tejidos del huésped y evadir las respuestas inmunitarias. En el estudio también se demostró que los ratones tratados con Fna C2 desarrollaron un número significativamente mayor de adenomas intestinales en comparación con los tratados con Fna C1 o con los grupos de referencia. Esto indica que Fna C2 no solo coloniza los tumores de CCR, sino que también estimula activamente el crecimiento tumoral.

Implicaciones para el tratamiento

Estos hallazgos tienen profundas implicaciones para comprender el papel del microbioma en el CCR y desarrollar tratamientos dirigidos. En el estudio se destaca el potencial de centrarse en Fna C2 para las intervenciones terapéuticas. Por ejemplo, identificar y atacar las vías metabólicas específicas y los factores de virulencia exclusivos de Fna C2 podría conducir a nuevas estrategias para prevenir o tratar el CCR. Además, en la investigación se subraya la importancia de tener en cuenta los subtipos bacterianos en lugar de las especies por sí solas en los estudios del microbioma, ya que pueden existir diferencias significativas dentro de las subespecies.

El descubrimiento del subtipo Fna C2 diferenciado y su asociación con el CCR supone un avance significativo en la investigación del microbioma y la biología del cáncer. Al delinear los factores genéticos que permiten a Fna C2 prosperar en el entorno del CCR, este estudio abre nuevas vías para terapias dirigidas y mejores resultados para los pacientes.

A medida que se hace más evidente el papel del microbioma en el cáncer, centrarse en subtipos bacterianos específicos puede resultar crucial para desarrollar tratamientos eficaces. Esta investigación sienta las bases para seguir explorando la intrincada relación entre nuestra microbiota y el cáncer, lo que podría transformar nuestro enfoque con respecto al tratamiento oncológico.

Summary
Off
Sidebar
On
Migrated content
Désactivé
Updated content
Désactivé
Hide image
Off
Noticias Gastroenterología Oncología